Hola a todos! Estoy muy contenta de estar aquí nuevamente, no lo pude evitar y seguí el consejo de muchas, así que aquí tienen mas de nuestros Trágicos Amantes, en esta ocasión va ser mas corto, espero que les guste, no olviden dejar sus comentarios.
Capítulo 1
Era increíble ver a Finnick tan grande, pareciéndose cada día más a su papá, provocando que las chicas empezarán asecharlo a su corta edad; pero lo más increíble era que Annie y todos los que lo amábamos no sintiéramos miedo en su doceavo cumpleaños, que lo pudiéramos estar celebrando sin ningún temor, sin ninguna angustia por los famosos juegos del hambre.
-mira abuela, al fin pude hacer las figuras como las que Peeta le pone a sus pasteles - él le hablaba a mi madre, enseñándole una figura abstracta de un glaseado para su pastel de cumpleaños que Peeta había preparado. Finnick insistió prácticamente desde el día que llego al distrito en ayudar a mi esposo hacer su propio decorado, siempre le gustó mucho ayudar a Peeta en la panadería.
Era un chico tierno y educado, afortunadamente la ausencia de su padre no le había afectado, porque tenía muchas mamás y tenía a Peeta, era su figura paterna, aunque fuera a distancia, pero era lo más parecido. Finnick sabía muy bien quien era su padre, lo que había hecho y el porque lo había hecho, haciendo que él se sintiera orgulloso de nuestro amigo.
-muy bien Finnick, ahora solo te faltan unas 9 más según la instrucción de Peeta- Le dijo mi madre con una sonrisa al colocar unos sándwiches en una charola.
-¿tú qué opinas Kat?-
-tienes un buen maestro, así que quedo muy bien, sigue con las demás, antes de que regrese de la panadería, sino querrá ayudarte, lo conozco-
-tienes razón, necesito darme prisa-
-vaya, lo has logrado cariño, te está quedando muy bien tu pastel- Annie beso la cabeza de su hijo, que estaba ya muy alto, ella era solo unos centímetros más alta que él.
-pero si eres el festejado, no tendrías que estar trabajando- Peeta apareció tras ella con una bolsa con varias cosas.
-mi cumpleaños ya pasó así que... - Finnick se encogió de hombros.
-pero aun así eres el festejado- dije ayudando a Peeta con las cosas.
Como el cumpleaños de Finnick caía en temporada escolar, mi madre y Annie decidieron dejar el festejo para verano que pudieran estar aquí, el chico no tuvo inconveniente, puesto que dijo que aquí había mucha gente que lo quería, que prefería eso a un simple festejo con sus compañeros de la escuela, eso nos hizo sentir muy bien a todos, incluso a Haymitch.
-hey familia llegaron los refuerzos- la voz de Johanna se escuchó desde la entrada.
-mira tía Jo, estoy decorando yo el pastel -Finnick había empezado a llamar así a Johana desde una broma que empezó por culpa de Haymitch, cuando nuestro chico tenía 4 años, en un principio ella no estaba muy contenta, pero al final termino adorando que Finnick la viera de ese modo, después de la relación tan estrecha que llego a tener con su papá.
-muy bien adonis, Mellark ten cuidado, aquí puedes tener competencia-
-¿dónde está Daniel? - pregunte, al verla entrar sola.
-se quedó con Hilary, al parecer ella y sus hijos están construyendo una casa de juegos en el jardín, así que ese bribón me abandono por ir a jugar, en vez de colaborar en la fiesta de su primo-
Daniel tenía el mejor carácter, era un chico muy alegre, con tan solo 5 años había conseguido tener la atención de todo el público en el festival de primavera; sabíamos que el carácter de Johanna y Fred influían mucho, pero era algo nato en él, incluso a sus 2 años había conseguido atrapar a Johanna Manso al encontrase con él en esa casa hogar del distrito 11, después de varios años atrás de descubrir que no podían tener hijos.
