Advertencia: Hora de un fic completamente nuevo, que no me cae nada mal :p. Saludos a quienes me hayan leído antes, y les doy la bienvenida a los nuevos lectores, y espero que le den una oportunidad a esta historia.
Día 1 – Reunión 1
Kagura y Kanna se encontraban en el comedor del palacio, degustando unos cuantos tragos de sake (Kagura bebía, Kanna sólo se quedaba allí sin hacer nada). Naraku les había dado la indicación de que se le esperara allí, pues tenía algo importante que anunciar, y desde entonces Kagura y Kanna asistieron ipso facto, mas Naraku parecía haber perdido la hora.
─ Qué aburrido. Espero que Naraku venga rápido, o acabaré ebria de tanto beber sake…
─ Podrías dejar de beber, Kagura ─ sugiere Kanna, y su hermana se limita a gruñir.
─ Hola, mis creaciones. Espero no haberlas hecho esperar ─ llega Naraku con todo el semblante de haber recién despertado.
─ No te preocupes, justo acabamos de llegar ─ se fuerza a mentir Kagura.
─ Perfecto. Había estado pensando que necesitamos organizarnos para así coordinar nuestros golpes para así seguir haciendo cuadritos la vida del miserable de Inuyasha ─ empieza Naraku, y sus dos primeras creaciones le escuchan con atención ─. Durante mucho tiempo me he puesto como objetivo convertirme en un youkai completo, y de ese modo podré lograr mi objetivo de llevar el terrorismo youkai por todo el territorio, y ustedes han venido para ayudarme en ese sentido…
─ Por favor, Naraku, déjate de introducciones y dinos qué es lo que quieres ─ dice Kagura al perder la paciencia.
─ El caso es que nos vamos a conformar en un consejo de sabios ─ declara Naraku, en un momento tan extraordinario que incluso Kanna no evita levantar las cejas ─. Si vamos a putear a Inuyasha, Sesshomaru y Koga, al menos vamos a putearlos bien, y este consejo de sabios es la manera perfecta para planear nuestros movimientos.
Kanna no opina nada al respecto, mientras que Kagura bufa con fastidio. La idea de conformar un consejo sólo para estar entrando y saliendo de escena cual mosquitos y atacar a Inuyasha y los demás le parecía bastante ridícula, pero algo en su interior le decía que Naraku apenas empezaba.
─ Se me estaba olvidando, también debemos encontrar la manera de hacer a un lado a Kikyo, pues sé que ella sólo desea deshacerse de mí y de la perla ─ Kagura pone cara de no me digas ante lo que dijo Naraku ─. Esa sacerdotisa es demasiado rencorosa. Sólo la herí un poquito, y no piensa sino en verme bajo tres metros de tierra…
─ Lamento interrumpir tus divagaciones, Naraku, pero ese "herí un poquito" le había causado la muerte. Yo no perdonaría al que lo hizo si tuviera la oportunidad de volver.
─ Pero eso fue hace cincuenta años ¿Es que Kikyo nunca se olvidará de ello? ─ Kanna y Kagura intercambian breves miradas ─ Por eso es que Kikyo no me cae para nada bien, es vengativa como nunca he conocido a nadie. En las memorias que guardo de Onigumo, les puedo asegurar que ninguna de las personas que él mató se han intentado vengar.
Si no fuese Naraku el que contase tamañas estupideces, Kagura no hubiese dudado en desternillarse de risa, mientras que Kanna sólo mira un rato su espejo, como si aquello fuera mucho más interesante que el discurso de su creador. Naraku toma asiento en la mesa junto a Kagura y Kanna para proseguir.
─ En fin, sólo quiero decirles que han hecho un excelente trabajo en sus primeras misiones, muy a pesar que Inuyasha sigue vivo, y que Koga aún conserva sus fragmentos de la perla, pero es que primero tenían que calentar y permitirme medir sus habilidades, pues eso es importante para planear sus próximos movimientos…
─ ¿Nuestros? ¿Es que nunca vas a presentarte por ti mismo, Naraku? ─ expresa Kagura con furia.
─ No lo entiendes, Kagura. El villano principal de esta historia soy yo, y si muero esto pierde completamente su interés. Es necesario que yo viva, y de ser posible debo vencer al final, pues así esto es mucho más emocionante.
─ Sí, claro. Y que a Kanna y a mí nos den por el culo porque como somos secundarias, entonces no valemos ni mierda, ¿verdad?
