Los personajes, marcas, canciones y otras cosas no son de mi propiedad, si no no estuviera escribiendolo :P hahaha

Espero que les guste :D

Aly:)

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Quote song (Cancion que va con el capitulo)

Si no les aparece, Vayan a youtube y copien lo ultimo despues del slash "/" :D

*.com/watch?v=bs-xv3Doiqk

When The wind blows

Prólogo

¿Qué hacer cuando alguien te rompe el corazón?… es la pregunta que todos se hacen, algunos lloran, otros gritan, pero hay gente como yo, que hacen algo más que eso. Probablemente la gente se pregunta qué más se puede que hacer… Hay que retroceder en el tiempo para que lo puedan entender.

Tres años atrás.

Mi primer año de preparatoria empezaba hoy, un momento que definirá mi vida para siempre. Si tan solo estuviera en mi vieja escuela y no al otro lado del país, donde no hay frio… y el sol quema mis ojos que estaban acostumbrados a la oscuridad de Nebraska. Ahora mi hogar y pesadilla era New Port beach, en California. No había nada más que gente tonta y plástica que solo sabía jugar golf y salir a fiestas.

No dejaba mucho atrás en Nebraska, a mis quince años de vida aun no encontraba ninguna mejor amiga, menos un novio. No era inadaptada social, pero me había acostumbrado a estar sola desde que era pequeña; mi padre de viaje, mi mamá siempre salía… y bueno una nana de 65 años que se la pasa dormida todo el tiempo no es gran compañía a los cinco.

Me resigne y termine de cepillar mi cabello, que caía largo sobre mi espalda, era una mezcla extraña de rizos en la parte baja y liso en la raíz… la gente normal lo llama ondulado, probablemente solo me quiero hacer especial al no encontrarlo "ondulado normal." Revise que todos mis útiles estuvieran en mi mochila para luego ir a desayunar.

Baje por las escaleras en forma de caracol de la nueva casa, si no lo había dicho antes mi mamá es caprichosa, por eso mismo nos habíamos cambiado aquí, quería sentirse parte de la sociedad o que se yo. Mi papá es doctor y ella, es algo no muy parecido a una ama de casa… pero aun así la quiero.

Me iba a costar más de lo que pensaba vivir aquí, ahora que ella era la reina del lugar oficialmente, en un lugar donde incluso el clima parecía estar en mi contra.

Y ese era solo el comienzo….

Capitulo uno "Sin suerte"

En la cocina estaba ella sentada en una silla alta del desayunador comiendo fruta, me acerque y la salude. Al no ver a mi papá me imagine que era muy tarde como para que él estuviera en casa, normalmente sale a las 5:00 AM.

- Buen día cariño – saludo mi mamá; Josey.

- Hola ma… - tome una fruta del refrigerador. - ¿Me llevas a la escuela?

- Johanna, ¿No tienes edad ya para manejar?

- No, tengo 15… se supone que no es legal… - conteste.

- Pero sabes manejar, y tienes auto… y yo tengo juego de tenis en 15 minutos así que mejor me voy… - dijo levantándose, dejándome con la boca abierta.

No iba a manejar a la escuela sola, ni siquiera sabía donde quedaba… abrí mi boca para gritarle a mi mamá pero era muy tarde, se acababa de escuchar el sonido de la puerta de su auto.

- Rayos… - dije mordiendo mi manzana, me resigne y con las llaves en la mano salí al garaje en busca de mi auto.

Para ser honesta, nunca lo había visto… normalmente cuando conducía era en el de algún familiar. Así que presione la alarma y los focos de un brillante BMW al final del lugar se encendieron. Primer día de escuela, primer día manejándolo… conclusión: no era buena idea.

Regrese adentro y busque las llaves de algún otro vehículo que mis papas tuvieran, con unas nuevas llaves en la mano Salí al garaje, sabía que no era necesario aplastar la alarma, ya que ni siquiera tenía.

Una no tan nueva ni vieja camioneta chevrolet, la que mi papa solía usar cuando iba de caza o de pesca, su favorita… "la buena Josey" la nombro así por mi mamá, la que obviamente odiaba ese auto.

