Capítulo 1: "El por qué de las cosas".

Eran las 6:18 am y el cielo ya estaba iluminado por los rayos del sol. Viernes. Terminaba el ciclo escolar para Sakura Haruno, estudiante de 3er año y futura egresada de secundaria. Abrió los ojos lentamente y se dio cuenta de la hora: las 6:20.

-Demonios… Quiero dormir más…- Se frotó los ojos con su mano derecha y levantó medio cuerpo, incorporándose y desperezándose un poco. –¿Por qué demonios tengo que entrar a las 7 de la mañana?- Se levantó completamente y se puso sus pantuflas, dirigiéndose al baño. –Menos mal que es el último día de clases-

Abrió la fina puerta de caoba y fue directamente al grifo, lo abrió y con ambas manos tomó una buena cantidad de agua y se la llevó a la cara, haciéndola despertar poco a poco del todo. Tomó la toalla y se secó con poca delicadeza, odiaba levantarse temprano. Fijó su vista el espejo y se observó: Era de una estatura mediana, más baja que alta, delgada, de cabello rosa a media espalda y ojos color jade. No podía decir mucho de su cuerpo, no le gustaba. A decir verdad, odiaba ser una chica.

Bufó molesta por ese pensamiento. Se dejó el rostro completamente limpio, sin nada de maquillaje y se peinó en una coleta baja, no le llevaba mucho tiempo y odiaba que su cabello tapara su cara. Se fijó de nuevo en el espejo, pero esta vez observó un pequeño collar de oro con un dije de estrella que su abuela le había regalado en su 15vo cumpleaños. Ella murió dos semanas después. Regresó a la habitación y abrió el armario para sacar su uniforme: una falda tableada color azul marino y una camiseta blanca que le quedaba algo grande, junto con un par de calcetines blancos. Se puso sus tennis negros y salió directamente por un jugo a la cocina.

-¿No desayunarás?- Le dijo mientras lavaba algunos platos.

-No, mamá. Vomitaré si como muy pesado y me dolerá el estómago- Ya me voy-

-…Ve con cuidado-

Su mamá era todo un espectáculo cuando se trataba de la escuela y de desayunar bien, por eso siempre salía antes de que comenzara con sus discursos de salud. Tomó su mochila y sin nada más, salió. Caminó unas 23 cuadras hasta la secundaria, verdaderamente le gustaba hacer ejercicio y mantenerse en forma, aunque fuera malísima para los deportes que utilizaran balones.

Por fin llegó de nuevo a esa molesta escuela que tanto odiaba, aunque tuviera unas calificaciones excepcionales, la odiaba. Excepto porque ahí veía a sus amigos, pero fuera de eso, aborrecía su escuela. Caminó un poco más hasta su salón. "Igual a todos" pensó. Y es que su escuela era tan monótona y aburrida, con tantas prohibiciones y maestros estrictamente molestos. Se sentó, como siempre, en su asiento cerca de la ventana, ya que cuando los profesores solo hablaban o regañaban, le encantaba ver hacia afuera y distraerse de ese mundo de engaños y falsedades creadas por Dios. Escuchó pasos y giró su cabeza hacia la puerta. Suspiró.

-Vaya, vaya. La pequeña se levantó temprano-

-No molestes, Sai. Aún tengo sueño-



-Eres tan perezosa- Se dirigió a ella y se sentó en el asiento de atrás. –No deberías dormirte a las 2 de la mañana haciendo cochinadas-

-Hey, que yo no hago eso- Giró su cabeza hacia él, demostrándole su enfado.

-No te enojes, solo era una broma- Sonrió como siempre, cosa que irritaba a Sakura a veces.

-¿Qué no puedes dejar de sonreír tan falsamente?-

-¿Y tu qué no puedes dejar de ser tan masculina?- Touché.

-Hmp… No te incumbe-

-Ahí está la respuesta a tu pregunta- Y volvió con su sonrisa típica.

-Qué irritante eres, de verdad que…- Pero calló al momento de que alguien más entró.

