Jack Frost y yo
Capitulo 1: ¿Quién rayos eres tu?
Ay quienes dicen que nuestro destino esta ligado a la tierra, que es parte de nosotros como nosotros de ella, otros dicen que el destino esta entretejido como una cesta, enlazando el destino de uno con el de muchos otros, es aquello que mas buscamos, o luchamos por cambiar; algunos nunca lo encuentran, pero ay otros que… son guiados a el.
Ah pasado tiempo desde el incidente de mi mamá, nos llevamos mejor, al final me dejo elegir mi propio destino y olvido todo lo de los matrimonios arreglados y ya no dice nada malo sobre que yo sea arquera, incluso me deja practicar en el palacio aunque me gusta mas hacerlo en el bosque. Ella dice que confía en mí, aunque se niega rotundamente a comer cualquier postre que yo le de, estoy segura que todavía piensa que le voy a dar otro encantamiento, pero claro que no es así ( y si lo hiciera no sería tan tonta como para dárselo de la misma forma, usaría una manzana) es muy paranoica pero ya que. Estoy saliendo del castillo y voy hacia el bosque. Quiero relajarme un poco y practicar con el arco; hoy es uno de esos días especiales donde no tengo que ser princesa ¡ojala fueran todos los días! Pero no es así ¿Qué puedo hacer? Le saque a mi madre todos los permisos para ir al bosque posibles: todo el dia dos veces por semana, y cada dia (si quiero) después de las lecciones. Mis hermanitos no han cambiado nada, siguen igual de glotones, aunque como mamá, evitan comer mis prostres y todo lo que les ofrezco (esto me alegra ¡no tuve que darles mis postres durante el año que les prometí!) casi todos perdieron la confianza en mi comida. Y mi papá… ¿Qué puedo decir? Sigue igual, aunque desde la muerte de mor'dú tuvo que buscar un nuevo pasatiempo.
Salgo del palacio y me dirijo al establo. Choco y esquivo a algunos sirvientes y trabajadores, que me miran con cara de "ach, otra vez ella" ,"tenga mas cuidado" o "¿y esa es princesa?", la ultima es la mas popular, supongo que yo no les agrado mucho , pero en fin. A mi no me importa.
-¡ya!-. le grito a Angus y le doy una patadita para que corra, no muy fuerte porque no quiero lastimarlo. Al pasar por el pueblo voy muy rápido y aunque soy una gran jinete (ignoren mi arrogancia) se me atraviesan algunas cabras, las odio y a los pastores de ellas igual, siempre que me ven dicen con sus ojos que me van a golpear; tengo suerte de ser princesa, porque si no lo fuera todo el pueblo me daría una golpiza y me insultarían, pero jaja soy la princesa y no pueden hacerme nada, soy intocable. Llegando al puente que veo a varios chicos y chicas de mi edad o un poco mas grandes, charlando y riendo. Me da un poco de envidia, pues yo no tengo amigos, no porque no quiera, es porque… la verdad no tengo idea de porque no tengo, no me considero desagradable o mala persona, pero nunca hablo con nadie de mi edad (salvo los hijos de los lords, pero ellos no cuentan porque hablamos por compromiso y obligación, por lo menos es así con el hijo de lord Macintosh, con el joven Dingwall es muy difícil hablar, siempre tiene esa mirada desorbitada y solo hace "aaaaaa" lo cual es raro y me asusta y con el que me llevo mejor, el hijo del "gran" lord MacGuffin , no le entiendo nada, nada de nada, tal vez por eso me cae bien) .Trato de pasar desapercibida pero no lo logro, todo gracias a mi cabello porque es el mas famoso de Dumbroch y las tierras altas, al menos eso dice mi madre.
-valla, valla, pero si es la princesa Mé chica rubia y de ojos verdes se dirije a mi, me limito a saludar con la mano mientras observo como todos me hacen reverencia.
