CREPUSCULO (Un amor peligroso)
1)Primer encuentro
En la península de Olympic, al noroeste del Estado de Washington, existe un pueblo llamada Forks cuyo cielo casi siempre permanece encapotado. En esta insignificante localidad llueva más que en cualquier otro sitio e Estados Unidos. Mi madre se escapo conmigo e aquel lugar y de sus tenebrosas y sempiternas sombras cuando yo tenía apenas unos meses. Ahora vivía en Phoenix. Me encantaba el sol, el calor abrasador y ahora me exiliaba a Forks, un acto que me aterraba, ya que detestaba aquel lugar. Mi madre se había vuelto a casar y yo me sentía incomoda en la presencia de su nuevo marido, por eso decidí ir a vivir con mi padre y dejar a mi madre con el.
Mi padre me esperaba con el coche patrulla en el aeropuerto de Forks, lo cual no me extraño. Para la buena gente de Forks, Shizu mi padre es el jefe de policía Higurashi. La principal razón de querer comprarme un coche fue para que Shizu no me llevara en ese coche.
Shizu me abrazo torpemente con un solo brazo bajaba del avión.
-Me alegro de verte, Kagome-dijo con una sonrisa al mismo tiempo que me sostenía firmemente-. Apenas has cambiado. ¿Cómo está Shizuru?
-Mama está bien. Yo también me alegro de verte, papa- no le podía llamar Shizu a la cara.
Traía pocas maletas, así que cupieron fácilmente en el maletero del coche.
-He localizado un coche perfecto para ti, y muy barato- anuncio una vez que nos abrochamos los cinturones de seguridad.
-¿Qué tipo de coche?
- Bueno, es un monovolumen, un Chevy pare ser exactos.
-¿Dónde lo encontraste?
-¿te acuerdas de Billy Black, el que vivía en La Push?
La Push es una pequeña reserva india situada en la costa.
-No.
-Solía venir de pesca con nosotros durante el verano- me explico.
Por eso no me acordaba de el. Se me da bien olvidar las cosas dolorosas e innecesarias.
-Ahora esta en una silla de ruedas- continuo Shizu cuando no respondí-, por lo que no puede conducir y me propuso venderme el coche.
-¿Pero funciona?- pregunte yo.
-claro que si, a las mil maravillas.
-¿y que entiendes por barato?
-Bueno cariño, ya te lo he comprado como regalo de bienvenida.
-No tenías que hacerlo, papa. Iba a comprarme un coche.
-No importa. Quiero que estés a gusto aquí.
Shizu mantenía la vista fija en la carretera mientras hablaba. Se sentía incomodo al expresar sus emociones en voz alta.
-Es estupendo papa. Gracias. Te lo agradezco de veras.
-Bueno de nada. Eres bienvenida.
El paisaje era hermoso, por supuesto, no podía negarlo. Todo era de color verde. Era demasiado verde, un planeta alienígena.
Finalmente llegamos al hogar de Shizu. Vivía en una casa pequeña de dos dormitorios que compro con mi madre durante los primeros días de su matrimonio. Al llegar aparcado fuera de la casa estaba mi nuevo monovolumen.
-¡caramba, papa¡Me encanta¡Gracias!
-me alegra que te guste- dijo Shizu con voz áspera, nuevamente avergonzado.
Entre en la casa y me dirigí a mi habitación donde comencé a guardar mis cosas. Estaba preocupada por mi primer día en el instituto ya que yo nunca destacaba.
A la mañana siguiente, lo único que veía era densa niebla y me desanime.
El desayuno con Shizu se desarrollo en silencio. Me deseo suerte en el instituto y le di las gracias. Shizu se marcho primero a la comisaría. No quería llegar demasiado pronto a la escuela pero ya no quería seguir en la casa. Me puse el anorak y me encamine hacia la llovizna. Dentro del monovolumen estaba cómoda y a cubierto. El coche arranco a la primera, aunque en medio de un gran estruendo, y luego hizo mucho ruido cuando avanzaba en ralenti.
Fue muy fácil encontrar el instituto ya que estaba al lado e la carretera. Aparque frente al edificio donde ponía "oficina principal". De mala gana salí del coche y entre en el edificio. Dentro había un mostrador con una mujer pelirroja que alzo la vista al sentir mi presencia.