-¡Frentona de mierda!-

-¡Cerda hija de puta!-

-¡No me llames así, pedazo de marimacha!-

Dios, de verdad la extrañaba. Ino, su mejor amiga desde kindergarten, no la veía muy seguido ya que había tocado en otro salón que no era el de ella. Pronto llegarían las vacaciones de verano y sus planes serían los de siempre: dormir 13 horas al día y escuchar música a todo volumen, mientras tocaba su adorada Fender Stratocaster (guitarra eléctrica), leer de vez en cuando y jugar videojuegos estilo Halo, Devil May Cry y Resident Evil. En verdad era nada femenina.

-Sakura, ¡despierta!- Dijo Ino moviendo su mano frente a sus ojos.

-¿Eh? ¿Qué pasó?-

-Te quedaste boba como siempre- Esta vez Sai habló.

-Si, siempre te nos vas de la tierra y llegas al cielo-

-¡¡CHICOS!!- No hacía falta saber quién gritaba, lo sabían desde el momento en que pronunció la C.

-¡Naruto! ¿Es que no puedes estar callado un minuto?- Le gritó Sakura a su amigo, casi hermano. Naruto, al igual que su hermana Ino

-Sakura, no te enojes conmigo… ¡Solo los estoy saludando!- Le reprochó Naruto, de verdad que extrañaba a su "hermanita" y a toda su banda de locos.

Poco a poco, el salón fue llenándose de las mismas caras de siempre. Nada nuevo, nada fuera de lo normal. Profesores escribiendo a lo estúpido en el pizarrón. Explicando sus reglas y métodos de no se qué, tomando café y leyendo el periódico, en fin, nada nuevo. Todo transcurrió fatalmente aburrido y las clases terminaron finalmente. La mayoría de los alumnos salieron del salón como alma que se lleva el diablo, mientras que otros, incluido Sai y Hinata, se tomaban su calma para guardar sus cosas. Lamentablemente, Sakura tenía que esperar a Hinata, quien tenía una paciencia de oro, plata y bronce para todo, así que no le 

quedaba nada más, ya que vivían bastante cerca y la compañía de su amiga pelinegra le agradaba en demasía.

-Hinata, ¿ya terminaste?- Sakura ya comenzaba a desesperarse.

-Si, ya estoy lista- Le sonrió apenada y salieron tranquilas. -¿Ya tienes pensado qué hacer en las vacaciones?-

-Lo de siempre-

-Eso se interpreta a un momento a solas con tu Fender y tu Xbox-

-Exactamente- Si que la conocía y sabía sus pasiones y pasatiempos, ¿o es que era tan obvia? Mejor decidió cambiar el tema. -¿Y tu que tal? Escuché que tu primo dará un concierto en Tokyo. Supongo lo acompañarás- Era casi obvio, Hinata y su primo Neji vivían juntos en su humilde mansión de Nagoya a 4 mansiones más de la de Sakura, tenían 3 en total pero debido a razones de salud de su padre, tuvieron que mudarse a su mansión más pequeña, cosa que para los demás era enorme a pesar de vivir en el barrio más rico de Nagoya.

-Si, dará un concierto. Ya sabes cómo es, todo un as en el piano- Hinata realmente estaba orgullosa de su primo. Lo admiraba por el valor que tenía al estar frente a más de 1,000 personas y no se pusiera nervioso. –Aunque… Pensaba que sería mejor quedarme, ya sabes…-

-¡Hah! Extrañarías a Naruto que- Le sonrió cómplice y ésta se sonrojó de sobremanera.

-Y-ya basta, Sakura…- Realmente le apenaba.

-Bah, vaya chico que agarraste-

-Tan siquiera me he interesado en alguno, ¿qué hay de ti? ¿Vivirás como un niño toda la vida o qué?- A Hinata verdaderamente le preocupaba su amiga. Era verdad que lo tenía todo, pero tarde o temprano le haría falta otra clase de atención.

-Nah, no me interesan los chicos, tu lo sabes- Le frustraba que todos le hicieran la misma pregunta y la juzgaran –Sabes que fui criada por hombres y crecí como tal, por lo que los hombres no me interesan tanto. Sería como enamorarme de mi propio hermano, sería sacrilegio-

-Buen punto… Pero igualmente…- Hinata no pudo continuar, fue interrumpida por Sakura.

