El presente es un pequeño aporte (en realidad es mi primer fic), inspirado en la serie Miraculous Ladybug. Considero que la principal responsable de que escriba esto es mi prima de 9 años… que me enseñó un episodio en latino de ésta serie (hace una semana) y luego de tener un maratónico fin de semana de ésta interesante serie animada (incluyendo los 06 capitulos en francés de la segunda temporada), me convenció que le escriba un "pequeño fic" (no sé a qué se refiere con "pequeño"… yo escribo lo que se me ocurre y ya). Así que... espero sea de su agrado (y si no lo es… no me "lapiden" con sus comentarios por favor).

Bien, antes de empezar, recalcar que los personajes del fanfic no me pertenecen, son todo obra y gracia de Thomas Astruc (espero haberlo escrito bien).

"Entre tus garras"

Capítulo 1

[...]

Era una tarde en la ciudad de París, Marinette regresaba a casa luego de visitar al maestro Fu, saludó a sus padres e inmediatamente se dirigió a su dormitorio, cansada y con más de una pregunta en su cabeza. Se recostó en el diván de su habitación y abrazó el cojín con fuerza, esbozó un suspiro - ¿Cómo esperan que una adolecente sea la heroína de Francia, obtenga buenas calificaciones y tenga tiempo para dedicarle a su pasatiempo favorito: diseñar?-pensó. Abrazó el cojín y cubrió su rostro con él.

Tikki, la pequeña kwami roja que la acompañaba a todos lados salió de un pequeño bolso rosa y se dirigió flotando hacia Marinette.

– ¡Estoy más que sorprendida Tikki! -susurró la peliazul aún recostada- entonces según lo que nos contó el Maestro Fu… Hawk Moth quiere nuestros Miraculous para obtener algo… ¿Qué clase de anhelo es el que desea cumplir? –Preguntó mientras se levantaba para mirar fijamente a su amiga- …no tengo idea de qué es lo que puede desear un ser como él-. Esbozó otro suspiro de pereza y se tumbó nuevamente en su diván -¡Pensar en ello me ofusca!– dijo mientras sostenía el cojín y se cubría el rostro.

– No podemos saberlo… pero es tu obligación detenerlo– dijo la pequeña kwami mientras flotaba alrededor de su compañera.

– Lo sé… si tan sólo supiéramos quién es él… -dijo mientras quitaba el cojín de su rostro para ver directamente a su kwami- …Por un momento creímos que se trataba de Gabriel Agreste… pero sacamos conclusiones muy rápido… supongo.

– ¡Tranquila!- trató de animarla Tikki- mañana será otro día… por cierto… ¿ya tienes los preparativos para la escuela?

– …Pero… ¿te imaginas?... si Gabriel Agreste hubiese sido Hawk Moth… ¿que hubiésemos hecho?- preguntó ligeramente ofuscada- …es decir… no me gustaría lastimarlo… yo lo admiro por su trabajo ¡Es un genio de la moda!... Pero, más allá de eso, es… ¡El padre de Adrien!… ¿Cómo se lo hubiese dicho? ¿Qué hubiese sido de Adrien?...

– No pienses en eso- le interrumpió- …será mejor que alistes tus cosas para mañana y descanses... tus padres se enfadarán contigo si descuidas tus estudios- dijo mientras se dirigía hacia el escritorio para acomodar sus cosas.

La peliazul esbozó otro suspiro– Si Tikki… tienes razón- dijo antes de revisar los pendientes que tenía para las clases.

[...]

Al día siguiente, todo parecía marchar con normalidad en la escuela, en la clase de Literatura Francesa, la maestra Bustier recogió los deberes y Alya trataba de convencer a su amiga peliazul para asistir a un festival…

–¡Pero vamos!, nos divertiremos… además será una oportunidad perfecta para preguntar a los asistentes sobre ¿qué opinan de Ladybug?... ¡algo así como una encuesta! –Susurró Alya a su amiga lo más bajo posible para no ser oída por la profesora.

– No creo que pueda Alya… –contestó susurrando Marinette– es día de semana, además tengo deberes acumulados- dijo. Naturalmente la joven no podía confesar que gran parte de su tiempo lo invertía en patrullar por la ciudad y luchar contra el mal, por lo que el poco tiempo restante tenía que dedicarlo a sus deberes como estudiante y como hija de una familia que administra una panadería.- …además…-susurró- Alya yo…

En ese momento, la profesora Bustier giró y mencionó – Si tienen mucho de qué conversar, pueden hacerlo fuera del aula de clase señoritas. Las dos jóvenes se sobresaltaron por haber sido descubiertas.

