Capitulo I

No muy lejos del castillo del antiguo terrateniente Kagewaki…

-Naraku! Prepárate para morir!

- Inuyasha, tus técnicas son inútiles contra mi… tu solo no podrás.

- Eso es lo que voz crees, vengare a mis amigos y a kikyou

- Como podes seguir interesado en ese cadáver… esos sentimientos humanos, sin importar cuanto viva, jamás los entenderé. Shide! (muere)- Grita confiado lanzando sus tentáculos por toda el área dificultando el ataque del hanyou de cabellos plateados. Mientras evita que Inuyasha se acerque, Naraku llama a Kagura.

- Kagura, se útil y encárgate de esta bestia- Kagura dudosa comienza la batalla.

Naraku se aleja de la zona para acabar con su mayor preocupación, Kagome. Había utilizado hace unos días una marioneta para que tomara forma de Kikyou y que valla a consolar a Inuyasha así Kagome se entristecería y la alejaría de su protector. Efectivamente había funcionado ya que gracias al espejo de Kanna podía ver como, desarmada, caminaba por un bosque no muy lejano de donde se encontraba la aldea de Kaede.

Al llegar puede sentir la presencia de humanos de la región, los cuales no les dio importancia, la presencia de su presa...Kagome, e incluso se había percatado de la extraña mascota del Lord de las tierras occidentales, sesshomaru. A un así no le dio importancia ya que Sesshomaru se encontraba amenazando a Totosai.

Tomo la forma de Hitomi Kagewaki y se acerco a la zona. La podía ver, se encontraba triste viendo el arbol sagrado, no le dio pena ya que sus sentimientos habían sido eliminados al expulsar a Akago.

-Naraku! No creas que no me di cuenta de tu presencia. Tu maldad se siente desde kilómetros a distancia.

-¿Y por que no me atacas, miko? ¿Acaso será que tu querido Inuyasha no esta a tu lado para darte valentía?

-Calla! – Tomando su arco en dirección a Naraku.

-No juegues niña – Enojándose, comenzó a distribuir su malaria (veneno) por toda la zona lo cual afecto un poco a Kagome, pero esta no se rendía tan fácilmente. Esta decidió huir para que Naraku se alejara lo mas posible de la aldea y que ningún ser querido saliera herido - ¿A dónde crees que vas? – El oscuro hanyou ya se estaba enojando, acaso esa mocosa ¿se burlaba?, no lo iba a permitir. La persigue hasta encontrarla cerca de un poso – Jaja, esto si que no me lo esperaba, ¿pretendes ocultarte en un poso?

-…. – Kagome ya estaba en peligro, seguramente una flecha lo afectaría pero si se tiraba al poso, Naraku la seguiría ya que el poseía fragmentos de la Yicon no Tama, hasta que algo la distrajo – Naraku, estas brillando –

-Que estupideces dices, per- El noto que su cuerpo resplandecía un tono amarillo, casi dorado – Debe ser la perla, acaso la purificaste?

-No, no la he tocado además deberías saber que la perla purificada es rosa y no amarilla – Dejando en ridículo a Naraku.

-¡Que demonios! – Su brillo iba en aumento, que incluso su kimono parecía desaparecer, su preocupación provoco que no se percatara de la presencia de Sesshomaru, el cual miraba con curiosidad el estado de Naraku desde unos árboles, hasta que decidió intervenir.

-Jamás vi a un hanyou en tan patética situación, Naraku superaste a mi hermano- En tono irónico pero a su vez sin alejar la vista del Hanyou.

-Sesshomaru Sama ¿Acaso pretende matarme?- Intentando ignorar el resplandor.

-Hey! ¿Se olvidan que estoy acá? – La miko estaba al borde de la histeria, su mayor enemigo estuvo a punto de matarla, y ahora Naraku ¿brilla? Y sesshomaru no ayudaba, al dar un suspiro se da cuenta de que Naraku no es el único que brilla, el poso también. E incluso veía espíritus con el aspecto de las serpientes cazadores de almas salir del mismo.

