Traducción al español del fanfic: "Glass, tempered steel" de augustbird, archiveofourown(punto)org(/)works(/)622814
La imagen de la cubierta: augustbird(punto)tumblr(punto)com(/)post(/)40834000719(/)really-john-you-could-make-more-of-an-effort1
Aviso: Bueno, pues omegaverse, que mayor aviso que ese xDD Sin mpreg.
quince.
Incluso los pueblos de las afueras de Prontera son más grandes que la diminuta comunidad en la que John ha vivido toda su vida. Su aldea de Elysium está escondida en el borde de las praderas de Payon, con el desierto a un corto viaje en barco al otro lado del canal.
Solo ha estado dos veces antes en la gran ciudad de Payon, ambas ocasiones cuando su padre le había dejado acompañarlo a vender sus herramientas agrícolas artesanales. Incluso aunque solo iban una vez al año, y raramente vendieran todos sus productos. Las fábricas en alza de Juno y la nueva alta tecnología de manufacturación en Lighthalzen habían abaratado el coste de las herramientas tanto que apenas conseguían ya dinero de su elaboración. Pero de algún modo habían ahorrado suficiente para enviar a John a ese viaje.
Tiene la rabadilla magullada por estar sentado en la parte de atrás del carromato. Ha estado viajando con un mercader durante casi tres días enteros con una carta dirigida a un primo lejano de la guardia real metida en el bolsillo de atrás. Él es uno de los afortunados de su aldea, le han dado la oportunidad de convertirse en un verdadero miembro de un gremio en lugar de en un granjero. Ni siquiera sabe si el gremio de los espadachines está reclutando gente pero la visión de los altos muros de Prontera le pone nervioso y excitado al mismo tiempo.
Las altas torres de los castillos de Prontera se elevan sobre las copas de los árboles. John frota con el pulgar la carta por enésima vez y contempla el paisaje.
John nunca ha visto a tanta gente en toda su vida.
Una multitud de personas deambulan por las calles, algunas se paran para mirar la mercancía que los vendedores han expuesto. John se abre paso entre la multitud en una dirección que espera sea hacia el castillo. Aunque no puede estar seguro, porque los altos edificios le bloquean la vista y no hay señales con las que ubicarse.
El olor de una hornada de pan recién hecho se cuela de forma irregular entre el del polvo y sobretodo el del sudor de muchos cuerpos presionados unos contra otros en una superficie demasiado pequeña. John está demasiado acostumbrado a que los vientos del oeste diluyan los olores de su aldea, así que tiene que presionarse la manga contra la nariz. Añora esos días de antes de haber experimentado el Cambio. Ciertamente su sentido del olfato era más débil por entonces.
- ¡Que descaro! - dice una mujer para si mientras se aleja de una tienda llena de brillantes líquidos embotellados – Creen que tienen el monopolio de las pociones así que suben los precios sin ninguna vergüenza.
- Eso es una falsificación – dice un hombre con un halcón al hombro a un vendedor que sostiene un arco hermosamente fabricado en madera de color blanco puro y una cuerda de plata – Lo sé por el hecho de que el último de los arcos de Rudra se perdió en un volcán.
John no puede evitar quedarse mirando el arco. Nunca ha visto una artesanía tan espectacular, ni siquiera en las tiendas de Payon donde el gremio de los arqueros compran su mercancía. Gira la cabeza mientras sus pies le llevan hacia delante...
...directo contra alguien que está empujando a la gente fuera de su camino mientras atraviesa la multitud.
John nota el olor antes de que vea contra quien se ha chocado. Apenas presente pero distinguible: una dulzura que inexplicablemente le agrada.
- Mira por donde vas – le suelta el otro chico.
John recupera el equilibro y le tiende la mano al otro chico. Este lo ignora mientras da un paso hacia atrás, sacudiéndose el polvo de la, oh cielos, ropa con apariencia muy cara. El chico le mira mientras se aparta sus desordenados rizos del rostro, manchándose con el polvo de las manos el pelo oscuro.
- Lo siento – dice John.
- Entonces, ¿la primera vez en la ciudad? - pregunta el chico, limpiándose el polvo de las manos – Acabas de llegar hoy, por lo que veo, de una diminuta aldea salvaje a las afueras de Payon donde ni siquiera tienen el más mínimo respeto por la etiqueta apropiada.
- He dicho que lo sentía – dice John – Tu eras el que estaba corriendo como un idiota.
- Supongo que todo deber ser muy novedoso considerando tu abismalmente limitada experiencia en esa casucha que consideras como civilizada – continúa el chico – Pero incluso el más estúpido de los idiotas sabe que no hay que pararse en medio de una calle muy transitada.
John entrecierra los ojos.
- Vete a la mierda.
El chico levanta la barbilla mientras pasa junto a John.
- Si estás buscando el gremio de los espadachines, vas en la dirección equivocada. Si no fueras tan estúpido, habrías pensado en seguir las huellas de peco.
- ¿Cómo lo...? - pregunta John, girando a su alrededor, pero el chico ya ha desaparecido entre la multitud.
- Watson – repite el caballero que está en la puerta delantera mientras se apoya en su lanza – Nunca oí hablar de él.