–Lo siento maestra… no volverá a pasar –se disculpó Alya mientras revisaba sus apuntes nuevamente.

– Disculpe profesora –Dijo Marinette ruborizada y agachando la cabeza por haber llamado la atención de la clase, pero más aún porque su compañero sentado delante de ella giró la cabeza para verla y sonreírle.

Luego de la llamada de atención de la maestra, Alya y Marinette continuaron con la clase sin dirigirse palabra alguna, pues más vale prevenir, antes que ser enviadas hacía la oficina del director.

[...]

Ya fuera del aula, Alya insistía en que era la oportunidad perfecta para actualizar su LadyBlog, subiendo un video de las opiniones de diferentes ciudadanos sobre los héroes de París.

– ¡Imagínate Marinette! –dijo animada- Un video de diferentes personas, niños, jóvenes, adultos… dando las gracias, o diciendo qué es lo que les gusta de Ladybug y Chat Noir… ¡quizás nuestros héroes lo vean y sepan que casi todo París los ama!, ¿No quieres acompañarme al festival de música electrónica? ¡Por favor!- le pidió a su amiga con un tono de voz suplicante.

– Alya… es que… de veras… tengo deberes…

– Suena interesante… – Dijo Adrien aproximándose a las chicas junto con Nino – …Si van, ¿nosotros también podemos acompañarlas? – dijo mientras les dirigía una sonrisa (su típica y sexy sonrisa) –…a Nino le gusta la música electrónica también ¿verdad amigo?.

– ¡Claro que sí viejo!, no nos lo perderemos, además mi amigo mañana no tiene clases de esgrima- dijo en tono de burla- así que no tendremos ninguna restricción esta vez.

– Bien Marinette… ¿qué dices? ¿nos vemos mañana? – Dijo Adrien con una amable sonrisa.

– Ehhh… C-claro! A mí también me gustaría que vayas… es decir… me gustas… digo… la música electrónica es lo que me gusta…

– ¡Bien chicos! Nos vemos mañana en la salida de clases, ¿les parece? –Interrumpió Alya mientras cogía del brazo a Marinette y les dedicó un guiño de complicidad a los muchachos.

– ¡Genial!

– Oki doki

Cuando los chicos se retiraron, Alya abrazó a Marinette y le dijo –¿De veras te das cuenta de todo lo que le dices a Adrien verdad? Jajajaja. No sé si por tu nerviosismo, o porque Adrien dijo que irá, pero… ya no puedes echarte para atrás amiga. –le recordó con una sonrisa.

– Aaaaaaay... Ya lo sé… ni siquiera sé qué es lo que he dicho…-dijo avergonzada- …pero… pasaré tiempo con Adrien ¡Que emoción!, –dijo sonriente–ahora… deberé dirigirme a casa temprano para avanzar mis deberes…

– Te acompaño, así avanzaremos más rápido… recuerda… dos cabeza piensan mejor que una… -dijo la morena animada, antes de que la campana sonara y diera inicio la siguiente hora de clase.

[...]

Al día siguiente luego de clases, los cuatro chicos se dirigieron hacia el festival de música en el centro de la ciudad de París, todo estaba lleno de color, había stands de comidas, souvenirs, artículos relacionados a la música y habían levantado un estrado que era en donde se presentaban los músicos. Alya no dejaba de tomar fotos para escribir un artículo en su LadyBlog.

– Genial, quien diría que habría tanta gente, me será más fácil grabar haciendo preguntas improvisadas en un lugar como éste, además de seguro nos encontraremos con nuestros compañeros de clase… ¿verdad Marinette?- preguntó la morena mientras sostenía a su amiga del brazo.

– Si… tienes razón… –contestó la peliazul. Observó por los alrededores, todo estaba concurrido-…ojalá no se presente algún akuma en un lugar tan concurrido como éste- pensó, pues no sería fácil encontrar un sitio donde poder transformarse con facilidad.

