Declaimer: Los personajes no me pertenecen, sino a S. Meyer. La historia tampoco es mia es de SpringHiller09, yo solo traduzco con su autorización.

Capitulo 1: Fuera de mi elemento

Bella POV

Edward y yo hemos estado en un bache durante los últimos seis meses, desde que el matrimonio de sus padres comenzó a tener problemas. Yo amaba mucho al chico pero ya no había chispa. Hemos estado juntos desde el verano antes de segundo año, y como el último año se acercaba, yo extrañaba esa chispa que teníamos hace tanto tiempo. Había días en los que me llevaba lejos de la ciudad y lanzaba fuegos artificiales ilegales para mi. Era romántico y espontaneo, ahora él era un fracaso en las citas. Ahora en vez de fuegos artificiales, era una cena y una película en nuestras citas.

Nuestra vida sexual se había reducido en gran medida también. Antes había días, cuando no había nadie en casa, en los que pasábamos todo el día juntos en la cama. Ahora teníamos relaciones sexuales en la parte de atrás de su auto porque ambos sentíamos que teníamos que hacerlo. Yo no estaba en la relación solo por el sexo, pero le añadía algo. Él había sido mi primera vez y yo la suya. Me sentí afortunada de haber perdido mi virginidad con el hombre del que estaba enamorada, en lugar de algún jugador de futbol caliente, como hizo Jessica. Extrañaba la cercanía que viene con dormir juntos también. Antes, apenas podíamos mantener las manos alejadas del otro, y ahora tenía suerte si él tocaba mi trasero mientras ponía sus manos en mi cintura.

El hecho de que el matrimonio de sus padres estaba llegando a su fin no ayudaba mucho tampoco. Él me dijo que todo lo que sabía del amor lo había aprendido de sus padres. Me dijo que ellos habían tenido a su hermana, mi mejor amiga, Alice, temprano. Ellos tenían veintiún años cuando la tuvieron, y veintidós cuando tuvieron a Edward. Pero hicieron que funcionara a través de los tiempos difíciles porque se amaban. Asi lo hicieron diecinueve años sin ningún problema. Pero Esme había decidido quedarse en casa con Alice cuando ella nació en lugar de depender de su madre, y no siguió su sueño de ser una diseñadora de interiores de alta clase. Carlisle le había dado, recientemente, la oportunidad de cumplir su sueño, enviándola de vuelta a la escuela y le dio dinero para empezar un pequeño negocio.

Bueno, la dulzura de Carlisle y su voluntad de dar, le hicieron más daño que bien. Ellos habían arreglado para que funcionara mientras que ella estaba en la escuela. Pero cuando su negocio empezó a despegar hace nueve meses, su relación hizo lo opuesto. Ella estaba tan envuelta en su trabajo que se olvidó de su esposo. Me rompía el corazón ver a Carlisle sentado en el sofá a la mañana, un libro sobre su pecho, profundamente dormido después de esperar toda la noche a que ella vuelva a casa. Mi padre, quien conocía a los Cullen desde que se mudaron a Forks catorce años atrás, acusaba a Esme de tener una aventura. Pero Carlisle era confiado y no la cuestionaba sobre donde estaba cuando no regresaba a casa. Yo no quería ser quien lo destruyera diciéndole que probablemente sea cierto.

Alice, que era dos años mayor que Edward y que yo, pasó la mayor parte de estos problemáticos meses en la escuela en Seattle. Pero estando a tres horas de distancia no se le ocultaban los problemas del matrimonio de sus padres. Hubo incontables noches en las que yo había estado al lado de Edward, mientras él estaba hablando por teléfono con Alice intentando encontrarle un sentido a todo. Ella estaba tratando de ser fuerte por su hermano menor y por su padre, pero yo me daba cuenta de lo mucho que esto la estaba matando. Ella y su madre eran mejores amigas cuando Alice era mas chica e incluso ahora, y no quería creer que su madre pasaba noches enteras en la oficina o con los clientes. Ella también confiaba en su madre, eso o ella era muy ingenua.