Abrí la puerta y lance mi mochila hasta el final del asiento, luego subí a la alta camioneta y cerré la puerta. La encendí, esta tembló un poco y el sonido del engranaje comenzó a sonar. Abrí la puerta del garaje con el control y con cuidado de no golpear ningún otro auto salí de ahí.

Tuve que pedir direcciones cuatro veces a extraños en la calle, sin olvidar el hecho de que el aire acondicionado no estaba funcionando así que me tuve que conformar con el aire que entraba por las ventanas. Unos quince o veinte minutos de estar perdida después, un letrero a lo lejos me ilumino. "Sage Hill Highschool" decía en grandes letras oscuras. Aplaste el acelerador y sentí un alivio al ver que aun me quedaba tiempo para llegar temprano.

Entre al enorme estacionamiento, intentando no perderme ahí… un hombre de edad mayor me ayudo a encontrar estacionamiento. Cuando el vehículo se detuvo y apago respire varias veces nerviosa. La apática Nebraska había llegado oficialmente al país de "los rayos", esperaba que mi nube de lluvia no tapara el sol de la gente…

"Bienvenidos al hogar de los rayos" decía en un letrero mientras caminaba hacia la entrada principal de la escuela. Los rayos era la mascota de la preparatoria por lo visto.

Camine por el pasillo principal captando más miradas que con las que estoy cómoda, encogí mis hombros y camine hasta la oficina. No había gente por suerte, solo la mujer mayor que atendía que sonrió cálidamente. – ¿Qué todo aquí es cálido…? – pensé irritada para mis adentros.

-¿En qué puedo ayudarte preciosa? – hablo con una tierna voz.

- Vengo a buscar mi horario de clases, me acabo de inscribir…. – conteste.

- Claro, claro… ¿primer año verdad? – dijo sonriente buscando entre papeles.

- Así es – tan pronto contesté, ella me entrego mis papeles.

- Los maestros firmaran eso porque eres nueva, es solo por hoy querida… que tengas un buen primer día –dijo alegre, mientras yo salía de la oficina.

Mire mi horario, mi primera clase era química… y aun tenía que encontrar mi casillero, me alegraba que la escuela no pareciera un país completo… claro que el sarcasmo no ayudaría a encontrarlo.

- Seiscientos veintiuno… seiscientos veintidós… y… seiscientos veintitrés – celebre al encontrar mi casillero.

Puse la combinación y estire la puerta de metal, esta no se abría, al parecer estaba atorada con algo, recargué uno de mis pies sobre la pared para poder jalarlo más fuerte con las dos manos.

Estire de nuevo con mucha fuerza haciendo que la puerta se abriera violentamente, provocando que saliera disparada hacia atrás, mientras caía vi todas mis hojas volando por todo el pasillo, mi cuerpo choco con algo violentamente y estoy segura que no era el piso. Luego mi espalda toco el frio linóleo, deje caer mi cabeza, vaya primer día…

Una voz me saco de mi tormentoso pensamiento, probablemente me había visto caer y se estaría riendo de mi.

- ¿Estás bien? – la voz se escucho más cerca de lo que pensaba, era profunda pero agradable.

Levante mi cabeza y espalda del piso en cuestión de segundos y mire hacia atrás, encontrándome con un chico que se estaba en la misma posición que yo. Ahora sabía con que había chocado.

- Oh Dios – murmure. No llevaba ni una hora aquí y ya estaba causando problemas…

- Yo debería preguntar eso, lo siento… es que mi tonto casillero estaba atorado y cuando logre abrirlo el impulso me lanzo hacia atrás… - explique.

- ¿Tienes el seiscientos veintitrés? - pregunto.

- Si… - conteste insegura. Tal vez esta era una broma que le hacían a los de primero…

- Yo tuve el mismo el año pasado, siempre me pasaba lo mismo, solo que nunca Salí volando – explico, noté como su voz tenía un acento extraño.

Me quede observándolo detalladamente, no había chicos así en Nebraska… de hecho nunca había visto alguien así… Su piel era algo pálida como para vivir aquí pero tenía un destello dorado, difícil de explicar, su cabello era un poco largo y despeinado su color era una mezcla de bronce, cobrizo y cenizo claro… también es difícil entender eso, así que bronce claro lo describe mejor. Mientras que sus ojos contrastaban con todo el resto, eran azules… un ligero toque de turquesa era visible en su pupila. Después de darme cuenta de eso mi mente se quedo en blanco.

