Better Than They

'Mejor que ellos'

Aclaratorias:

Smexy Gals S.A es una entidad binacional conformada por el dúo de las hermanísimas incestuosas y adictas al yaoi: Nadesiko Takase y Juny S. Tao.

Objetivo inmediato:

Escribir buenos fics con bishies haciendo de la suyas para nuestro 'sano' y delicioso deleite. Para más información (objetivos, metas, sueños, fantasías húmedas y demás), remitirse a nuestro sencillo Profile. xD

Características:

OneShot de Gundam Wing. POV de Duo. Pues lo OBVIO: Yaoi, mucho. Eso es lo principal; luego a que haya burlas, malas palabras, celos incomprendidos, pensamientos indebidos, en fin. xD Ya saben, es un fic que va en esta cuenta, POR TANTO debe contener aquellas cosillas que los hacen tan especiales y, tb, ls hacen reír. ¡Vamos! ¿Quien habla con propiedad aquí? o.ó Porque nosotras no.

Fecha de Término:

23 de Febrero del 2006 (1:52 AM XD) Pues estamos seguras que se estarán preguntando porqué demonios lo subimos recién ahora si lo teníamos listo desde hace más de 10 meses. Es simple, ¡no lo sabemos! xD jeje Pasa que hemos estado ocupadas con varios proyectos, incluso tenemos uno nuevo xa este 2007 sin nada, sip. Weno, era eso. u.u Aún tenemos otras sorpresas. Ja.

Alertas:

Un mini Lemon que no creo sea gran cosa, interno en uno de los pensamientos de Duito. Tb Lime, por supuesto. Luego nada más.

Género:

No tan morbosamente cómico como debería pero suponemos que ver a Duo en medio de una crisis existencial x causa de Heero es divertido. xD JOJOJO!

Raiting:

T.

Parejas:

HeeroxDuo (01x02)

Summary:

Duo cree que sus ojos no le mintieron en cuanto vio a su padre revolcándose en su oficina con otro tío que se le hacía muy conocido. ¿Quién? Pues el padre de Heero. u.u Este muchachito quien, además de haberle roto el corazón hace unos años, ha regresado y ahora aprovecha el púnico para arreglar las cosas con su adorable trenzado. xD Basado en la idea de un excelente manga de Ayano Yamane.

¡FELIZ AÑO 2007:D

CapítuloA1

-¿Mi padre?-

-¡Si, tu padre, idiota!-

-Duo, estás completamente equivocado.-

Un balde agua me había tomado por sorpresa mojándome por completo. Yo, Duo Maxwell, era llamado mentiroso. Por lo menos estoy completamente seguro de algo: ¡sé lo que vi, mierda! ¡¿Cuántas veces se lo tenía que repetir?! ¡LOS VI!

Observé sin moverme como el idiota cabezota recogía su maletín de deportes y caminaba en dirección a la salida. Me indigné.

-¡Heero, escúchame! ¡Esto es serio!-le grité antes de que saliera. Cerró la puerta bruscamente y después de arrojar su maletín a un lado, se acercó hacia mí para tomarme de la camisa del uniforme con violencia. Solté un quejido cuando me vi estampado contra los casilleros del vestidor.

-Es suficiente, Maxwell. No es gracioso.-Dijo en tono molesto mientras ponía un poco más de presión en su agarre. Sentí sus ojos azul profundo mirarme con una determinación que asustaba. Se veía enojado, pero eso no le quitaba lo grave a la situación en la cuál no encontrábamos por culpa de la promiscuidad de su puto progenitor. Fruncí el ceño fastidiado y como pude lo empujé lejos de mí.

-¡No te atrevas a tocarme de nuevo, ¿me oíste, maldito?!-Sentí febrilmente como mis músculos se tensaban mientras que mi índice izquierdo lo apuntaba con algo de nerviosismo. Mi rostro se calentaba con rapidez, me dolía el entrecejo de lo mucho que lo forzaba, mis dientes se friccionaron de tal forma q mis encías descargaron ese ligero dolorcito conocido; y mi yo interior empezaba a confundirse horriblemente. ¡No podía pensar en ESO ahora! ¡NO TENÍA NADA QUE VER! Respiré profundo x la nariz para calmarme, pasé una mano sobre mi rostro y me giré un poco para no ver a Heero de frente. Aunque no lo dijera directamente su presencia me perturbaba en gran proporción.-Escucha…-

-Parece que aún lo tienes dentro, ¿Verdad?-Lo vi de reojo. Su miraba me retaba con descaro.-Sabes que me encanta lo susceptible que eres…-recitó viéndome fijo, creo. No pude percatarme de esto, había girado mi cuerpo hasta mirar de lleno los casilleros. Mis manos se convirtieron en puños instantáneamente, pero se relajaron tan pronto escucharon esas palabras de antaño para ambos.-…eres excitante, sabes…-habló seductoramente tratando de aminorar la tensión que crecía en mí. Cosa que logró, no disminuirla, ¡sino convertirla en coraje y vergüenza!

-¡CALLATE, MALDITO BASTARDO MENTIROSO!-Me giré de lleno y me percaté de la sorpresa en su rostro, la cuál se convirtió en seriedad al instante.-No me he tragado mi orgullo por ti, ¿comprendido?-Se levantó taciturno mientras suspiraba disque derrotado. Me encaró de cierta distancia, ya que la banca con la que había tropezado y caído debido al empujón, nos separaba.

-No es su culpa, y bien lo deberías saber.-

-¿Cómo?-

-Estoy seguro que mi padre no es así de fácil.-

-¿Qué dices? ¿Qué la culpa la tiene mi padre? ¡¿Te refieres a que él se le insinuó, animal?!-Me sentí hervir internamente más de lo normal. Si algo no soportaba eran las malas lenguas que podían herir a mi familia y ya una vez se lo había demostrado a los infelices de mi curso cuando los oí hablar vulgarmente de mi hermana. Agradezco que Trowa haya estado allí para no dejarme cometer asesinato de primer grado. En fin, cosas del pasado.-Ya dije lo que vi y no me drogo para ver alucinaciones; y ¡mucho menos esta es una treta para…para acercarme a tu insignificante existencia!-exclamé, más bien creo que fue mi dignidad la que gritó por mí. Heero arqueó una ceja. La verdad que no entendí.

