Capitulo 1

La traición

Kagome caminaba nerviosa, el corazón parecía querer estallarle en el pecho, su odiada rival le había dado la hora y el lugar donde según ella su novio que en los últimos meses había estado muy distante y pensativo pasaba las tardes revolcándose con ella.

Sintió un escalofrió cuando llegó al departamento, la maldita de Kikyo le había dado su copia de la llave para que entrara y los encontrara in fraganti. Metió la llave a la cerradura y entro sin hacer ruido. El corazón le dio un vuelco cuando reconoció el saco de Inuyasha colocado en el perchero al lado de la puerta, su maletín en el sillón era el mismo que ella le había regalado, se llevó la mano al pecho donde se le había hecho un nudo. Siguió los ruidos de satisfacción que salían de una de las habitaciones y empujó la puerta. Se quedó en shock: su novio y Kikyo estaban en plena actividad sexual.

-Dime que me amas –dijo Kikyo que había escuchado la puerta al abrirse

-Te amo Kikyo –dijo el hombre presa del placer

Inuyasha sintió que el mundo le cayó encima cuando vio a la chica parada en la puerta. Lo había descubierto. En ese momento su pene se puso flácido de la impresión, solo atinó a quedarse quieto, mientras la mujer que lo estaba cabalgando continuaba sin inmutarse con una sonrisa de satisfacción en el rostro.

-¿Así que aquí es a donde vienes a atender tus asuntos tan importantes?- dijo con tono frío que se contradecía con las lagrimas que amenazaban con brotar de sus ojos – de que se tratan, ¿acaso de cómo contraer una enfermedad venérea? ¡Contéstame maldito!

-Kagome, no es lo que tú piensas….

-NO ES LO QUE YO PIENSO? ¿ACASO NO ESTAS COGIENDO CON ESTA PERRA?

-Kagome tranquilízate, mira todo tiene una explicación- dijo poniéndose de pie tirando a un lado a su amante- escúchame mi amor…

PLAFF

La chica le pegó un puñetazo con el puño cerrado tan fuerte que lo hizo tambalearse, a la vez que la sangre manaba por su labio roto.

-No vuelvas a decirme eso, maldito hipócrita no cuando acabo de escuchar que se lo dijiste a ella –chilló furiosa- ¿acaso me amas tanto que tienes que venir a revolcarte con esta puta?

-Kagome por favor…

-No, ya se, eres de esos imbéciles a los que les gusta andar con mujeres que los tratan como mierda y que mientras están trabajando follan hasta con el perro, ¿tan baja autoestima tienes Inuyasha? ¿o la quieres tanto que ya le perdonaste que el día de su compromiso se haya acostado con tu mejor amigo?

Inuyasha no sabía que hacer, había caído en su propia red de mentiras, amaba a Kagome pero se había estado acostando con su ex como parte de su plan de venganza que consistía en enamorarla y botarla para casarse con la otra y de esa manera resarcir su orgullo herido por su traición. Pero se le había salido de las manos y ahora la mujer de su vida lo veía como si fuera una basura.

-No, vamos a otro lado y hablemos.

-No iré a ningún lado contigo –dijo yendo hacía la puerta- Kikyo puedes quedarte con él, no interesan los despojos de hombre sin dignidad. Es todo tuyo.

Kagome salió corriendo del departamento, no aguantaba más, aquello la había dejado herida de muerte, ese maldito solamente la había usado. A ella que fue quien lo ayudó a sanar sus heridas después de que Kikyo lo engañó, a ella que lo había amado incondicionalmente.

Inuyasha apenas se había puesto el pantalón salió corriendo descalzo detrás de Kagome, mientras la causante de casi todo su sufrimiento yacía en la cama satisfecha de lo que había hecho. Se paró perezosa y marcó el número de su cómplice.

-Querido todo ha salido perfecto – sonrió satisfecha mientras contemplaba su silueta desnuda y perfecta en el espejo – Aja, si, tienes el camino libre.

……………………………………….

-Kagome espérame- dijo tomándola del antebrazo cuando apenas había salido del edificio- tenemos que hablar

-No me toques- dijo sacudiéndose el brazo y soltándose- nunca vuelvas a ponerme una mano encima ¿me oyes? ¡Me das asco!

-Esta bien –dijo conciliador- tienes toda la razón, me merezco todos y cada uno de los insultos que me tienes reservados, solo déjame decirte…déjame explicarte

-No quiero escuchar nada que salga de esa misma boca llena de porquería que apenas hoy en la mañana me decía que me amaba y que no podría verme para ir a comer por que tenía mucho trabajo que hacer

La muchacha caminó y dejo al hombre con la palabra en la boca, pero este insistió y caminó detrás de ella. Lo que hizo que la chica volteara violentamente.

-Déjame en paz!

-Primero déjame que te explique, por favor – sabía que sería una perdida de tiempo porque ni el mismo sabía como explicar que se había dejado arrastrar hacía esa aventura puramente sexual de la que ahora estaba arrepentido.

-Inuyasha –sonrió con rencor sin rastro de lagrimas en los ojos- maldigo el día en que te conocí, te maldigo a ti y a esa mujerzuela y deseo con el corazón que tu vida sea un infierno…

-Kagome…- la chica que tenía frente a él no era la misma muchacha sencilla y de provincia que él había conocido en la universidad, esa mujer que lo maldecía se parecía mas a su ex novia el odio de su mirada le dolió en el corazón- perdóname

-Muérete

Inuyasha se quedó parado en la calle, mientras la gente que pasaba lo veía y murmuraba pues vestía solo un pantalón y estaba comenzando a nevar. Vió la silueta de la chica que había sido su ángel salvador desaparecer entre la multitud y algo le dijo dentro de si que la había perdido para siempre.