-Miko! Ese poso es el que Inuyasha y voz usan, ¿por que brilla como yo?- Pregunta un hanyou enfurecido.

-No lo se, y si lo supiera no te lo diría- Brindando una cara de odio.

-Es decir tu palabra no tiene valor ¿verdad? Sesshomaru Sama supongo que usted tampoco sabe.

-No lo se, no me importa, y no único que haces es desacelerar tu muerte – El youkai había tomado a Tokshin, quería matarlo en ese momento.

Del poso surgió un perro demonio dorado, en su cuello yacía un collar azul y dorado. Y en su cabeza un Nemez (tocado a rayas de color lapislázuli y dorado utilizado por los egipcios). Radiaba el resplandor que Naraku llevaba consigo. Sus ojos eran azules y brillaban, los animales tienden a sentir solo un sentimiento, no pueden poseer mas en el mismo momento, su estado actual era la ira.

-Genial otro demonio que me quiere matar, ¿alguien mas? Talvez tu querido Inuyasha este por venir, o talvez este muerto – Rió irónicamente ya habiéndose acostumbrado al resplandor.

-Cállate! – La miko estaba triste, enojada, preocupada y ahora asustada, ese canino radiaba un gran enojo.

-… Nos haz abandonado ¿Por qué? , volverás a tu tierra y reinaras como el faraón que debes ser –

Anuncia el perro demonio, Kagome escuchaba atentamente pero a un así no entendía ¿Faraón?, por el resplandor eso debería estar relacionado a Naraku. El youkai del Occidente, solo escuchaba pero no decía nada, e incluso parecía temerle al perro. Mientras que Naraku estaba más que desconcentrado.

-¿Fara cuanto? – Replica un inocente hanyou.

-Faraón!, ¿no sabes lo que es? – El hanyou y el youkai se miraron, además de darse miradas asesinas parecía que ninguno de los dos sabia que era un faraón- Un faraón es como un emperador, la diferencia es que faraón es propio del antiguo Egipto- Si lo pensaba bien, los estudios del 1 año de secundaria habían servido de algo después de todo.

-¿Antiguo Egipto?- Naraku de verdad se sentía un inútil, el ideaba constantemente técnicas las cuales nunca fallaban, era un hanyou muy inteligente algo que llamaba la atención de Sesshomaru.

-El antiguo Egipto es un- fue interrumpida

-No estorbáis, dejéis al faraón en paz, me los llevareis a todos si hace falta – El demonio perro lanzo unos lazos color azul los cuales tomaron de los pies a Kagome tirandola dentro del poso. Otros lazos intentaban capturar a sesshomaru, pero este los evadía con facilidad hasta verse atrapado en ellos, Sesshomaru pudo ver con algo de dificultad que Naraku estaba completamente envuelto en esos lazos, no se movía y lo peor es que no respiraba ¿lo peor? Ja lo mejor, Naraku era su enemigo si no respiraba era mejor para el, pero algo muy dentro de el se preocupaba. Naraku parecía una momia. Ya no podía mas esos lazos los cuales se clavaban en su blanca tez eran mas fuertes que el, se dejo llevar por los mismos. Hasta desaparecer.

La miko, el Lord de las tierras occidentales y el hanyou habían desaparecido. Su esencia no estaba, la maldad de Naraku parecía haberse esfumado del sengoku.

Un poco mas lejos del lugar…

-Kase no Kisu! – El viento cortante salio disparado hacia la dama de los vientos destruyéndola por completo. A un siendo una parte de Naraku, ella era débil comparativamente… pero algo muy en su interior indicaba su libertad, no sentía conexión con Naraku.

-Por fin soy libre – alcanzo a decir la mujer.

Inuyasha luego de una larga batalla, decide ir a ver a Kagome, recordaba su triste mirada cuando kikyou vino. Kagome sabia muy bien que Inuyasha había elegido desde hace mucho a Kikyou, pero sentía pena por su condición. Además podría haber corrido peligro desde que Naraku se había ido.