-que sorpresa verla por aquí-. Un muchacho de pelo negro y ojos grises me habla muy educadamente. ¿sorpresa? ¿Cuál sorpresa? Si yo siempre vengo al bosque, que ellos no me vean es otra cosa.- ¿A dónde va?.
-aa… yo, aaa… yo voy al bosque-. Señalo el puente sin saber que decir. Me estoy portando timida, no sabía que era timida. ¡guau! Lo que puede hacerme hablar con alguien de mi edad, quizá por eso no tengo amigos.
-guau.
-lindo-. Dos chicos comentan sobre mi actividad, yo solo sonrío, no me siento muy comoda… ¡Aaah! Porque toda mi confianza tiene que irse en este momento.
-si, gracias, yo tengo que irme-. Le indico a Angus que avance.- ¡nos vemos luego!-. grito al irme. Me siento tan tonta, tenia la oportunidad perfecta de hacer amigos ¿y que hago? Nada… ¡nada! ¿Por qué no hice nada?. En fin, regañarme por eso no cambiara nada, mejor me concentro en las dianas ya van a empezar, me propuse a romper mi propio record así que tengo que hacer que Angus corra mas rápido.- ¡rápido, rápido!-. le grito, preparo mi arco, coloco la flecha, le apunto a la diana y… ¡lo logre!, casi siempre lo logro, soy una experta en esto aunque debo de admitir que al principio era como intentar volar. Veo la segunda, le doy justo en el centro ¡bien!. mi cabello ondea al viento, me quito algunos rizos de la cara; veo la tercera diana que esta en la rama de un árbol grande con nieve… alto ¿nieve? ¿en verano? ¿Qué?. Mis pensamientos son interrumpidos, Angus se ha resbalado con ¿hielo? Si es hielo, lo reconocería en cualquier parte y ¡Ohhh!.- Auch-. Me levanto adolorida, Angus me hizo caer y hablando de caídas, deberían ver en donde caí, el pasto tiene hielo y nieve ¿Qué esta pasando? Estamos en pleno verano; miro mi arco, no tiene la flecha… ¡diablos! Debí haberla disparado cuando cai, miro para arriba, la flecha ah hecho un hoyo en el follaje del árbol, agg, voy a tener que subir por ella. Comienzo a caminar, cuando derrepente la flecha cae justo en frente de mi.- ¿Qué?... ¡hola!... ¡hola!-. empiezo a gritar, se que ay alguien ahí, principalmente porque la flecha esta encajada, si se hubiera caído del árbol estaría tirada. Espero unos segundos pero no recibo respuesta. Como ultimo recurso cargo el arco y vuelvo a disparar la flecha por el agujero.
-¡aayy!-. escucho un grito, quien quiera que sea la persona que este arriba del árbol ,es un chico, tiene voz masculina. La flecha vuelve a caer encajada.
-¡hola!... ya te escuche-. Ese hombre sigue ignorándome y vuelvo a disparar la flecha. Esta vez, después de que la flecha cae veo a quien la tiró, acaba de bajar del árbol dando un salto: como yo suponía es un chico, pero… muy extraño, tiene el cabello blanco como los ancianos, pero no es un anciano, de hecho podría jurar que tiene mi edad o tal vez es mas grande…no lo sé. Esta vestido de manera muy rara, para empezar no está usando falda… ¡aleluya! Los espiritus al fin han contestado mis suplicas; también trae una extraña prenda de color azul marino de manga larga, no es un suéter como el mío, es diferente y está cargando un palo, probablemente sea pastor. Nunca eh visto a alguien tan raro como él, así como tampoco eh visto ojos mas hipnotizantemente azules y lindos.- emmm… hola-. Lo saludo sin saber que decir. el me mira indiferente, pero después se me queda viendo como por diez segundos con la boca bien abierta.
-¿hola? mira extrañado, y luego actúa como si estuviera pensando algo. se encuentra como a cinco metros de mi, pero se esta acercando con una enorme sonrisa en su boca.- ¡me dijiste hola!-. grita feliz, o eso me parece.- anda ¡dilo otra vez!-. me empieza a estrujar con una extraña risa. Esta frio muy frio, casi tanto como en el extraño lugar en el que estoy.