- Te ayudo… - hablo de nuevo, sacándome de mi laguna mental. El Ya no estaba en el piso, si no frente a mí con una mano extendida.

Alce la mano y tome la suya, me estiro un poco mientras me ponía de pie. – Gracias – dije al incorporarme de nuevo. Mire todo el desastre a nuestro alrededor.

- Tienes muchos papeles… - dijo mientras se inclinaba y comenzaba a recoger mis cosas.

- Soy nueva, es todo el papeleo… - dije tomando mis cosas del piso, como él hacía.

- Si… no pareces de aquí. – hablo con una pisca de burla en la voz.

¿Tan inadaptada y extraña me veo para que todos lo noten, o tengo escrito "NO SOY DE CALIFORNIA" en la frente?

El se levanto y me entrego lo que había recogido, lo acepte y acomode con lo demás.

- Gracias, no te hubieras molestado… - dije apenada.

- No es nada… un consejo, si no puedes abrirlo dale tres golpes a la parte de abajo, eso ayuda.

- Gracias, otra vez… - sonreí.

- Y si no puedes, búscame… no queremos que dejes a alguien invalido por ahí – Me reí ante su comentario. – Soy Rob, por cierto… -dijo extendiendo su mano.

- Johanna – dije aceptando su apretón de manos. – Lamento si hice que llegaras tarde a clases.

- Para nada, tengo practica con el equipo, la que llegara tarde eres tu si no te das prisa. – hablo él.

Mire el reloj, tenia exactamente dos minutos para llegar a clases.

- ¿El salón de química? – pregunte inocentemente.

- Al final de este pasillo del lado derecho, el 12… - me contesto, Y yo Comencé a caminar.

- Gracias de nuevo… Rob. – susurre lo ultimo al ver que ya no estaba.

No creo que eso lo haya alucinado, sabía que mi mente era excelente creando ilusiones, pero eso había sido demasiado real. Sacudí mi cabeza un par de veces mientras caminaba hasta mi salón de clases… Al estar frente a la puerta con un gran número doce en ella me sentí muy nerviosa. La abrí lentamente, esto revelo los murmullos y platicas que tenían todos ya que no había empezado la clase aun. Vi como la mayoría hablaba con su compañero de atrás o de alado, entre caminando lentamente hasta el escritorio del profesor. Era un maestro mayor, al escucharme levanto su vista y me sonrió.

- Hola, bienvenida al mundo de la química... soy el profesor Daniels e impartiré la materia de química por los próximos tres años, déjame firmar tu permiso – le sonreí mientras le entregaba la hoja. La leyó por un momento y luego la firmo.

- Bien, pase a sentarse donde guste, la clase empezara… - dijo justo cuando sonó el timbre.

Tome mi permiso, luego fui a un asiento libre que estaba casi en el fondo del salón, me acomode en mi lugar mientras el maestro se paraba enfrente del salón.

-Bienvenidos a Sage Hill, la mayoría de ustedes vienen de la secundaria de Sage Hill, pero también veo unas caras nuevas, así que sean amables con sus nuevos compañeros y disfruten sus cuatro años aquí… Para los que no conocen; soy el profesor James Daniels e imparto las materias de química y física en primer año, en grados mayores geología, geografía, latín e historia – El maestro dio un largo discurso de bienvenida, pero al final decidió darnos la clase libre para conocernos mejor.

No hice mucho más que revisar mi horario como unas cuarenta veces, el timbre sonó y Salí del salón rápidamente para ir a mi nueva clase de literatura.

En esta clase el profesor era más joven, probablemente la mitad de las chicas de mi salón no escucharon que se llamaba Louis McCain por estar babeando por él.

Empezaríamos la clase con un clásico; Romeo y Julieta… la mitad del salón gruño al escucharlo yo en cambio casi salto de emoción. Escuche como una chica de alado también celebraba. Voltee a ver y vi que era una delgada pelirroja, muy sonriente, mientras celebraba con las manos.

Ella me miro y me sonrió, yo hice lo mismo.

- ¿Te gusta Romeo y Julieta? – me pregunto.

