Hola
Este es mi primer fic, espero que sea de su agrado
Disclaimer: KHR y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Akira Amano.
El castaño caminaba con calma por la banqueta, observó su reflejo en la ventana de la tienda; sus cabellos castaños hacia arriba, sus orbes del mismo color examinaron un instante su persona, chaqueta blanca con naranja y pantalón de mezclilla. Revisó la lista de cosas que su mamá le había encargado, la leyó con intención y procedió a guardarla en el bolsillo derecho de su pantalón siguiendo su camino dejando atrás la ventana de la tienda.
Observó a su alrededor y noto entre la multitud una cabellera plateada, por mente cruzó la idea de que era Hayato más luego la desechó; su amigo no era el único peliplata, podría ser otro.
— ¡Juudaime! — se escuchó un grito, Tsuna comenzó a buscar a Hayato con la mirada — ¡no esperaba encontrarle aquí!
Hayato saludo a Tsuna colocándose frente él; en su mano derecha sostenía un cigarrillo, su vestimenta consistía de una playera manga corta roja, pantalones de mezclilla y tenis negros
— hola Gokudera-kun — le saludó Tsuna — ¿que haces aquí?
Tsuna se abofeteo mentalmente, era una pregunta demasiado tonta la que acababa de formular en su opinión. Espero una patada o golpe de parte de Reborn más este nunca llegó confundiendo al castaño
— vine a comprar algo que me faltaba para la cena — respondió Hayato — ¿y usted Juudaime?
— oka-san me pidió que viniera a comprar unas cosas que le hacía faltan — respondió Tsuna retomando su camino siendo ahora seguido por Hayato
Ambos siguieron caminando hablando de cosas algo triviales, Tsuna observaba de reojo a todos lados; no había visto a Reborn desde el mediodía y eso no podía significar algo bueno, sin mencionar que su intuición parecía una alarma cortafuegos que no paraba de sonar dándole un pequeño dolor de cabeza a Tsuna.
— ¿se encuentra bien Juudaime? — preguntó Hayato mirando como Tsuna negaba ligeramente con la cabeza
— s-si estoy bien Gokudera-kun — respondió Tsuna intentando dejar de lado su intuición que se había vuelto más fuerte
Siguieron caminando hasta que Tsuna chocó con alguien haciendo que cayera al suelo.
— i-ite — murmuró Tsuna mientras se sobaba la parte afectada, había caído de sentón
— ¿se encuentra bien Juudaime? — preguntó Hayato acercándose a Tsuna
— e-estoy bien Gokudera-kun — respondió Tsuna volteando a ver a la persona con la que había chocado siendo imitado por Hayato
Frente a ellos se encontraba una chica de cabello castaño atado en una coleta alta, tez morena y de ojos chocolate vestida de una forma sencilla; una blusa manga corta azul, mezclilla oscuro y tenis negros. La chica recogía lo que parecía ser una cajas de puro y algunos paquetes de sopa, Tsuna se apresuró a ayudarle haciendo que Hayato omitiera su reproche para con la chica.
— l-lo siento — murmuró Tsuna haciendo una pequeña reverencia para con la chica — ¿no te hiciste daño?
— nah, no te preocupes estoy bien — respondió la chica colocando todo dentro de una bolsa
Ambos se colocaron de pie con cuidado, ya de pie la chica tomo las bolsas que reposaban en el piso y comenzó a cargarlas
— realmente lo siento — Tsuna volvió a repetir su reverencia causando que la chica le mirará confundida
— no es necesario que hagas eso — hablo la chica algo confundida — sólo enderézate y ya
— ¿como te atreves a rechazar las disculpas del Juudaime? — preguntó molesto Hayato dispuesto a defender a Tsuna
— no te preocupes Gokudera-kun — intento calmarle Tsuna — ¿realmente está bien…? Emm, ¿como te llamas?
La chica abrió la boca dispuesta a responder cuando un chico de cabellos azul ultramar atados en una coleta baja, ojos verdes y tez blanca, llevaba una camisa manga larga gris, mezclilla oscuro y unas botas de cordones hasta la rodilla. Restándole importancia a la situación tomo las bolsas de las manos de la chica
— Luka — murmuró la chica — estoy hablando
— ¿hablando? — susurró el chico girando para ver a las personas detrás de él
Observó con cuidado el seño fruncido de Hayato y la cara de confusión de Tsuna para lentamente quitarse de en medio
— ¿puedo seguir hablando o prefieres atravesarte otra vez en medio? — preguntó la chica
— d-disculpa, ¿como se llaman? — pregunto Tsuna, el chico y la chica intercambiaron miradas unos segundos
— Le Blanck Luka — se presentó el chico haciendo una reverencia causando una pequeña confusión en la chica
— Rosa Torres — respondió ella aún mirando raro al chico — ¿y ustedes?
— yo soy Sawada Tsunayoshi — se presentó Tsuna, al notar el seño fruncido de Hayato procedió a presentarle también — y él es Gokudera Hayato
— un gusto Tsunayoshi y Hayato, nosotros debemos retirarnos — hablo Rosa dispuesta a dar media
— ¿¡como te atreves a faltarle el respeto al Juudaime!? — grito Hayato molesto
— ¿faltarle el respeto? — murmuró Rosa — no se a que te refieres, sólo les llame por su nombre
— Rosa, llamarle a alguien por su nombre sin su permiso en Japón puede considerarse una falta de respeto, dependiendo de la persona — respondió Luka algo cansado
— ¿de donde son? — preguntó Tsuna mientras a su lado Hayato murmuraba mil y un insultos contra los extranjeros
— Toulouse, Francia — respondió Luka mirando de reojo a Rosa — ella es de México
— ahora nos retiramos — sin esperar respuesta alguna Rosa dio media vuelta y comenzó a alejarse murmurando cosas contra ese par — tonto orgullo Vongola
Luka río nervioso, en definitiva Rosa no sabía murmurar cosas en un tono apenas audible, sin explicación alguna dió media vuelta, tomo rápidamente la muñeca de Rosa y salió corriendo dejando atrás a Tsuna y Hayato confundidos.
A unas cuantas cuadras de distancia Luka se detuvo y soltó la muñeca de Rosa
— ¿porque corriste? — preguntó Rosa mirando con una ligera molestia a Luka
— mencionaste a Vongola, se supone que debemos pasar desapercibidos — respondió el
— nosotros no buscamos a la Vongola así que no perdemos nada si ellos saben que estamos aquí y debemos pasar desapercibidos para los civiles — decía Rosa mientras comenzaba a caminar
— no es necesario que ellos estén enterados de nuestra presencia — hablo Luka mientras caminaba a un lado de ella — si fuese necesario se les hubiera avisado con anticipación
— igual en algún momento se enteraran de nosotros — soltó con desgana Rosa — apúrate, aquellos ya deben de estar haciendo algún desastre por el hambre que deben tener
— están vigilados — musitó Luka
— dime, ¿salimos del apuro con ese "vigilante" que los está cuidando? — preguntó Rosa
— a veces — murmuró Luka
— entonces esperemos que sea una de esas veces, no quiero ni pensar que habrán intentado hacer en este rato — comento Rosa
— en el peor de los casos se dieron por vencidos al ver que no había nada que podían intentar cocinar y pidieron algo a domicilio — intento calmarle Luka
— lo que digas — murmuró Rosa
Ambos siguieron caminando a paso rápido con destino a su actual casa.