-¿te puedo ayudar en algo?
-Soy Kagome Higurashi- le informe, y de inmediato advertí en su mirada un atisbo de reconocimiento. Me esperaban. Sin duda, había sido el centro de los cotilleos.
-Por supuesto- dijo.
Rebusco entre los documentos hasta encontrar lo que buscaba.
-Precisamente tengo aquí el horario de tus clases y un plano del instituto.
Después de un largo tiempo en que me informada de mis clases y marcarme en el mapa el mejor recorrido para ir a mis clases. Me entrego una cartilla que mis profesores debían firmar y tenia que devolvérsela al acabar las clases.
Los demás estudiantes comenzaban a llegar y yo los seguí para poder aparcar. Examine el plano en el monovolumen para no tener que utilizarlo. Guarde el mapa y comencé a caminar hacia el edificio. Logre encontrar mi aula sin mucha dificultad ya que estaba muy bien señalada.
El aula era pequeña. Los alumnos que tenia delante se detenían para colgar sus chaquetas. Los imite. Entregue mi comprobante al profesor, el Sr. Mason. Se quedo embobado al leer mi nombre pero no me dijo nada. Me envió directo a mi pupitre lo cual agradecí. Me senté en el último pupitre donde nadie podría mirarme ya que no se podían girar. Comencé a leer la lista de los libros que teníamos que leer: Brontë, Shakespeare, Chaucer, Faulkner. Los había leído todos, lo cual era cómodo...y aburrido. Me pregunte si mi madre me enviaría la carpeta con mis antiguos trabajos.
Cuando sonó el zumbido casi nasal el timbre, un chico flacucho, con acne y pelo grasiento, se ladeo desde su pupitre y me hablo.
-Tú eres Kagome Higurashi¿verdad?
-Solo Kagome- todos se volvieron a mirarme.
-¿donde tienes la primera clase?- pregunto.
- Eh... Historia, con Jefferson, en el edificio seis.
-Voy al edificio cuatro, podría mostrarte el camino- demasiado amable, sin duda-. Me llamo Bankotsu- añadió.
Sonreí con timidez.
-gracias.
Recogimos nuestros abrigos y nos adentramos en la lluvia, que caía con mas fuerza.
-Bueno, es muy distinto de Phoenix¿eh?- pregunto.
-Mucho.
-Allí no llueve a menudo¿verdad?
-tres o cuatro veces al año.
-vaya, no me lo puedo ni imaginar.
-hace mucho sol- le explique.
-no se te ve muy bronceada.
-es la sangre albina de mi madre.
Me miro con aprensión. Suspire. No parecía que las nubes y el sentido del humor encajaran muy bien. Bankotsu me acompaño hasta la puerta de mi clase.
-en fin, suerte- dijo cuando roce el picaporte-. Tal vez coincidamos en alguna clase.
Le dedique una sonrisa que no comprometía a nada y entre.
El resto del día transcurrió de forma similar. Después de dos clases comenzaba a reconocer a alguna gente. Alguno con suficiente valor se acercaba a mi y me preguntaba si me gustaba Forks. Procure actuar con diplomacia, pero por lo general mentí mucho.
Una chica se sentó conmigo en clase de trigonometría como en español, y me acompaño en la cafetería para almorzar. No me acordaba de su nombre por lo que me limite a sonreír mientras me hablaba del instituto.
Nos sentamos al final de una larga mesa con varias amigas suyas que me presento, de las cuales olvide el nombre. Parecían orgullosas por tener el coraje de hablar conmigo.
Y allí estaba yo, sentada en el comedor, intentando entablar una conversación con siete desconocidas llenas de curiosidad, cuando los vi por primera vez.
Se sentaban en un rincón de la cafetería, en la otra punta de donde yo me encontraba. Eran cinco. No conversaban, ni comían pese a que todos tenían delante una bandeja de comida. No me miraban de forma estupida como los demás, por lo que no había peligro: podía estudiarlos sin temor a encontrarme con un par de ojos excesivamente interesados. Pero no fue eso lo que atrajo mi intención.