Regresó sobre sus pasos hasta el departamento. Recogió sus cosas sin ni siquiera mirar a la mujer que todavía continuaba desnuda esperando reanudar el asunto que había quedado pendiente.

-Ven, terminemos lo que esa chica vino a interrumpir –dijo con tono seductor

-¿Tu le dijiste verdad?- la miró con rencor- ¿tu fuiste maldita?

-Por supuesto que fui yo – lo miró triunfante- Acaso crees que no sabía que este era un plan tuyo para vengarte de mi? –sonrió al verlo sorprendido- Inuyasha cuando tu vas yo ya vine

-Eres una…

-¿Qué? ¿Ramera? ¿Puta? ¿Zorra?- rió a carcajadas- Querido no importa de cuantas maneras me llames, aún así me deseas y eso es un hecho comprobado

-Tal vez, pero igual deseo tirarme por la ventana y aún así no lo haré –terminó de vestirse- Sabes de que me doy cuenta?

-De que? ¿de que esa no me llega ni a los talones?

-No, de que no sirves para otra cosa mas que para follar –la chica lo miro sonriendo pero con un gran odio en sus pupilas- fuera de coger como una profesional, no tienes ningún otro talento – sacó un billete de su cartera- toma, considérame como tu amuleto de la suerte para una nueva profesión

Kikyo miró furiosa la puerta por donde había salido Inuyasha, lo odiaba, jamás hubiera vuelto a meterse con él, de no ser porque Onigumo se lo había pedido.

………………………………….

Inuyasha conducía a prisa hacía el departamento que compartía con su novia, esperaba que ya estuviera mas calmada e igualmente esperaba encontrar una forma creíble de contarle lo que realmente había intentado hacer, aunque parecía haber hecho todo lo contrario. Apesumbrado los recuerdos de su fallido compromiso con Kikyo llegaron a su memoria.

Flash back

Estaban celebrando su compromiso en el salón de uno de los hoteles más elegantes y exclusivos de la ciudad propiedad de su familia. Sabía que su padre, su mejor amigo y su hermano menor lo consideraban un idiota por querer casarse tan pronto con esa chica Kikyo Vale a quien hacía apenas 6 meses acababa de conocer y que además era prima de Onigumo Vale su acérrimo rival y socio de negocios, pero él estaba seguro, pues su relación fue ardiente desde un principio, le gustaba la manera tan abierta de ser de esa mujer lo que no sabía era que era igual de abierta con todos los demás, y no solo en sentido figurado.

-Hijo y donde esta tu novia? –preguntó Inu no Taisho al no ver a la prometida de su hijo en la recepción

-No sé papá, déjame ver si esta en el jardín

Dejó su copa y se encaminó hacía afuera en busca de la muchacha, la había buscado por casi todo el jardín a excepción de la obscura arboleda, pues dudaba que estuviera en ese lugar, sin embargo el movimiento de los arbustos lo hizo caminar hacía allá. Lo que vió lo dejó helado: su prometida y su mejor amigo Kouga estaban teniendo sexo. El chico la tenía recargada en el árbol con las piernas abiertas y la penetraba con fuerza por atrás.

-Malditos! –grito furioso y se lanzó contra su amigo que no alcanzó a esquivar el golpe

-Cálmate Inuyasha te dije que te demostraría que era una mujerzuela –grito su amigo tratando de controlarlo mientras la mujer se acomodaba la ropa interior y se bajaba el vestido

-Y así me lo ibas a demostrar? ¿tirándotela en lo oscuro donde nadie los viera? Eres un maldito traidor

-Nada de eso. Mira –dijo señalando un foquito que apenas se vislumbraba entre los árboles- todo quedó grabado, y sobre todo la forma en la que ella fue la que se me insinuó

-Así que era una trampa?- dijo Kikyo furiosa

-Por supuesto que si, ¿a poco crees que yo me fijaría en serio en una ramera como tu?

-Inuyasha el me obligó, te lo juro- la chica trató de engatusarlo mientras su prometido corría hacía la salida para no verla

-No te esfuerces querida todo se a acabado

-Imbécil pero te juro que esto no se va a quedar así- lo amenazó mientras Kouga tomaba la cámara y se alejaba de ella

Fin Flash Back

-¡Kagome perdóname por ser un idiota! – se decía así mismo cuando de repente de la nada un camión de carga lo arrolló

CRASH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Llamen a una ambulancia! –Gritaba una mujer- Hay un hombre muy malherido!!

Se escucharon las sirenas, e Inuyasha que permanecía dentro del auto destrozado y humeante a punto de perder la conciencia por completo llamó a la mujer que amaba antes de caer en un profundo hoyo negro.

-Kagome –susurró y se desmayó

………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

En cuanto había llegado al departamento empacó sus cosas y se marchó sin mirar atrás, le había pedido a una de sus amigas de la universidad que le diera asilo en su departamento. Durante la noche esperaba que él siguiera insistiendo para recuperarla, pero no llamó. Al final se había quedado con la otra.

-Que le aproveche- dijo con amargura