– Será un excelente artículo Alya y es un lindo detalle que quieras publicar un video con las opiniones de las personas para Ladybug y Chat Noir, de seguro les fascinará… ¿No lo crees así Marinette? –dijo Adrien sonriendo amablemente.

– Ehhh… Aja… Claro… –titubeó Marinette– seguro… es decir… Ladybug y Chat Noir… son nuestros héroes… y… de seguro ahora más que nunca necesitarán palabras de aliento por parte de los ciudadanos que rescatamos… digo… rescatan…

– ¿Ahora más que nunca? –Le dijo Adrien con mirada confusa.

– Claro… quiero decir… las últimas criaturas akumatizadas no han sido fácil de lidiar para ellos… ¿O no me vas a decir que Robostus fue fácil de detener? … Es decir… eso… lo vi en las noticias …supongo… fue un contrincante complicado.

– Vaya… –contestó el rubio– es verdad…-dijo mientras sujetaba su mentón con pose pensativa- además… quien diría que seres como los robots podrían ser akumatizados… ¿verdad?

– ¡Exacto! Es como si… de alguna manera… las cosas empezaran a ponerse más complicadas…-continuó Marinette.

– ¡Chicos! –Les interrumpió Alya– …veo que ambos son unos fans de nuestros héroes…-dijo animada- miren que estar al tanto de esas cosas… ni siquiera he publicado en mi blog al respecto jajajaja- sonó divertida.

– ¡Cierto viejo! Por un momento me dio la impresión de que estaban hablando en código y no podía formar parte de la conversación jajajaja- afirmó Nino.

Adrien y Marinette al darse cuenta de que se dejaron llevar por la conversación no pudieron evitar sonreír apenados y cambiaron inmediatamente del tema.

– Si… bueno… ¿por dónde empezamos Alya? – preguntó la peliazul a su amiga- mientras observaba los alrededores del festival.

– Bueno… pensaba que lo mejor sería ir hacia los que están en los stands de comida… alguno parecen no ser residentes locales… así que sería una buena alternativa preguntar su opinión sobre los héroes de París.-contestó la morena.

– Excelente idea chica… yo me apunto para cualquier cosa –comentó Nino.

– Bien, mientras tanto… me gustaría observar los alrededores si no les molesta chicos –dijo el rubio dispuesto a ir en dirección opuesta.

– ¡Excelente idea!, mientras Nino me apoya con unas cosas… sería genial que vayas con Marinette a conocer los alrededores… ¿verdad? –Dijo Alya codeando a Marinette mientras ésta se ruborizaba por los nervios.

– No espera… yo…-trató de evitar Marinette, pues por los antecedentes que tenía, lo más probable es que no pudiera dirigirle palabra a Adrien- …Alya…

– ¡Muy bien chicos!- continuó la morena fingiendo no haberla escuchado- …entonces nos vemos cuando la función estelar de inicio… que será en un par de horas –Comentó mientras le guiñaba un ojo a su amiga. Y fue así que las parejas se dispersaron entre la multitud.

[...]

La peliazul seguía a Adrien hacia los stands de suvenirs, y veía como su compañero miraba con gran asombro y felicidad todo lo que le rodeaba, no pudo evitar sonreír, consideraba que esos pequeños momentos mientras estaba junto al chico que le gusta eran dignos de ser atesorados en su memoria.

– ¿Y bien? ¿Qué te parece? –le interrumpió el rubio de sus pensamientos más profundos.

– ¿Eh? –despertó la peliazul.

– Las gafas de sol, ¿crees que debería llevarlos de recuerdo? –Le preguntó mientras colocaba unas gafas de sol sobre su cabeza– Ya sé que está atardeciendo… pero… ¿me podría ser de utilidad en días soleados verdad? –sonrío el joven a su amiga.

– Eh… claro…estás muy bien… digo… te quedan muy bien –atinó a decir Marinette mientras daba su aprobación con los dedos pulgares levantados.

– Gracias –contestó sonriente el rubio mientras seguía observando otros objetos en los stands, hasta que uno llamó su particular atención, era una especie de vincha con orejas de gato negro, los cogió y se los puso– ¿Qué te parece Marinette?... ¿me veo como el héroe de París? –dijo divertido haciendo gestos felinos con las muñecas.

