Disclaimer: Ni Inazuma Eleven go, ni inazuma eleven, ni alguno de sus personajes son míos...no...no me pertenecen, son de Level-5.

Pero me complace(y avergüenza otro tanto -agrega en un rápido susurro-) decir que esta historia, es exclusivamente mía ¿De acuerdo?


Capitulo 1: El reino Dividido

De los dos chicos más importantes de Inazuma y el acuerdo de paz.

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—¡Hola, soy Matsukaze Tenma! —saludó con una voz infantil y amigable, mostrando una gran sonrisa, una vez que su abuelo-tutor (o lo que fuera que fuese de él) le hizo soltarse de su mano, alentándolo a entablar conversación con el pequeño niño de cabello morado que se escondía detrás de un señor de aspecto tenebroso.

El señor se hizo a un lado, apartándose del niño y, dándole un pequeño empujón, logró que este se acercase al otro.

—Yo… Kageyama Hikaru —respondió tímidamente, luego de que su tío le hubiera dejado sin la protección que le ofrecía y casi obligado a acercarse al niño que se le presentaba.

Y así fue como se conocieron. Un par de chicos, anteriormente distanciados, que jamás se habían visto a la cara. Claro que, cada uno tenia una vaga idea de la existencia del otro y, como no, si eran los dos niños más famosos del reino de Inazuma.

Tal, era un magnífico reino, tranquilo, pacífico. Donde todas las personas podían volar libremente con sus alas de insectos; todas de diferentes tamaños, colores, textura, transparencia, velocidad, y belleza. Eso sí, cada una estaba hecha específicamente para su dueño y justamente era esto lo que más las hacía lucir.

Sin embargo, el reino ahora no era tan pacífico como antes. Es decir, en estos momentos se hallaba dividido en dos. Y todo esto por una simple razón: monarquía o república.

Ambos hombres, uno claramente más joven que el otro, los habían traído ahí, en una especie de cita.

No de aquellas románticas y llenas de flores, arco iris y comida color de rosa que hacia que todo acabara en cosas aún más rosas... No. Después de todo: ¿para qué querrían aquello un par de niños con tan solo seis años de vida?

Era más bien una cita de juegos para que se diviertan, jueguen, sigan divirtiéndose, jueguen aún más y lo que fuera que hiciesen los niños para divertirse.

... O algo así ellos tenían planeado.

Sin embargo...

—...

El ambiente entre ellos era más bien tenso.

Daisuke Endo, uno de los hombre ahí presentes, era el mejor en el vuelo. Sabía hacer maniobras estupendas y a pesar de la vejez, tanto propia como la de sus alas, las realizaba con igual agilidad que en su juventud. Su habilidad estaba en haberse superado a sí mismo. Sus alas eran de mosquito, pero no de cualquiera, sino de uno de una raza casi extinta y gigante, por lo tanto sus alas eran grandes como las de un mosquito gigante.

Él era una de las caras de la división. El líder de la revolución, de los que querían una república.

—Ejem —intentó romper la tensión comenzando a hablar—. Tenma, ¿por qué no vas a… jugar con Hikaru?

El pequeño de ojos azul metálico le miró curioso antes de asentir y sonreír con alegría. —Sí, Endo-san.

Tenma, al que le gustaba ser tuteado, tenía unas alas jóvenes y pequeñas pero a la vez hermosas y translúcidas, como de cigarra, que presentaban unos nervios de un color castaño cobrizo. Sus ojos eran azules, pero no cualquier tipo, sino un azul metálico casi gris y su cabello era castaño y alborotado. En ese momento llevaba puesto un pantalón deportivo azul celeste, tenis, una camisa blanca y una sudadera amarilla con gorro incluido.

Se podría decir que sería el siguiente al mando de la revolución, después del verdadero nieto de Daisuke: Endo Mamoru. No tenia ningún parentesco con los Endo, sin embargo, el chico, huérfano de ambos padres, fue visto con buenos ojos por Daisuke y desde entonces es, casi, como su propio abuelo.

El chico le tendió la mano a Hikaru y aun sonriendo. —¿Quieres jugar conmigo, Hika-chan?

Curiosamente, el otro retrocedió al sentirse un poco amenazado por la mano se le estaba tendiendo, sin saber que hacer dirigió su mirada nerviosa y completamente en pánico a su tío, que era de las pocas personas que le inspiraba confianza.