-Quisiera que me explicaras con detalles lo que me acabas de decir, Duo.-

-¡Ya lo dije una vez y no pienso repetirlo! ¡Es vergonzoso!-

-Quizá fue un error, quizá…quizá lo malinterpretaste.-

Observé el semblante calmado de Heero. No puedo creer que tome todo esto TAN a la ligera. ¡Por Dios! ¡Estamos hablando de nuestros padres! Involucrados en una supuesta relación amorosa, algo tan…increíble. Ambos son casados y tienen una familia. ¡Familia! Y me preocupa más la de Heero, el cuál tiene seis hermanos; pero parece que le da igual. Suspiro pesadamente mientras paso una mano por los mechones castaños que caen sobre mi rostro. Me siento tan confundido y la preocupación casi me ahoga.

-Esto es una pesadilla, una horrible pesadilla. Creo que voy a llorar de lo frustrado que me siento…-

-No seas tan melodramático, Duo. Pareces mujercita.-Una sonrisa mordaz adornó su rostro. Yo me sonrojé del coraje, pero reprimí mis palabras. ¡Maldito infeliz, como jode con eso, mierda!-Si quieres una solución, la encontraremos.-Recogió su maletín de deportes y cruzó la banca que nos dividía acercándose a mí. Yo retrocedí por impulso.-Está bien, como quieras.-Levantó las manos delante de él en defensa y yo no hice más que caminar con rapidez, pasando por su lado, hasta llegar a la puerta y salirme sin siquiera molestarme en cerrarla. Volteé a verlo.

-¡No tengo tu tiempo, Heero!-

-¿Qué hacer contigo, Duo?-Escuché que se cuestionaba retóricamente, pero eso más me pareció una burla a mi persona. Resoplé haciendo que me mirara de reojo, mirada que jamás olvidaría y que jamás, para mi puta desgracia, dejará de lanzarme.

o·o·o·o·o·o

Veía las hojas del patio moverse elegantemente gracias a la ligera brisa de otoño que nos azotaba como siempre por las tardes. Mi muñeca comenzaba a resentirse de estar soportando mi cabeza durante ese tiempo, el tiempo que yo creía necesitar para distraerme de esos inmoralmente perfectos ojos cobalto. Mi cabeza dolía punzantemente y ese tic desconocido a un lado de mi cuello se empezaba a intensificar. Llevé mi mano libre hacia esa zona, masajeándola levemente. Y fue cuando perdí nuevamente: esa seria e indescifrable expresión me veía curiosamente, no sé…

Bajé la vista sintiéndome extraño y violado visualmente. A veces, miradas así me hacen cosechar la cierta inseguridad que cultivo con frecuencia, pero que muestro camuflada. Debido a mi posición, observo ido el lazo verde esmeralda que ata mi trenza fuertemente. Me hizo recordar otra vez a…

-Duo.-Me llamó con su voz grave y segura. Me asusté. Demonios, estúpidas reacciones del subconsciente. Levanté la vista, con ese colorido que siempre mostraba al toparme con este sujeto tres meses mayor que yo: Heero Yuy. La defensiva era, para mí, la mejor arma para dejarlo en stand by por algún rato.

-¿Qué? ¿Acaso todavía no lo comprendes?-

-Me remito a mi declaración anterior: no fue su culpa.-

-¡Ay, Heero, Heero! ¡Deja de decir eso de una vez!-Exclamé enojado mientras daba un golpe a la servilleta a mi lado.-¡Mi padre ha sido fiel toda su vida!-Heero emitió una sonrisa lateral y sarcástica x sentido.

-Uy si, fiel es hasta los huesos, no lo dudemos.-Un sonrojo apareció en mis pálidas mejillas infladas x el coraje.-Deja de lado tu sentimentalismo e intenta responder a las interrogantes. Sino lo haces, pues quédate con el problema tu sólo.-Abrí mis ojos relajando mis facciones viendo como el castaño se levantaba de su lugar. Tomó su vaso de jugo de naranja y lo terminó de un trago. Se acercó a mi yo sorprendido con la seguridad que lo caracterizaba.-No me quedaré de brazos cruzados si es cierto todo lo que me haz dicho. Esto no debería estar pasando.-Dijo. Se enderezó y después de colgarse el bolso cruzando su torso, empezó a caminar.

¡¿Pretende dejarme con el paquete a mí sólo?! ¡Ja! ¡Ya quisiera! Pero si insisto en…eso SI implicaría estar cerca de él x obligación, ¿verdad? También concentraría el tamaño problema 'enterrado' hace algún tiempo, desde que teníamos 16, ¿verdad? Maldita sea…

-¡Espera!-Me había levantado después de haber perdido mi pequeña batalla interna. Definitivamente, este siempre sería mi karma. Qué irónico; a veces pienso que el destino es la peor basura que puede existir subjetivamente. Tomé mi mochila lentamente y con paso moderado caminé mirando sus cabellos revueltos color chocolate.

-Tengo una idea.-Habló sin esperar nada.

-¿Qué…?-

o·o·o·o·o·o

-¿Qué diablos voy a encontrar aquí? No me gusta irrumpir en su espacio personal u.ú.-Proseguí mi labor de revisar el armario-vestidor de mi padre. Tenía todo lo que un ejecutivo tan elegante y siempre preocupado x su imagen necesita. Y ni siquiera he puesto un pie en el vestidor de Hilde. Esa muchachita si q es una maniática. Pero yo no soy así. Si me gusta vestir bien, pero no tengo tanta ropa acumulada en mi habitación.

Cuando mi padre se separó de mi madre, yo tendría unos 15, sip. Ellos habían decidido este 'divorcio' x cuestiones de trabajo. En realidad no se habían divorciado, sólo que mamá obtuvo una mejor cede de trabajo en Nueva York y se fue dejándonos aquí a los tres miembros de la familia. Venía una vez al mes a vernos y nos traía muchos regalos, pero eran demasiados para mi gusto. Parece ser que mi padre se deprimía algunas veces x todo esto, mucho más cuando recién comenzó. Pero hubo un momento en que se la pasaba fuera de casa dejando recados en la contestadora o en nuestros celulares. Según él, trabajo. Pero ahora comprendo ese 'trabajo' al que se refería. No lo entiendo, de verdad que no. Y todo había pasado hace menos de 2 días, pero para mí era un problema de meses o más, no sep.

Bien. Después de voltear todo de cabeza, me dejé caer al suelo con ambas manos sobre mi cabeza, me sentía extrañamente mareado y x demás cansado. Y aún ni siquiera era pasadas las seis.

Desde que salí de la escuela para venir a casa, todo el camino me la había pasado pensando acerca de lo que me había dicho Heero, sip, el plan que, según él, nos daría la eficiencia requerida. Rayos, aún trataba de todas las formas posibles de comprender como es que encontré el valor suficiente para ir a buscarlo en medio de la práctica de fútbol, frente a todo el curso; ¡Dios, que vergüenza!...encima que todos saben acerca de aquella cuestión que tanto me atormenta. A mí si, a él, no sé y ni me interesa saberlo.