– jajajaja… -el momento divertido hizo que la peliazul dejara a un lado los nervios por estar junto al chico que le gusta- …vaya… te ves lindo gatito –contestó, mientras cogía un antifaz negro del mismo stand– …Recuerda que el gatito debe mantener su identidad oculta jajajaja– mencionó mientras intentaba colocarle el antifaz al rubio –Listo, ahora si te pareces a Chat Noir… –dijo alegre. Marinette tuvo que acercarse a Adrien para colocarle el antifaz, estaban muy cerca uno del otro, sus ojos se cruzaron por un momento y esto causó que ambos se sonrojaron levemente– ehh… bueno, no sabía que eras un admirador de Chat Noir, jajaja– terminó diciendo Marinette.

–Ehh… bueno… confieso que ese Chat Noir me parece un sujeto atractivo, jajajaja–comentó Adrien ligeramente nervioso.

–jaja… lo es… y tal parece que le gusta llamar la atención y rescatar damiselas en aprietos… es todo un coqueto… –la peliazul suspiró– pero …a pesar de todo… es alguien en quien se puede confiar ¿verdad? –dijo con seguridad.

Adrien quien tenía aún el improvisado disfraz sobre su cabeza, miró atentamente a Marinette, estaba sorprendido de sus palabras y con un gesto para llamar su atención dijo en broma– Mi lady, es muy gentil saber que una linda señorita confía en éste felino –e hizo una pequeña reverencia en ademán de "imitar" forzosamente al heroico felino.

Marinette con el fin de seguir con el juego sonrió y dijo –buen intento Chat Noir, jajajajaja– Y ambos empezaron a reír juntos divertidos.

– ¿Sabes? –Comentó el rubio nostálgico–… es la primera vez que vengo a un lugar como este con mis amigos… honestamente, me llamaba la atención venir a esta clase de eventos… pero… con los deberes, clases extra curriculares y lo estricto que es mi padre… pues… es complicado…

– No te aflijas…-trató de animarlo- …Lo importante es que ya estamos acá y nos divertiremos con los demás, ¿No te parece? –Dijo la paliazul– ahora… vayamos con Alya y Nino.

– Ojala los encontremos entre la multitud –comentó el rubio mientras se quitaba los accesorios de Chat Noir de la cabeza y los devolvía a su lugar.

[...]

Alya se encontraba entre un grupo de jóvenes universitarios que disfrutaban de la música en vivo, ella y Nino se acercaron y mientras filmaba con su celular les dijo –¡Hey chicos!, ¿La están pasando bien? Soy la administradora del LadyBlog y estoy filmando frases de ánimo o gratitud para nuestros héroes Chat Noir y Ladybug… ¿hay algo que quieran decirle a nuestros héroes?

–¡Si… que son geniales! –dijo una joven al ritmo de la música

–¡Ellos me salvaron en el Museo de Lovre cuando me momificaron!, muchas gracias a nuestros héroes –dijo otro joven mientras levantaba su bebida en señal de hacer un brindis– ¡Salud por ellos!

– ¡Yo los vi en el Museo de Orsay! Son increíbles –manifestó otro.

–Si, son lo máximo… los amamos– dijo otra joven.

– Muchas gracias chicos– dijo Alya– esto lo publicaré en mi LadyBlog, ¡no se olviden de seguirme!

– ¡Esto es una locura! –Comentó Nino– además no veo a Adrien ni a Marinette por ningún lado, espero que estén bien.

– Lo estarán… no te preocupes, deben estar divirtiéndose –Dijo Alya con una gran sonrisa– vamos, allá hay una familia a la que me gustaría grabar– dijo mientras tomaba a Nino del brazo para dirigirse a su destino.

[...]

–Bien, definitivamente estamos perdidos… creo… –comentó el rubio con resignación– mejor miremos el espectáculo y esperemos que la multitud se disipe ¿no te parece? –miró sonriente a la peliazul que aún miraba a los alrededores para tratar de ubicar la dirección correcta.

Esbozó un suspiro– supongo que tienes razón –indicó resignada la peliazul. Por un instante pensó que sería complicado transformarme en un lugar como éste. Revisó su bolso, felizmente, todo estaba en orden.

– ¿Te ocurre algo Marinette?, estás muy pensativa… ¿Todo bien?- interrumpió el rubio.

–Ehhh…. Si… es solo que… estaba pensando… ¿te imaginas si apareciera algún villano en un lugar como éste?... Sería complicado para Ladybug… digo… para Chat Noir enfrentarlos con tanta multitud…–contestó un poco tensa.