- Uno de mis clásicos favoritos – conteste sonriente.

- Te puedo apostar que la mitad de las demás aquí, ni siquiera saben quienes son… - dijo riéndose.

- Y aun así creen ser lo mejor lo sé… - dije entre risas.

- Por cierto me llamo Hayley, un gusto conocer a alguien normal aquí…

- Lo mismo digo, yo soy Johanna, llámame la rara de Nebraska.

- Llámame la rara de Nashville…

El timbre sonó mientras yo seguía hablando con Hayley… ni siquiera lo habíamos notado hasta que el profesor hablo.

- Señoritas veo que les gusto mucho la clase y quieren otra, pero es mi hora libre así que si salen del salón… - hablo en tono de broma.

Tome mis cosas y camine hasta el pasillo con Hayley alado.

- ¿Qué clase tienes? – pregunto ella en su alegre voz, revise mi horario.

- Ugh, matemáticas… - dije desanimada, odiaba esa materia.

- ¡Genial, yo también! – dijo alegremente mientras me jalaba del brazo. – ¡Vamos!

Me llevo casi arrastrada hasta el salón de matemáticas, después de que firmaran el permiso me senté cerca de la ventana y ella se sentó atrás de mi.

Empezamos a murmurar mientras la gruñona maestra de matemáticas hablaba de algo sin importancia como el amor y respeto hacia los números y signos…

Cuando la chica que se encontraba delante de mi giro, Hayley y yo nos quedamos calladas.

- ¿Hayley? – dijo la chica de cabello café frente a mí.

- ¿Cristy? – le contesto la pelirroja.

- ¿Se conocen? – interferí yo.

- En realidad, la conocí en la primera clase que tuve… si eso cuenta. – dijo Hayley.

- Soy Cristy... un placer. – dijo la bronceada de cabello café, era obvio que ella si era de california ya que a diferencia mía, ella tenía un color dorado que solo tendrías si vives aquí.

Me presente y luego la maestra nos regaño como las "tres de la ventana" y guardamos silencio.

Una hora después de discurso el timbre sonó, por suerte era hora del almuerzo, camine junto a Hayley y Cristy hasta la cafetería. Nos formamos en la fila que avanzaba rápidamente, en cuestión de segundos tenía una bandeja con ensalada en mis mano caminando y buscando una mesa libre.

Las tres nos sentamos, hablaban mas ellas ya que yo no estaba acostumbrada a hablar tanto…

Así que jugaba con mi comida mientras escuchaba su tema de conversación, era algo sobre el clima de California. Levante mi vista y al final de la cafetería divise una mirada turquesa.

Estaba rodeado de hombres, unas cuantas mujeres… todos hablaban a su alrededor mientras él estaba quieto en medio de todos, mirando hacia mi dirección, pero no a mí.

Una mano apareció en la imagen, esta subía y bajaba… mire hacia otro lado.

- ¿Qué? – dije mirando a las dos chicas que se reían.

- ¿Qué mirabas con tanto interés? – pregunto Hayley.

- No, la pregunta es: ¿a quién mirabas con tanto interés? – corrigió Cristy.

- No miraba nada... solo soñaba despierta – me defendí con un tonto argumento, mientras regresaba mi vista a la ensalada en mi plato.

- Si claro, con Robert de segundo año…- dijo Cristy, levante mi vista rápidamente.

- ¿Quien? – hable un poco fuerte.

- El chico pálido, de cabello cobrizo y ojos azules… que estabas mirando – agrego de la bronceada.

- ¿Lo conoces? – pregunte "indiferente"

- Toda la escuela lo conoce, incluso en secundaria… es el genio callado, mejor jugador de base ball y soccer de la escuela.

-- ¿Callado…? – me pregunte a mí misma, a mi no me había parecido callado…

- Sorprendentemente, es el único del equipo que no es un idiota, y el único que no sale corriendo tras las porristas como los cerdos de sus amigos, de hecho no lo eh visto salir con nadie, al menos no en la escuela, pero estoy segura que si lo hiciera todo el mundo se enteraría, probablemente somos solo unas simples hormigas para él – dijo Cristy dejándonos a Hayley y a mi impresionadas, era como un anuario ya que se sabía todo sobre todos.

