Vacaciones con el tío Byakuya

-Y por favor, pórtate bien, ¿Sí?

Ichika miro a su mamá y asintió con una gran sonrisa. Rukia y Renji habían sido asignados a una misión importante en Hueco Mundo, y la pequeña se quedaría unos días bajo el cuidado de su adorado tío Byakuya. Si bien no solía estar con él mucho tiempo debido a que este tenía sus responsabilidades como capitán, Ichika estaba feliz por qué pasaría un tiempo con él.

-No tienes de que preocuparte, Rukia –Repitió Byakuya por tercera vez –Yo me haré cargo de todo.

Sin embargo, Rukia no podía evitar sentirse preocupada. No, no le preocupaba Ichika… le preocupaba Byakuya.

-Nii-sama, si necesitas ayuda en algo, por favor no dudes en llamarme.

-Le dije a Hinamori que estaríamos fuera… -Comentó Renji –Si necesita algo, dijo que podría llamarle capitán.

-Eso no será necesario –Insistió Byakuya, casi cansado de la situación. Podía hacerse cargo de su sobrina sin ningún problema, incluso mejor que Renji. –Vayanse antes de que se haga tarde. Rukia, recuerda que esta misión es importante para tu promoción a capitán.

-Sí, Nii-sama –Respondió con seriedad, pero después sonrió nuevamente y tomo a su pequeña hija en brazos. –Nos vemos pronto, Ichika

-¡No te preocupes, mamá! –Respondió la pequeña –Cuídate, ¡Papá! Cuida de mamá

-Por supuesto –Respondió dándole un beso en la frente –No le causes problemas a tu tío.

-¡No! –Rukia dejo a su pequeña en brazos de Byakuya

-La garganta esta lista –El Capitán Kurotsuchi los llamo –Recuerden, apresúrense a pasar por ella.

-¡Sí!

-¡Adiós, papá! –Se despedía con la mano -¡Adiós mamá!

-¡Nos vemos!

Y con esas últimas palabras de su padre y una última mirada de su madre, desaparecieron por la garganta. Ambos se quedaron mirando el lugar donde habían estado segundos atrás, hasta que finalmente Byakuya regreso la mirada a su sobrina.

-Volvamos a la mansión –Fue lo único que dijo. Ichika no respondió, y simplemente dejó que su tío se la llevara de regreso.

En el camino, la gente se les quedaba viendo, haciendo comentarios indiscretos sobre lo linda que era la pequeña y lo tierno que se veía el capitán del sexto escuadrón cuidándola. Byakuya frunció el ceño. Si hubiese sido por él, habrían regresado a la mansión en segundos con la ayuda del Shunpo; pero no pensaba usarlo teniendo a la pequeña hija de Rukia en brazos.

A diferencia de Byakuya, Ichika parecía estar disfrutando de la atención. Miraba a las personas con la misma curiosidad con la que la miraban. Sus grandes y hermosos ojos violetas se movían de un lado a otro, y de vez en cuando saludaba a la gente con la mano.

Finalmente, al llegar a la mansión Byakuya la bajo y le tomo de la mano, llevándola a través del hermoso jardín y hacia donde se encontraba el pequeño comedor. Había uno más grande, por supuesto, pero solo comerían ellos dos en esta ocasión. Al entrar un sirviente, Byakuya les dio órdenes de que sirviesen la cena.

-Vamos a que te laves las manos –Le dijo en cuanto el sirviente se retiró a la cocina. Ichika asintió y siguió a su tío al baño más cercano. Sin embargo, al ver que su sobrina no alcanzaba el lavabo, Byakuya se acercó a un mueble cercano.

-Espera.

Al escuchar a su tío, Ichika desistió de intentar pararse en puntillas para alcanzar la llave de agua y obedeció. Al ver que Byakuya sacaba un pequeño banquito de madera sonrió dulcemente. En cuanto lo coloco frente a ella, se subió a él y comenzó a lavarse las manos, contenta de alcanzar –aunque fuese con un poco de ayuda– la llave.

En cuanto hubieron terminado, se dirigieron de vuelta al comedor. Con la ayuda de Byakuya, Ichika subió a una silla alta, y una vez que se acomodó Byakuya se sentó a su izquierda. En ese instante los sirvientes empezaron a salir de la cocina con la comida. Byakuya apenas dio un asentimiento en cuanto colocaron frente a él su plato, pero su sobrina pareció más emocionada por el asunto.

-¡Whoa! ¡Se ve delicioso! –Dijo en cuanto tuvo en frente el gran plato -¡Itadakimasu!

