N/A: Disclaimer: Nada de Harry Potter me pertenece, ni los personajes de los libros o de las películas. No gano dinero por escribir esta historia. Todo pertenece a J.K. Rowlling, Bloomsbury books, Scholastic Inc., Warner Brothers y demás implicados.

Esta historia fue remodelada, nuevamente beteada y se añadieron nuevos capítulos. Sólo seré capaz de actualizar cada tres semanas por lo menos por un tiempo, pero actualizaré.

Gracias, querido lector, por tu paciencia.

Escrito para: thematic_hp ronda cuatro, esclavitud. Tema 74.

Sumario: Draco descubre que su destino es ser un concubino. No contento con esto, lo mejor que puede hacer es tratar de escapar, pero el hado/destino/profecía (cualquiera) son cosas engañosas…

Gracias a Cyndie Lue por ayudarme tanto con el remodelado *la estruja*

N/T: Cari, gracias por el rápidi-beteo. Lau, muchísimas gracias por tu paciencia y ayuda.



Cuando Draco Malfoy tenía siete años, su padre le dijo que era especial: le dijo que estaba destinado a ser el consorte de un mago poderoso. A esa edad, parecía algo maravilloso; pensó que sería lo que Lancelot fue para el Rey Arturo. Él y su rey tendrían aventuras y matarían bestias míticas. Cabalgarían juntos a través de bosques y prados, rescatando princesas y jamás se separarían.

No se le permitió tener amigos ya que era diferente, así que, en lugar de eso, creció solitario, poblando sus sueños con héroes.

Cuando tenía once años, se enteró de lo que realmente era y que el rey al que serviría se llamaba Harry Potter. Su futuro amo había matado a un malvado mago cuando sólo era un bebé; era el mago más poderoso del mundo. Un día él regiría y Draco estaría a su lado.

Pero luego conoció a Harry Potter y se dio cuenta de que no era poderoso ni fuerte; era un niño como él, desaliñado y travieso, chispeante de vida. Que lo rechazó y despreció. Durante un tiempo, Draco se preguntó si Harry sabía lo que era e imaginó que tal vez esa era la razón por la que él no le gustaba. Pero ciertamente, de acuerdo con su padre, ser un consorte, un Concubino, era algo raro y precioso. Él era raro y precioso, ¿no?

Intentó de todo para que su príncipe lo notara, ya que era mejor ser odiado que ignorado. Pero Harry parecía no querer a Draco en su vida, por muy raro y precioso que pudiese ser; al parecer, lo detestaba. Así que, éste, decidió que no quería pertenecer a Harry Potter; él no pertenecería a nadie. Era un príncipe por derecho propio, ¿o no? Sería valiente y fuerte por cuenta propia.

Pero, aún así, su padre siguió afirmando que un día estaría obligado a servir a Potter. No había elección. Había sido profetizado y ¿quién se creía Draco que era para ir en contra de una magia tan fuerte? ¿Quién se creía él que era para rechazar su destino?

Esa fue la primera vez que Draco entendió que el derecho de elegir no era para él; tendría que obedecer, primero a su padre y después a su amo. Tendría que obedecer a la magia que le obligaba.

Cuando Draco tenía catorce años el "Señor Tenebroso" regresó y las cosas cambiaron. Se enteró que sería éste poderoso mago, y no un niño en proceso de crecimiento, el amo al que debería servir. No tenía nada que decir al respecto; no se le permitió dar una opinión, era un Concubino y su cuerpo no le pertenecía. La profecía decía que Draco tenía que servir a un poderoso mago oscuro… ¿Quién más podría ser, sino Voldemort?

Su padre se había estado equivocado al pensar que Potter sería oscuro. Ya estaba todo decidido y Draco había perdido. Servir a Potter era un destino con el que podría haber lidiado, pero ser el esclavo del Señor Tenebroso lo helaba hasta lo más profundo de su alma. No obstante pretendió, incluso para sí mismo, que estaba orgulloso, como sólo un Malfoy debía estar, de llevar honor a su familia. Lograría el prestigio y la admiración para su padre y madre, porque era una criatura extraordinaria. Su cuerpo compraría la libertad de éstos ante el Señor Tenebroso y sus padres podrían tener otro niño para que fuera el heredero en su lugar.

