PROLOGO
La habitación estaba en penumbras, a excepción de una tenue luz que iluminaba la estancia. Justo como yo había solicitado. La oscuridad me invitaba a pasar, me incitaba a confiar, pero yo sabía bien que ya no podía confiar en nadie.
Él me estaba esperando, sentado en un sofá, lo único que podía divisar de él eran sus zapatos, negros Frank Wright, modelo Stein. Esto me hacia imaginar el tipo de hombre que era. Presentía que era alto, complexión delgada. Un hombre moderado que tenia buen gusto en zapatos.
Yo lo había contactado ya hacia 2 semanas, y le había explicado detalladamente lo que necesitaba que hiciera, para que yo pudiera acudir a verlo.
Lo había pensado muy bien, no podía dejar que supiera mi identidad, pero necesitaba que me escuchara, y quien mejor que un psicólogo premiado por la American Psychological Association, el Premio Interamericano de Psicología y Premio Rubén Ardila a la Investigación Científica en Psicología, por sus numerosos aportes en el mundo psicoanalista. Eh viajado lo suficiente como para saber que ÉL era el más indicado para escuchar mi historia.
-"Muy buenos días señorita Kinomoto, he buscado toda la semana por esta cita"-la voz de este hombre era de barítono. Tenia un cierto aire de tranquilidad y seguridad. Probablemente me hubiera interesado conocer a este hombre, si nos hubiéramos conocido de otra manera.
-"Puedo asegurarle que lo mismo he hecho yo señor Tsukishiro"-le dije, estrechándole la mano y sellando un pacto de mutuo entendimiento-"Me han hablado de lo magnifico que es en su campo".
-"Me alaga. Señorita Kinomoto"-respondió. No podía ver su rostro, pero sabia bien que estaba sonriendo, su voz lo denotaba-"Debo decir que los arreglos para esta cita, en particular, me han causado una intriga muy grande".
-"Bien, entonces comencemos para así poder disipar sus dudas"-le conteste en un tono amigable. Siempre había sido buena con eso de fingir amabilidad frente a los demás.
-"Bien, que le parece si comenzamos por ¿qué hacemos aquí?"
-"Buena pregunta"-conteste-"¿Por qué no empezamos por el principio?"
El rió, como si hubiera hecho una broma, esta era mi forma amable de decir que me dejara hablar a mi, y que se callara.
-"Y ¿Cuál es el principio?"-esa si era una buena pregunta.
Aun no lo averiguaba por mi misma. Pero al fin y al cabo estaba aquí para esto ¿no es así?
-"Como todo clásico de la literatura comencemos por el "Había una vez"- Es así como YO pensaba que debía de comenzar la historia.
Y es así como comienzo con una nueva historia. Se que creen ya tener la certeza de quien es quien narra esta historia, pero puedo asegurarles que no creo que estén cerca de adivinar de quien se trata este peculiar personaje. No es parte del programa, sino un personaje que salio de mi total imaginación, pero me va a ayudar a contar los hecho que sucederán en esta historia.