Byakuya decidió ignorar la emoción de la niña. A veces le parecía que esta tenía más de Renji de lo que él hubiese preferido. No es que no le agradase su teniente, pero le hubiese gustado que la pequeña hubiese sido un poco más reservada, como Rukia.

-¿Qué haremos hasta que vuelvan papá y mamá, tío Byakuya? –La dulce pero demasiado alta voz lo sacó de sus pensamientos. Termino de masticar y vio dos grandes ojos viéndolo intensamente, así como una sonrisa expectante, esperando por su respuesta.

-Yo tengo trabajo que hacer en mi División… -Respondió con seriedad, ignorando la cara de decepción de la pelirroja –Así que tendrás que acompañarme a trabajar.

Esto pareció no gustarle, ya que hizo la misma cara que hacía Renji cuando le ofrecían comida picante.

-¡Pero eso va a ser muy aburrido! –Se quejó haciendo un puchero -¿No puedes pedirle a alguien que te ayude para que tengamos más tiempo juntos?

-Estaremos todo el día juntos.

-¡Pero haciendo algo divertido! –Insistió.

Byakuya pensó rápido, buscando una forma en la que Ichika aceptaría estar con él en el trabajo.

-¿Por qué no quieres ayudarme? Tu padre no está, así que tengo que trabajar más –Soltó al fin –Tu podrías ayudarme, después de todo, vas a empezar tu entrenamiento como Shinigami pronto, ¿no? Esto te serviría para aprender y ganar experiencia.

Eso pareció llamar su atención, porque miro a Byakuya con sorpresa y después regreso la mirada a su plato, inflando sus mejillas de forma bastante tierna.

-Entonces… ¿Será cómo hacer el trabajo de papá?

Byakuya asintió –Además, podrás ver lo que hará tu mamá una vez que se vuelva Capitán.

Eso también pareció gustarle, aunque aparentemente no quería demostrarlo frente a su tío. Se llevó una mano a la barbilla de forma pensativa durante algunos segundos, pronunciando un apenas audible "mmm...", hasta que finalmente le regreso la mirada y sonrió.

-De acuerdo –Dijo y siguió comiendo. Byakuya también continuo, creyendo que eso había sido todo. Sin embargo…

-¿Qué hacen los capitanes y tenientes, tío?

Frunció el ceño. ¿Renji no le había explicado nunca de su trabajo? Aunque, realmente no creyó que las historias sobre papeleo le interesaran a una niña pequeña.

Dando un suspiro, decidió darle la parte más divertida y omitir las partes que seguramente harían que se arrepintiera de ir con él al día siguiente.

-Son los superiores dentro de su División –Tomo un poco de agua, disimulando un poco su duda sobre como proseguir en el tema –Y se encargan de que todo dentro de ella funcione, así como de encargarse de proteger a sus subordinados y buscar el orden dentro de la Sociedad de las Almas.

Ichika pareció satisfecha con su respuesta, soltando solo un breve "Oh…" antes de seguir comiendo. Byakuya, igual de satisfecho con la reacción de su sobrina, continúo con su comida. Estaba masticando cuando de nuevo, la voz de su sobrina interrumpió su paz.

-Tío, ¿crees que mi mamá sea capitana pronto?

"Oh…" Así que era eso. Grandes ojos violetas lo miraban esperando una respuesta.

-Es muy probable –Dijo con seriedad –Tu madre es muy fuerte y ha mejorado mucho en sus habilidades, no dudo en que pronto recibirá el honor de ser nombrada capitana.

Ichika sonrió abiertamente, pero segundos después esa sonrisa desapareció y Byakuya se preguntó si había dicho algo mal al ver que su rostro mostraba de repente cierta tristeza.

-Entonces… ¿Ya no pasará tanto tiempo con nosotros al igual que tú?

Byakuya no pudo esconder la sorpresa en su cara. ¿Acaso su sobrina creía que él trabajaba demasiado y por eso no pasaban tiempo juntos? Era cierto, pero… ¿Ahora temía que su mamá fuera capitana por eso?

-Tu mamá no dejara de pasar tiempo contigo –Aseguro una vez que se recuperó de su distraída reflexión –Estoy seguro de que Rukia sabrá acomodarse como lo ha hecho hasta ahora, dirigiendo a su División sin descuidarte.

La niña no pareció escucharlo, porque mantuvo su mirada perdida tal y como estaba, sin decir absolutamente nada ni dirigiéndole la mirada. Al ver esto, Byakuya decidió intentar de nuevo:

-Además –Finalmente, su sobrina giro su cabeza para poder verlo –Pronto serás aprendiz de Shinigami, así que tú también tendrás que esforzarte por dar lo mejor de ti al igual que tus padres, para que estén orgullosos de ti.