"¿Acaso Edward hace algo especial esta noche?" Alice preguntó después de que habíamos llegado a casa de nuestra noche afuera.

"No en realidad… Quiero decir, me lleva a un restaurante más lindo que el anterior. Pero es lo mismo todas las noches." Le dije mientras caminábamos a la cocina. A pesar de que Alice era la hermana de Edward, todavía podía hablar con ella sobre todo. Incluso mi vida sexual con su hermano… pero dejábamos afuera los detalles.

"Ustedes han estado saliendo por dos años hoy… y él… ¿no hace nada?" Ella preguntó, claramente enojada con su hermano menor. Alice estaba tomando los problemas de Carlisle y Esme tan mal como Edward lo hacía, pero ella no dejaba que interfirieran con su vida personal.

"No. Está bien, de todos modos. Quiero decir, esperaba esto."

"¡Pero Bella, esto es algo grande! La relación más larga que yo he tenido solo duro siete meses." Ella dijo, refiriéndose a Sam, el hombre con el que juro casarse algún día. "Dos años es mucho tiempo."

"Tal vez, pero es solo tiempo." Yo respondí, encogiéndome de hombros mientras nos sentábamos en la cocina. "Además, Edward y yo no hemos tenido mucho de una relación en meses. No es una sorpresa."

"Bells, tienes que hablar con él acerca de esto. No es justo para ti si él te mantiene encadenada a través de esto."

"¿Crees que me esta encadenando?"

"Bueno, no creo que lo esté haciendo apropósito… pero si, lo hace." Ella me dijo y mi estómago empezó a girar. "No te estoy diciendo que él no te amé o que te esté utilizando. Pero tienes que hacer algo."

"Él solo está atrapado con lo que está pasando con sus padres. Tengo miedo de que él haya perdido la esperanza en el amor o algo así."

"Edward no. Él ha estado buscando a su "princesa" desde que tiene cinco años." Ella me dijo, riendo. Él había sido forzado a ver la Cenicienta con Alice cuando era pequeño, y le dijo a todo el mundo de que él se iba a casar con una chica como Cenicienta.

"Si…Solo pienso que él creía en eso por sus padres." Suspire.

"¿Bella?" Alice preguntó casi en un susurro. "Mis padres van a salir de esto… ¿verdad?" Ella preguntó. Yo quería prometerle que lo harían, pero no tenía ni idea. Siempre pensé que mis padres envejecerían juntos. Pero un día, mi madre me llevo a por un helado y nunca volvimos a casa después de eso. Ella me dijo que ella y papá habían discutido por amor y como una niña de ocho años, le creí. Pero a medida que fui creciendo, encontré sus viejas cartas de amor a su actual marido, Phil, que se remontaban a cuando yo tenía siete. Mi madre abandonó a mi padre por otro hombre.

"Espero que si, Alice." Suspire, tomando su mano. "Las personas pasan por momentos difíciles. Quiero decir, ellos han estado casados durante veinte años."

"Es solo un número. Me refiero, mira a Tom Cruise y Katie Holmes… pareja perfecta, ¿no?" Ella preguntó mientras yo asentía con la cabeza. Alice era genial con metáforas sobre celebridades. "FALSO. Ellos firmaron el divorcio."

"Algunas personas no están destinadas a durar para siempre, Alice." Le susurre mientras miraba a lo lejos. "Pero algunas otras si. Mira a los Cosby. Han estado casados por casi cincuenta años y siguen fuertes."

"Supongo… pero…"

"Tus padres podrían ser los Cosby… solo tienen que superar este pequeño bache." Le dije, y su rostro se relajó un poco.

"Bella tiene razón, cariño." Carlisle dijo mientras se acercaba a la cocina, asustándonos a ambas. "Los matrimonios no son perfectos. Y ellos llevan su tiempo. Las cosas van a salir bien." Él dijo, agarrando una botella de whisky del armario. Carlisle no era alcohólico… pero él estaba empezando a beber más y más y nos asustaba a los tres de nosotros de que él acabara en coma.