─ ¡Exacto! Me alegra que comprendas tan bien mi punto de vista, Kagura.
Kagura casi le llega a tirar su tacita de sake a Naraku, pero no lo hacía por amor al corazón que ese ser todavía le represaba. A la youkai le sacaba de quicio que Kanna no reaccionara de modo alguno a las ofensas de Naraku, era como si no tuviera emoción alguna que mostrar (lo cual es casi cierto). Naraku aprovecha la oportunidad para servirse un poco de sake y dar un breve sorbo, se delita un momento y bebe otro sorbo.
─ Mmmm, francamente le puedo desear todos los males posibles a los humanos, pero admito que hacen unas bebidas realmente deliciosas, aunque también puede ser que Onigumo en vida disfrutaba bebiendo día, tarde, noche y hasta de madrugada. Lo único que faltaría es que Kohaku esté aquí para servirme el sake, pero en este momento lo tengo limpiando el baño. Está muy bueno, pero detecto en esto un estilo un poco extraño…
─ El sake me lo regaló esa chica llamada Kagome ─ confiesa Kagura, sorprendiendo a Naraku ─. Me lo había ofrecido para que no siguiera partiéndole la madre a Inuyasha, aunque tuvimos que montar un poco de teatro para hacer ver que entre ella y ese tonto lograron anular mi control sobre el viento al último momento. Hubieras visto la cara tan ilusionada que puso Inuyasha cuando me atacó y creyó que estaba a punto de derrotarme. Fue hilarante, la verdad.
─ ¿En serio? ¿Pero de dónde saca Kagome este sake?
─ No me lo dijo, pero la oferta fue demasiado buena como para decir que no, y por eso me dejé derrotar.
─ Bueno, pero sólo por este sake es que te perdono ese fallo. Para la próxima sí lo matas, aunque bien podrías negociar con Kagome para que te dé más sake como este.
─ Eso puedes darlo por hecho.
Ambos villanos siguen bebiendo de aquel sake, e incluso Kagura le ofrece un poco a Kanna, la cual acepta y bebe de buena gana, cosa que los otros dos sabían no haría por sí misma.
─ Naraku, sé que tu cabeza está llena de ideas y todas esas cosas para conseguir la perla, pero espero que no te olvides que Kanna y yo necesitamos de un lugar para dormir, y en este palacio lamentablemente no hay habitaciones, pues todas las ocupaste con tus cosas.
─ Eso significa que voy a tener entonces que ampliar el lugar ─ sugiere Naraku ─, y es que también lo hago pensando en que voy a crear más extensiones, pues necesito variar las estrategias de batalla, así que tenemos que ponernos a trabajar.
─ ¿Y con ponernos a trabajar te refieres a que Kanna y yo lo hagamos todo?
─ Kagura, ¿acaso me crees capaz de dejar solas a dos mujeres para que hagan todo el trabajo de expansión de mi palacio? Me ofendes ─ Kagura empieza a ilusionarse con que Naraku en serio las iba a ayudar ─. Para eso también es que voy a crear nuevas extensiones, para que las ayuden con el trabajo ─ Kagura se cae al estilo anime.
─ Ha llegado alguien al castillo ─ dice Kanna, y muestra su espejo para que Naraku y Kagura vieran de quién se trataba.
─ Es maravilloso. Se trata del repartidor de sushi ─ dice Naraku muy contento ─. Y ha llegado a muy buena hora, pues empiezo a tener hambre.
─ ¿Quieres que vaya a atender a esa persona? ─ dice Kagura.
─ Sí, hazlo. Ve y trae el sushi que ordené, pero no dejes que el repartidor entre.
─ ¿Pero con qué le pago? Te recuerdo que tu escudo pudrió todas nuestras reservas de monedas y oro ─ apunta Kagura, logrando hacer pensar a Naraku en otra alternativa.
─ Entonces págale con arañas, y si no las acepta, entonces mátalo. Así tendrás también a un esclavo que te ayude con la ampliación, o que por lo menos te traiga el té durante el descanso.
En vista que ya no había nada más que decir, Kagura se pone de pie y se retira, y Kanna va junto con ella. Naraku prueba un poco más de sake, esperando que el sushi incluya wasabi, tal y como lo había encargado.
CONTINUARÁ…
Como pueden ver, este apenas es el primer capítulo de esta historia. Próximamente vienen Goshinki, Kohaku, Juromaru y Kageromaru, como muy bien lo pueden adivinar ¿qué pasará? Tendrán que esperar hasta que actualice :p
Hasta otra