Las cosas habían sido simples, los resultados desastrosos. Yo que no suelo entrometerme en nada de lo que no tenga que ver conmigo, pero creo que, como siempre, el destino quiso jugarse la carta más podrida de toda la baraja. Es que el sólo recordarlo me confunde, me hace sentir extraño: había encontrado a mi padre besándose, si, besándose y siendo manoseado x un tipo de cabellos castaños en medio de su oficina de alto gerente, ¡tirados en el sofá! ¡Esto era chocante! No me tenían que explicar con gráficos que era lo que pasaría a continuación, ni siquiera quería verlo. Y lo peor de todo esto, era que la persona con la que pretendía acostarse a plena luz del día era nada más y nada menos que…que…Dios, esto es horrible…¡era el papá de Heero! ¿Qué cómo sé que era el papá de Heero? ¡Como no saberlo si cada vez que me quedaba en casa del chico Yuy cenábamos con él y toda su familia! ¡Y tan amable y correcto que se le veía al pendejo!

Yo había visto todo desde la rendija de la puerta abierta, la cuál dejaba ver gran parte del lugar. Recuerdo bien como me había quedado estático al descubrirlo; mi mochila y saco del uniforme cayeron al suelo. Estaba x completo sorprendido y avergonzado.

En un momento pensé seriamente en que esto era una estúpida pesadilla que x razones inexistentes estaba teniendo en uno de mis tantos breaks que me daba en el día. Pero no. Lo supe al momento en que mi móvil vibró en mis pantalones haciéndome despertar y correr un poco alejado de la puerta x donde estaba de fisgón. Contesté. Era mi hermana. Era la pequeña Hilde pidiéndome que llevara a nuestro padre a casa lo más rápido posible porque organizaría una cena sorpresa para él. Sonaba tan emocionada. Al parecer quería hacerlo sentir en casa en recompensa x el gran trabajo que hace x nosotros.

Dios mío, ¡si la vida no puede ser más irónica y patética!

Renegué conmigo mismo después de recordar estas cosas. Cabe agregar que si cenamos esa noche, pero yo me mostré callado y apartado en espíritu del trío. Mi padre se preocupó un poco alegando que quizá serían las preocupaciones de la escuela o algo así, no le presté atención. Como sea. El trato había sido que ambos, Heero y yo, averiguáramos cosas no comunes en ellos. Sólo supongamos que lo que vi…sea un error y…¡No, imposible! A eso no se le presta más interpretaciones que la que yo le di.

Arrg…! Me siento muy fastidiado con todo lo que está pasando, pero principalmente me molesta relacionarme con esa persona otra vez. Es un error contundente, uno grande. Me había jurado que jamás volvería a siquiera cruzar palabra con ese infeliz pervertido, ¡ni una sola mirada! Pero el deseo y la fuerza de voluntad son cosas tan distintas, empezando x el hecho que una vence a la otra con creces y más. El muy infeliz de Heero me había amarrado inconscientemente a él para siempre y no iba a poder encontrar tijera alguna que cortara ese condenado lazo.

¡BIP! ¡BIP! ¡BIP!

-¿Uh?-Un pitido muy conocido me hizo levantar la cabeza y ver la puerta del vestidor abierta de par en par. No me molesté en ser discreto: mi padre llegaría más tarde de lo normal. Mi hermana andaba metida en su cuarto o quizá en casa de alguna de sus amigas, que sé yo.

Salí del armario-vestidor para atender aquel pitido que empezaba a detenerse. Tomé el móvil que yacía sobre el peinador de mi madre y leí el mensaje que me había llegado. Era de Heero. Algo en mi saltó de repente.

-¿Cómo es que dio con eso?-La pregunta inundó mi mente x completo. Miró distraído hacia el espejo viendo y no viendo mi claro reflejo. Usaba unos jeans ajustados y una camiseta de manga larga. Aunque estuviéramos en otoño la brisa fría se hacía notar enormemente.

El mensaje decía algo que no me esperaba. Según Heero ellos tendrían una cena en un reconocido y lujoso hotel en el centro de la ciudad. Me citaba para encontrarme con él más tardar a las 10 cerca del lugar. Dudé en primera instancia acerca del curioso dato; lo primero que me vino a la mente es que, como dijo antes, revisaría las pertenencias de su padre y al parecer su clandestina búsqueda había dado frutos. Reí sarcástico. Si, claro.

Y todavía me cuesta creer en él.

o·o·o·o·o·o

-Entonces, ¿no vendrás hasta mañana? o.ò.-Mordí mi pulgar derecho esperando una respuesta que me levantara los ánimos y me hiciera pensar en OTRA cosa que no fuera la que estaba pensando.-Bien, como digas papá. Adiós.-Despegué el móvil de mi oreja y lo cerré sin quitarle la vista de encima. Gracias a esto me pude convencer x completo que Heero había dado con lo indispensable. Se verían esta noche, era obvio. Pensé seriamente q esto era una broma de mal gusto de Heero, si, porque el maldito sabe que me preocupo de más y como a él parece importarle un bledo, pues jodamos a Duo en sus días de problemas extremos, ¡vamos, es divertido! ¬¬XXx

Me senté en el borde de la cama y observé mi despertador que yacía sobre mi buró. Ya casi eran las diez y yo ni siquiera me había apurado en sacar una chaqueta o en ponerme los zapatos. No quería ir, de verdad no quería. Heero había insistido con un par de mensajes diciendo que no me tardara y eso es lo que hacía. Lo hacía a propósito. Una de las principales cosas, aparte del problema, era que NO quería verle la cara al chico de ojos cobaltos.