-hola-. Repito. Ese chico es mas raro que la extraña anciana talladora de madera y eso ya es mucho.
-¡hola!... ¡hola! Jajajajajajaja-. Se empieza a reír frenéticamente y luego ¡uy!. Me esta abrazando, mejor dicho me esta apretando y dándome vueltas. ¿Qué tendra este loco? Me abraza como si me conociera de toda la vida y se ríe mucho; por alguna extraña razón me empieza a dar mas frio.- ¡al fin! ¡al fin! ¡al fin! ¡al fin! ¡al fin! ¡alguien puede verme! carga y me da vueltas en el aire. ¿vendrá de una familia de ciegos? O ¿Por qué estará tan feliz de que lo vea?... ¡aay! Me da igual, ese chico ya se esta pasando con las vueltas y los abrazos.
-si, si, te puedo ver ¡ya bajame!-. le grito y el me suelta. Brrrr, tengo mucho frio, tanto, que hasta me castañean los dientes.
-lo siento, es que…. Estoy tan feliz que podría…-. Intenta abrazarme de nuevo, pero si cree que se lo voy a permitir está loco. Estiro los brazos parando los suyos.
-no, de verdad que no. Basta de abrazos-. Digo a la defensiva. Me hago para atrás un par de pasos; no vaya a ser que ese loquito sea un loco de verdad.
-ok, tranquila-. Me dice. ¿ok? ¿Qué rayos es eso? Es obvio que no es de por aquí.- perdón si te incomode, pero estoy súper ultra mega feliz, es que ¡puedes verme!... ¡y tocarme!-. exclama con una alegría absurda. Creo que debo descartar la idea de que viene de una familia de ciegos y tal ves empezar a pensar que… no, es ridículo, todas las personas pueden tocarse. Quizá tenga algún problema mental o ¿yo que se?.
-si, puedo verte-. Le digo lento.- no estoy ciega y tampoco soy un fantasma-. Le digo negando con la cabeza, como le hacia mi mamá cuando yo le decía algo absurdo.
-si, me di cuenta. Que suerte que seas humana-. Habla viéndome de pies a cabeza muy contento. ¿Qué sea humana? Claro que soy humana ¿a ese que le pasa?... si, yo creo que si tiene algo mal en la cabeza..
-bieeen… nos vemos luego-. Le digo. Creo que es mejor alejarme ahora, ese muchacho me está asustando. Me alejo caminando al revés un par de pasos con una sonrisa y luego me volteo y camino normal hacia Angus, lista para irme.
- oye espera-. Siento que me agarra la mano y me obliga a detenerme. ¡rayos! Tan cerca de irme y ahora ¿Qué hago? ¿Cómo me voy sin herir sus sentimientos?, aprieto los ojos esperando a que me suelte, pero no lo hace.- ¿A dónde vas?-. me pregunta.
- al cas…-. Tal ves no sea muy inteligente decirle que soy la princesa, pues al parecer no me reconoció. Tengo que aprovecharme de eso.- digo, al pueblo-. Me volteo y le sonrío.
- ohh ¿aquí hay un pueblo?-. exclama fasinado. Sip ,no es de por aquí acaba de confirmármelo.
-emm, si ¿no sabías?-. le pregunto, pues puedo notar que no conoce el area y se ve bastante perdido.
-nop, no soy de por aquí-. Se recarga en un árbol y me sonríe, tiene una linda sonrisa… Mérida! ¿en que estas pensando?.
-no me digas ¬¬. ¿A no?-. le pregunto aunque claro que me di cuenta, pfffff si se nota a leguas que es forastero. El niega con la cabeza.- entonces ¿Qué haces por aquí?-. le digo recargándome en Angus.
-pues estoy…-. Noto que está avergonzado pues baja la mirada con una sonrisa nerviosa.- pues yo, estoy… perdido-. Levanta la vista y sonríe avergonzado entrecerrando los ojos. Seeeh, sabía que no tenia idea de donde estaba.
