Disclaimer: Yo no soy Meyer (me habría quedado con todos los vampiros y hombres lobo para mí, incluso con Charlie, que definitivamente es un amor)

¡Geme! Esto va por ti, porque cumplimos un añito (y dios, no puedo creer que te tenga) y eres la mejor persona que he conocido en este mundo, y te amo, eres mi gemelis, y hays, que me pongo moña, pero que por ti definitivamente lo vale :D.

Ojalá te guste (faltan otros once fic para tí, cielo, xD)


Hay algo en la manera en que Alice camina, ríe y habla, que le da paz, le da esperanza, le da fe. Ella le da la calma que él nunca encontró por si solo y le devuelve la vida que pensó perdida. Esa pequeña niña que danza entre nubes de almidón le complementa, le motiva, hace que todo valga la pena y sea menos duro volver a intentar.

Entonces no es de tontos saber que daría o haría todo por ella, incluso aceptar calladamente cuando le coge de la mano sin explicaciones y le susurra que deben irse de allí. Jasper asiente por lo bajo e inclina levemente la cabeza en un gesto de afirmación, demostrándole que está con ella, en esa burbuja que los protege a ambos del resto del mundo.

Es un simple gesto, eso de cogerse de las manos, es la simple constatación del inicio de esa sonata interminable, de esos compases lentos y suaves que componen la existencia de ambos. Es la indicación del comienzo, del camino y del no fin

Es esa danza continúa que expresan en sus miradas, el auge del carpe diem infinito, del "donde vas, yo voy" porque son uno.

Y, por eso, es realmente de idiotas imaginar que él no la seguiría hasta el fin del mundo, que no siga la jornada que empezó en un bar y unas palabras que lo expresaban todo. Porque ellos son historia, son danza, son palabras susurradas al viento, son música

Son la cadencia, el auge, de melodías a compases lentos y tonadas suaves.

Son la eterna bailarina que danza entre nubes de almidón, y el soldadito de plomo que le sonríe de cerca, sintiendo aquella esperanza que le desborda, que le hace sentir completo, que le hace sentir él.