Adrien, estaba sorprendido, de nuevo ésta chica tocaba el tema de Ladybug y Chat Noir, está al tanto de lo que ellos atraviesan… está al tanto de los akumas… está al tanto de muchas cosas que una persona común no tendría que saber, ¿es que acaso ella estaba preocupada por ese felino heroico?, de repente… sintió algo cálido en su interior… sólo como Chat Noir, Adrien Agreste se sentía lo suficientemente libre, libre de ataduras de protocolos, etiquetas, de órdenes de su padre… acaso ésta peliazul siente algo por ese gato negro que sólo llama la atención?, sonrió, pero no como las demás sonrisas… ésta era más cálida y le dijo –debes admirar mucho a Chat Noir si te preocupas por él– le dijo.

– ¿Que?... Esto… Quiero decir –titubeó nerviosa, no sólo por la cálida sonrisa que le dedicaba el chico que le gusta, sino también, porque estaba dando muchas pistas, a este paso… uno de sus compañeros de clase terminaría sospechando que ella es Ladybug– No… continuó, es sólo que me preocupo por Chat Noir, es decir… estoy más que agradecida, esto… el me ayudó en más de una ocasión, como decirlo…primero fue cuando akumatizaron a Nathaniel y después … cuando akumatizaron a mi abuela… ¡eso es!… en realidad… tengo mucha admiración y gratitud hacia Chat Noir… jajaja… ¿tú no? –Contestó nerviosa mientras sonreía.

– Pues… si debo sentir admiración y gratitud hacia alguien… sería para Ladybug… –suspiró nostálgico– ¿ella es increíble no crees?

– jaja… esto… supongo… jaja –dijo con una tonta sonrisa. Dicho esto, continuaron disfrutando del festival.

Muchos de los asistentes llevaban consigo antifaces de Chat Noir y Ladybug. Era la "moda" del festival: orejas y guantes de gato en color negro, antifaces, yoyos, etc, quizás Alya tenía razón, el festival era la ocasión perfecta que tenía para que la ciudadanía exprese lo que siente por los héroes de París, sea agradecimiento, cariño, o admiración, no se podría decir con certeza, pero a pesar que Chat Noir y Ladybug no se encontraban presentes, la ciudad los tenía en cuenta y de eso se dieron cuenta las identidades secretas de los héroes de París.

En ese momento, algo captó la atención de Adrien y Marinette se dio cuenta de ello, él giró su cabeza raudamente y parecía que entre la multitud buscaba a alguien más.

Marinette vio que el rubio se alejaba, así que fue detrás de él… –¡Adrien espera!, ¿Qué es lo que ocurre?

– Creo que… me pareció verla –dijo algo ruborizado.

– ¿A quién? ¿A los muchachos? – contestó la peliazul.

– ¡Allí está! –contestó el rubio, no sin antes acercarse a un grupo de jóvenes con antifaz– ¿eres tú verdad? – y sujetó el brazo de una de ellas.

La joven estaba vestida de rojo y tenía puesto uno de los tan populares antifaces de Ladybug –miró fijamente al rubio que la sujetaba del brazo y le dijo– ¿Tu eres Adrien verdad? …¿De la clase de esgrima de la escuela Francoise Dupont?– dijo mientras procedía a quitarse el antifaz.

– ¿Ka… Kagami? –Contestó Adrien perplejo –…Lo siento, por un momento creí que eras…– En ese momento se dio cuenta que aún estaba sujetándola del brazo –Ahh… disculpa mi atrevimiento– dijo mientras soltaba a la joven asiática.

Marinette presenció la escena, en realidad, no consideró que fuese algo de qué preocuparse, todo indicaba que Adrien confundió a la joven esgrimista con alguien más. En ese momento se dio cuenta –espera, ¿la joven esgrimista? ¿ella es la joven talentosa en el esgrima de la otra vez? ¿la que retó a Adrien? ¿la que fue akumatizada?– Pensó. De repente vinieron una serie de dudas, y de pensamientos confusos que relacionaban a Adrien, ¡su Adrien!, con Kagami, ¡esa Kagami!, la que es buena en el esgrima, por ende tienen algo en común, es linda físicamente, y por la ropa que lleva puesta y el porte que maneja, de seguro proviene de una familia noble, nuevamente ideas locas venían a su cabeza –¡¿Cómo es que de entre tantas personas, tenían que encontrarse acá?!– pensó, pero no podía dejarse amilanar, es decir ella tenía si o si que intervenir en la conversación entre ellos. Entonces, pese a que estaba algo nerviosa, atinó a decir. – A… Adrien… ¿T… todo bien? – preguntó ligeramente preocupada.