-¿perdido? ¡wow! Eso debe ser terrible-. Le digo mientras me quito algunos mechones de pelo de la cara.- necesitas ayuda amigo-. Le digo al tiempo que lo doy una palmaditas a Angus. Si que necesita ayuda, estos bosques son confusos.
-siiii-. Me dice dando un suspiro, pone cara pensativa y segundos después me mira con una gran idea.- oye, tu puedes ayudarme-. Dice señalándome. ¡oh no! No tengo tiempo para esto, mi día de no ser princesa ni siquiera ah comenzado y ya perdi mucho tiempo hablando con el, ya se lo que le voy a decir.
- claro, yo puedo ayudarte-. ¡Rayos! ¿Por qué le dije eso? Mérida ¿Qué te esta pasando?. El me sonríe y se acerca a mi.
-¡gracias! Que amable-. Se ve sorprendido de que lo ayude, para ser sincera yo también lo estoy. Dios ¿en que lio me vine a meter? No tengo ni idea de lo que ay mas allá de estos bosques.
-por… por nada jeje-. Me río nerviosa… ¿estoy nerviosa? ¿Qué me esta pasando? Ay dios, se me esta pegando lo rara.
-no, de verdad gracias-. Me agarra ambas manos, todo lo que noto es que esta demasiado frio como para ser hu… no, no, olvida esa loca idea.- gracias… emm… a jajaja ¿Cómo te llamas?-. me pregunta algo apenado.
-Mérida-. Le respondo viendo esos dos enormes ojos azules, dios, son enormes.
-que lindo nombre-. Me mira de una forma extraña… pero linda.
- gracias ¿y tu como te llamas?.
- yo me llamo… alto ¿no sabes quien soy?-. dice haciendo una mueca de "no entiendo nada".
-¿debería?-. arqueo una ceja. Enserio ¿debería? Me vio cara de psíquica ¿o que?.
-no, no, no .tienes razón -. Empieza a asentir como si organizara sus ideas o algo así.- bien, como sea, mi nombre es Jack Frost-. Me dice y luego alza ambas cejas como esperando a que yo diga algo, el problema es que no se que decir.
- emmm, tu nombre también es lindo-. Entrecierro los ojos y sonrío esperando que eso sea lo que quiere escuchar.
- gracias-. Dice extrañado por lo que le dije.- pero ¿ya sabes quien soy verdad?.-. me agarra de los hombros y me sacude un poco.- ¿verdad?.
-emm si, me acabas de decir-. Digo obvia, todavía no lo logro entender lo que me quiere decir. Uy! que frio está, debería ver a un doctor.
- pero ¿no lo sabias antes de que te lo dijera?-. me pregunta desilucionado, si, es la palabra. Yo solo le hago el gesto de " yo no se nada" y el suspira.- ay no-. Se recarga en un árbol y se va para abajo sentándose en el piso.- no, no, no-. Se agarra la cabeza, luce preocupado y confundido.- ¿no sabes nada sobre mi, cierto?-. me ve triste.
-aparte de tu nombre y de que estas perdido. Y que eres raro ¬¬. Nop-. Le digo sincera, pero ¡ay! La duda me come viva, quiero saber porque esta tan preocupado.
- ahora ya no entiendo nada-. Se recarga mirando para arriba muy serio.
-y yo tampoco. Oye ¿te sientes bien?-. me siento al lado de el, porque veo que necesita apoyo.
-si… no… es que… ay, no lo entenderías-. Me dice rápido. ¿Qué no lo entendería? Ja ¿me cree tonta? No sabe con quien se mete.
-¿como que no lo entendería?-. la furia esta empezando a salirme.
-perdón, no te enojes. No lo dije para ofenderte-. Se disculpa conmigo inmediatamente y empieza a jugar con mi cabello.- oye ¿te han dicho que estas muy despeinada?-. me mira a los ojos mientras me desordena aun mas mi pelo. Me sorprende ese comentario tan fuera de lugar y obvio se que estoy despeinada, pero ¿y eso que? ¿ a el que le importa?.