-Ya, basta. Así déjalo que ya llegué a casa-

-Lo siento…- Se sintió culpable de haber tocado un tema tan incómodo para la pelirrosa.

-Ah ya…- Comprendió su humor -No te preocupes, Hinata. Sabes cómo es mi personalidad, no es que me haya enojado contigo- Esperó un poco y volvió a hablar –¿Quieres venir a mi casa en la tarde? Estoy componiendo Smells Like Teen Spirit y me gustaría que la checaras- A Hinata se le iluminó el rostro.

-¡P-por supuesto! Me encantaría-

-¡Bien! Tu traes la comida- Bromeó.



-No te preocupes, lo haré. Bien, se me hará tarde para la comida y me llamarán la atención, cosa que no quiero. ¡Nos vemos en la tarde!- Y se despidió agitando su mano y trotando hacia su casa.

-Ah, esta niña es todo un show… Hablando de comida, tengo hambre- Se apresuró a ir a su casa, esperaba que su mamá tuviera una buena comida preparada, o estaría de mal humor para cuando Hinata llegara. Tomó las llaves de su mochila negra llena de parches, tachas con remaches y pines y literalmente la aventó a un sillón cercano. Fue directamente a la cocina.

-¡Mamá, ya llegué!- No hubo respuesta –¡Mamá!- Nada -¡¡Mam…!!- Entonces se dio cuenta de algo –Otra vez no…- Y fue a revisar su mochila.

Abrió uno de los bolsillos y tomó su celular, era carísimo pero a ella eso no le importaba. Entró a la sección de mensajes y efectivamente, como pensaba, ahí se encontraba un mensaje de su mamá:

"Mi amor, disculpa que no esté en casa pero ha surgido un problema con tu padre, de nuevo tengo que ayudarlo en la empresa. Lamentablemente volveré dentro de 5 meses pero cuídate mucho, he depositado 15,000 dólares a tu tarjeta de crédito, por si los necesitas. Te quiero mucho, mi niña."

-Que raro que pase esto…- Suspiró y se fue directamente a su habitación. Nunca veía a su madre en casa por más de 9 meses, siempre viajaba con su padre a Tokyo.

Subió las largas escaleras de su casa y desde arriba observó la sala, el comedor, el recibidor. De veras que su casa era grande, tenía dinero y a pesar de eso, no era avara ni engreída, por el contrario. Odiaba tener dinero.

Se quitó ese pensamiento de la cabeza y se dirigió a su habitación dos puertas a la derecha. Tomó sus llaves y la abrió con nada de cuidado; estaba enojada. Lo único que podría calmar su furia sería una suave pero fuerte tonada de su adorada guitarra. Tiró su mochila al suelo y fue al estante donde estaba su guitarra eléctrica, la tomó y se sentó en su cama. Comenzó a tocar las cuerdas en una tonada familiar para muchos. La Grange. Le gustaba esa canción, era de sus favoritas y además para ella, era tranquila. Justo lo que le hacía falta, tranquilidad.

Pasaron así 2 horas tocando, el tiempo siempre se le iba volando cuando estaba con su Fender y se dio cuenta de que Hinata llegaría en cualquier momento. Se quitó su uniforme de una forma poco delicada y tomó una camiseta realmente grande color negra y unos shorts igualmente negros. Hasta que se escuchó el fino timbre de la puerta. "Hinata ha llegado" pensó. Se levantó ya un poco más tranquila y colocó su guitarra detrás de su espalda, solamente girando la correa, y bajó los 28 escalones. Sí, había estado tan aburrida y frustrada a veces que al subir varias veces había contado los escalones. Abrió la puerta y ciertamente, era Hinata que traía una bolsa con aperitivos y frituras, porquerías que a Sakura le encantaban. Ella vestía solo un jeans y una camiseta azul marino.

-Hola, Sakura. Traje varias cosas- Le sonrió y mostró la bolsa.