Ellos habían dicho que lo aceptaban, principalmente Jo, porque decía que al final ella no se veía como madre, que no creía que fuera su fuerte o lo más conveniente después de todo lo que paso, algo que reforzaba mi postura ante la insistencia de Peeta de tener hijos, pero finalmente el pequeño Daniel había cautivado a la ruda Johanna en aquellas vacaciones que ella y Fred habían planeado de imprevisto. Fue una gran sorpresa verlos regresar con un pequeño que al parecer se adaptaba rápido a los cambios y a su nueva familia.
-Jo, podrías empezar con los globos - mi mamá se veía feliz, a pesar de que cada que venía, era derramar lágrimas en la habitación que era de mi hermana, la cual seguía intacta después de tanto tiempo- es más, Katniss ¿por qué no le ayudas?-
-está bien, vamos muévete, tenemos el tiempo encima - empuje a mi amiga que observaba a Finnick trabajar en el pastel.
-bonita - después de tantos años, era genial que Peeta me hablara así, que no perdiera lo detallista y cariñoso, al contrario - deje arriba los listones, también puedes bajar la otra cosa - le lanzo a Finnick una rápida mirada para ver si se había percatado de qué hablábamos, por suerte estaba muy concentrado en el glaseado para darse cuenta que hablábamos de su regalo.
-bien, solo asegúrense de que termine a tiempo - señale con la cabeza al chico, dando a entender que no se parara por la sala en un buen rato.
Cuando estábamos por termina la decoración Daniel entro corriendo, apremiado porque saliéramos a ver la casa que habían hecho para jugar en el jardín de Thom.
-mira mamá, la casa de Sue y Michael está muy grande, dicen que podemos jugar ahí todos los días -
-rayos Daniel, has roto el pantalón, te dije que con cuidado, ¿tengo que parchar todos tus pantalones acaso? -
-si le compraras pantalones de primera, no tendrías que parcharlos a cada rato- Haymitch apareció en la entrada, aprovechando que el pequeño había dejado abierto.
-y gastar para después hacer lo mismo, ni de broma, aparte no pretendo comprarle a esa apretada de Jill, aunque sea mi hijo - replicó Jo.
-vamos Niss acompañe - Daniel me había tomado de la mano -¿puedo tomar un globo?-
-claro, son para ustedes, en especial para ti - alborote su cabello - Haymitch ¿por qué no dejas esa bolsa junto a la otra que está en la sala?-
-claro preciosa, como siempre de mandona- murmuro al final, colocándose las gafas que de un tiempo para acá era necesario para su vista. Aunque en un principio se vio renuente a usarlas, pero al final su organismo empezaba a cobrar todas sus mal pasadas, no quedándole de otra más que usarlas.
La tarde la pasamos muy bien, Finnick se sentía muy orgulloso por su pastel, aunque al final recibió ayuda de Peeta porque estaba tardando un poco más de la cuenta, así como también las ansias de irse a jugar con el resto de los niños lo carcomían. Annie se vio muy melancólica, agradecida y feliz por ver a su hijo crecer tan sanamente, aunque muchas veces lo tuviera que ocultar de las insistentes cámaras de Plutarch, principalmente en sus primeros años, incluso Johanna golpeó a un tipo que los estaban acosando en su primer día de clases.
Como siempre todos nuestros amigos felicitaron a Peeta, porque cada vez los sorprendía más con los deliciosos pasteles, alegando que aunque llevaran acabo las recetas que él mismo escribió en su libro, no les salían igual, llegando todos a la conclusión que había un ingrediente secreto. De hecho Alex se quejaba de lo mismo, porque Peeta había sido su mentor y la gente seguía distinguiendo entre un pastel de Peeta y uno de Alex, quien ahora se había asociado con mi esposo para ampliar el negocio con baguettes que se enviaban a los distritos más cercanos por medio de un aerodeslizador que venía cada tercer día para este tipo de entregas y sobre todo de la fábrica de medicamentos. La panadería se había ampliado siendo un éxito en el distrito, pero también por el hecho de tener el servicio de cafetería, donde chicos y grandes pasaban ratos agradables, teniendo un concepto muy diferente al que Sae manejaba en el quemador, siendo su fuerte los desayunos y comidas, mientras que a Alex y Peeta tenían mayor movimiento en las tardes, por lo que había para todos, aunque siguiera siendo un distrito pequeño.