- si, varias veces-. Le retiro las manos de mi cabeza.
- aaah ¿y por que no te peinas?-. me pregunta muy ¿amable?, mientras ve uno de mis rizos rojos. ¿lo que me dijo fue un insulto? O ¿solo un comentario?.
-porque la vida es demasiado corta como para peinarse todos los días-. Respondo a la defensiva y le quito mi cabello de su mano.
-oooh, tiene sentido-. Empieza a asentir y vuelve a agarrarme el cabello ¿Qué trae con el? Se lo quito y lo vuelve a agarrar.
- ¿Qué traes con mi cabello?-. se lo quito de nuevo.
-me gusta-. Insiste en agarrarlo.- es muy rizado y loco… me agrada, te queda bien-. ahora esta empezando a ponérselo en la cara a modo de bigote. No puedo evitar reir.
-jajajajajaja, ejem-. Me aclaro la garganta y paro de reír.
- tienes una linda risa-. Me alaga sonriendo. Bien, esto ya no es normal, son demasiados alagos y acciones extrañas.
- emm ¿gracias?-. me roburizo un poco, no estoy segura porque.
-jeje, no estás acostumbrada a los cumplidos ¿verdad?-. alza una ceja mientras ríe un poco. ¿Cómo lo supo?.
-¿Por qué lo dices?-. ¿acaso soy tan obvia?.
-je, porque tu cara esta del color de tu pelo-. Empieza a reírse y a picarme una mejilla. Me cubro la cara con mi cabello y mis manos, avergonzada.
-hola-. Me descubre la cara y me mira.- estas ridículamente roja Mérida ¿estás bien? está burlando de mi. me toca la frente con el torso de su mano como si me checara la temperatura.
-estoy bien-. frunzo el ceño y retiro su mano muy helada.- ¿y tu estas bien? estas tan frio que pareces un muerto-. Ahora soy yo la que juega a la enfermera.
- ja, si supieras rojita-. Murmura mirando para abajo. ¿si supiera? ¿si supiera que? Que raro… ¿me dijo rojita?.
-¿Cómo me llamaste?-. me cruzo de brazos enojada.
- rojita, creo que el nombre es lindo-. Me contesta despreocupado.
- y ¿si supiera que?-. le preguntó interesada, el solo desvía la mirada con una sonrisa.
- si supieras quien soy-. Me responde con un aire enigmático.- si supieras quien crea el frío y la nieve.
-pero lo sé-. Replico.- el frío lo crea el señor del invierno-. Me cruzó de brazos, tal ves yo no sea la mejor alumna de mi mamá, pero se el nombre de los espiritus de la naturaleza.
- ¿el señor del invierno?-. me pregunta curioso.- ¿ustedes han oído de mi?-. exclama con indudable alegría.
- no, de ti no; del señor del invierno si-. Le explico, ¿acaso no me oyó bien?.
- ja ja ja ¡pero si yo soy el señor del invierno!-. me contesta estrujándome. Bien, si está loco, es el momento de irme.
- bieeen… a ¿Qué mamá?-. hago como si escuchara algo.- lo siento, mi mamá me llama ¡adios!-. me levanto rápidamente y corro hacía Angus .
- yo no escuche nada-. Me dice cruzando los brazos, me alcanzó muy rápido, debo decir.
-es porque yo tengo un oído muy agudo-. Invento una excusa.
-no me creíste ¿verdad?-. se dio cuenta, bien ¿Qué puedo hacer? Al parecer no se me da muy bien mentir.
-no-. Le contesto.- lo siento, pero estás loco.
-no estoy loco-. Se defiende.- mira, dejame me presento formalmente: mi nombre es Jack Frost, soy el espíritu del invierno, si alguna vez ah nevado por aquí, soplado el viento helado o ah habido una guerra de nieve ten por seguro que yo lo hice-. me explica amablemente, pero no le creo nada.