-No voy a ir, no voy a ir.-Me repetía tratando de distraerme con algo. Podría ver una película o jugar un poco de video jue…-Diablos…-Tomé mi móvil y observé quién llamaba. Suspiré derrotado mientras contestaba.-¿Qué quieres?-Me levanté de un salto mientras metía mi mano libre en el bolsillo de mis pantalones.-Lo siento, no iré.-Mi caminata no cesó hasta que había llegado a la puerta del armario.-No puedes obligarme y lo sabes.-Me apoyé en la pared escuchando el horrible vacío que se había formado. Me sentía tranquilo casi vencedor cuando comentó lo que planeaba hacer si no llegaba.-¡¿ESTAS DEMENTE?! ¡NO lo harás! ¡Voy para allá de inmediato! ¡Y no te muevas, ¿entendiste?!-Exclamé algo desesperado. Colgué con velocidad y me incorporé buscando mis zapatillas. Después de ponérmelas, tomé mi chaqueta y salí corriendo de la habitación. Pero tuve que regresar porque estúpidamente había dejado mi móvil en el piso x el apuro. Ahora si que salí corriendo con todo lo que me daban las piernas.

o·o·o·o·o·o

-Ya era hora de que llegaras.-

-Cá…cállate…no…no es…-No podía hablar. Había corrido todo el camino hasta aquí después de bajar del único autobús que había a esta hora. Soy sincero, a veces me da un poco de miedo porque…¡bueno, como sea! Después de tomar la cantidad de aire necesaria me incorporé arreglando un poco mi cerquillo. Observé con detenimiento al tipo antipático que yacía sentado en una de las tantas bancas que se fijaban en el parque. Vestía unos jeans oscuros, zapatillas y una camiseta blanca debajo de una camisa negra, la cuál llevaba remangada hasta los codos. Lo vi levantarse y caminar hacia mí, retrocedí como siempre hago cuando veo que intenta ese tipo de movimientos. Me vio fijamente mientras yo metía mis manos en las bolsas de mi chaqueta y cohibía mi rostro con una expresión retadora.

-Bien, como quieras.-

-Hn.-Lo vi alejarse hacia la esquina donde se dejaba ver el gran hotel iluminado x una sutil luz al comienzo de las escalerillas del mismo. Tendría unos 50 pisos o que sé yo, pero x lo mismo que es tan lujoso y caro, pues no todos se pueden quedar allí.

-Vamos.-Escuché que decía empezando a caminar con normalidad dejándome atrás unos cuantos metros. Suspiré cansado y le di el alcance, pero sin olvidar con el tipo de persona que estaba, no puedo creer que haga como si nada hubiera pasado, ya lo superé y todo, pero no es nada considerado de su parte. No había cambiado para nada, aún seguía siendo un estúpido egocéntrico egoísta mal intencionado follador de los mil demonios. Fruncí el ceño al recordar esos momentos, me molestaba, me sentía frustrado y prepotente, lo odiaba con ganas, ¡con todas! Aún recuerdo su falta de sentimiento, su falso amor, su desprecio desmedido, su…

Si seguía así me pondría a llorar, ahora que me doy cuenta soy una completo imbésil con corazón. Si, porque sólo personas con corazón pueden sentirlo, ese tipo de personas no olvidan fácilmente, es decir, jamás lo olvidan.

Por un carajo, pensé que lo había superado. u.ú

-Duo, ¿qué esperas?-Lo miré con molestia y pasé x su lado empujándolo a propósito, no quería que me viera con expresión triste o melancólica, con lo creído que es pensaría que es x su estúpida causa. Estúpido problema, estúpido papá, estúpido Heero, estúpido papá de Heero, estúpido yo… .

ºº FlaShBacK ºº

-Me gustas, Duo.-Heero me veía tan serio y decidido que me asustaba. ¿Sabrá de lo mucho que me gusta? ¿Lo sabrá ya? Juro que he tratado de ser lo más discreto posible y en clases no hago nada que diga algo al respecto. Trago saliva con nerviosismo sintiendo como los nervios aumentan y mis mejillas empiezan a ponerse calientes. Traté de probarlo, quería saber si hablaba en serio.

-¿Estás borracho o algo x el estilo? Te digo que no me parece gracioso.-Dije imprimiendo seriedad en mis palabras, pero al final del caso giré mi rostro alejándome un poco del chico de cabellera rebelde. Estábamos a unos centímetros de distancias, poníamos tocarnos con el aliento, era lo más cercano que había estado de Heero y juro que me sentía derrumbarme ante este concepto. De pronto sentí que me tomaba de la nuca jalándome hacia delante besando mis labios. Abrí los ojos desmesuradamente, no podía creer que esto estuviera pasando.

Envolvía mis labios con ternura para luego utilizar su lengua para avisarme que iría más adentro. Obedecí sin darme cuenta y de igual manera me tentó a abrazarlo x el cuello ayudando a que ese beso se hiciera con la profundidad acordada. Sentía su lengua moverse inquieta dentro de mi boca, saboreando cada rincón a su paso, cada uno de mis puntos clave. Me separé de improviso empujándolo un poco y tapando con una de mis manos mis labios mojados. Mi rostro parecía una olla de presión al tiempo.

-Sé mi novio, por favor.-Dijo con una voz suave formando una sonrisa x demás conciliadora. Volviendo a acercarse me miró a los ojos fijamente. Yo parpadeé sorprendido x la pregunta. No sabía que responderle.-Si me rechazas, no descansaré hasta convencerte de lo contrario.-Repitió pero con algo de tristeza. Yo me sorprendí más. ¿Convencerme? ¡¿De qué?! Más enamorado no podía estar, que irónico, x Dios.

No respondí nada sólo me acerqué a él y abrazándolo x el cuello hice que quedáramos juntos, teniendo que empinarme un poco al ser él más alto que yo. Sentí sus manos asirse a mi cintura x debajo del saco de paño que llevaba. Era invierno y el frío era considerable.

-Tomaré eso como un sí, gracias, Duo; me haces muy feliz.-Exclamó acariciando mi espalda al tiempo que apoyaba su cabeza sobre mi hombro y yo hacía lo mismo con la mía. Quedamos así x unos segundos hasta que decidí separarnos, y acercarme a sus labios y beber, x mi cuenta, de aquella fuente que se había mantenía en mis fantasías x semanas, desde que llegó a este instituto. Por fin, Heero era mío, sólo mío.

o·o·o·o·o·o

-Dámelo…con todo…Ahhh…así, más fuerte…Hee-chan…-Mis gemidos ahogados me impedían respirar con normalidad llevando mi respiración a entrecortadas exhalaciones. Mis caderas moviéndose a un ritmo infinitamente delicioso asentadas sobre las caderas de mi serio y guapo amante. Puedo sentir el placer que me brinda al impulsarme con cada estocada que me da al estar sentado sobre él, entrando y saliendo con fervor y rapidez, con fuerza, rudeza. Me mataría si seguía deslizando su mano de esa manera x…

-¿Te gusta así, verdad?-Su voz grave y sensual golpeando contra mi oído mientras que no puedo detener mis movimientos, mis suspiros placenteros se guiaban x las sensaciones increíbles que sentía en ese momento. Me penetraba con fuerza e ímpetu provocándome que me viniera antes que él. No lo soporté más, esa típica fuerte ola de nervios tensos me inundó x completo haciéndome caer sobre la cama, con las caderas en alto aún pegadas a las de Heero, quien no había cesado con las estocadas mortales. Seguía empujando con fervor haciéndome gemir más placenteramente aún. Mordí mi labio inferior sintiendo como mi cuerpo perdía el completo control al sentir como el caliente líquido de Hee-chan se derramada dentro de mí, adjuntándose a mi espasmo, acribillándome de un placer indescriptible. Se sentía grandioso, lo mejor.