No se parecían lo mas mínimo a ningún otro estudiante. De los tres chicos, uno era fuerte, tan musculoso que parecía un levantador de pesas, y de pelo oscuro y rizado. Otro, mas alto y delgado, era igualmente de delgado y tenia el cabello color miel. El último era desgarbado, menos corpulento, y llevaba despeinado el pelo de color plateado. Tenia un aspecto mas juvenil que los otros dos, que podían estar en la universidad o incluso ser profesores.
Las chicas eran dos polos opuestos. La más alta era escultural. Tenia una figura preciosa, del tipo que se ve en las portadas de las revistas. Su pelo rubio caía n cascada hasta la mitad de su espalda. La chica baja tenia aspecto de duendecillo de facciones finas, un fideo. Su pelo corto era rebelde, con cada punta señalando en una direccion, y de un negro intenso.
Aun así todos se parecían muchísimos. Eran blancos como la cal. Mas pálidos que yo que soy albina. Todos tenían ojos muy oscuros, a pesar de la diferente gama de colores de cabello, y orejas malvas. Era como si todos padecieran e insomnio o se estuvieran recuperando de una rotura e nariz, aunque sus narices, al igual que el resto de sus facciones, eran rectas, perfectas, simétricas.
Pero nada de eso era el motivo por el cual no conseguía apartar mi mirada.
Continue mirandolos porque sus rostros, tan diferentes y tan similares al mismo tiempo, eran de una belleza inhumanas y devastadora.
Los cinco desviaban la mirada uno de otros, tambien del resto de estudiantes. La chica mas pequeña se levanto con la bandeja- el refresco sin abrir, la manzana sin morder- y se alejo. Mire raidamente a os otros, que permanecian inmóviles.
-quienes son esos?- pregunte a la chica de la clase de español.
Ella alzo la mirada y miro, el mas delgado y e aspecto juvenil, la miro. Urano un segundo se fijo en mi vecina, y despues sus ojos oscuros se posaron sobre los mios.
El desvio la mirada rapidamente, aun mas deprisa que yo, ruborizada de vergüenza.
-Son los Inuyasha y Sesshomaru Taisho, y Rin y Miroku Houshi. La que se acaba de marchar se llama Sango Taisho, todos viven con el doctor Taisho y su esposa- me respondio con un hilo de voz.
Mire do soslayo al chico guapo, que ahora contemplaba su bandeja mientras desmigajaba una rosquilla con sus largos y niveos dedos. Movia la boca muy deprisa, sin abrir a penas sus labios prefectos.
¡que nombres tan raros, pense. De repente me acorde que mi vecina se llamaba Ayame, un nombre completamente normal.
-Son...guapos.
-¡ya te digo!- Ayame asintio con una risita tonta- pero esta juntos. Me refiero a Sesshomaru y Rin, y a Miroku y Sango, y viven juntos.
-¿Quiénes son los Taisho?- pregunte-. No parecen parientes...
-claro que no. El doctos Taisho es muy joven. Todos son adoptados. Los houshi, los rubios, son hermanos gemelos, y los Taisho on su familia de acogida.
-parecen un poco mayores para estar en una familia de acogida.
-ahora si, miroku y Sango tienen dieciocho años, pero han vivido con la señora Taisho dese los ocho. Es su tia o algo parecido.
-¿siempre han vivido en Forks?
-No- con una voz que daba a entender que era obvio-. Se mudaron aquí hace dos años, vinieron desde Alaska.
Experimente un sentimiento de compasión, porque a pesar de su belleza, era extranjeros y resultaba evidente que no se les admitia. Uno de los Taisho, el mas joven levanto la mirada mientras yo los estudiaba y nuestras miradas se encontraro. Yo la desvie enseguida.
-¿Quién es el chico de pelo plateado?- pregunte.
Lo mire de refilón. Seguia observandome, pero no con la boca abierta, como el resto e los estudiantes.
-Se llama Inuyasha. Es guapisimo, por supuesto, pero no pasa el tiempo con nadie. No sale con nadie. Quizas ninguna de las chicas le parezca lo bastante guapa- dijo con una muestra clara de despecho.
