Notas de autor: Hi~ Después de siglos (¿?) de no haber subido nada, al fin me decidí a subir la primera parte de este nuevo proyecto xD Como podrán apreciar por el título, la historia está inspirada en el anime Yuri on Ice (solo inspirada, así que no esperen que todo pase como en el anime). Espero les guste~

ON THE ICE

Capítulo 1

La hermosa melodía de "Stay close to me" resonaba por todo el lugar mientras él se deslizaba con elegancia sobre la pista en una danza capaz de dejar con la boca abierta a cualquiera. Sus suaves y precisos movimientos eran admirados tanto por los jueces como por los espectadores que en su mayoría habían ido precisamente para verlo a él.

La actual estrella del patinaje artístico masculino.

Un par de saltos más seguidos de una secuencia de pasos al son de la música fueron suficientes para cerrar aquel programa que le aseguraba el oro y él lo sabía, más aun cuando escucho como la gente comenzaba a aplaudir con euforia y las ovaciones por parte de sus fanáticos no se hicieron esperar. El "kiss and cry" solo confirmó lo que él ya sabía, que acababa de ganar su tercer Grand Prix Final como sénior.

Kise Ryota era nuevamente coronado como el rey absoluto del patinaje sobre hielo.

La prensa no se hizo esperar y luego de la ceremonia de premiación múltiples reporteros rodearon al rubio para preguntarle sobre sus impresiones ante este nuevo triunfo, cuáles eran sus planes para la próxima temporada y que haría mientras tanto, ya que era de conocimiento público que además de ser una estrella del mundo del patinaje también se dedicaba esporádicamente a ser modelo de prestigiosas marcas de ropa y accesorios para caballeros debido a su gran atractivo que cautivaba a cientos de mujeres alrededor del mundo.

Muchos caían ante su encanto, incluso no solo mujeres.

Hubiera preferido escapar de la prensa, pero sabía que eso era imposible, por lo que trato de responder lo más breve y educadamente posible a todos como solía hacer. Para su fortuna el anuncio de la gala de cierre del evento fue su excusa perfecta para acabar con aquella indeseable atención de la prensa bajo el pretexto de que tenía que prepararse cuanto antes para salir a la pista nuevamente.

Una vez en su camerino, luego de que su entrenador también lo dejara solo para que se preparara, al fin pudo soltar un suspiro y borrar esa sonrisa forzada de su rostro.

Al fin pudo quitarse la máscara.

La verdad es que desde hacía ya un tiempo, por más difícil de creer que fuera, sentía que su motivación se estaba perdiendo, que ya no impresionaba como antes. Y es que para alguien que gustaba de tener toda la atención sobre él, de sorprender al resto, el crear nuevas rutinas novedosas –con ayuda de su coreógrafo, por supuesto- se hacía cada vez más difícil; después de todo, luego de ganar varios torneos internacionales, el público ya estaba más que acostumbrado a su estilo, incluso el mismo sentía que todo se estaba volviendo repetitivo, por más variantes que hiciera en sus saltos y nuevas melodías que probara, a pesar de todo el éxito, todo ante sus ojos se estaba volviendo tan…

Aburrido.

Monótono.

Vacío.

Pero lo mejor era dejar de pensar en aquello por ahora, después de todo, aún tenía que impresionar al público en la gala, no podía decepcionarlos.

No podía decepcionarse.

Así que solo se cambió rápidamente y se preparó para salir una vez más a la pista. Pronto sería su turno y debía despejar su mente para no cometer errores, ya luego se preocuparía por sus dilemas internos, por lo que sin más sólo respiro hondo y salió.

Era hora de brillar una vez más.

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Mientras tanto, a miles de kilómetros de distancia, un joven bajito de cabellos celestes y ojos del mismo color miraba con anhelo la pantalla, esperando la rutina de gala de quien era su mayor modelo a seguir.

Kise Ryota.

Porque para Kuroko Tetsuya, un joven patinador japonés de 20 años, el campeón mundial actual y ganador del Grand Prix nuevamente ha sido su mayor inspiración desde el primer torneo en la categoría junior del rubio.

La gracia y precisión de la rutina del ahora famoso patinador lo cautivo desde que lo vio por primera vez. Desde entonces se dedicó a seguir fielmente su carrera a la par de que él mismo se entrenaba duramente para quizá, algún día, cumplir su sueño de competir en la misma pista que el rubio.

Lamentablemente, pese a todos sus esfuerzos, nunca había logrado clasificar a la final del Grand Prix Final hasta ahora. Este último año realmente había estado cerca, pero al final los nervios lo traicionaron y cometió muchos errores en sus saltos y eso sumado a que sus rutinas no solían destacar mucho con respecto a las de los demás patinadores hicieron que los jueces le otorgaran tan solo el 4° lugar de la Copa de Rusia y eso sumado a su 3° lugar en el Skate América lo habían dejado fuera de la final. Por ello ahora solo podía conformarse, una vez más, con ver a su estrella únicamente a través de una pantalla.

Por suerte no tuvo que esperar mucho para verlo una vez más en la pista, patinando tan maravillosamente como solo él podía hacerlo. La melodía de "In Regards to Love: Eros" que había preparado para la gala le venía perfecta considerando que aparte de talentoso era muy atractivo.

Lo suficientemente atractivo para enamorar a cualquiera.

Se ruborizó por un momento ante sus pensamientos, no debería estar pensando en esas cosas, es decir, él solo lo admiraba a nivel profesional, ni siquiera habían cruzado palabra alguna vez, apenas y se habían visto en la copa de Rusia –ya que coincidieron en ese evento para calificar al Grand Prix Final de este año-, ¿cómo podría sentir algo más que admiración por él?