Lo sentí caer sobre mí, respirando entrecortadamente. Su pecho sudoroso pegado a mi espalda, unido a mí. Su pecho subía y bajaba mientras que el mío lo acompañaba de una forma un poco más acelerada, nunca supe controlar mi respiración cuando tenemos sexo. Solté un suspiro de satisfacción estirando mi mano acariciando uno de sus muslos, apretándolo con fuerza. Reí un poco al sentirlo removerse sobre mí.

-Eso fue fabuloso, eres fantástico.-Dije embelesado con esos ojos azules, brillantes, sintiendo como acariciaba la base de mi espalda desnuda. Este se acercó a mí, besándome el cuello con voracidad haciéndome cosquillas. Al parecer aprovechó esto para tenderme boca arriba y posicionarse sobre mí, entre mis piernas abiertas.

-Te amo como no tienes idea, Duo, lo juro x mi propia vida.-Ese tono me sorprendió un poco. Era decidido, imperativo, serio. No entendí muy bien, pero ahora que pienso un poco, esta sesión había sido más romántica y sutil que las anteriores. Nos besamos y acariciamos durante largo rato, fue embriagante, en cambio otras jugamos y nos divertimos al hacer el amor, pero ahora…

-Lo has repetido muchas veces hoy, ¿pasa algo malo?-Pregunté extrañado acariciando su rostro jadeante y sonrojado. Este me sonrió tranquilo mientras me daba un beso corto en los labios para luego acomodarse sobre mi pecho.-¿Heero?-

-No, sólo…sólo quería que lo supieras lo suficiente para que no lo dudes nunca.-Y se acomodó mismo gato persa sobre un mullido cojín. Yo lo abrace x los hombros mirando al techo, preocupado. De por sí esto ya era extraño, mucho más de lo que podía soportar. Pero lo dejé pasar x el bien del momento.

-Yo también, Heero, yo también.-

o·o·o·o·o·o

Han pasado más de dos semanas y no he visto a Heero desde la última vez que se quedó en casa y dormimos juntos. No ha venido a clases, tampoco. Si estuve preocupado en un principio pues ahora estoy tan desesperado y ansioso que siento que cualquier cosa me mataría, cualquiera. Sólo he podido conformarme con esperar 'paciente' a que se digne a aparecerse o siquiera a llamar. Por favor noten la ironía en la frase. u.ú

Jueves x la mañana y las clases acaba de empezar. Y de Heero ni el nombre, ¿qué diablos le pasa para faltar así, eh? Que irresponsable, con la escuela y conmigo que soy su novio y…! ¡Bah! Es igual ya de por si me tiene abandonado sin importarle y si no llamó hace 10 días menos lo hará ahora, a estas horas del mañana.

Justo en estos momentos, observando aburrido como explican el origen de las culturas mexicanas, recuerdo aquellas palabras que Hee-chan pronunció en nuestra última noche juntos: 'Te amo como no tienes idea, Duo…' ¡Ja! Si me amara me hubiera llamado y no me dejaría con el corazón en la garganta como un enfermo desesperado, ¡como lo detesto x insensible! ¬¬ Estúpido Yuy, egoísta de mierda…

o·o·o·o·o·o

Las clases han terminado, ya es hora de ir a comer algo, muero de hambre. Cuando salgo de casa casi siempre termino sin tomar desayuno, x eso mi pobre estomaguito reclama alimento nutritivo. Salgo del salón en compañía de mis compañeros de curso, mejores amigos. Caminábamos charlando animosamente, hablando acerca del escandalito de ayer protagonizado x las locas perdidas del salón un año menor que nosotros. En fin, pasando a lo más importante del momento. Mi celular registra una llamada entrante con el tonito que yo mismo coloqué para diferenciar las llamadas de un Heero desaparecido. Corrí a contestar bajo la mirada curiosa-divertida de Trowa y Quatre.

-¡Heero! ¡¿Dónde estás, estúpido anormal?! ò.o ¡¿Cuántas vacaciones piensas tomarte, eh?!-Exclamé con molestia sin detenerme a respirar. En cuanto me callé la línea se sentía vacía, pero aún así escuchaba la respiración tranquila del chico al otro lado. No me contestó nada, ese me enojó aún más.-¡¿Porqué llamas hasta ahora?! ¡Me tenías muerto de preocupación, pero al parecer no te importa, ¿verdad?! ¡Eres de lo peor!-Nuevamente sin respuesta alguna, normalmente ya me hubiera gritado y la pelea no sería con el puto aire que nos separaba.-¡Contéstame, imbésil! ¡¿Qué…?!-Me callé al escuchar el sonido de llamada cortada retumbando en mi oreja. Abrí los ojos desmesuradamente sin entender al mismo tiempo que apretaba los puños con furia. ¡¿Quién demonios se creía para dejarme…?! ùÚ

-Duo, ¿era Heero, verdad? Pensé que ya se había ido. o.o.-

Volteé a ver a Quatre sin entender a que diablos se refería con eso.-¿Irse? Él no se ha largado a ningún sitio, Q-chan u.ú, sólo se está dando la rica vida de vag…-Pero el rubio me cortó nuevamente empezando a hablar.

-¿Qué no lo sabes? La familia de Heero se irá a vivir a América, la secretaria me lo dijo el otro día que…¡DUO, ESPERA!-

¡Espera, nada! ¡¿Qué chingados significaba eso?! Maldito bastardo, ¿cómo se atreve a hacerme eso? Mis ojos se aguaron al instante que salía del instituto corriendo con todo lo que me daban las piernas, sintiendo los suaves azotes que me proporcionaba mi larga trenza. Llegué a una calle concurrida, allí tomaría un taxi y así no tendría que esperar tanto para joderle la cara a ese infeliz de Heero.

o·o·o·o·o·o

-Entonces…es cierto.-Me dije en un susurro viendo desde la acera de enfrente como un grupo de hombres metía muebles y cajas a un enorme camión estacionado frente a su casa, la cuál era bastante grandecita. Esperé que algunos autos pasaran y crucé la calle dispuesto a meterme a esa casa a patadas si era necesario para verlo.