Kageyama Reiji era el líder de aquel reino, el rey. Por lo tanto, era la otra cara de la división del reino. Era conocido por ser un gran estratega con grandes conocimientos y admirado por ellos, haciendo que más de un candidato estratega a ser su sucesor se presentase para su puesto. Alas magnificas, de cómo pocas hay, de una libélula, de colores iridiscentes... simplemente magníficas.

Debido a que no tenia hijos, por obvias razones, aquel que heredara su puesto como estratega, también heredaría el trono… o por lo menos eso era lo que muchos creían. Pero entonces apareció su sobrino y se supo que sería éste el heredero directo al trono.

—Vamos, Hikaru, no tengas miedo —le alentó en, como pocas veces se le llegaba a oír, tono consolador y hasta se podría decir que era casi paternal.

Hikaru Kageyama, un niño en lo bastante peculiar. Tenia el cabello morado y corto, además de un curioso peinado bastante alborotado. Ojos azabache y con un par de extraños reflejos, el derecho blanco y el izquierdo café. Y, para acabarla, un par de alas, aun pequeñas (pero que evidentemente en un futuro alcanzarían una perfecta forma y tamaño) de mariposa, de un azul brillante y alegre. Estaba vestido con una camiseta blanca de manga larga, una especie de chamarra, pero con las mangas por hasta los codos color verde militar y unos pescadores a juego con la chamarra.

El sobrino de Reiji. El heredero al trono.

En otras palabras…

El príncipe.

Esto era lo que hacia a ambos niños los más famosos del reino.

Aún algo intimidado y nervioso, tomó la mano ajena con la suya temblorosa. Tenma le veía extrañado y con mucha curiosidad a la vez, como ido en un principio. Por fin, Hikaru murmuró un "S-sí" haciendo que el otro dejase de soñar despierto y le sonriese.

—De acuerdo, Hika-chan. ¡Vamos a divertirnos mucho, ¿sí?!

Y entonces, corriendo, desapareció de la habitación jalando a Hikaru consigo, casi arrastrándolo, quien solo gritaba asustado de la hiperactividad del otro recibiendo a cambio risas divertidas.

—Muy bien.

Kageyama Reiji se sentó e invitó a Endo Daisuke a hacer lo mismo.

—¿De que querías hablar?

Lo que sucedió solo sería relevante varios años después.

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—Buenos días, he venido a presentarme ante usted, Kageyama-san. Mi nombre es Endo Mamoru —se presentó un hombre, con las mismas alas de mosquito que su abuelo, sobresaliendo de su espalda de manera elegante apesar de parecer un tanto más descuidadas a comparación con las de Daisuke. Portador de ojos marrones y cabello del mismo color, con una banda anaranjada sosteniéndolo.

—Ya veo —dijo el hombre, que en comparación con el joven nieto del "dueño de los cielos" se veía mas viejo y demacrado.

—Disculpe señor, mi abuelo ha desaparecido misteriosamente, así que soy el siguiente en la línea sucesora —dijo el hombre mostrándose preocupado por su abuelo, sin embargo, perecía comportarse serio y calmado, claro que, con veinticinco años cumplidos, era así como debía comportarse.

—Mamoru-san...

Una voz, ya más grave, le llamó mientras le daba unos ligeros golpecitos en el hombro para llamar la atención. —¿Puedo ir con Hika-chan a jugar? —con doce años ya cumplidos ambos, sonaba un poco raro el que fueran a "jugar" (teniendo en cuanta las responsabilidades que cargaban en sus espaldas), pero como ambos eran aun bastante inocentes, ambos hombres sabían que de verdad irían a eso.

Tenma había crecido al igual que todo niño en aquellos años; su cabello, ahora mas largo, tenia unos curiosos remolinos formados en ambos lados de la cabeza; sus alas ahora eran lo bastante grandes para lucirse con su brillante transparencia. Y, como siempre, portaba unos aires de alegría e inocencia. Su vestimenta actual era una camiseta verde de manga larga, con una chamarra de manga hasta los codos color amarilla, igual al de la que portaba hacia años, y unos pescadores azul oscuro.

—¿Eh…? Yo no sé si… —Y Endo dirigió su mirada al hombre mayor, que de inmediato asintió ante la silenciosa pregunta del castaño—. ¡Claro!—se interrumpió a si mismo con una radiante sonrisa, quitándole toda seriedad a la pose que había estado guardando hasta ese momento.