- Es de la guardia real – dice John, esperando desesperadamente que el caballero le devolviera al menos la carta. No tendría nada consigo excepto cien miserables zenys y ninguna forma de volver a casa sin su carta de presentación.
- ¡Oye! - llama el caballero hacia el edificio donde tres hombres están sentados en una mesa de madera, tomando el almuerzo - ¿Vosotros tíos habéis oído alguna vez hablar de uno de la guardia real llamado Watson?
- No es de la guardia real – dice uno de los hombres – Hay un espadachín que recluta en Alberta llamado Watson.
El caballero se vuelve hacia John.
- Lo siento, chico. Mira a ver si puedes enviarle un halcón.
- No seas cerdo, Derrick – dice uno de los otros hombres mientras se aproxima a la puerta – Sabes que los reclutas son escasos. Todo el mundo quiere ser un maldito comerciante hoy en día – arranca la carta de los dedos de Derrick y se la devuelve a John – Entra, hijo.
John se gasta cincuenta zenys en una espada barata forjada de chatarra. Podría haberse hecho una mejor él mismo, pero usar los yunques de Prontera está fuertemente regulado por el gremio de los herreros. Compra media hogaza de pan y un trozo de queso antes de acomodarse en la paja con los pecos y los grifos en los establos reales. Hay una vela en la mesa que está debajo de donde se atan las bridas, la cual John recoge y enciende, con cuidado de no volcarla mientras arranca pedazos de pan y los engulle. No ha comido en condiciones en casi cuatro días.
Se está bastante tranquilo en los establos aunque John puede oír a los caballero borrachos cantando de forma ronca en el exterior. El olor le recuerda al hogar, solo animales y heno y ningún de los inciensos embriagadores que emanan de los puestos abiertos de los vendedores de medicamentos, o el desagradable olor de los de género secundario mezclados todos juntos. John está demasiado acostumbrado a los fuertes y limpios olores de su aldea, nunca antes se había dado cuenta de cuan activo era su sentido del olfato en su vida hasta que todo se volvió confuso.
Un pico frío le empuja en el hombro y hay un murmullo de plumas justo antes de que el peco grazne directamente a la oreja de John. Luego, agacha la cabeza hacia el pan en la mano de John y John lo aparta.
- Eso no es para ti.
El peco retrocede un paso e inclina la cabeza. John suspira y arranca un trozo del pan. Lo sostiene en el aire.
La criatura pájaro da un paso hacia delante, agitando las alas antes de tomar el trozo de pan de la mano de John con sorprendente delicadeza.
- ¿Crees que lo haré bien? - pregunta John.
El pájaro traga el pan y mira el cuarto de hogaza de pan que está en la mano de John.
- ¿No te alimentan? - pregunta John.
El pájaro da un paso hacia él y le empuja en el estómago con la cabeza cuando avanza hacia el pan.
- Me voy a arrepentir de esto – masculla John pero despedaza el pan restante y esparce los pedazos por el suelo.
El peco empieza a picotear los trozos inmediatamente. John muerde un trozo de queso cheddar y desea tener una manzana para acompañarlo. Observa al pájaro chillarse a si mismo feliz.
- Estoy siendo estafado – bromea John mientras observa al peco, y por un momento, piensa en rizos oscuros y en un leve olor dulzón que canta a través de sus recuerdos.
Echa de menos su aldea.
NT:
RAGNAROK
Juego online de tipo rol.
Mapa usado: tinypic(punto)com(/)view(punto)php?pic=30js9pv&s=6
Gremios (o mejor dicho trabajos o clases, pero aquí me pareció más bonito decirlo así): tinypic(punto)com(/)view(punto)php?pic=xn9jf7&s=6
Pecos: tinypic(punto)com(/)view(punto)php?pic=5x3hfq&s=6
Grifos: tinypic(punto)com(/)view(punto)php?pic=2qb6lwx&s=6
Zenys: Dinero en dicho juego
OMEGAVERSE
Por si alguien no sabe lo que es, aunque yo lo fui aprendiendo poco a poco.
El Cambio al que se refiere John, es al de su "despertar" sexual. En estos términos existen tres tipos de personas alfa, beta y omega. Los alfas suelen ser grandes, musculosos y fuertes, y muy dominantes. Los omegas suelen ser más delicados. Los betas son bastante neutros.
Los omega sufren lo que se llamarían unos ciclos hormonales, y cuando están de celo, sienten unas ganas incontrolables de tener sexo, muchas ganas, con quien sea y ya, principalmente con un alfa, siempre atraídos entre sí por el olor. El alfa siempre será el dominante y follará con el omega de forma posesiva, manchándolo todo con épicas cantidades de semen y de auto lubricación, marcándolo a través de un mordisco y lingándose a él de por vida (o a ella, el sexo es a gusto del autor, tanto para el alfa como para el omega).
Lo del embarazo masculino varía según el autor (es que es un poco raro xDD). En este fic no hay.
Eso a groso modo, es el omegaverse. Huye mientras puedas xDD Aunque ciertamente este fic hay MUY poco sexo para ser un omegaverse. Aviso, MUY POCO xDDD Lo que me gustó a mi del fic es otro rollo, la parte del autocontrol y esas cosas. Ya veréis, es muy bonito.
¡Espero que os guste!
Y espero que te guste Daga ^^ ¡Un besote! Y... me apetece té... ¿me haces?