-Katniss estas muy callada, ¿en qué tanto piensas?- Annie se acercó a mi después de abrir los regalos.
-en tantas cosas, en cómo ha cambiado la situación a través de los años, tu chico ya por entrar a la adolescencia-
-sí, jamás me imagine llegar a este punto, estoy tan agradecida de tenerlo a mi lado, él me regreso la cordura- en eso Annie tenía mucha razón, era contados los episodios donde se alteraba y se aislaba se todos de una forma nerviosa, no habían desaparecido, pero eran muy pocos, casi nulos, algo similar a las crisis de Peeta, la última de ambos ya tiene más de un año.
-creo que muchos de nosotros nunca nos imaginamos estar así, mira Jo, con ese pequeño que se ha ganado su corazón, ni ella misma se llegó a imaginar de mamá- Johanna jugaba con todos los chicos llevando a Daniel de la mano de un lado para otro.
-sí, creo que... eso es lo más increíble y más por como son tanto ella como Fred -
-por algo terminaron juntos- dije mientras buscaba a Peeta y mi madre con la mirada.
-hey preciosa, porque no le sirves un poco de jugo a este anciano -
-Haymitch no seas exagerado, ¿no viste donde están mi madre o Peeta?-
-siempre es lo mismo contigo, te pido algo y desvías la conversación hacia ese chico, cuando no-
-y cuando te dejaras de dramas, de vedad ahora entiendo porque Effie prefiere solo verte por temporadas -
-ya van empezar - Peeta llego de no sé dónde y me abrazo.
-¿dónde estabas y mi mamá?-
-ayudamos a Liz y Paul con el bebé, estaba un poco inquieto, tu madre le dio un té - en ese momento vi como mi madre traía en brazos al bebé de Paul, quien se había casado con su compañera, la doctora Liz, era la que se dedicaba a todo eso del laboratorio clínico, llegando del distrito 4 ya hace unos 5 años.
Fue un poco duro ver a Paul con Liz, puesto que me imagine más de un vez a mi hermana en vez de a ella, en lo que pudo ser de haber sobrevivido; convertirse en médico y casarse con un buen chico como Paul, incluso ser mamá, ella hubiera sido muy feliz.
-hey bonita ¿otra vez con esos pensamientos?- Peeta inmediatamente noto mi tristeza, sabía muy bien la línea de mis pensamientos -sabes que solo te haces daño, deberías estar feliz por todos ellos, no quiero caras largas-
-sí, pero es inevitable, cada que veo la familia de Paul-
-Kat, no creo que Prim estuviera muy contenta si te viera, restarías un poco de su felicidad con esa cara y ahora tu madre también se está poniendo triste solo de verte, porque sabe muy bien lo que estabas pensando - Él tenía razón mi mamá se veía angustiada, aferrándose al pequeño bebé pero viéndonos fijamente.
-lo... lo siento- susurre.
-Kat mira- Finnick me tomo de la mano para enseñarme el regalo de su mamá, que era un reproductor de música -tiene para grabar voz, por favor canta, que sea una de tus canciones la primera en guardar -
-si, canta- dijeron varias personas, así que no me negué, principalmente porque fue el chico quien lo pidió y después de que la canción que en algún momento le escribí a Peeta saliera a la luz en los medios, gracias a que Delly no se dio cuenta que perdió aquel papel con la letra, cuando él estaba en el Capitolio y le pase la letra por teléfono, para ver si lográbamos que mi chico regresara, Peeta me dijo que debería dejarme escuchar más, para que la gente conociera mis letras y no terminaran adjudicándosela alguien más como fue el caso de dulce melodía.
