NUNCA SERÁ COMO TÚ
Allí estaba otra vez. La batalla contra Geese Howard se repetía una y otra vez en sus sueños.
-"¿Por qué?"- pensaba Terry, enfurecido-. "¿Por qué tengo que enfrentarme con él otra vez? Ya le derroté, creí que estaba muerto..."
La pesadilla le parecía tan real como la vida misma. Tantas y tantas noches soñando con la misma escena, y aún así…
Pero esta vez se cambiaron las tornas.
Tras el incesante intercambio de golpes, Terry ejecutó su movimiento final, el poderoso Power Geyser, que en una ocasión le ayudó a liberar al mundo de la presencia del señor del crimen para siempre. Al mismo tiempo, Geese ejecutaba también su movimiento más fuerte, el Raising Storm. Los dos ataques chocaron, y aunque en realidad había sido el movimiento de Terry el que había conseguido imponerse y derribar a Geese de su propia torre, en este caso sucedió al contrario.
El ataque de Geese impactó contra el cuerpo de Terry, lanzándolo hacia atrás. Él sintió cómo destrozaba la barandilla de madera al chocar su espalda contra ella y se precipitaba al vacío.
Para su sorpresa, Geese Howard alargó la mano y lo sujetó del brazo, evitando que cayera, tal como había hecho él mismo en la realidad.
-¿Por qué me sujetas?- preguntó Terry, a gritos.
Geese empezó a reír histéricamente.
-Nuestros asuntos aún no han terminado, muchacho- dijo, con su habitual sonrisa-. Tú tienes algo que me pertenece.
Terry no supo qué decir. Empezó a buscar rápidamente en su memoria, pero no conseguía averiguar a qué se refería Geese.
-Yo no tengo nada tuyo- gruñó-. Ahora déjame caer. Es lo que quieres, ¿no? Matarme.
-Te equivocas- dijo Geese poniéndose serio-. Tienes a mi hijo.
Terry comprendió al instante. No se le había ocurrido antes por el simple hecho de que había dejado de relacionar a Rock con ese cerdo que tenía delante desde hacía mucho tiempo.
-Ya no es tu hijo- dijo Terry, enfurecido-. Y nunca lo ha sido. ¡Tú no lo quisiste!
Geese volvió a sonreír.
-Puede que no, pero tampoco es el tuyo. Es un Howard, y siempre lo será. Nunca podrá escapar de su sangre. No importa lo que hagas con él, puedes enseñarle tus estúpidas técnicas de lucha, e intentar llevarlo por el "buen camino", pero nunca será como tú, lobo solitario.
Tras estas palabras, Geese soltó el brazo de Terry.
Terry cayó hacia su inevitable muerte, pero cuando estaba a punto de tocar el suelo se despertó de golpe, empapado en sudor.
Miró alrededor, desconcertado. El sueño había sido tan real que por unos momentos no conseguía ubicar el lugar en el que estaba. Hasta que se acostumbró a la oscuridad y se tranquilizó al descubrir las paredes de su habitación. Estaba en su cama.
Entonces notó un suave tirón en el pantalón de su pijama, y bajó la vista para descubrir a Rock durmiendo acurrucado a su lado y agarrado a él. Debía haberse colado en su cama mientras él estaba durmiendo...
Terry sonrió mientras le acariciaba el pelo con suavidad, recordando las palabras de Geese en el sueño: "Nunca será como tú..."
-No, Geese, te equivocas- dijo Terry, en voz alta-. Nunca será como tú.