-¡pruébalo!-. le grito.- si eres quien dices que eres pruébalo-. Que lo pruebe, obvio es que no puede y cuando se quede sin explicaciones podre irme.
- si quieres-. Me sonríe arrogante y da un golpe en el suelo con su bastón.- mira para arriba-. Me dice, no sé lo que pretende, pero le hago caso y….
- ¡wow!-. exclamo mientras observo como millones de copitos de nieve caen del cielo.- ¡tu! ¡¿tu hiciste la nevada!?-. estoy perpleja y lo apunto con el dedo.- ¿Cómo lo hiciste?-. le pregunto inpresionada y el suelta una risita ¡si es el señor del invierno! Por dios, me porte terrible con el.
- con esto-. Me muestra su baston.- es mi cayado mágico.
-¿me lo prestas?-. preguntó y el asiente con una sonrisa diferente a todas las que me dado… algo ¿malvada?, como sea. Agarro el cayado y doy un golpe en el suelo, no pasa nada.- ¿Qué?-. doy otro golpe, sucede lo mismo y el se ríe.
- que graciosa eres rojita, ¿enserio creiste que tu podías activarlo?-. se esta riendo de mi, yo solo asiento apenada.- ay, pero si eres una ternurita-. Se esta burlando de mi, me acaricia el pelo como si yo fuera un perro o algo así.
-ja, ja, que divertido-. Comento sarcástica, esto no se va a quedar así, me voy a vengar por esto.
-lo sé, ¿me devuelves mi cayado?-. extiende la mano con una sonrisa arrogante, iagg su odiosa sonrisa arrogante y sus ojos azules llenos de superioridad, como si fuera mejor que yo.
-no-. Le contesto. No le voy a devolver su cayado, y no solo por venganza, sino también porque eh visto a las victimas de su trabajo, tantas personas con hipotermia o gangrena, ahora que lo pienso devolverle su cosa sería una mala idea.
- ¡pero es mio!-. me reclama e intenta quitármelo, no lo dejo y lo escondo detrás de mi.
- era tuyo-. Recalco el era, el quiere quitarme el baston y yo comienzo a correr en círculos alrededor de Angus seguida por el.
- ¡devuélvemelo Mérida!-. me grita, casi me alcanza así que intento engañarlo.- espera-. Paro de correr y el también.- ¿Qué es eso?-. actuó sorprendida mientras apunto un árbol común y corriente.
- ¿Qué es que?-. pregunta intentando ver algo. Me aprovecho de eso y comienzo a alejarme de ahí, corro muy rápido, volteo para atrás ya no lo veo ¡si! Lo logre y…
- auch-. Choque con algo y caigo al suelo ¿fue un árbol? Miro para arriba y no es un árbol: es el, esta viéndome con los brazos cruzados y serio ¡no! ¿Cómo me alcanzo tan rápido? Y lo mas importante ¿Cómo llego primero que yo?.
-¿te puedo preguntar algo?-. dice serio, yo indico que si con la cabeza, que pena.- ¿Qué tan ingenuo crees que soy?-. acerca su cara a la mía.
- mas que esto. Pues… yo… emm-. No se que responder e intento volver a distraerlo.- ¿Qué es eso?-. señalo y el no voltea.
- no volveré a caer en eso-. Arquea una ceja y agarra su cayado, sin embargo, yo no lo suelto.- deberías dármelo-. Lo jala.
- no, tu deberías soltarlo-. Empezamos a forcejar por el, mis rizos me caen en la cara y tengo que acomodármelos, el se aprovecha de eso y lo jala muy fuerte, pero no me voy a dejar vencer tan fácil así que me pego al palo y empiezo a abrazarlo, dificultando que me lo quite. Pero esta empezando a arrinconarme contra un árbol, no se lo que intenta, pero me tiene entre el y la pared; me desafía con sus ojos y yo a el con los míos.
- ¡damelo Mérida!-. me grita, yo no le hago caso y lo único que le doy es una fuerte patada en su parte intima. El efecto es inmediato, se tira en el suelo y se hace rosquita ¡si!, no pierdo tiempo y llego hacia Angus.