Ya en la puerta, me encontré con su madre, que al parecer supervisaba a los de la mudanza parada desde la entrada de la casa. Al verme me sonrió ampliamente y se acercó a mí dándome un cálido abrazo. Desde que la conocí, la señora había sido muy buena y amable conmigo, sabiendo que Heero y yo manteníamos una relación más estrecha de lo normal en dos hombres. Le respondí el abrazo con cariño sintiendo como acariciaba un lado de mi cabello.

-¡Qué bueno verte, lindo Duo! ¿Cómo has estado?-

-Pues bien, bien, gracias x preguntar.-Ella me mostraba una sonrisa fiel como siempre, aún no había dejado de acariciar algunos mechones de cabello q caían de mi rostro.-Disculpe, ¿se encuent…?-

-¿Heero? ¡Claro! Está arriba arreglando su habitación antes de que carguen lo que falta. n.n.-Dijo jovial. Yo no hice más que bajar la cabeza empezando a molestarme al recordar que el estúpido no me había dicho nada acerca de irse. Me sentí tan engañado que podía sentir como mi mente se burlaba de mí diciéndome cosas horrendas acerca de la situación, no podía creerlo. Apreté los puños y me abrí paso corriendo escaleras arriba, dirigiéndome hasta la habitación más alejada de todas. En el camino me crucé con algunos de sus hermanos como el pequeño Hazue de 9 años, quien se encontraba en compañía de la perdida de Nijan, de 15 años. Dios, la pobre muchacha era un desastre con patas y tenía de farrera y borracha lo que tenía de Yuy. -.-ÛÛ

Los saludé con un movimiento de mano y una sonrisa, para después pasar a acercarme a la puerta de la habitación de 'mi amorcito', la cuál tuve la delicadeza de abrir de una contundente patada.

-¡Mierda, Nijan, ¿qué…?!-Y nada más, estaba ahí parado mirándome con una cara de sorpresa única, después de relajar el ceño al darse cuenta que no era la loca esa, sino alguien que no esperaba ver dentro de…¡¿cuánto?! ¡¿Diez años?!-¿Qué demonios haces aquí, Duo?-Preguntó escupiendo aburrición mientras volvía a lo que estaba haciendo: guardar algunos libros en la caja que llevaba entre los brazos.

Me acerqué hacia él y de un tirón lo hice voltear a verme, soltó la caja debido al impacto. Quería que me viera a los ojos y me dijera que me largara, que ya no me amaba, ¡quería que primero viera el dolor que estaba causando dentro de mí para que lo dijera con ganas! No pude evitar soltar un gimoteo mientras que mis ojos empezaran a aguarse, apreté los dientes con fuerza, forzando a que el llanto se detuviera x unos instantes más, para así utilizar la rabia que tenía guardada bajo el brazo y estampar con fuerza a Heero contra la pared. Tenía unas ganas bárbaras de golpearlo y sacarle la mierda para que supiera en carne propia como es el dolor que siente mi corazón destrozado en estos instantes. Un nuevo sollozo se aventuró a salir derrumbando mi fuerza y haciendo que cayera sobre el pecho con respiración tranquila que traía en frente, aferrándome a él, llorando con sentimiento aguantado.

-Doshite, Heero?-Sollocé contra su camiseta sin soltarla. No sentí en ningún momento que me abrazara o algo x el estilo. Parecía una suave tabla a la que no quería dejar irse.-No me dijiste que te ibas…¡q cruel…!-Exclamé golpeándolo suavemente sin despegarme de él, esperando a que me abrazara y me pidiera disculpas, que me besara.

Pero nada de eso ocurrió.

-No seas dramático, ¿quieres? Es suficiente.-Y con sus manos me apartó de él mientras me decía esas palabras tan frías y serias, dejándome parado frente a la pared mientras que se dedicaba a recoger lo que había tirado con anterioridad. Apreté los puños nuevamente esperando a que dijera alguna maldita palabra de amor.-No sé que haces aquí, me estas estorbando, ¿sabes? Por si no te has fijado estoy x mudarme.-Habló de lo más normal dándome la espalda mientras abría su armario sacando más cajas ya selladas con anterioridad. Sequé mis lágrimas con el dorso de mis manos, no podía dejar que se comportara como si nada hubiese pasado.

-¡Es por eso que estoy aquí, idiota! ¡No me dijiste nada!-Grité dolido, Heero se giró para verme sin chiste mientras rascaba la parte trasera de su cabeza, ¡como si le estuviera diciendo la maldita hora! ¡¿Qué le pasa?!-¡¿Pensabas que no me enteraría?! ¡¿Quién diablos eres tú para dejarme de esa manera?! ¡No seas tan cobarde, quieres!-Volví a gritar eufórico, pero sin darme cuenta siquiera que mi rostro empezaba a mojarse con rapidez nuevamente. Tapé mis ojos con una de mis manos mientras trataba de calmarme un poco, mi corazón latía con velocidad y mi respiración agitada x la excitación del momento. Me miró con seriedad y la misma aburrición del comienzo, cruzado de brazos.

-¿Terminaste?-Parpadeé un par de veces.-Ahora, ¿podrías irte? Tengo cosas que hacer, Maxwell.-Volvió a repetir con voz de desprecio mientras se dirigía a la puerta para abrirla y así indicarme que me marchara. Yo lo veía sorprendido, sin poder tragarme que todo esto era la puta realidad que nada más me lastimaba más y con mucho más fuerza que antes. Seguí soltando lágrimas mientras me mordía el labio inferior, aguantándome las ganas de caer de rodillas. No me moví de mi sitio, observé como Heero suspiraba cansado y fruncía el ceño molesto.-¿No escuchaste? Lárgate que me molesta tu presencia.-Exclamó cruzado de brazos mirándome con más frialdad que al comienzo.

No estaba del todo convencido. Este no era mi Heero: no era el Hee-chan que me llamaba todas las mañanas para asegurarse que llegara al instituto, el Hee-chan que me besaba profundamente cuando nos encontrábamos en la esquina de siempre, el Hee-chan que me cuidaba de cualquier cosa, el Hee-chan que me ayudaba con los deberes, el Hee-chan con el cuál compartía mi paraguas en días lluviosos…pero sobre todo, no era el Hee-chan que decía amarme con toda el alma. Ese Heero ya no es aquel déspota castaño.

-¿Qué…qué ha pasado contigo, Heero? Pensé que me amabas, me lo decías todo el tiempo.-Dije con voz rasposa debido al llanto. Fui acercándome a él con pasos lentos, su mirada se mantenía fija en la mía, pude ver un ligero temblor y descontrol en sus manos al tiempo que sus labios se abrían tratando de decir alguna palabra o frase significativa. Y así fue. Pasó una mano x sobre su rostro demostrando que estaba cansado de todo mientras soltaba un suspiro.

