Nota: antes de que lean este fic primero léanse "una importante charla con Emmett" ya que este es como que la continuación. Ah… por cierto este fic va dedicado a mi hermano Mauro Jaz y a Bea the Dark Angel ya que ambos me pedieron de que lo continuara y para mi es un honor, espero que les guste y por supuesto a los demás que lo lean y les guste Twilight tanto como a mí…

Round 2

Llegue a mi casa alrededor de las cinco, ya que a la linda de mi cuñadita, en otras palabras la maldad en miniatura, se le había ocurrido ir de compras.

Al pasar el umbral de la puerta me sentí tan relajada al escuchar el silencio, sin duda era lo que el doctor me había recetado después de mas de tres horas de caminar, probarme ropa y oír los consejos de moda de Alice. Me dirigí directamente a mi habitación una vez ahí tire mi bolso al suelo, abrí mi closet en busca de algo mas cómodo. Ya que no había nadie en casa me decidí por un short de pijama de ositos – yo se era ridículo que alguien de mi edad tenga algo así – y una camisa de tirantes celeste. Una vez que me cambie me tumbe en la cama para dormir un poco.

Estaba a punto de conciliar sueño cuando oí en la planta baja ¿mi nana? Me levante de golpe, camine a mi escritorio para buscar el cd que Edward me había regalado, para mi sorpresa no se encontraba donde lo había dejado. Mi cerebro di un chispazo la tarde no podía ser mejor, al parecer Edward estaba abajo, salí de mi habitación casi corriendo, baje las gradas de par en par hasta que llegue a la sala, el audio estaba encendido pero no miraba a Edward por ningún lado, lo busque con la vista pero nada; o me estaba volviendo loca o mi casa estaba habitada por fantasmas.

- ¿Bella? – oí que me llamaron y luego una gran rizota burlona.

Comprendí que no se trataba de mi novio si no de mi adorado cuñado Emmett. Pero ¿Que hacia el aquí?

- ¿Que haces aquí? – me voltee hacía el.

- Pues solamente pasaba por aquí y pase a saludarte - volvió a reírse con ganas.

- ¿Qué es tan gracioso? - pregunte aburrida.

- ¿Así seduces a Edward por las noches? - Pregunto señalándome.

Abrí los ojos como platos y baje la vista hacia mi short ¿Porqué me puse este short precisamente el día que a Emmett se le ocurre aparecer de la nada? Tome la manta que se encontraba en el respaldo del sofá y trate de
ocultarlo, aunque sinceramente esto empeoro las cosas ya que Emmett se había tumbado en el suelo mientras se partía de la risa.

- ¿Porqué haces eso? Tú eres un vampiro, no necesitas aire. – le reproche.

- Yo se pero Carlisle dice que debemos fingir a la perfección ser humanos ¿No? y claro como soy tan obediente le obedezco al pie de la letra. - En su cara se dibujo una risa de guasón, me ardían las orejas por mas que trataba de dejar a Emmett sin palabras nunca lo lograba a lo contrario el salía ganando.

Tome un cojín y se tire directamente a la cara, lamentablemente lo esquivo antes de que el cojín llegara.

- Bella ¿Por qué te tapas con la manta? - pregunto ya un poco serio, repito un poco serio.

- Por que no quiero que te sigas burlando de mí.

- Si claro, - bufó – bueno esta bien prometo no reírme más. – levanto su mano derecha.

Se levanto del suelo y se sentó en la silla, frente al sofá, con su mano me indico de que me sentara frente a el, dude un poco según recordaba Emmett nunca se comportaba así, de igual manera le hice caso y me senté.

- Isabella Marie Swan, tú y yo – nos señalo – tenemos que hablar muy seriamente.

- ¿Y precisamente de que vamos a hablar?

- ¿No se si Edward te comento el otro día sobre una charla que tuvimos? – Asentí – Eso quiere decir que ya tienes una idea de que se trata esto ¿Verdad?

- La verdad, no quiso contarme exactamente de que hablaron, solamente me dijo que nunca en su vida pensó que tu harías algo tan asombroso.

- ¿En serio eso dijo? Vaya y yo que pensaba lo contrario… ¿En serio dijo eso? – volvió a preguntar.

- Si, pero por más que le preguntaba sobre que habían hablado no me dijo nada, se limitaba a reír y cambiaba de tema… Pero tú si me dirás ¿Verdad?