Recuerdo que tanto Peeta como yo nos molestamos mucho al escuchar la canción en uno de esos programas de Plutarch, pensamos que nuevamente se había entrometido en nuestras vidas, pero sobre todo llegamos a creer que tenía alguna especie de espía en el distrito o cámaras en alguna de nuestras casas; toda esa situación altero tanto a Peeta que una crisis hizo su aparición, alejándolo de mi por unos cuantos días, y sintiéndonos muy triste porque su regalo había sido del dominio público, debido a que estuvo entre las canciones finalistas y no pudimos hacer nada, sobre todo si no queríamos aparecer nuevamente en el ojo del huracán. Incluso tuvo una discusión muy fuerte con Delly, por haber permitido que pasara esa situación, dejando de hablarse por varios días, hasta que él pidió disculpas por alterarse así, mientras ella prometía investigar que se podía hacer sin que se mencionara nuestros nombres.
Grabe un par de canciones, sintiéndome algo apenada por tener toda la atención de nuestros amigos, era algo incómodo a pesar que se trataba de ellos, gente de nuestra confianza. Terminé por cantar con varios de los chicos, poniendo mensajes de felicitaciones para Finnick y sugiriendo una lista de música para que más adelante pudiera disfrutarla.
Cuando la fiesta estaba por terminar, me di cuenta que nuevamente Peeta y mi madre habían desaparecido, así que los busque en la cocina para ver qué ocurría, donde los escuche hablando en voz baja.
-estoy agotando las esperanzas - decía mi esposo.
-sé que has esperado por muchos años, deberías de invitar más seguido a Paul, aprovechando que su bebé está muy pequeño, a parte el chico y su esposa son muy... Nerviosos con el bebé-
-no tengo ningún inconveniente en ayudarlos, pero me doy cuenta que cuando se trata de Paul ella se aleja más, no lo hizo con Tiffany o Hilary, incluso con Alex - me sentí molesta porque estuvieran hablando de mí.
-solo deja que su instinto maternal surja, hasta el momento esta así por todos sus miedos pero yo creo...-
-ese es el problema, ella está satisfaciendo ese instinto con la escuela, a pesar de que sus grupos son de chicos más grandes, hay días que no puedo ni tomar el tema, se rehúsa-
-tal vez, pero... ¿Y tú? -
-¿qué hay de mí?- justo estaba por entrar, ver que era lo que pasaba, de por qué hablaban a mis costillas.
-pues... ¿con qué estas satisfaciendo tu instinto paternal? Sé que la cuidas y la amas, pero... - mi madre dudo
-si Kat nunca quiere tener hijos no importa, yo me case sabiendo eso, y no cambia mi amor por ella, tener un bebé seria como... de ensueño -Peeta se escuchó como, entusiasmado - pero tampoco voy a forzar algo que no desea, la amo y lo que menos quiero es hacerla sufrir por algo que no quiere -
Era cierto que muchas de nuestras discusiones se debieron a ese tema, al grado de estar un par de días sin hablarnos, siendo Peeta el que terminara arreglando las cosas, pero me sentí muy extraña, triste, porque le estaba negando algo a mi esposo que siguiendo las leyes de la naturaleza estaba en su derecho.
Salí corriendo, tratando que nadie se diera cuenta, necesitaba pensar, necesitaba contener tantos sentimientos encontrados, llegando a la pradera que estaba totalmente verde, brillando con diferentes colores por las flores silvestres que crecían, entre ellas Primroses.
N/A: ¿qué opinan? mmm eso de que hablen a tus espaldas no es nada bueno jijijiji pero suele suceder. Me costo un poco de trabajo ir describiendo tantas cosas que pasaron a con respecto a los personajes, así que fue una embarrada, porque en mi cabeza pasaron mas cosas, pero en fin. No olviden dejar sus comentarios y también cuéntenme sus impresiones de la peliiiii, yo les puedo decir que me gusto mucho, buena adaptación. Gracias por leer ;)