-Lo estuve pensando y ahora que me voy me di cuenta que todo lo nuestro fue una pérdida innecesaria de tiempo y espacio.-Se cruzó de brazos mirándome con su típica y común frialdad y egoísmo con la que le habla a cualquier extraño sin importancia. Yo cerré los ojos fuertemente tratando de pensar que tenía los oídos mal y que nada de esto estaba ocurriendo. Su voz sonaba tan insípida.-Nunca te amé en realidad, todo fue…no sé lo que fue, sólo pasamos tiempo juntos y nada más, ¿satisfecho con la explicación?-No le respondería, no lo haría. Eso fue suficiente para hacerme llorar nuevamente, llevé mis manos a mi rostro como si fuera un cuenco roto x el cuál se chorrea el agua empozada. No podía detener mis lágrimas, fluían con libertinaje sin hacerme el mínimo caso. Definitivamente, Heero acaba de matarme en vida, y lo ha hecho de la forma más cruel que pudo escoger. Y eso no podía quedarse impune.

¡PLAFF!

Una precisa cachetada se dejó caer sobre su rostro, el cuál se giró a causa del impacto. Mi rostro oscurecido por mis cabellos castaños no se dignaba a hacerle frente después de esto.-Eres un maldito infeliz sin corazón…-Logré pronunciar luego de atreverme a verlo a los ojos. Seguía con la misma mirada estoica sin afectarse ni un ápice. Arrugué mi rostro con rabia, sintiendo aún como mis lágrimas seguían corriendo. Completo descaro de su parte. Lo increíble del caso, así como también lo inhumano de su corazón le permitió sonreír con ironía.

-Ay, mira, no seas niñita, ¿si? Es suficiente.-Intenté estamparle un segundo golpe exacto, pero él fue más rápido y me tomó del brazo con brusquedad y jalándome hacia la salida. Me hecho de la habitación como si de un intruso o un ladrón me tratara. Caí sentado mirándolo, seguía con esa mirada que tanto odiaba, salpicada con algo de fiereza, demostrando así lo molesto que se había puesto.-Te me largas, estoy harto de tus lloriqueos, Duo.-

-¡Pero Heero!-

-¡¡Cállate de una maldita vez!! Ya lárgate que no estoy de humor para tus estupideces de niñita resentida, ¡¡me tienes enfermo!!-Gritó furioso apuñalándome con maldad. Yo seguía sin creerlo, pero ahora estupefacto x las palabras tan crueles y duras que se empeñaba en meter en mis oídos. Relajó su expresión y después de inhalar un poco de aire, dejó salir la conclusión para él.-En lo que a mi respecta, ya no somos nada.-Y sin más me tiró la puerta en la cara sin importarle lo que represento aquí. Esto ya no me causa ningún dolor, más que eso. Me ha golpeado tan brutalmente, no sé si intencional o sin darse cuenta, pero de lo que estoy seguro es que esto no se lo voy a perdonar así me lo implore de rodillas. He sido humillado sin razón, sólo x preocuparme de la de persona que amo, ¡sólo x eso! Q imperfectamente perfecto es el mundo, irónico como nada ni nadie. Limpié mis lágrimas y me puse de pie, mirando furioso la puerta la cuál me había cerrado.

-Esto…esto te costará MUY caro, maldito desgraciado.-

ºº FlaShBacK ºº

No sé que demonios hago aquí esperando a que el animal insensible de Heero regrese. Según él a preguntar x la habitación de nuestros promiscuos padres. Sentado en uno de los sillones del lugar, el cuál tiene una vista preciosa hacia la piscina iluminada del hotel. Se vería interesante la vista desde pisos superiores, si pudiera internarme en ellos, claro. Por lo que sé, en este hotel sólo puedes subir hasta el segundo piso, en el cuál estoy y el cuál es el piso base, desde donde pides llave y están los elevadores que te llevarán a los demás pisos. Me sorprendió ver que el primer piso se ha unificado con el sótano con unas bonitas escaleras mecánicas, esos dos forman un centro comercial de lo más genial, estuve tentado a ir, pero el troglodita bestia de Heero me haló hacia la recepción y tuve que ir con él a regañadientes.

-Estúpido, estúpido, ¡mil veces estúp…!-

-Tengo el número, pero tenemos un problema.-Escuché que decía mientras se sentaba a mi lado, muy cerca de mí. Yo me alejé un metro más allá sin preocuparme x disimular. Un suspiro salió de sus labios, yo lo vi de reojo.-El Señor Milliardo pidió no ser molestado hasta la tarde del día siguiente. Hasta pidió que quitaran la línea directa a la habitación.-Habló con un dejo de ironía que lo sentí casi a descaro. Y ahora que sabía que el cachondo hambriento de sexo era MI propio padre me sentí hervir en vergüenza. No podía verle la cara al chico de cabellos castaños. Este emitió una risa ligera x demás divertida.

-¿Y ahora que pretendes hacer? ¬((¬.-Pregunté a la defensiva mirándolo con un sonrojo significativo. Este se había puesto de pie mirándome, más bien esperando a que hiciera lo mismo. Y lo hice x ser tan idiotamente obediente.-Me imagino que nos iremos a casa, digo! Cada quien x su lado, claro u.ú.-Subrayé con un ademán de mano. Heero enarcó una ceja induciendo un gesto obvio.

-Claro que no, tonto, nos quedaremos aquí.-

-¿Qué dices? ò.ô?-

-Dije que pasaremos la noche aquí. Reservé la habitación al lado de la de nuestros padres, así podremos vigilar sus acciones.-Y después de tardar unos segundos en redireccionar esa información me di cuenta que esta fue dirigida directamente a la parte baja de mi anatomía. Unas ganas de carcajearme x tal broma de mal gusto me sacó de mi normalidad. Solté tal risotada en su cara que al parecer le molestó, porque frunció el ceño en desaprobación. Me calmé a los pocos segundos respirando x la boca.

-¡Ay, no! Jajajaja xD Heero, tus bromas son tan malas y absurdas que me matan!! Jajaja.-Continué con mi burla sin darme cuenta que era conducido hacia los ascensores con la mirada de muchas personas sobre mí. Al estar ya dentro, me callé de inmediato al sentir esa ligera falta de gravedad en tus órganos internos que ocasiona el movimiento de subida. Me espanté mirando para todos lados en el mismo ascensor, luego me aproximé a la esquina más cercana observando la actitud calmada de Heero Yuy. Le aventé las llaves que llevaba conmigo, las cuales cayeron derechito en su cabezota vacía.

