Les tradujo este increible fanfic ruso. Espero que les guste tanto como a mi. Sus autoras son R_Just_R y Alexandra Angel. La sinopsis en la siguiente:

"Los países no se enamoran de las personas. Esta es una regla obvia, una ley no escrita, todos los cuales realizan. Después de todo, ¿que es la vida de una persona en comparación con la vida del país? Así es, sólo un momento."

Si no comprenden porque la autora eligio a Francia, Prusia y Alemania como amigos de Rusia, es muy simple: Esos 3 paises comparten MUCHA historia con Rusia. Pueden buscar mas informacion en la Wikipedia en ingles o en ruso sobre las relaciones entre esos paises. Les aseguro que se sorprenderan.

Nota de la Autora Original: Todo comenzó cuando empecé a mirar "The Age of Adaline". Es un tema tan conmovedor y tan hetaliano, que decidí escribir sobre ello.

¿De qué habla la autora? De esta película:

"El secreto de Adaline (originalmente The age of Adaline) es una película romántica y fantástica dirigida por Lee Toland Krieger y escrita por J. Mills Goodloe y Salvador Paskowitz. La película está protagonizada por Blake Lively, Michiel Huisman y Harrison Ford y fue estrenada el 24 de abril de 2015.

Adaline Bowman es una mujer nacida el 1° de enero de 1908 que, en un paseo con su madre, mientras admiran la vista del inconcluso pero en construccion puente Golden Gate, conoce a su primer esposo, un ingeniero, con quien tiene una hija llamada Fleeming. Posteriormente su esposo muere y Adaline tiene un accidente. En ese momento, un rayo cayo sobre el vehículo y causa un triple efecto: su corazón se reanima, su cuerpo sale del estado de hipoxia y ella se hace inmune al paso del tiempo."

Lo otro... se lo podran imaginar.

Ahora si. Disfruten la lectura ;)

Todos Nosotros No Duramos Para Siempre

Ivan sacudió la cabeza con reproche, bebiendo cerveza. Es cierto, eso pasa por ir a bares baratos. Sí, y todo para rendir homenaje al propietario. Gilbert siempre sabía dónde reunir a los amigos después de la cumbre.

Y ahora, Rusia, Francia y Alemania se encontraban sentados en el pequeño bar, escuchando cuentos, "Del Amor".

Inicialmente, la conversación era todo lo contrario a la de ahora; los hombres se reían e interrumpían el uno al otro, pero de alguna manera extraña una conversación cualquiera fluía en una pista para temas más escrupulosos.

Con algunas partes incluso "Prohibidos".

–Enamorarse de una persona ¡Estúpido! –Gilbert resopló–Es como la caída al amor de un gato por un perro –.

–O de una rana a un gallo–sonrió Braginsky, esquivando un manotón amistoso.

Alemania bebía poco, tratando de no participar en altercados con los hombres achispados. Sin embargo, el alcohol podría ser muy malo para los países: Te enturbia la percepción de lo que te rodea y afecta a determinadas partes del organismo.

–Tontos, no entienden que le puede suceder a cualquier persona – Comento con resentimiento desestimado el francés, señalando al camarero para verter un poco de vino. Negaba ingerir Cerveza, en referencia a un sabor desagradable. Sin embargo, los amigos sabían que Francis simplemente para sentirse más holgado y con más confianza, mantenía sus dedos detrás del delgado vidrio transparente curvado.

–Kesese –Carcajeó Gilbert, derramando el contenido de la taza sobre el mostrador– No soy un tonto para caer por los mortales. Pueden no ser más que una moda pasajera. No está mal, sin duda, pero no memorable–Baylshmidt bebió un poco de cerveza, y luego con un accidente ponerlo sobre la mesa, apuntando a Bonnefoy–Aquí tienes ¿cuántos eran? –

El francés vaciló. La pregunta, por supuesto, era retórica. Todas sus pasiones mortales no se contaban como estrellas en el cielo o como los granos de arena en la tierra. Pero él continuó tenazmente a mantenerse firme, sintiéndose el más sabio en los asuntos del corazón. Y entonces valdría la pena estar de acuerdo con él.

–Te digo que no es sobre el romance de una noche, sino de amor ¿No te encanta el tiempo que no puedes distinguir?–.

Alemania se estremeció y hundió sus ojos en la copa, tratando de no llamar la atención sobre el hermano molesto. Francia, sin embargo, vio el gesto, pero no tocó al pobre hombre. Gilbert no dejo de sonreír, lo que demuestra en absoluto que no ha vacilado. Rusia se limitó a sacudir la cabeza de nuevo.

–Enamorarse de un país, es una cosa, pero de una persona, es otra cosa–.

–Para mí es lo mismo–.

–Igualmente peligroso–Por experiencia asintió Ivan, bebiendo un sorbo de su taza por una gran cantidad de tiempo.

–Sí, todo eso es peligroso para nosotros– Recogió su tema favorito "Pobre, desgraciado país que…" el francés, empujando con aire taciturno el vino sin terminar– Guerras, los fenómenos naturales, la política de nuestro estado… ¡Recuerden América, después de todo! –.