"Papá, creo que deberías dejar el whisky por esta noche." Dijo Alice.

"Alice, cariño, solo ayuda a calmar mis nervios." Él dijo, besando la parte superior de su cabeza. "Estoy bien". Mintió. Él no estaba bien, y estaba bebiendo para pensar que si. Alice quería tener fe en su padre, pero su fe en él podría matarlo.

"¿Cuándo va a estar mamá en casa?" Ella pregunto mientras lo seguía en la cocina.

"Probablemente no demasiado tarde. Ella tiene un plazo más corto de lo que acostumbra… asique ella necesita un tiempo extra en la oficina. Ustedes dos vayan a la cama. Son casi la una de la mañana." Insto, y Alice y yo de mala gana hicimos lo que nos dijo. Hablamos en su habitación un rato más y luego me fui hacia la habitación de Edward. Hacía tiempo que él se había dormido, asique me coloque mi pijama y trate de acurrucarme junto a él.

Fue una noche en la que no dormí por alguna razón. Yo no podía dejar de pensar en Edward y en mi rompiendo. Claro, estábamos en una rutina, pero era una etapa e íbamos a superarlo. Edward era el chico con el que quería estar, ya sea viendo una película o hacer un viaje de fin de semana a Portland para un festival de libros.

Me desperté mucho antes que él y no pude volver a dormirme. Me puse una de sus sudaderas y me dirigí escaleras abaja para hacer el desayuno. Esme era la única de ellos que podía cocinar, y yo rezaba para que si ella los dejaba, contrataran un chef privado. Yo no siempre iba a estar para cocinarles como lo he estado haciendo. Mire en la habitación de Carlisle y Esme, las sabanas estaban arrugadas, asique supe que alguien había dormido allí. Mi corazón se rompió cuando vi a Carlisle, el televisor en silencio y una botella vacía de whisky en la mesa de café, dormido en el sofá.

Yo sabía que ellos no querían poner fin a su matrimonio por Edward y Alice, pero serían más felices que ahora. Incluso Carlisle sería más feliz al no tener que preocuparse cuando ella vuelve a casa. Eso pondría su mente en paz. Trate de llegar a la cocina sin despertarlo, pero me tropecé con una mesa y derribe un portarretrato.

"¿Bella?" Oí la voz rasposa de Carlisle desde detrás de mi.

"Lo siento, no fue mi intención despertarte." Dije, recogiendo el portarretrato, agradeciendo en silencio a Dios de que no estaba roto.

"Está bien. Un poco más y mi espalda me dolería por una semana." Trato de reír pero vi el dolor en sus ojos. "Este sofá no está hecho para dormir en él."

"¿Entonces por qué no esperas en tu habitación?" Le pregunte, sentándome en la mesa de café frente a él.

"Yo quería asegurarme de que Esme llegue a casa a salvo."

"Carlisle… las sabanas estaban arrugadas. Ella estuvo allí." Le dije, y él inclino la cabeza hacia abajo para mirar al suelo.

"Ella… ella no quiere que duerma en la misma cama con ella." Susurró y mi cuerpo se llenó de ira. Ella era la que estaba causando problemas, ella debía ser la que durmiera en el sofá. "Ella me hecho de la habitación."

"Bueno, eso es absurdo. Ustedes son marido y mujer… ella no debería estar haciendo eso." Yo le dije, y vi una leve sonrisa. "Carlisle te mereces algo mejor que esto." Le dije. Los Cullen eran más que la familia de mi novio, eran mi familia también y me mataba ver a todos sufriendo. Especialmente Carlisle que siempre era tan feliz y positivo acerca de la vida antes de que Esme comenzara a actuar raro.

"Los matrimonios están llenos de momentos difíciles. Esme y yo vamos a superar esto." Pude ver que el brillo que normalmente tenía en sus ojos, incluso después de que los problemas surgieran, había desaparecido completamente. "Sé que Esme no ha sido la mejor esposa estos últimos meses pero… Yo la conozco. Conozco lo bueno en ella." Dijo antes de oír el agua corriendo en el baño.

