La Casa de los Cinco Venenos
Inspirada en la película de kung fu del mismo nombre producida por la Shaw Brothers en 1978, esta historia narra las aventuras de los alumnos de la "Casa de los Cinco Venenos", una de las escuelas más temidas y odiadas en el mundo de las artes marciales, y cómo el maestro le da una misión a su último discípulo, la cual lo sumergirá en un mundo de intrigas y traiciones, peleas, amistad y amor.
Tomando a varios de mis personajes favoritos del anime, los protagonistas serán Vegeta y Gokú (Dragon Ball Z), Seto Kaiba y Yami Yugi (Yugioh), Shinichi Kudo (Detective Conan) y Li Syaoran (Card Captor Sakura), además, aparecerán varios personajes de mi creación acompañando a estos héroes en sus aventuras. ¡Qué lo disfruten!
I
La noche sería larga. Li Syaoran se preguntaba si su maestro podría seguir resistiendo, pero por su estado de salud, lo dudaba. Hasta la cocina, donde preparaba el agua caliente con que seguiría tratando a su mentor se escuchaba el fuerte sonido de su tos.
— Maestro, por favor resista. Ya voy con otro poco de agua — gritó el joven.
Después de algunos instantes, Syaoran apagó el fuego y corrió con otro poco de agua para vertirla sobre la tina en que descansaba el viejo maestro, tratando de mitigar un poco su agonía.
— Escúchame, Syaoran — lo increpó el anciano.
— No se esfuerce, no debe hablar — interrumpió el joven tras vaciar toda el agua caliente.
— Lo que tengo que decirte es muy importante. Presta atención. Syaoran, tú has sido mi último alumno, y lamento no haberte enseñado todo lo que sé, pero has visto cómo mi salud ha decaído y estoy cercano a morir. ¿Podrás cumplir mi última voluntad?
El joven asintió mientras se sentaba frente para prestar mejor atención a las palabras de su maestro.
— Como he dicho, tú eres el último de mis discípulos, por lo que hay más. Antes de ti entrené a cinco muchachos, los legendarios guerreros que llevan los nombres de animales venenosos, por ello, nuestra escuela es conocida como "La Casa de los Cinco Venenos", y sabes que es temida, pero también odiada en todo el mundo de las artes marciales.
—A estas alturas ya no sé de ellos ni qué es lo que hace. Desconozco si siguen la senda del bien o se desviaron hacia el camino del mal. Te hablaré de ellos. Primero, entrené a los guerreros Cienpiés y Serpiente, que son los mayores de todos ustedes. Luego, tomé a un sólo alumno, el guerrero Escorpión, y finalmente, pude ser mentor del Dragón y el Sapo, los menores del grupo. Ellos no se conocen entre sí. Por ello, quiero que los busques y que descubras a qué se dedican. Si son buenos, déjalos vivir, pero si son malos, debes eliminarlos.
Syaoran escuchaba con atención. La misión comenzaba a tornarse complicada, pero a la vez interesante.
— Sin embargo, esta no será una misión fácil, Syaoran. Por el tiempo que te entrené no pudiste convertirse en maestro, por lo que derrotar a alguno de ellos será difícil a pesar de que conoces las técnicas de los cinco estilos. Tú única opción será aliarte con alguno de los que hacen el bien para acabar con los malos.
— Ya entiendo, maestro.
— No es todo, hijo. Deseo pedirte algo más. En mis tiempos de juventud hice el mal y hoy me arrepiento de ello. Con los miembros de mi anterior klan amasé una fortuna de forma incorrecta y ahora, él guarda ese tesoro. Tus compañeros conocen sobre ese dinero y seguramente estarán intentando apoderarse de él. Busca a mi ex colega y adviértele de los peligros que correrá si es buscado por mis cinco ex alumnos. Si puede, que lo reparta entre los más necesitados.
El joven miraba pensativo. ¿Será que podría embarcarse en tan difícil aventura? No le costó mucho decidir.
— Cuente conmigo, maestro. Lo haré.
El maestro sonrió. Confiaba en Syaoran, lo había comenzado a entrenar hace dos años, cuando él sólo tenía 16. Aprendía rápido y era entusiasta, quizá pudiera vencer en esta misión, sino lo creyera, no se la habría encomendado.
— Ahora, trate de descansar — añadió el muchacho — mañana me dará las pistas necesarias para encontrar a cada una de estas personas.
Li Syaoran, el hermano menor, se dispuso a acostar a su maestro en la cama para que descansara. Sabía que su tiempo estaba cerca y que pronto tendría que salir al mundo a enfrentarse con un sinfín de misterios y aventuras, pero no tenía miedo. Al contrario, estaba más que ansioso.