Los tres se torcieron. El colapso de los EEUU era un tema que no les gustaba tocar. Hace algunos años hubo una severa crisis económica, lo que perjudico especialmente a los Estados Unidos. El hombre cayo gravemente enfermo y se desvanecía ante nuestros ojos, pero nadie creía que iba a durar mucho tiempo. Todos incluso se regodearon un poco, por fin se encontraba ahí. Incluso Inglaterra se burló de su pupilo anterior, a pesar de que se sentía francamente como una mierda.

La economía del país había caído en la noche del 4 de julio. Es simbólico. En ese mismo momento en que su economía colapso, Alfred desapareció sin dejar rastro, como la Antigua Roma o su compañera Grecia.

Los países sintieron algo cercano a un nudo en la garganta. Su condición también era repugnante, pero aun así todos nos sentíamos un poco culpables por la muerte del hombre.

Arthur insistió en cuidar al muchacho en una tensa normalidad, siempre estuvo muy cerca de él, como Francia y Canadá, incluso a pesar del mal estado de salud del último (El hermano de América apenas podía estar de pie).

Ivan no vino a ver, y si pudo ir… no se lo permitirían, por lo que acabo una botella para beber otra. Él no sabía porque le duele tanto su estúpida falta, ese niño irritante. Tal vez… porque en un momento fueron amigos. Tal vez porque sabía. Ahora él está consciente de algo que nunca debió perder de vista.

Pero los años pasaron, todo volvió a la normalidad, la crisis ha llegado a la nada y la economía entró en un poco inusual, pero estable canal. Y sólo un recordatorio de la tragedia que pasó: El espacio vacío del representante de los Estados Unidos.

La primera vez que había esperado al país, Alfred apareció otra vez, pero en mal estado y su gobierno optó por dejar la personalización. Ahora las negociaciones serian con el presidente. Y poco a poco se acostumbró, pero el incidente en sí mostró la frágil naturaleza muerta del país. Después de todo, Estados Unidos no era un hombre débil. Era una superpotencia, sobrevivió a la Gran Depresión, a la Guerra Civil, a una serie de graves disturbios y ataques terroristas ¿Quién habría pensado que un tipo tan batallador no pudo simplemente sobreponerse, cayendo al abismo?

–Disculpen, me voy a retirar– Ivan salta de su silla, lanzando un par de billetes al camarero por las cervezas– Mañana es un día difícil. Tomare un avión para los Estados Unidos–.

–Oh, buena suerte querido– Le da una palmadita en el hombro Francis.

Los hombres se dan la mano, y rápidamente sale del local Braginsky.

O - O - O

Ivan se derrumbó en el primer banco que encontró en Central Park, Nueva York ¿Cuánto tiempo ha estado en esta ciudad? Por lo general, todas las conversaciones se llevan a cabo en Washington, ciudad elegida previamente. Y… en cierto sentido, Rusia estaba contento. Amaba esta ciudad.

La verdad es que, por más que la reunión fuera en Nueva York, le echaba a perder el estado de ánimo al imaginarse como seria. Cuando estaba Alfred, era mucho más fácil. Se pelearon, lucharon, calmaron y acordaron. No había ninguna necesidad de fingir y jugar que eran intelectuales. Los dos estaban bajo su propia cuenta, por así decirlo. Con los presidentes era diferente. Sonrisas falsas, cortesía forzada. Toda esa hipocresía era terriblemente agotadora y los problemas se resolvían de modo mucho más lento. Aquí y ahora tenía que permanecer en los Estados Unidos durante un par de días.

Decidiendo que es necesario animarse de alguna forma, Iván se dirigió a la cafetería más cercana, para pedir un café y pensar en el ambiente acogedor de los restaurantes americanos. Hubo una vez que hizo lo mismo con Estados Unidos después de una reunión favorable...

Braginsky despidió de si esos pensamientos innecesarios y se sentó en un pequeño sofá, esperando al camarero. En los días de semana, las personas no eran numerosas y la cafetería parecía vacía y un poco fría, pero la música agradable del país acarició su oído, vaciando profundamente de su corazón todo lo malo. Cada nota avivaba el fuego en su pecho. El hombre se calmó gradualmente.

–Aquí tiene su menú– Oyó de una voz amigable desde arriba. Ivan levantó la cabeza para agradecer, quedándose congelado, sintiendo asfixia al quedar sin aire.

Ante él había un hombre de dieciocho años con el cabello despeinado color trigo y con unos profundos ojos azules, escondidos detrás de unos lentes. Él esbozó una sonrisa. Esperaba el Menú y obedientemente su orientación. Con impaciencia tiro el delantal negro de su cintura, revelando de inmediato su carácter. Rusia miro la placa.

–¿A-Alfred?–.

El chico levantó las cejas con sorpresa, probablemente debido al ver a su cliente un poco asustado.

–Disculpe ¿Nos conocemos?–.

Braginsky no podía desviarse de la conmoción. Apenas movió su cabeza y Alfred, prometiendo venir más tarde, rápidamente se retiró, al parecer, tomándolo por loco.

Iván lo miro fijamente por donde paso, y luego con toda su fuerza se pellizco a sí mismo la mano, dejando un rastro.

Duele… Así que no dormía.