Seguí comiendo mi ensalada repasando lo que había dicho Cristy, cuando el almuerzo termino fuimos a nuestras últimas tres clases… la última fue aun peor que matemáticas.

Educación física, me gusta ver los deportes… no jugarlos. Ya que mi cabeza es un imán de balones y mis reflejos no son tan buenos como para protegerme.

La clase era en una de las canchas de soccer de la escuela, la mayoría de los otros grados habían terminado sus clases.

En la primera clase, solo haríamos calentamientos y cosas por el estilo. Buena suerte para mi, aun que aun así teníamos que correr alrededor de la cancha mientras el equipo de soccer comenzaba a practicar en la cancha de alado.

A lo lejos mientras corría vi a Rob practicando con su equipo corriendo de un lado al otro con el balón. Deje de mirarlo y seguí corriendo. En la decima vuelta trotaba a un ritmo medio, en mi visión periférica vi como algo se acercaba a gran velocidad, tanta que al parpadear sentí un fuerte golpe en la frente que me dejo en el piso. Ya era la segunda vez hoy.

Alcance mi frente con mi mano y la acaricie levemente, abrí mis ojos y una silueta tapo los rayos del sol.

- ¿Estás bien? – reconocí la voz y luego cuando deje de ver borroso su rostro.

Sacudí mi cabeza varias veces enderezándome un poco.

- Sí, creo… buen tiro – dije riéndome.

- Lo siento, no me fije a donde patee la pelota – explico.

- No es tu culpa, mi cabeza es un imán de balones… - él se rio.

- Huy… creo que ocupas hielo para eso… - dijo mirando mi frente con preocupación.

- No, está bien… es solo un golpe, si… mañana pareceré un unicornio, pero nada más.

- Ya pareces un unicornio… - cuando dijo eso yo pase de nuevo mi mano en la parte en la que me había golpeado la pelota y sentí un relieve. – ¿Ahora si me dejas llevarte por hielo? – pregunto.

Solo asentí con la cabeza, luego me puse de pie y lo seguí.

Iba a su costado sin hablar, solo mirando hacia otra parte.

- Ahora soy yo el que pone en peligro a los demás y no tú con el casillero – me sorprendió que hablara.

- Creo que ya se a que se refieren con el "Karma", ya no andaré por ahí chocando con gente en los pasillos porque sé que mi cabeza correrá peligro – dije yo, mientras los dos reíamos.

El se detuvo frente a una puerta y luego la abrió dejándome pasar primero.

- ¿Enfermera Marie? – dijo Rob con un tono cantarín en su voz.

- Ahora que te hiciste Robert, enserio uno de estos días voy a… - la enfermera salió y me vio quedándose callada un momento haciendo que Rob se riera. – Lo siento linda, ¿Qué sucedió? – pregunto.

- Mi cabeza se golpeo con un balón… - hable, ya que mi cabeza era la que buscaba los balones.

La enfermera se rio mientras se acercaba a mí y observaba mi frente.

- Siéntate en la cama querida, iré a buscar unas vendas y crema desinflamante, Rob tu sabes dónde está el hielo, tráele una bolsa con hielo y pónsela en la frente mientras arreglo todo.

Los dos desaparecieron de la pequeña habitación, dejándome sola. Me puse a tararear una canción mientras movía mis pies que colgaban de la cama. Luego la adrenalina fue disminuyendo y comencé a sentir más el dolor en mi frente.

Cerré los ojos y puse mi mano sobre mi frente, luego alguien hablo.

- No te toques la frente, te dolerá mas…- hablo Rob, abrí los ojos y lo vi acercarse con el empaque de gel azul frio que se usaba en vez de hielo en una bolsa plástica.

Aparte la mano de mi frente y el puso la compresa helada en el lugar del golpe, cerré mis ojos al sentir el frio sobre la herida y aparte me dolía.

- Lo siento… - dijo Rob.

Supo que me dolía sin que yo dijera algo, abrí de nuevo mis ojos, viendo como él me miraba preocupado como un doctor.

- Rob, ven por la crema por favor… - grito la enfermera desde el fondo del lugar.

- A veces pienso que me dejara trabajando de enfermero, sostén esto aquí. – dijo poniendo mi mano sobre la compresa en mi frente. Luego salió disparado a la parte trasera de la enfermería.