Una de mis amigas llamada Kikyo me acompaño a la clase de biología ya que la teniamos juntas. Al llegar todas las mesas estaba ocupadas por una pareja de alumnos. Solo habia un asiento libre al lado de Inuyasha taisho. Entonces, justo cuando yo pasaba cerca se puso rígido. Volvio a mirarme ijamente y nuestras miradas se encontraron. La exprsion de su rostro era de lo mas extraña, hostil, airada. Pasmada aprate la vista y me sonroje. Me habia dado cuenta de que tenia ojos negros como el carbon. Mantuv la mirada fija en el suelo mientras me sentaba junto a el, ya que la hostiliad de su mirada aun me tenia aturdida.
Lo vi cambiar e postura. Se inclino en la dirección opuesta, sentandose al borde de la silla. Deje caer mi pelo sobre el hombro derecho para crear una pantalla oscura entre nosotros e intente prestar atención al profesor. durante la clase no me poia controlas y de vez en cuando echaba un vistazo atravez del pelo al chico que estaba mi lado. Este no relajo aquella postura envarada- sentado al borde de la silla, le mas lejos de mi- durante toda la clase. La mano izquierda, crispada en un puño, descasaba sobre el muslo. Se habia arremangado la camisa hasta los codos. Debajo de su piel calra podia ver su antebrazo, sorprenentemente duro y musculoso.
Pense que su actitud no tenia nada que ver conmigo. No me conocia de nada.
Me atrevi a mirarle de nuevo y lo lamente. Me estaba mirando con sus ojos negros llenos de repugnancia.
El timbre sono en ese momento e Inuyasha Taisho abandono su asiento y salio antes de que ninguno se pusiera de pie.
-eres Kagome Higurashi¿no?- me prgunto un chico.
-Kagome.
-me llamo Kouga.
-Hola, Kouga.
-¿necesitas que te ayude a encontrar tu proxima clase?
-Voy al gimnasio, y creo que puedo encontrarlo.
-es tambien mi siguiente clase.
Fuimos juntos a la siguiente clase y comenzo a hablarme. Vivio en California, por eso entendia como me sentia a causa de la ausencia del sol. Resulto ser la personamasagradable que habia conocido.
Pero cuando ibamos a entar al gimnasio me pregunto:
-oye¿le clavaste un lapiz a Inuyasha Taisho, o que? Jamas lo habia visto comportarse e ese modo.
Dios lo habia notado, en ese instante decidi hacerme la tonta.
-¿te refieres al chico que se sentaba ami lado?
-Si, tenia cara de dolor o algo parecido.
-no lo se- respondi-. No he hablado con el.
- es un tipo raro- si hubiera tenido la suerte de sentarme a tu lado, yo si te hubiera hablado.
En gimnasia, no participe mucho en el partido e voleibol, era muy patosa para los deportes.
Al final sono la campana que indicaba el final de las clases y me dirigi a la oficina a entregar mi comprobante. Estuve a punto de volver a salir cuando entre, ya que Inuyasha Taisho se encontraba delante del escritorio, lo reconoci por su pelo plateado. Parecia que no me habia oido y espere a que el terminara.
Estaba discutiendo con la secretaria para que lo cambiara de la clase de biología a cualquier otra hora. No podia creer que eso fuera por mi culpa, si no le habia hecho nada. Debia se por otra cosa. Era imposible que aquel desconocido sintiera una aversión tan intensa y repentina hacia mi.
Al final se canso de intentarlo y se giro mirandome con sus penetrantes ojos llenos de odio. Por unos segundo senti panico. No duro mucho, pero esa mirada me helo la sangre. Se dirigio a la recepcionista.
-bueno, no importa. Ya veo que es imposible. Muchas gracias por su ayuda.
Giro sin mirarme se marcho. Me acerque a la secretaria y le di mi comprobante.
-¿como te ha ido el primer dia, cielo?- me pregunto de forma maternal.
-bien- menti con voz debil.
CONTINUARA...
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HOLA A TODOS! YA VOLVI DE MIS VACACIONES Y ESTOY LISTA PARA PUBLICAR MI TERCER FIC.
NO ES UNA INVENCION MIA, BASICAMENTE ES UNA ADAPTACION DE UN LIBRO QUE LEI Y ME GUSTO MUCHO. PARA LOS INTERESADOS SE LLAMA: "Crepusculo (un amor peligroso)" ES DE STEPHANIE MEYER.
BUENO, ESPERO QUE LES USTE Y DEJENME REVIEWS PARA SABER SI LO CONTINUO O NO. BUENO MUCHOS BESOS A TODOS.