Sus ojos recuperaron su brillo al escuchar eso. Asintió enérgicamente y termino su comida sin más que decir, pero con una gran sonrisa. Byakuya tampoco dijo nada más, y una vez terminada la cena decidió que debía dejar que ella durmiera para que no fuera difícil despertarla en la mañana, pues debían irse temprano a su escuadrón.

Mientras la pequeña se lavaba los dientes, Byakuya fue a preparar su habitación para que durmiera. Una vez colocado el futón, Byakuya esperaba que la niña se acostara y durmiera de inmediato. Sin embargo, ella lo miro como si estuviese esperando algo de él. Sin ninguna idea de que era lo que podría querer, decidió preguntar directamente.

-¿Sucede algo?

Ichika lo miró unos segundos, como dudando si debía decirle o no, pero finalmente soltó: -Papá suele hacerme una trenza para dormir.

Byakuya alzó una ceja, extrañado por la situación. -¿Una trenza?

-Sí, para que no se me enrede el cabello mientras duermo.

"Oh", pensó. En verdad, a diferencia de Rukia, su sobrina tenía un cabello tan abundante como el de Renji, y que en sus pocos años de vida había dejado crecer lo suficiente para considerarse largo.

-Siéntate

Obediente, la niña se sentó en el futón y Byakuya se sentó atrás de ella, quitando la cinta que amarraba su cabello en una cola alta y dejando que este cayera s u espalda. Con cuidado, paso sus dedos entre sus cabellos para quitar los nudos y una vez que lo sintió perfectamente liso comenzó a hacerle una trenza. La última vez que había hecho una fue para Hisana, quien le pidió que se la hiciera en una ocasión que, creía recordar, había sido importante. Sin embargo, Ichika tenía mucho más cabello que su esposa, y la trenza le pareció una imitación del cabello de Renji.

Reparando en eso, la niña tenía una apariencia interesante. Tenía, sin duda, las bellas y finas facciones de su madre, pero que se veían distintas al imitar las toscas reacciones de su padre. A su vez, había heredado los grandes y hermosos ojos de Rukia, pero que con el brillante pelo rojizo de Renji le daban una apariencia más amenazante.

Era hermosa, pero de una forma distinta a su madre. Rukia poseía un porte más elegante y grácil. No es que Ichika no lo fuese, pero sin duda era mucho más como su padre o como…

Como él mismo.

Claro, cuando era niño. En ese tiempo Byakuya era igual que su sobrina, y poseía una actitud más cómica que elegante. Suspiró, al menos Ichika no tendría que lidiar con esa mujer.

Una vez que termino amarro de nuevo la cinta y se puso de pie. La niña de inmediato se acomodó dentro de las cobijas y justo antes de que Byakuya saliera, lo detuvo de nuevo.

-Tío Byakuya, ¿No vas a contarme una historia?

Se detuvo en seco. ¿Quería que le contara una historia? ¿Qué clase de historia? ¿Rukia le contaba historias de princesas o algo así? ¿O Renji le contaría historias de duendes y dragones?

-¿Qué quieres que te cuente? –Pregunto sin darse la vuelta para verla de nuevo. No quería que ella viera su expresión de duda.

-¡Cuéntame la historia de cuando Ichigo te venció!

El tic en el ojo de Byakuya hizo que agradeciera no haberse dado la vuelta. Ah… ¿Esas historias eran las que le contaban? ¿De cómo el niño Kurosaki había desafiado su honor?

-¿Tu padre te conto esa historia? –Pregunto sin atreverse a girar aun.

-No, fue mi mamá.

-…

¿Rukia? ¿Rukia le había contado a su hija la historia de cómo ese mocoso lo había vencido y casi le quitaba su honor? ¿Rukia le había contado de como él, su propio hermano, había intentado matarla?

-… ¿Qué más te contó?

Ichika no respondió inmediatamente, y supuso que estaría pensando en otra historia le hubiese contado su madre acerca de él.

-¡Ah! –Al fin parecía haber recordado algo -¿Qué hay de la vez que vencieron juntos a Äs Nödt?

"¿Juntos? ¿Le dijo que lo vencimos… juntos?". Olvido de repente su anterior tristeza y sintió como su corazón se llenaba nuevamente de calor al escuchar que Rukia había contado esa historia, diciendo que habían vencido juntos.

-¿Te dijo que lo hicimos juntos?

-¡Sí! –Respondió entusiasmada -¡Dijo que tú la salvaste! ¡Y que ella estaba muy asustada y tú lograste que ella lo superara y usara su Bankai!

Nuevamente sintió una ola de calor dentro de su pecho. Finalmente dándose la vuelta y sentándose al lado de su sobrina, decidió que prefería esta historia.

-Bien…


Continuara...