- ¡ya!-. le indico que avance, Angus corre lo mas rápido que puede, no es tan necesario el nunca podría alcanzarme y…
- ¡vuelve acá ladrona!-. me grita alguien, ¡es Jack! Y esta volando.
-¡Ahhhhhhhh!-. grito, casi me alcanza, vuela, el vuela ¡por dios! ¿Cómo es posible? No me importa, lo que tengo que hacer es claro… derribarlo con una flecha, cargo el arco y le apunto con el.
- ¡no! ¿Qué estas haciendo?-. me sigue todavía, pero se ve asustado.
- ¡alejate de mi demonio de hielo!-. grito y disparo la flecha, falle, el pudo esquivarla.
- ¡hey no hagas eso!.
- ¡diablos falle!-. grito, el me mira asustado.
- ¡intentas matarme!-. me señala con la boca bien abierta.
- ¡si!-. le respondo y le aviento otra flecha.- ¡alejate o muere!-. Vuelvo a disparar, pero el no se rinde y esquiva todo lo que le lanzo.
- ¡estas loca! ¡Devuélveme mi cayado! ¡es mio!-. esta justo detrás de mi y justamente voy pasando por un árbol con ramas bajas. Tengo una idea para deshacerme de el, no se si funcione pero tengo que intentarlo. Agarro una rama y la restiro, justo cuando el va pasando la suelto y la rama lo golpea, veo que el cae al suelo y no se levanta. Me siento culpable, tal vez deba… ¡no! No es momento para ser amable, si lo ayudo y le devuelvo su cayado me congelaría o moriría de hiportermia, no gracias. Angus corre y corre, al fin llegamos al pueblo y posteriormente al castillo, meto a Angus a su establo y me bajo de el de un salto.
- adiós Angus-. Me despido de el y empiezo a correr, me meto por la puerta de la cocina y la cierro de golpe. Fui muy lejos, no debi robarle el cayado, pero devolverlo no es una opción. Me recargo en la puerta, como si mi peso pudiera bloquearla, como si esa madera pudiera protegerme de la mirada de ese joven con poderes de hielo ¿estara muerto? ¿lo mato ese golpe? Espero que no… no, lo mejor sería que si hubiera muerto, así no tendría de que preocuparme. Pero de alguna manera me aterra la idea de ser una asesina, de haberle hecho daño; dios ¿que hice? soy una tonta, debí alejarme de el en cuanto pude, no debí hablar con el, no debí aberle robado su cosa esa y lo mas importante no debí haber intentado matarlo, me odio a mi misma por ser tan estúpida y…
- Mérida-. Me llaman, levanto la vista asustada creyendo que pueda ser el, pero no es Jack es mi madre ,por suerte.- ¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que estarías en el bosque, aun no atardece -. Me pregunta mi mamá, yo no contesto, me acerco a ella y la abrazo, quiero su protección, quiero sentir que no hice nada malo y que todo va a estar bien.- ah jaja Mérida ¿Qué haces?-. mi madre también me abraza, pero se ve sorprendida por mi repentina acción .
-nada mamá, solo quiero abrazarte-. Me separo.
- aaa, bien-. me sonríe sorprendida.- ¿y por qué no estás en el bosque cariño?.
- yo… me aburrí, no había nada interesante por hacer-. Miento lo mejor que puedo.- adiós má, me voy a mi habitación-. Me despido y me alejo pero mi mamá me detiene.
-¿qué traes ahí?-. señala el cayado.
- una rama ,es linda ¿no?-. la observo detenidamente.- me pareció interesante su forma y tamaño-. Miento.
-si, es interesante-. La toca y la mira como si buscara algo.- eso que tiene ¿es escarcha?.
-no, noooo… no lo se, tampoco me interesa-. Intento irme, pero no me lo permite.
- debería interesarte, ¿de donde lo sacaste?-. pregunta interesada y curiosa, como si supiera el valor de ese palito.