– Allí están chicos, ¡al fin los encontramos!– gritó Alya mientras se acercaba con Nino hacia sus amigos –¿Está todo bien acá?

– Chicos, les presento a Kagami, ella es una… amiga – mencionó, a lo que Kagami atinó a voltear a ver a su… ¿amigo? … esa palabra le parecía tan poco frecuente, ella estaba acostumbrada a llamar compañeras a las chicas con las que estudiaba, y compañeros a aquellos con los que practicaba esgrima. ¿Amigos?, esa palabra no era muy frecuente en su vocabulario, de hecho, se podría decir que las únicas personas en las confiaba eran en su madre, su ejemplo a seguir en el esgrima y su abuelo, aquel que le enseñó lo elemental del referido deporte, así como los principios que hace a una persona que sea un buen deportista, se podría decir que gracias a su abuelo y a su madre, Kagami tenía un personalidad tranquila y pasmada, lo que algunas personas podían catalogar como una actitud fría para una joven de su edad.

– Mucho gusto en conocerlos, mi nombre es Kagami Tsurugi –dijo mientras realizaba un pequeña reverencia, quizás algo típico de su cultura oriental.

– Encantada, no necesitas ser tan formal, somos de la misma edad ¿verdad? –le dijo Alya sonriente.

– Viejo, cualquier amiga tuya… es amiga mía –contestó Nino mientras hacía un gesto típico de él con las manos.

– Encantada… Kagami –finalizó en decir Marinette con una sonrisa, la cual no reflejaba lo que le preocupaba en el fondo. Podía llegar a armar un pequeño drama con tantas ideas locas en su cabeza.

– Y dime, ¿cómo es que estás en un lugar como éste? –atinó a preguntarle Adrien a Kagami.

– En realidad… suspendieron las clases extra curriculares en mi escuela y… los chicos de mi clase decidieron venir a éste lugar, y en vista que todavía tenía tiempo antes de que vengan a recogerme… pues… consideré que sería una oportunidad para conocer esta clase de eventos –contesto algo apenada la asiática.

– ¡Chica! Cuando te veo a primera impresión… me recuerdas a alguien… –dijo Nino– ¡Eso es!, ¡se parece a ti Adrien!

– ¿Que? – atinaron a contestar al unísono Alya y Marinette sorprendidas, mientras que el rubio miraba con asombro a su amigo.

– ¡Claro! –Reafirmó Nino– Da la impresión que no sales mucho de casa y no tienes muchos amigos…

– ¡Muy bien!… -interrumpió Adrien- …vamos a dejarlo acá –dijo el rubio mientras abrazaba a Nino –…mejor vayamos a acercarnos al estrado para ver quienes se presentarán –mencionó mientras invitaba a los demás a ir con él.

– ¿Y bien? ¿Lo tortolitos aprovecharon al máximo su tiempo a solas? –susurró Alya a Marinette, mientras ésta se sonrojaba.

– ¡Si!... en realidad no sabes cuánto te agradezco que hayamos venido todos –susurró, mientras caminaba distraída junto a su amiga– hoy siento que he… conocido un poco más a Adrien… ¡amiga te debo una grande! –lo dijo mientras extendía ambos brazos hacia arriba y entonces… -Estoy tan…

– ¡Auch! –se oyó desde atrás.

– ¡Lo siento mucho! –dijo Marinette mientras atinaba a girarse para ayudar a quien sea que haya golpeado de casualidad– déjame ayudarte por favor –dijo mientras se agachaba para recoger algunas de las hojas que el joven tiró sin querer– estos son… ¿partituras?... yo lo siento mucho, es mi culpa por no tener cuidado en un lugar tan concurrido como este –continuó disculpándose mientras recogía las hojas.

Alya también había procedido a ayudar a su amiga.

– No te preocupes- contestó el joven mientras recogía algunas de las hojas- …no es para tanto, sólo son unos apuntes improvisados –dijo con amabilidad.