"Voy a hacer el desayuno." Dije, poniéndome de pie y dirigiéndome a la cocina. "¿Algo en especial?"

"Hmmm… Podrías hacer esas tortitas con trocitos de chocolate que tu haces" Él me dijo mientras se levantaba y me seguía. "Creo que voy a ayudar."

"¿Estás seguro de que es una buena idea?" Le pregunte, la última vez que me "ayudo" a hacer algo la sartén se incendió.

"Hey… He estado mejorando."

"¡Eso fue hace solo una semana, Carlisle!" Me rei cuando sacaba los huevos de la nevera. "Aquí, rompe estos en un recipiente."

"Vaya, gracias." Él comentó sarcásticamente. Carlisle lo estaba haciendo muy bien hasta ahora, él podía romper esos huevos, y medir los chips de chocolate. Saque la batidora eléctrica del armario y la enchufe. "¿Puedo hacer los honores?" Él pregunto, tendiendo su mano.

"Claro." Le dije, entregándole la batidora. "Solo asegúrate de no…" Empecé a decirle antes de que él prendiera la batidora al máximo y la leche, la harina y los huevos salieran para todas partes. Las paredes, nosotros. "… encenderlo en máximo."

"Oh Dios, lo siento mucho Bella." Él dijo, tratando de ocultar su risa. Yo también me reí, nunca había visto en su cocina un desastre tan grande. Esme estaba orgullosa de su cocina, siempre estaba limpia.

"No te preocupes." Le dije, estallando en carcajadas. Mi risa se extendió rápidamente a Carlisle, y por primera vez en meses, vi esa hermosa sonrisa que él tenía. "No he visto tu sonrisa en mucho tiempo." Le dije sin pensar.

"Si, bueno… a veces es bueno sonreír." Él dijo, y me di cuenta lo cerca que estábamos uno del otro.

"¿Qué está pasando?" Edward pregunto mientras se acercaba a la cocina. Estaba recién duchado y afeitado, usando la colonia que le había dado para Navidad, que me volvía loca. Incluso algo como esto, que hacía a Carlisle reír, no le daba a Edward el deseo de sonreír solo un poco.

"Tu papá intento ayudarme a hacer panqueques." Me reí, agarrando una toalla de papel para limpiarme la mezcla de la frente. "Eso no funcionó."

"Lo puedo ver." Dijo, agarrando un plátano. "Ustedes vayan a limpiarse… Yo me encargo de esto." Él dijo como echándonos de allí y empezó a limpiar la mesa. Yo subí las escaleras hacia la habitación de Edward para tomar una toalla y juntar mi ropa antes de dirigirme hacia el baño para ducharme. Abrí la puerta, estúpidamente, sin llamar y me encontré cara a cara con un Carlisle desnudo.

"¡Oh! ¡Dios mio!" Grité mientras él envolvía una toalla alrededor de su cintura. "Lo siento MUCHO." Exclamé antes de salir corriendo del baño y volver a la habitación de Edward. Ese día no era mi día de suerte. Espere hasta ver la puerta de la habitación de Carlisle cerrada para ir hacia el baño a tomar mi ducha. Carlisle y yo no hablamos, ni siquiera nos miramos durante el resto del día, y yo no podía dejar de pensar en eso.

X-X-X

Evite la casa de los Cullen por el resto del fin de semana, demasiada avergonzada para mostrarle mi cara a Carlisle. Yo sabía que era lo que veía cuando lo miraba, y él lo sabía también. Apenas podía pensar en eso sin que una brillante sombra de color rojo me inundara. Pero no podía evitarlo para siempre, y cuando Alice me pregunto si me uniría a ella en una noche de chicas antes de que ella volviera a la escuela, tuve que soportarlo e ir a su casa.