- Por supuesto Bells, pero antes de empezar, al igual que con Edward te pondré tres condiciones.

- Condiciones – repetí casi en un suspiro.

- Así es, aquí van: Numero uno: no puedes interrumpirme, numero dos: podrás hablar cuando termine de hablar y numero tres: no te enfadaras conmigo.

- Emmett… Que cosas dices – estaba completamente segura que conforme conocía más a los Cullen estos eran cada vez más extraños.

- ¿Aceptas las condiciones o no?

- Supongo que no tengo otra opción, así que... esta bien, acepto tus condiciones. - A decir verdad esto me estaba empezando a asustar.

- Muy bien como sabemos todos, dentro de poco te casaras con mi hermano y creo que es mi deber, como tu futuro hermano-cuñado hablar contigo antes de la boda, ya sabes sobre unas cuantas cositas - dijo en tono pícaro y me guiño el ojo.

- Emmett eres un pervertido - dije con enojo y pena a la vez - ¿Como se te ocurre... en dado caso ese tema debería hablarlo con... que se yo Esme por ejemplo.

- ¡Ey! Recuerda nuestro trato - me recordó.

- Esto es absurdo de todos tú eres el más loco.

- Pero así me quieren - dijo en tono despreocupado - Tú reacción fue igual a de mi hermano, el hecho de que yo sea divertido no quiere decir que también lo que tengo que decir es igual - note el cambio de voz de alegría a tristeza.

No pude evitar sentirme mal, tenía que hacer algo rápido para contentarlo.

- Perdona, es que… este tema es un poco vergonzoso y créeme ni siquiera con Charlie me sentí cómoda hablando de eso.

- ¿Charlie hablo ya de eso contigo? – pregunto ya un poco mas animado.

- Si, y fue muy incomodo.

- Por eso mismo quiero hablar contigo de ese tema – dijo acomodándose en el sofá – yo se, esto te parece muy sospechoso pero confía en mi, estoy seguro de que esto te ayudara.

- No me pasara nada si hablamos – me encogí de hombros y me senté a la par de el – pero por favor trata de no ser muy… ya sabes muy – no podía encontrar la palabra correcta.

- ¿Detallista? ¿Pervertido? – trato de adivinar – ¿Directo?

- Exacto eso directo.

- Estas bien – sonrío muy ampliamente – no te prometo eso.

- ¿Porqué?

- Por que si no lo soy esto no será tan divertido.

- Tú siempre buscando la diversión – lo acusé. Y al parecer esto lo alegro más.

- Muy bien empecemos – se aclaro la garganta mientras yo daba una media vuelta para quedar de frente con el – antes de nada Bella no se si lo sepas pero realmente te tengo un gran cariño no tienes ni idea de cuanto te quiero. Por eso Bella, siento que debo hablar de muchas cosas antes de tu boda, por que una vez casada las cosas cambian. Por ejemplo la virginidad, nunca jamás en tu vida volverás a perderla, por eso tu primera vez debe ser inolvidable al igual que la de Edward.

- ¿Edward quiere que su primera vez sea inolvidable? – pregunte muy sorprendida.

- Si, bueno ya sabes que el nunca a tenido a una chica en su vida, ni siquiera siendo humano creo que por eso hace todo eso.

- Esto es extraño – dije lo más bajo posible

Esto era algo realmente espantoso ahora resultaba que Emmett quiere hacerla de "el maniático hermano sobre protector de la película" solamente que no estaba segura a quien estaba protegiendo.

- Muy bien… - deje la frase en el aire y me incorpore de mi asiento – creo que esto me esta espantando un poco así que mejor me voy a dormir un rato.

- Apenas vamos empezando, es mas ni siquiera hemos llegado a la parte más importante.

¿Hay más? – formule la pregunta en mi mente.

- Vamos Bells aun estoy entrando en calor – se levanto y volvió a sentarme en mi puesto – ahora espérame ya regreso.

Antes de poder decir algo ya había desaparecido, a los pocos segundos regreso, caminando a velocidad humana, con una gran bolsa roja en las manos, ocupo su puesto a la par mía otra vez.

- Esto es para ti, es un regalo…

- Les dije que no quería regalos de bodas – lo interrumpí.

- Yo se por eso este no es un regalo de bodas, considéralo como un simple presente, algo que te ayudara mucho.

- ¿Ayudara?

- Ya veras por que te lo digo, ahora ábrelo.