Título: Operación Costa Rica
Autora: FanFiker_FanFinal

Pareja: Alemania/Italia (GerIta)
Rating: NC-17
Género: Romance, Humor

Universo: Canon
Disclaimer: Hetalia es propiedad deHidekaz Himaruya, nada más y nada menos.

Notas de autor: Pues sí, el mundo de Hetalia me ha cautivado y como no he visto demasiadas historias GerIta, aquí vengo a dejar mi granito de arena. Mi primer fic, ligerito y sin trama. Se agradecen opiniones.

Resumen: Italia visita Costa Rica para contemplar los maravillosos paisajes… ¿o era su fauna y su flora? ¿Quizá sus mujeres? Italia no dice nada… tal vez esté más interesado en la potencia que lo acompaña.


OPERACIÓN COSTA RICA

FanFiker_Fanfinal

1. Viajando con Alemania

Italia bosteza tras las once horas de viaje en avión. A su lado, Alemania lo mira como si fuera el decimoséptimo bostezo (los ha contado), irritado porque además ha estado cuatro de las once horas durmiendo y las otras siete preguntándole cosas sin parar porque así es Veneciano.

"¿Esto no se cae, Alemania?"

"Nunca he volado en avión, pero prefiero sentir la brisa en mi rostro, como cuando voy en coche".

"Ve~, ¿por qué tenemos que estar sentados todo el rato?"

"Alemania, Alemania, ¿qué haces?"

"Me canso, Alemania, juguemos al fútbol"

El sajón, como siempre, tiene que hacer de tripas corazón y soportar estoicamente todas las molestas preguntas del italiano sin rechistar. Y luego la gente se pregunta el motivo de su ceño en la frente. Ha aumentado desde que esa nación está a su lado.

Han viajado a Costa Rica. El país había sido presentado en la última reunión por Estados Unidos junto a un programa de protección de costas y reservas naturales y la costarricense hizo amistad con Italia de inmediato, nadie sabe por qué. Como buen anfitrión, lo invitó a pasar unos días en su país e Italia del Norte no dudó en llevarse a Alemania como compañero, a pesar de la bronca de su hermano Romano.

"¿Que cruzas el Atlántico con el machopatatas? ¿Estás loco?"

"Ve~, fratello, me invitó Costa Rica".

"¿Y por qué no vamos tú y yo?"

"Porque tú echas de menos a España"

"¡Ni loco! Qué poco me conoces, fratello. Tengo ganas de perder de vista a ese figlio di puttana".

"Ah. Me alegro. No sabía cómo decirte que España me ha ofrecido dormir en su casa. Desde Madrid salen vuelos directos a Costa Rica y no tengo que hacer escala en Estados Unidos".

"!Bastardooooooooooo!"

El aeropuerto de San José, la capital, es un ir y venir de coches y varios taxistas se les acercan, ofreciéndoles sus servicios. Italia sonríe a todos, saludando como buen latino, mientras Alemania lleva ya un rato estudiando una guía del lugar. Un poco más allá de los taxistas hay un moreno de cabello negro y muy corto que lleva un cartel con sus nombres. Es Omar, que les hace una parada de cortesía para ofrecerles un cóctel de bienvenida. Dos guías extienden un enorme mapa sobre la mesa y les indican el itinerario a seguir: primero, Tortuguero, después, Arenal y finalmente, Manuel Antonio. Serán ocho intensos días de vacaciones e Italia ya está saltando en la silla de pura excitación mientras Alemania toma notas como un desesperado, hasta que uno de los guías le recuerda que se relaje, pura vida, y le tiende un panfleto con información.

Omar les lleva de nuevo en furgoneta hacia su hotel, el Tryp Sabana, situado en la zona de Colón y a veinte minutos del centro de San José. El personal es muy amable y servicial y les acomodan en una estupenda suite junior. En cuanto Italia entra en la habitación comienza a curiosear.

—¡Alemania, Alemania, mira qué vistas hay! —se gira y ve una estupenda silla de ejecutivo en la que comienza a dar vueltas—. Oooooooh, Alemania, esto es muy cómodo, ven a probar —a continuación inspecciona el baño y ve un enorme hueco para dejar las maletas—. Oh, aquí podremos poner la maleta de Alemania, que es más grande.

La nación no escucha a Italia. Ha entrado en la habitación y se ha quedado congelado al ver una enorme cama de matrimonio con varios cojines, aparentemente muy cómoda y moderna. Y se sonroja. Y decide que no podrá dormir ahí con Italia.

De inmediato llama a recepción y les explica el problema. En ese instante, Italia aparece para informar que ha encontrado un sitio estupendo para su maleta, y es como si le asestaran una puñalada. Ahora se lo tiene que explicar.

—Eh. Italia. Como… como te gusta tanto, dejaremos tu maleta ahí, y así tendrás todo este cuarto para ti —Italia lo mira, suspicaz, y esos ojos inocentes vuelven a constreñirle el estómago.

—¿Mm, veeeeeeee~? —dice, en el poder de la elocuencia.

—Van a darme otra habitación —suelta de golpe. La reacción del italiano no se hace esperar.

—Pero ¿por qué? ¿Alemania no está a gusto aquí? ¿Prefiere un cuarto más grande? Ve, podemos pedir otro si este no te gusta —entonces contempla la cama y ve que es ligeramente ancha pero extrañamente corta—. Ah, ya sé. Alemania no cabe en la cama.

Y no es que el italiano se equivoque, quizá le sobresalgan los pies si Alemania se tumba ahí.

El teutón se sonroja, tose, y no sabe qué decir. Finalmente, opta por asentir y entonces Italia comienza a recoger sus cosas, entendiéndolo todo mal.

"¿Por qué me meteré en estos líos?", piensa Alemania, mientras sube alguien de recepción y le entrega una tarjeta imantada.

—Le hemos dado otra suite igual a la de su compañero en la planta cinco para usted. Díganos si hay algo más que podamos hacer —El alemán mueve la mano y el otro se retira. Italia se cuelga de su brazo, sus enormes ojos color miel llenos de lágrimas, comprendiendo.

—¿Te vas sin mí, Alemania?

—Es solo por la cama —asegura éste, e Italia lo deja marcharse todo compungido; por supuesto, montando un drama.


Comienzan los problemas de Alemania... pero esto no es nuevo.

CONTINUARÁ