Edward había salido con Emmett de nuevo, parecía que ponía más esfuerzo en su amistad con Emmett que en nuestra relación. Trate de que no me afectara, solo quería tener una noche de diversión con Alice, pero cuando entre por el camino y vi que su coche no estaba allí, mi corazón comenzó a doler. Yo no quería que él abandonara a su mejor amigo, pero ni siquiera repartía su tiempo en forma igual.

"Hey." Saludo Alice antes de que yo saliera de mi camioneta. Tome mis cosas del asiento de atrás y me baje del coche, solo para tropezar en el camino hacia la entrada. Mi cara se puso caliente de vergüenza mientras que Alice corría a mi lado.

"¿Estas… estas bien?" Ella me pregunto, tratando de ahogar su risa.

"Estoy bien." Le dije, levantándome y recogiendo las cosas que se habían caído sobre la tierra. Pero cuando recogí mi mochila, un dolor punzante recorrió todo mi brazo y yo sabía que no estaba bien. "¡Ay!" Exclamé, dejando caer la mochila.

"¿Qué pasa?" Preguntó Alice, recogiendo todo y llevándome dentro de la casa.

"No es nada, en realidad." Le mentí, frotando mi muñeca, tratando de hacer que el dolor desapareciera.

"¡Bella, tu muñeca se está hinchando!" Alice señalo y corrió hacia mi. "Voy a buscar a mi padre."

"¡No!" Grité antes de que pudiera moverse. Yo no quería lidiar sobre este asunto con él después de lo que ocurrió el sábado en la mañana.

"Bells, tu muñeca puede estar rota." Dijo mientras salía de la habitación. Volvió con Carlisle un minuto más tarde y yo sabía que mi cara estaba cada vez más roja mientras se acercaba a mi. Se sentó frente mío y suavemente me agarro la muñeca. Él la giro, haciendo que yo pusiera una mueca de dolor.

"No está rota, es solo un esguince. Alice, ¿puedes ir y traer un poco de hielo?" Él preguntó y ella salió a toda velocidad hacia la cocina. "Debe sanar rápidamente." Dijo, sonriendo.

"Gracias." Murmuré, sin querer encontrarme con su mirada.

"Bella, esto es una tontería. Lo que paso el sábado no fue nada." Dijo, yo mire hacia arriba y vi el brillo en sus ojos empezando a formarse de nuevo. Alice regresó con el hielo, y Carlisle la envió a la tienda a comprar un poco de Percocet. Dejándonos solos. "Por favor, no me gusta cuando no hablamos." Ummm… ¿Qué?

"¿Qué?" Le pregunte, mientras colocaba el hielo en mi muñeca hinchada.

"Durante estos últimos meses… tú has evitado que cada uno de nosotros se volviera loco. Sé que Edward no ha sido el mejor novio últimamente… pero no sé donde estaría sin ti a su alrededor. Y Alice, ella te ama y yo estoy muy agradecido de que tenga una amiga como tú."

"Para eso son los amigos, ¿no?" Le pregunté mientras él levantaba la vista de lo que estaba haciendo y la clavaba en mis ojos. "Para ayudarlos en las buenas y en las malas."

"Si, eso es… eso es para lo que están hechos los amigos." Él susurró y cuando lo mire a los ojos, empecé a sentir algo más por él, algo más aparte de que sea el padre de mi novio. Sentí como el latido de mi corazón comenzaba a acelerarse y mis manos empezaron a sudar. Él puso su mano en mi mejilla, y yo me mordí los labios en anticipación. Se acercó hasta que estuvo a pocos centímetros de mis labios. Por desgracia, la puerta principal se abrió y Alice entró. Nos separamos de golpe y él comenzó a buscar en su bolsa algo para envolver mi muñeca.

"Aquí están los analgésicos." Alice dijo, entregándole la bolsa. "Ellos dijeron que no hay recargo para clientes repetidos." Se echó a reír mientras se sentaba en el sofá. Mi ritmo cardiaco empezó a disminuir, pero me descubrí a mi misma deseando que él termine lo que empezó.