Marinette se cercioró que no haya nada en el suelo que pareciera ser del joven, levantó la cabeza para devolverlas las partituras y su mirada se cruzó con la del chico alto a quien había golpeado de casualidad, no parecía pasar de los 16 años, tenía el cabello oscuro con las puntas algo… ¿rojizas?...con grandes ojos color escarlata, un estilo baste particular, casi todo de negro y… ¿acaso lleva un aro en una de sus orejas? Un chico atractivo pensó improvisadamente –¿Ese estilo, esos ojos, me recuerda un poco a… Juleka?– se dijo mentalmente –¿por qué me mira tan fijamente?– se dijo así misma mientras se ruborizaba por el contacto visual.

– Muchas gracias…–dijo el joven mientras se reincorporaba.

– Marinette… reacciona… –susurró Alya mientras codeaba sutilmente a su amiga.

– Ahh… disculpa de nuevo… -dijo la peliazul.

– No te preocupes…

– … espero nos disculpes, nos dejamos llevar por el momento y no veíamos por dónde íbamos- dijo la morena en nombre de las dos.

– Descuida… suele pasarme… a veces… supongo… – mencionó divertido el joven antes de retirarse dirigiéndole una sonrisa a las chicas, luego se perdió entre la muchedumbre de gente.

– Se veía una persona agradable… tuvimos suerte amiga… –sonrió Alya– ¿Marinette? …¿Todo está bien?

– Mmmm… si… supongo… es solo que… se me hizo conocida esa persona…

– jajajajaja… no me digas… ¿que ahora te gustan los góticos punk's?... jajaja además de eso… ¿ya te olvidaste de Adrien? –bromeó su amiga mientras sujetaba a la peliazul del brazo para seguir su rumbo.

– Ehhh… ¿Adrien?, es verdad… ¿dónde están los chicos? ¡¿no me digas que está a solas con Kagami?!

– Descuida… los encontraremos…–Dijo Alya en lo que animaba a la peliazul, y fueron a juntarse con sus amigos, con la finalidad de pasar un agradable rato en el festival de música; en lo que respecta a Marinette, se encontraba algo fastidiada, pues Adrien había dedicado gran parte de su atención a Kagami, motivo por el cual la peliazul, algo resignada, acompañó a Alya y Nino en lo que restó de la noche.

[…]

Adrien se encontraba en su habitación, había pasado una excelente tarde/noche con sus amigos, y no pensó que encontraría a Kagami entre la multitud, es más… por un momento creyó que se trataba de alguien más… ¿alguien más?, ¿acaso por un momento creyó que se trataba de su heroína?, ¿su compañera en momentos de lucha?, Adrien se tumbó en su cama.

– ¿En qué estaba pensando?... como pude confundirme… por un momento… yo creí… –sacudió su cabeza– no, es imposible, mi lady nunca se expondría de esa manera.

– Claro, ella no sería como tú– dijo Plagg, que se había escabullido de la camisa del rubio para tomar un trozo de queso camembert de una fuente que se encontraba en uno de los muebles.

– ¿A qué te refieres?– le recriminó el rubio mientras alzaba la cabeza.

–Que… esha ño se colocaría un antifaz y un yoyo de juguete…ñam… para coquetear como tortolitos… ñam – le contestó el kwami mientras se devoraba un cuarto trozo de queso– ¿qué hubiera pasado si esa niña te reconocía como Chat Noir?, recuerda que tú ya la has defendido más de una vez de los akumas.

– No creo que lo haya hecho… además por un momento creí que si mi lady andaba entre la multitud… quizás… ella…–contestó Adrien nostálgico– por eso, llegué a pensar por un momento que Kagami era…

– espera… ¿qué? ¿Kagami?... jajajajaja… todo indica que eres un galán en busca de damiselas – le contestó Plagg en lo que se recostaba y frotaba su estómago por lo satisfecho que estaba– Esa joven es linda y se ve de buena familia… me recuerda un poco a ti cuando te conocí… claro una versión más linda… y más femenina de ti… jajaja- dijo divertido.

– Ay… ya cállate Plagg, es una amiga, mejor ya vámonos a dormir.

– Ok, galán– respondió en modo de burla para luego acostarse sobre el mueble de la habitación.

Continuara…