Me quede unos minutos ahí hasta que regreso, solo de nuevo con una crema, vendas y cinta.

- Ya lo puedes quitar. –dijo poniendo todo en el espacio vacío que había en la cama.

Obedecí rápidamente poniéndolo sobre mis piernas, el abrió el tubo de crema para desinflamar y la puso en mi frente. Ahora sentía calor, el estaba tan cerca que yo procuraba mirar hacia cualquier otro lado menos al frente. Acomodo una venda y la comenzó a pegar cuando la puerta se abrió de golpe, eran Hayley y Cristy que entraron corriendo. Al ver a Rob frente a mí las dos se quedaron con la boca semi-abierta.

Rob termino de pegar la venda, ellas se acercaron.

- La clase acaba de terminar y queríamos saber cómo estabas – dijo Hayley.

- Estoy bien, Rob me… - mire a todos lados y Rob ya no estaba.

- ¿Rob…? –dijo Cristy.

- Si, estaba aquí hace unos segundos…

Igual que en la mañana había desaparecido sin decir nada, y no le pude decir gracias.

Le dije adiós a la enfermera, tome mi mochila y salí de la enfermería, camine alado de Cris y Hayley, me despedí de ellas ya que iría a dejar mi permiso firmado a la oficina.

Me quede hablando un momento con la señora de la oficina, ya que me pregunto como había sido mi primer día.

Le conté un poco, claro que se termino riendo de mi accidente en la clase de deportes.

Cuando dejo de preguntarme cosas de los profesores me pude escapar, Salí caminando tranquilamente revisando mis papeles, al salir del edificio sentí el calor extremo del exterior.

Me moleste y camine hasta mi auto, igual que en la mañana lance mi mochila y luego subí. Encendí la camioneta que carecía de aire acondicionado y maneje hasta mi casa escuchando una estación de radio cualquiera.

Al llegar a mi casa note que aun no había nadie, coloque el auto donde estaba en la mañana. Cuando el motor se apago completamente recargue mi cabeza en el asiento agotada. Iba a ser un largo, largo semestre.

Me quede un rato así, luego sentí demasiado calor y decidí que era mejor bajarme y entrar a la frescura segura de mi casa.

Deje la mochila en un sofá y fui hasta la cocina, encontré una ensalada preparada así que decidí comerla antes de morir de hambre. Mientras lo hacía, revisaba mis tareas, mañana tendríamos examen de matemáticas para ver en qué nivel estábamos.

Cuando termine de comer, lave el plato y subí a mi habitación para estudiar un poco.

Pase la tarde perdiendo tiempo, leyendo y repasando cosas de matemáticas. Mi mamá llego y se puso a preparar la cena.

A las 8:00 pm me llamo para cenar, mi papá ya había llegado, así que deje mis cosas y baje corriendo para saludarlo.

- ¿Papá? – dije mientras bajaba las escaleras.

Mi papá apenas se quitaba su saco, corrí y lo abrasé. Siempre había tenido una mejor relación con el que con mi madre, el y yo nos parecíamos más, al menos a mi punto de vista, ya que todos decían que yo era igual de testaruda que mi madre.

El recibió mi abrazo y caminamos así hasta el comedor, donde mi mamá y la ama de llaves ponían la mesa.

Las ayude, mientras mis papás se saludaban, puse los platos y cubiertos. Luego mis padres se sentaron y los tres nos pusimos a cenar.

- ¿Qué tal tu primer día hija? – hablo entusiasmado mi padre.

- Lo único que me incomoda es la temperatura y que mi escuela parece un país completo. – hable mientras veía mi plato, oculte mi frente.

- Te acostumbraras, el calor es mejor, la lluvia de Nebraska era deprimente. – agrego mi madre, le regale una mirada de odio que ella no noto, solo mi padre y se comenzó a reír.

- El calor es interesante, pero tu madre tiene razón… nos acostumbraremos con el tiempo... Johanna ¿que te paso en la frente? – dijo con una mirada de pocas esperanzas y preocupación, pero la cambio cuando los ojos de mi madre nos fulminaron a los dos.