Su padre fue encarcelado cuando cursaba el quinto año y Draco pensó que estaba a salvo, que no llegaría a cumplir ningún horrendo destino. Podría vivir una vida normal, crecer como un mago común y corriente, casarse y tener hijos. Claramente su madre no lo traicionaría; ya no habría necesidad que alguien se enterara jamás de lo que era.

Pero se equivocó.

Se vio atrapado por las circunstancias y, con el fin de mantener a su madre segura, estuvo obligado a realizar algo en lo que no podría tener éxito. Falló de manera espectacular. De un momento a otro se halló a sí mismo transitando un camino con dos vías, luz y oscuridad. Tenía la esperanza de podría evitar su destino manteniéndose sobre ese camino hasta que la guerra hubiese finalizado.

Más equivocado no podía estar.

Cuando tenía diecisiete años fue capturado por fuerzas de la oscuridad y llevado ante el Señor Tenebroso, aquél que sería su amo. Lucius fue liberado; se posicionó, orgulloso, al lado del que los gobernaría y libremente le dio a este señor su único hijo, aparentemente sin remordimiento alguno. Draco tembló y suplicó. Su estómago se rebeló cuando se le informó su nuevo papel. "Concubino" no tenía el mismo significado que "Consorte" y por lo tanto él no gobernaría igualitariamente al lado de un rey, como siempre había fantaseado. Sería simplemente un juguete por el resto de su vida, una posesión ¡El esclavo sexual del Señor Tenebroso! Éste, entonces, había sido el plan de su padre… ése siempre había sido su destino.

Finalmente, Draco supo todo y se desesperó.

Los ojos de Narcissa estaban rojos y sus mejillas húmedas por las lágrimas cuando le dijo adiós a su hijo, y su padre la alejó de su vida. A pesar de su desesperación, Draco estaba complacido porque, por lo menos, podía comprar su seguridad, ya que el regalo de un Concubino de su calidad y crianza era un hecho inusual. Su existencia le permitiría a sus padres la libertad, sus vidas –un lujo que ya no tenía él.

Fue llevado lejos y debidamente preparado para ser reclamado por su amo. Lo desnudaron y le pusieron un pesado collar en el cuello; ya no era un humano. Los hombres que lo prepararon dejaron que sus manos vagaran por donde quisieran y simplemente se rieron de él y ataron sus manos cuando trató de defenderse. Ya no tenía derechos, no era más que una cosa y lo molestarían de esa manera, muchas veces, en los próximos meses.

Lo acariciaron cuidadosamente, no podían dejar marcas. Draco ansiaba decirles que le contaría todo a su amo y ellos serían debidamente castigados; pero cuando lo intentó fue silenciado por un hechizo. Su lengua fue dejada en paz, al parecer, porque sería requerida más tarde para complacer a su amo. Pero su voz fue apartada mágicamente… No tenía palabras que nadie quería escuchar. Mantuvieron sus sollozos y quejidos, ¡Oh sí! Eso se lo dejaron. Todavía podía emitir sonidos y, por supuesto, mantuvieron los gritos.

Tal vez si hubiese recurrido a Dumbledore, las cosas podrían haber sido diferentes. Tal vez habría sido entregado a otra persona, ¡cualquiera! Incluso Potter, incluso Weasley habría sido mejor que esto. Todavía sería un sub-humano, pero quizás ellos habrían sido más amables.

Finalmente, después que su piel fue refregada, y su cuerpo examinado para comprobar que era tan puro como sus padres habían prometido, fue llevado al lugar donde sería reclamado.

El Señor Oscuro le había encadenado a una estructura, parecida a una loza de piedra. El viejo Draco se hubiese mofado de la elección y la habría llamado melodramática, pero este Draco, el concubino, la criatura inhumana, no tenía nada que decir; aparentemente era un animal y los animales no hablaban.

Cuando abrieron sus brazos y piernas no protestó; no le correspondía hacerlo. Pero interiormente se encogió por los crudos comentarios sobre su cuerpo y lo dulcemente follable que sería. Y vio, a través de un velo de lágrimas, a su violador acercarse.


Ojalá les guste tanto como me gustó a mí.

y0cita.