-¿Qué te pasa? ¬.¬Û-

-¡Explícate! Ò.óx.-Vi como se acercaba. Puse mi manos frente a mí para impedirlo.-Desde esa esquina, ¡no te me acerques, pervertido acosador!-Exclamé apuntándolo completamente paranoico. El chico sólo se apoyó en una de las paredes del ascensor jugando con mi llavero entre los dedos.

-Eres tan dramático, Duo, estás paranoico ù.u.-

-¡Claro que no! ¡¿Cómo voy a estar si me estas llevando a un cuarto de hotel EN CONTRA de mi voluntad, eh?!-

-¿En contra de tu voluntad? o.ô Explícame eso a mí.-Dijo enarcando una ceja escéptico. No pude responderle porque las puertas se abrieron y me decidí a salir disparado del elevador dejando al de ojos cobalto atrás. Pero de la nada, comprimiendo un grito fui apresado de nuevo dentro del elevador, sintiendo un ligero golpe contra la espalda, cerré los ojos al instante.

No supe que sentí al verlo tan cerca de mí, ¡tan sólo a milímetros de distancia! Me miraba intensamente mientras que enredaba uno de sus brazos alrededor de mi cintura, x debajo de mi chaqueta. Tragué saliva duramente colocando mis manos sobre mis labios, estaba loco si pensaba besarme.

-¡No do hadas! (Trad.:¡No lo harás!)-Hablé sin quitar las manos de mis labios. Heero desvió la vista hacia los botones del mismo y presionó el de mantener puertas abiertas. Luego me miró serio y me indicó que sacara la cabeza y viera lo que sucedía afuera, en el pasillo de ese piso. Al asomarme x sobre el hombro de Heero, quien x cierto aún no se dignaba a soltarme, quité mis manos de mi boca y las coloqué sobre sus hombros, para mantener el equilibrio. Abrí mis ojos cuando sentí algo húmedo y cálido recorrer mi oreja.

-Lo siento, pero no pude evitarlo. Te has vuelto tan lindo…-Susurró deseoso contra mi sentido del oído estremeciéndome. Si será un pervertido de…

-¡Suéltame, pervertido asqueroso!-Exclamé fastidiado empujándolo lejos de mí. Salí del elevador rápidamente seguido de cerca x mi acosador de turno. Fruncí el ceño.-¿Cuál es la maldita habitación? Abre la puerta para terminar con todo esto de una buena vez.-Heero se adelantó a mí y casi llegando al final del pasillo, sacó una tarjeta y abrió la puerta indicándome que pasara. Lo hice sin quitarle la mirada inquisidora de encima. Él suspiro acostumbrado a mis delirios de persecución, ¡pero no lo eran! Realmente era perseguido y acosado sexualmente por él. u.ú

Al entrar mis ojos se maravillaron al ver tal belleza de lugar. Prendí las luces que se encontraban un poco alejadas de la puerta. Eran focos bifocales esparcidos x todo el techo. Un cómodo recibidor con flores blancas frescas, las cuales perfumaban el ambiente de una manera incomparable. Me paré a inhalar adicto ese aroma tan delicioso.

-Ah, huele tan bien.-Dije cerrando los ojos disfrutando del aroma del ambiente. Pero no tardé mucho en despertar y dirigirme a la siguiente estancia constituida x una salita de TV, un mueble de cuero en media luna de color beige frente a un televisor de lo más grande, el cuál estaba puesto a algunos metros del gran ventanal que mostraba la ciudad x completo, vista obvia desde el piso número 18. Me acerqué al ventanal de inmediato disfrutando de la genial iluminación que tenía la ciudad a estas horas de la noche. Muchos colores daban ese toque libertino que sólo en Las Vegas se podía ver. Sonreí feliz de encontrarme allí, pero omitiendo el hecho de estar con Heero, claro. Y hablando del Rey de Reyes…

Me giré a ver dónde se encontraba el chico, pero lo único que logré divisar fue su camisa negra sobre el sillón de cuero. Me extrañé. Me adentré más en la habitación, era cierto que el ambiente se sentía fresco, pero con un pequeño tinte de calentura. Pasando a la siguiente estancia, la cuál estaba separada por un pequeño bar, encontré que tenía una cama enorme con 5 rechonchas almohadas y un cubrecama de lo más cómodo a la vista. Todo esto en tonos tierra. Había un vestidor grande y un par de mesitas a cada lado de la cama, con una elegante lámpara cada uno, sin contar el teléfono, el cuál se mantenía sobre el mueble que custodiaba al televisor de 40".

Después de recorrer todo esto con una mirada asombrada, me dediqué a tenderme sobre la rica y mullida camita. Era de lo más suave y los cojines tan deliciosos al tacto que me quedaría dormido en instante, pero no pude evitar quitarme las zapatillas y aventurarme a saltar como niño pequeño sobre la cama, era genial todo esto, me sentía tan feliz.

-¡Esto es genial, genial, genial! x3.-Exclamé sin dejar de saltar, sólo hasta que oí una voz proveniente del baño. Me detuve viendo a un Heero desnudo de la cintura para arriba, quien me observaba en mi entretenida actividad. Me dejé caer sobre la cama sin despegar mi mirada. En definitiva, su cuerpo había cambiado después de la última vez que lo vi desnudo. Su torso estaba un poco más bronceado y sus pectorales más definidos. Su abdomen mostraba ligeros cuadraditos sin definirlos por completo. Había desarrollado esas líneas diagonales que llegan hasta la parte baja de su cuerpo y sus brazos se mostraban relajados pero fortificados a la vista. Giré la vista frunciendo el ceño para evitar que viera mi sonrojo.

-Hasta que dices algo coherente. Mira que pensé que te disgustaba la idea de estar conmigo.-Una arrogante sonrisa apareció en su rostro mientras movía sensualmente los cabellos que caían x su frente, seguían tan rebeldes como siempre.

-¡Claro que me molesta, idiota! ¬o¬ Sólo que este lugar me gusta y eso no tiene nada que ver con tu presencia. u.ú.-Me levanté de la cama y después de rodearlo me metí al baño azotando la puerta. Me recosté en la misma.

-¿Vas a bañarte?-Preguntó con tono mordaz. Yo inflé los cachetes ya cansado de tener que soportarlo.-Sólo lo digo porque hay unas batas en el armario.-

-¡Ya deja la joda!-

-Como quieras u.u.-

Continuará

¡Gracias por leer como siempre! n.n

Y, ¡REVIEWS! - O no habrá final xD ¡Ja!

Better Than They © Smexy Gals S.A.