Hikaru, en cambio, permaneció al lado de su tío, un paso atrás. Su rostro con el paso de aquellos seis años ahora se veía serio y sus ojos casi nunca mostraban estar presentes en aquel lugar, siempre parecía ausente. Sus alas ya habían crecido lo suficiente para mostrar un increíble esplendor y hermosura como muy pocas. Esta vez llevaba puesta una camisa de botones blanca, como tipo escolar o de traje, y unos shorts color café rojizo, con unas medias por debajo color vino, debido al clima.

—¡Sí! —dijo agarrando de la mano, a su amigo, que ya acostumbrado, no pudo reprimir una pequeña sonrisa—. ¡Vamos, Hikaru!—hablaba mientras aleteaba alegremente y jalaba al otro chico que le imitó y al sentirse en confianza dejo escapar unas carcajadas divertidas y alegres.

Una vez ambos menores salieron de la sala, los dos mayores sonrieron al lugar por el que se habían perdido de vista.

—Por eso fue por lo que decidí hacer el acuerdo con tu abuelo.

—¿Eh? —Endo se confundió—. ¿De qué habla?

—¿Daisuke no te lo dijo? —devolvió la pregunta, no muy sorprendido de aquello, sin embargo no dejo que el otro respondiera, ya que era evidente—. Hace más o menos seis años, quedamos en un acuerdo de paz, en el cual mi sobrino, Hikaru, y Tenma, su… —dejó un espacio, viendo a Endo mientras esperaba una respuesta a su muda pregunta.

—Me cuesta trabajo saber como qué tipo de relación tenemos, por la diferencia de edad, se podría tomar todavía como si fuera un hermano menor, pero hay veces que lo siento más como si fuera un hijo —se explicó Endo, mientras miraba al suelo y se rascaba la mejilla nerviosamente debido al sonrojo que le había aparecido. Nunca había revelado aquello a nadie… bueno, solamente a él.

Kageyama sonrió levemente.

—Me pasa lo mismo —dijo con empatía—. No será mi hijo, de hecho, jamás quise uno, sin embargo, si hubiera tenido que elegir a mi primogénito, creo que hubiera aceptado que Hikaru lo fuera.

A Mamoru le extrañó esto. Por lo poco que sabia de el, era que solía ser distante y frio…su abuelo siempre le dijo que no había que dejarse llevar por los rumores, y lo enfatizaba más cuando le llegaba a oír expresándose mal del rey. —¿En que consiste aquel acuerdo de paz? —preguntó volviendo a la seriedad, recordando aquel asunto.

Kageyama por un momento pareció que no se había enterado de aquella pregunta, sin embargo, pronto sacó algo de uno de los cajones de su escritorio.

—Será más fácil si lo lee —sugirió entregándole un pergamino, que a pesar de verse algo viejo, estaba en perfecto estado, muy bien conservado.

Los ojos del joven miraron aquella hoja con curiosidad. La desdobló y sus ojos zigzaguearon mientras leía línea tras línea.

Segundos después, éste abrió los ojos sorprendido.

—P-pero… esto significa… —dejó la frase al aire, eso era demasiado extraño de su abuelo… que aceptara un trato como ese…

Lo único que recibió en respuesta fue un asentimiento con la cabeza.


Eso de las alas... si, este es un alternative universe, donde, bueno, todos tienen alas...y...poco a poco, y conforme avance la historia, vendrán pasando mas cosas y así irán comprendiendo el que con esto. Lo tenia en mente desde hace un rato, y se que tengo historias pendientes pero... bueno, mi imaginación volvió y ya se como continuar las otras. (Lectores, alégrense, ya tengo casi la continuación de inesperado :3)

Y para que se den una idea de las alas de cada uno...aqui les pongo los links de las imágenes, solo, ya saben, quiten los espacios y listo:

Daisuke y Mamoru Endo: lady1710 . files . word press . co . m /2008/04/1265149 . jpg (tambien borren el punto entre co . m)

Tenma Matsukaze: img135 . imageshack . us / img135 / 4198/cigarra5ly . jpg

Kageyama Reiji: 4. bp . blogspot . co . m /-J4tzul -doEY/ UGV6khQq _gI/ AAAAAAAACOE/ LRbc7WVBNIg /s1600/ Libelula - Indigo . jpg (igual borren el punto entre co . m)

Eu~ no presten mucha atención al insecto, es solo cosa de ver las alas.

Y bueno, las de Hikaru... sino mal recuerdo, si le dan un click a la imagen del fic se puede ver... medianamente bien jajaja-risa nerviosa- lo siento, es que no encontré exactamente el tipo de alas de Hikaru de una mariposa real, es que son como de una monarca pero color azul y...no las encontré.

Gracias por leer.

Nos leemos en el proximo ;D