-Wow, en verdad trajiste varias cosas-

Hinata se dio cuenta de algo; Sakura nunca dice "wow", si no que dice cosas más expresivas. Entonces se imaginó lo de siempre. –No está… ¿Cierto?-



-No… Se fue de nuevo- Sonrió tristemente, Hinata si conocía algunas cosas de ella. Las suficientes para saber cuándo está triste o de mal humor.

-No te preocupes, ya llegará pronto-

-5 meses no son pronto, ¿no crees?-

-Eh… No… Lo siento…-

Sakura rió un poco, le hacía gracia que su amiga se disculpara tanto. –Sabes que no debes disculparte, y menos conmigo, si sabes que no haces nada malo y si lo hicieras, siempre te perdonaría- Hinata sonrió ante su comentario tan positivo hacia ella.

-Muchas gracias- Y Sonrió.

-Vamos arriba, estaba practicando los acordes que te dije-

-Si, vamos-

Hinata en verdad no sabía de dónde Sakura sacaba esa fuerza para vivir, prácticamente, sola sin sus padres. Sabía que el dinero no era problema. Pero es que ella no estaba con nadie. Estaba sola.

-¿Hinata?-

-¿Ah? Di-disculpa… Estuve pensando-

-Si, ya me di cuenta. En fin, se me olvidó decirte que trajeras tu violín-

Hinata tocaba el violín y el piano, al igual que su primo, solamente que no era tan buena como él. Pero a Sakura eso no le importaba, le gustaba que la acompañara en sus violentos acordes de guitarra junto con su piano o su violín.

-Oh, ya… Si quieres voy por él-

-¡No no! Si ya estás aquí, mejor agarra el mío, ¿no crees?-

-Si, por supuesto-

Sakura tenía una variedad verdaderamente extensa de instrumentos, desde un pequeño pandero hasta una batería con doble pedal. Al entrar, su cuarto era sencillo. Grande, sí. Pero sencillo, con tres puertas, dos a la izquierda que daban al baño y a su closet y la otra era grande y estaba situada a la derecha, que daba a su salón de música. Era más grande que su cuarto y para ella, esa habitación valía mucho más que su mansión. Era SU habitación.

Le indicó a Hinata la estantería dónde tenía guardado los violines y tomó uno muy parecido al de ella.

-Hinata, creo que sería mejor que comenzáramos con el teclado-

-Si, pensaba lo mismo-

Hinata se sentó en el banco frente al teclado y esperó el inicio de Sakura. Comenzó con un estruendoso solo de guitarra y Hinata en unos segundos más se acopló a su ritmo con una tonada de órgano eléctrico desde el teclado. Pararon y Hinata comenzó con su solo de 

piano, monstruosamente rápido y pasó a uno un poco más calmado, pero igual rápido y comenzó una tonada entre ambas muy rítmica. Hasta que Sakura cantó.

-Crossing the borders of an enchanted dream, silver dust falling on my hands, empty spaces of a new horizon, frontiers to another land… See the stars come closer, enlightening your des...- Paró de repente y Hinata también.

-¿Qué pasó?- Le avisó Hinata.

-Fallé de nuevo…-

-Pero ibas bien, íbamos bien-

-¡Lo se, lo se! Es que me desespera porque hay algo que falta-

-¿Qué cosa? Si gustas le hablo a Ino para que venga también y…- Sakura la calló.

-No, no es eso… Bueno, sí, un poco… Pero no es exactamente lo que busco-

-¿Bajos, batería, flauta, violín, otra guita…?-

-Dios, ¡es eso! ¡Falta otra guitarra!- Prácticamente saltó de su cama.

-En la canción de Next Profundis no hace falta otra guitarra y además, tocas bien-

-Pero no lo suficiente- Se mordió su pulgar levemente, simulando frustración. –Debe haber algo o alguien- Le comentó revolviendo sus cabellos rosados.

-Solo cálmate- Y Hinata comenzó a tocar en el teclado la sonata luz de luna, calmando exageradamente a Sakura. Sabía cómo domar a la bestia.