- Mi cabeza busco un balón…

- Ay Jo… vivir aquí es mil veces mejor que en medio de la nada; Nebraska. – la voz de mi madre sonaba con un tono de superioridad, estaba feliz de vivir aquí, mientras que mi padre y yo nos derretíamos.

Les platique un poco de mi día, sin detalles vergonzosos de golpear gente en los pasillos o como llego la pelota a mi cara.

Mi padre hizo unas cuantas bromas, luego me pido usar bloqueador diariamente, me sentí realmente estúpida cuando dijo eso.

- Mitchell, no tiene diez años… aparte algo de color no le hace daño, puedo apostar que es de las únicas sin broncear en la escuela. – dijo mi madre que tenía un bronceado falso.

Me despedí de los dos, lave mis platos y subí a mi habitación. Antes de dormir tome una ducha, me relaje un rato. Al salir me puse mi pijama favorita que era demasiado caliente como para dormir con ella, así que prendí el aire acondicionado a 16 grados para sentirme en casa, acomode mi cabello en una trenza y me acosté.

Sentí que ni siquiera tuve tiempo de soñar ya que mi ruidosa alarma comenzó a sonar, le lance una almohada, pero la pésima puntería que tengo a las seis de la mañana era obvia así que esta siguió sonando. Me levante de mala gana y la apague.

Camine hasta mi closet y busque algo decente que ponerme, definitivamente tenía que comprarme ropa, ya que la mayoría de mis cosas eran abrigos y cosas para temporadas de frio.

Entre mis atuendos de esquimal encontré algo decente, tampoco buscaba algo que llamara la atención.

Me mire en el espejo, me comencé a peinar; bueno solté mi trenza y deje que se acomodara ahora que estaba seco y ondulado. Retoque un poco mi rostro ya que no quería asustar a nadie. Y termine todas las demás cosas de aseo personal como lavarme los dientes y eso.

Tome mi mochila y la arrastre todo el camino hasta la cocina, era temprano así que desayune tranquilamente en la mesa. No tenía idea donde estaba mi mamá, obviamente mi papá estaba en el trabajo. Así que desayune un cereal mientras hablaba con Maggie, había sido mi nana durante 13 años, también chef, enfermera, ama de llaves entre otras cosas. Al terminar de comer, me despedí y tome las llaves de la camioneta.

Antes de mover el auto busque una estación decente, encontré una de country, comenzaron a pasar un buen éxito de Tim McGraw. Me sentí más cómoda que escuchando una estación de noticias como ayer. Abrí la puerta del garaje y aplaste el acelerador. Fui tarareando las canciones que aparecían toda la carretera, ahora no tuve que pedir indicaciones por suerte.

Unos 15 minutos de carretera después, el gran anuncio apareció en lo alto, gire en "u" y entre al estacionamiento. Ahora había más lugares vacios, porque era más temprano.

Apague la camioneta y me estire, subí los vidrios antes de tomar mi mochila. Abrí la puerta y salte. Por suerte caí en mis dos pies y no me tambalee.

Camine tranquilamente evitando mirar a las personas que pasaban, abrí la gran puerta de la entrada y sentí el frio que proporcionaba el aire acondicionado de la escuela.

Fui hasta mi casillero que estaba al final del largo pasillo. No lo pude abrir al primer intento, así que lo golpee tres veces en la parte abajo. Y sorprendentemente la testaruda puerta se abrió sin problema alguno.

Acomode mis libros y revise mi horario, lo cerré y gire para caminar. Pero me tope con la delgada pelirroja que había conocido ayer.

- Buenos días. – dijo alegremente.

- Hola Hayley. – correspondí su saludo un poco asustada, caminamos juntas hasta nuestra clase de matemáticas en la cual nos aplicarían el examen para evaluar nuestro nivel.

Nos sentamos cerca de la ventana y le guardamos un lugar a Cristy.

- Ayer mi papá me pidió usar bloqueador solar, mientras que mi mamá me dijo que me bronceara para encajar, creo que mi familia no encaja aquí, al menos mi padre y yo no. – le conté a Hayley.

- ¿Tu mamá es de las que se broncean en salón? - pregunto.

- Si, ahora que estamos aquí no estoy segura si lo haga… - conteste.