Despejo su mente rápidamente y trato de concentrarse de nuevo en los movimientos de Kise. Por suerte no le costó mucho caer nuevamente ante el hechizo de su rutina. Sus movimientos precisos eran dignos de admiración, tanto por parte del público como de otros patinadores que aspiraban a arrebatarle la gloria algún día.

Lamentablemente su dicha no duro mucho, pues la rutina finalmente terminó más pronto de lo que hubiera deseado y el rubio salió una vez más de la pista, dando por concluido el evento de gala del Grand Prix Final, luego de lo cual vendría la ronda de prensa para los ganadores de medallas.

En lo que iniciaba la ronda de prensa, Kuroko se puso a reflexionar sobre su propia carrera y en cómo podía mejorar para su siguiente competencia y cayó en cuenta de una cosa.

Si quería llegar a lo más alto era hora de arriesgarse.

Porque hasta ahora él siempre había ido a lo seguro: Pocos saltos y sin mucha dificultad, apenas un cuádruple y este se encontraba generalmente en la primera mitad de sus rutinas. Si bien acompañaba esto de una buena secuencia de pasos, no era suficiente para impresionar al jurado y lograr llegar a la final del GPF ni de ningún evento internacional, por lo que era hora de hacer un cambio radical en sus rutinas.

Pero… ¿por dónde empezar? ¿Debería comentárselo primero a su entrenador o probar practicar algunos saltos por su cuenta en la pista cercana a su casa? Quizá lo mejor sería pensarlo con calma los días siguientes antes de tomar una decisión.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por las voces provenientes del televisor, la conferencia de prensa acababa de dar inicio. Como era usual, estuvo atento a todo lo que decían los patinadores, en especial Kise puesto que era el campeón actual; pero no pudo evitar notar que esta vez lucía un poco diferente a otras ocasiones. A pesar de su sonrisa y sus respuestas calmadas, sus ojos le daban la impresión de que algo no estaba bien, como si el rubio estuviera cansado o…

Aburrido.

Pero… ¿Cómo podría estar aburrido? De seguro eran ideas suyas nada más, puesto que la entrevista transcurrió con normalidad, excepto por el hecho de que no ahondó mucho en sus próximos proyectos y metas, pero bueno, siendo el campeón, de seguro seguiría preparándose para las próximas competencias, ¿qué más podría hacer?

Acabada la entrevista, Kuroko sintió la necesidad de patinar a solas un rato, necesitaba despejar su mente de tantas cosas: El hecho de aún estar lejos de lograr llegar a la final del GPF, su decisión de cambiar su estilo, pero sobretodo, su deseo de competir contra Kise.

La verdad no era como que esperara ganarle a Kise en su siguiente torneo precisamente, él apenas empezaba a ascender en la categoría sénior, aun cuando ya tuviera un par de años en ella, mientras que Kise era el actual campeón, con más experiencia y con un talento natural increíble en el deporte. Por ello, Kuroko solo esperaba una sola cosa:

Poder al menos una vez compartir la pista de patinaje de la final con él.

Al menos así la brecha entre él y Kise se haría un poco más pequeña. Porque era muy consciente de la distancia que los separaba, pero no por eso iba a darse por vencido, algún día podrían competir cara a cara y aunque no resultara ganador, al menos podría demostrar que era lo suficientemente capaz de darle pelea al campeón actual.

Sin embargo, había una razón más, una que hasta a él mismo le daba pena admitir.

Quería impresionarlo.

Quería que Kise viera lo bien que patinaba, que lo tomara en cuenta y no fuera solo "un patinador más" para él; que al menos lo volteara a ver como de seguro hacía con sus rivales más cercanos.

Pero quizá estaba dándole demasiadas vueltas al asunto, lo mejor era dejar de pensar en todo aquello por ahora, ¿qué no había ido precisamente a patinar para despejar su mente? Pues eso es lo que haría, por lo que simplemente encendió el reproductor que llevo consigo y comenzó a patinar al ritmo de la melodía sin pensar en nada más.

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Muchas horas más tarde, ya amanecía en Barcelona, sede del último Grand Prix Final y donde aún se encontraban los patinadores que habían participado de aquel evento.

Mientras la mayoría de los asistentes al evento aún se encontraba descansando luego de la cena de celebración del día anterior, Kise acababa de despertar. La verdad es que no estaba de mucho humor el día anterior, por lo que se retiró temprano de aquel evento bajo la excusa de que necesitaba descansar para partir temprano hacia su tierra natal al día siguiente, pues hacía tiempo que no visitaba a su familia y planeaba hacerlo en esta ocasión.

A nadie le extraño su respuesta, ni siquiera a su entrenador que más bien lo animó a hacerlo pues había notado a su estrella bastante apagada últimamente fuera de la pista y pensaba que un tiempo con su familia, a la que apenas veía por los constantes entrenamientos y torneos, le haría bien.

Es así que apenas el rubio despertó empezó a preparar sus cosas para el viaje, era hora de volver a Japón.

Notas finales: Y bueno, ¿Qué tal? Me gustaría saber sus opiniones c:

La verdad es que esta idea la tengo desde el año pasado cuando vi la imagen de Kise y Kuroko patinando juntos (la que está como portada del fanfic), pero hasta ahora recién me he dado tiempo de desarrollarla como es debido. Será mi tercer proyecto en esta cuenta y mi primer long fic (aunque realmente no creo que sea muy largo), así que en caso les guste pido un poco de paciencia con las actualizaciones.

Como siempre digo, acepto todo tipo de comentarios, incluso críticas siempre y cuando sean constructivas, me alegrará mucho leerlos y responderlos. Hasta la próxima~