-Ah… Es que me falta algo para poder vivir en paz-

-Un novio…- Susurró Hinata.

-¿Qué?- Sakura no había escuchado bien, pero juraría haber escuchado -¿Un novio dijiste?-

-¿Qué cosa? ¡No! ¿Qué te hace pensar eso? Dije que te elogio, si tocas tan bien y yo aun estoy practicando. A eso me refería. Estás buscando perfección-

-Ya…- Se recostó en un sillón cercano y pensó por un buen rato, hasta que un sonido titilante la sacó de sus pensamientos.

-Es para mi- El celular de Hinata sonaba –¿Diga?... Ah, Naruto… Si, gracias… ¿Mañana en la plaza?... ¿¡Que hicieron qué!? ¡Me matará a mi!- Sakura comenzaba a extrañarse, rara vez veía a Hinata en ese plan tan exagerado, prefirió incorporarse, así sabría mejor qué pasaba –Nooo no. Es que… De acuerdo, está bien… Yo le diré… Cuídate, adiós- Y colgó.

-¿Naruto?- Le sonrió pícaramente, provocando que se sonrojara de nuevo.

-¡B-basta, Sakura!- La susodicha rió y después paró indicándole con las manos que ya no lo volvería a hacer –Bueno… Mañana nos reuniremos todos en el parque-

-¿Hora?-



-A las 11-

-Ya…- Y se volvió a recostar en el sillón y nuevamente habló. -¿No sabes qué quieren hacer mañana? Digo, ya son vacaciones.

-Al parecer algunos se irán el lunes de vacaciones fuera de la ciudad, quieren hacer algo así como una despedida-

-Ya veo…-

-Dios, son las 7:43, si no llego para las 8 me regañarán…- Sakura sabía bien que la hora de la cena era a las 8.

-Anda, ve. Y nos vemos mañana-

-Por supuesto. Y no comimos nada de frituras por tu frustración- Rió un poco, Sakura igual.

-Si, lo se. Pero ten por seguro que esta noche me acabaré una bolsa-

-Guarda un poco para mañana- Tomó su pequeño bolso y se lo colocó en su hombro –Bien, me voy. Que tengas buenas noches, Sakura-

-Igualmente. Nos vemos- Y sin más que decir, Hinata salió del lugar, dejando sola a Sakura. Dio un largo suspiro y cerró sus ojos un momento para luego abrirlos. Cierto, eran las 8 y ella tenía hambre. Bajó hasta la cocina y abrió el refrigerador. Nada. Demonios, tendría que hacer las compras mañana. Subió de nuevo a su habitación y se quitó la ropa, debía darse un baño. Llenó la tina con agua muy caliente y echó unos aceites aromáticos de lavanda, ese olor la tranquilizaba. Sumergió todo su cuerpo y sin saber, se quedó dormida.

No lo sabía, pero mañana sería un día largo.

Solo una pequeñísima introducción: La verdad es que no soy nueva en este sector de escritura, estuve escribiendo bajo otro seudónimo y otras historias que no eran de Naruto, por lo que no quiero que lean las aburridísimas introducciones y N/A, aunque esas son necesarias de vez en cuando. Los reviews me ayudan a continuar y a saber que les gusta la historia.

NO HABRÁN PERSONAJES INVENTADOS NI AHORA NI NUNCA.

¿Por qué? Porque odio eso, se sale del rumbo de la historia. Preferiría poner a Sarutobi como el primo hermano del vecino de la bisabuela del novio rockero de la tía segunda de Kyuubi a inventar algún personaje que no tiene nada que ver. Si ofendí a alguien con esto, lo lamento… Lo digo sin malas intenciones y es mi simple opinión, aunque admito que en algunos ficts hay personajes inventados y saben darle un buen camino a la historia.

Aclarando: Los personajes pueden o no tener personalidades diferentes de vez en cuando, debido a que es una historia basada en la vida real y espero se conserve un poco como tal.

No describiré a los personajes debido a que ya los conocen, a menos que sea necesario uno u otro cambio que les haga físicamente.

Un review es como el rock & roll de los ficts: son motivación para seguir adelante.