- Te comprendo a un 100 porciento, yo no soportaría que me pintaran con no se qué cosa. – dijo riéndose.

- A mi no me miren, mi bronceado es natural por jugar voleibol en la playa. – se defendió Cristy.

Antes de que pudiéramos seguir discutiendo sobre los bronceados, la profesora llego y comenzó a repartir los exámenes. Al ver el mío me sentí confiada, me sabia todo así que me dedique a contestarlo tranquilamente. La mayoría de los problemas eran cosas que había visto en Nebraska antes de mudarme, así que no fue problema.

Tarde unos 30 minutos en acabarlo, me levante antes que todos y se lo di a la profesora que me miro sospechosa.

- ¿Segura que no lo revisara? – pregunto, yo solo le respondí que no con la cabeza y el levanto una ceja.

No mucho después que me senté, Cris y Hayley se levantaron seguidas por otros compañeros del salón. Cuando la campana sonó, unos cuantos gritaron desesperados por no haber terminado.

- El viernes tendré sus resultados, suerte a todos. – dijo la maestra mientras salía del salón con Hayley. Cristy se había adelantado a su clase de Literatura, claro en la que el profesor McCain impartía. El típico maestro joven y guapo por las que todas babean.

Hayley y yo teníamos la misma clase, así que fuimos juntas hasta el aula de idiomas.

Las clases eran un poco mas entretenidas teniendo alguien con quien hablar, así que las primeras cuatro clases se pasaron rápidamente.

Al estar en clase de biología, el timbre para el almuerzo nos salvo así que no tuvimos que contestar la pregunta sobre Darwin que nos había hecho el profesor.

Salí corriendo del salón, con Hayley atrás. Al estar en el pasillo comenzamos a caminar despacio hasta la cafetería. Vimos que Cristy ya estaba formada así que fuimos con ella y nos pusimos atrás.

Compre un sándwich y una coca-cola, fuimos hasta una mesa vacía, mientras comíamos Cristy llamo algunas personas. Obviamente ella las conocía, digo ella conocía la vida entera de toda la escuela. Era como un anuario parlante.

Tres chicos y una chica se acercaron, se sentaron en nuestra mesa. Cristy comenzó a presentarlos mientras yo intentaba quitarle el plástico a mi sándwich.

- Chicas, ellos son compañeros de mi clase de geografía; él es Cameron. -- dijo apuntando al chico más alto, tenía el cabello claro y ojos color azul. Su piel era bronceada como la mayoría de los de aquí, pero tenía un tono más rosado.

– El es Daniel, bueno Taylor… pero le gusta más que lo llamen Daniel. – apunto a otro chico, este tenía cabello oscuro, liso y despeinado, su piel era bronceada y tenia ojos color aceituna, por su cuerpo parecía estar en el equipo de futbol americano. Daniel sonrió cordialmente. – Y el es Jerry – apunto al más delgado de los tres hombres, su cabello era rizado, parecía que se había hecho un permanente y ojos café claro. Su piel era menos bronceada.

– y Por ultimo ella es Caroline, es de intercambio de Francia. – señalo a una chica delgada, de un tono de piel claro, cabello oscuro y rizado, con una sonrisa de millón de dólares.

Me sentí intimidada entre tanta gente, normalmente estaba sentada sola en los almuerzos y ahora estaba rodeada por 6 personas. Regrese a mi labor de intentar desenvolver mi sándwich. Al no poder abrirlo con las manos recurrí a mis dientes.

- ¿Ocupas ayuda con eso? – dijo el chico de cabello rizado, sonreí irónicamente.

- Sí, soy torpe con las manos. – extendí mi brazo con el sándwich, el lo tomo por las esquinas y estiro el plástico. La bolsa se abrió rápidamente y me quise golpear contra la mesa. – Aquí tienes. – me regreso el sándwich sonriente.

- Gracias. – agache la cabeza y comencé a comer.

Cuando deje de sentirme avergonzada levante la cabeza y comencé a platicar...

You take a deep breath and you walk through the doors
Its the morning of your very first day
you say hi to your friends you aint seen in a while
Try and stay out of everybodys way
its your freshman year and youre gonna be here
for the next four years in this town
hoping one of those senior boys will wink at you and say
you know I havent seen you around, before...