- lo encontré tirado por ahí, no es gran cosa, quizá sea de un pastor-. Intento restarle importancia.
- si puede ser ,esque se parece al del señor del invierno-. Suspira.
-¿el que de que con el que?-. pregunto como si fuera estúpida. Invierno, uy, lo digo y se me eriza la piel al recordar a Jack Frost… Jack Frost, hermosos ojos azules, cabello blanco, vestimenta rara pero perfecta para el y su sonrisa perfecta, tan linda, lo suficientemente coqueta pero con el toque justo de timidez para derretir a cualquier chica… ¿en que rayos estoy pensando?.
- el bastón mágico del señor del invierno, Mérida, tuvimos las clases de "tradiciones" hace dos semanas y te explique eso ¿no te acuerdas?.
-ah, claro, lo olvide, lo lamento-. Me disculpo.- adiós mamá-. Me despido y me voy corriendo a mi habitación, llego a mi cuarto con el cayado en la mano, lo observo un momento y lo aviento lo mas lejos que puedo de mi, me tiro a la cama y me acuesto bocabajo. Empiezo a pensar en el día de hoy, loco y raro, solo con esas palabras puedo describirlo. Hoy conocí a Jack Frost, el espíritu del invierno, y ¿Qué hice? me porte grosera, le robe su cayado, golpee su parte intima, intente matarlo con una flecha y lo derribe con una rama; solo alguien tan idiota como yo podría hacer eso. Si le devuelvo su cayado y me disculpo ¿me perdonara? O ¿me congelara? No lo se, me preguntó si valdrá la pena averiguarlo.
Las horas pasan, ya cayo el sol y yo sigo aquí, pensando que hacer, el esta vivo, me di cuenta porque está empezando a nevar, ¿estará buscándome para recuperar su cayado? Tengo suerte de no haberle dicho que soy la princesa, pues sería muy evidente donde estoy, pero el cree que vivo en el pueblo y no me va a encontrar ahí aunque me busque toda la vida; pero no puedo quedarme aquí, escondida, para siempre… tengo que devolverle su bastón, ya me decidí, no importa lo que pueda pasarme, cualquier cosa sería mejor que estar encerrada aquí en mi cuarto, con la culpa comiéndome viva. Solo espero que el me disculpe, se veía razonable y, ahora que lo pienso, la verdad era muy agradable y… atractivo. Por mas que lo intento no logro sacarme de la cabeza su perfecta sonrisa, tan dulce y divertida, sus dos enormes ojos azules, tan azules como el cielo y, aunque el sea frio, sus ojos son tan calidos que sientes que te abrazan y su personalidad, divertida, relajada, tierna, amable, tan… ¿en que demonios pienso? ¿Qué me esta pasando? ¿por qué pienso en el? ¿por qué lo describi de esa forma tan… cursi? Yo no soy así, hoy estoy actuando muy raro; debo de sacarme esos locos pensamientos de mi cabeza. Mejor me voy a dormir, después de todo ya es tarde; cierro los ojos esperando el sueño, pero no puedo dejar de pensar en Jack Frost; Intento convencerme de que la razón de que el esté en mi mente es por la culpa que siento. Eso no es cierto, lo sé, pero por lo menos esa mentira me ayuda a dormir tranquila; tal vez no pueda convencer a nadie de eso, pero puedo convencerme a mi misma. En fin, lo mejor es dormir, mañana será otro día y, con suerte, todo saldrá bien… aunque hoy en día, no se puede confiar en la suerte.
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Hola, está es mi nueva historia, y no me importa que no le guste a nadie o que no tenga comentarios o favoritos, porque yo amo esta pareja ¡es tan linda! Son perfectos el uno para el otro, yo amo el Jarida. Bueno voy a explicar esta historia, está narrada (como se abran dado cuenta) desde el punto de vista de Mérida, quizá luego lo haga desde el punto de Jack. En fin, ya me voy y me despido, espero que a alguien le guste la historia, pues puse mi empeño en ella. Adiós besos.
