Me sentí vacía como me siento todas las noches desde que no estas, me despierto gritando de mis sueños o mejor dicho mis pesadillas en las que revivo todo lo que paso el último día que te tuve a mi lado, esas sonrisas que me diste pero que no dejaron que la felicidad llegara a tus hermosos ojos, tu rostro contrariado mientras me hablabas, mientras me abandonabas sola en el bosque.

Me abrace a mi misma para que el agujero de mi pecho no se expandiera, y lloré otra vez por todos estos días en los que me haces falta, el los que necesito tu presencia, en los que necesite tus besos, en los que te necesito por que me hace mucho ya me había dado cuenta que no podía vivir sin ti.

Ya no puedo distinguir las horas de los días, los días de los meses, me cuesta creer que hace cuatro meses que te fuiste para mi es como si hubieran pasado años, tortuosos y largos años.

Aún llorando me levante de mi cama, intente controlar mis sollozos por el bien de Charlie -se que para el cada noche es una tortura- pero no pude evitarlo las lagrimas seguían saliendo de mi rostro. trate de caminar hasta el baño pero la falta de luz, mi histeria y mi torpeza innata me hicieron tropezar con una madera del piso, pude oír un estridente Crack, estire mi mano para prender la luz y voltee para poder ver la pobre madera del piso.

Y allí los vi. Mis regalos de cumpleaños, lo último que me quedaba de mi ahora desaparecida familia las lágrimas aumentaron mientras sacaba los regalos de allí y me dedicaba a mirarlos. Primero tome el regalo de Rosalie, Emmett y Jasper le deje a un lado un segundo, tan solo pensar en sus nombres hizo que empezaran a escapar pequeños grititos de mi garganta –me golpee a mi misma intentando acallarme pero era inútil-, luego tome los boletos que me regalaron Esme y Carlisle y los deje en el mismo lugar que el anterior, y ahora estaba en mis manos el objeto causante de todas mis desgracias, el regalo de Edward y Alice pude ver mi sangre todavía en el vorde de el papel un agudo gemido escapo de mi garganta –como el grito de un animal que estaba por morir- , lo arroje lejos y sentí como algo se rompía pero ya no tenia importancia. Mi vista se desvió a lo último que quedaba por sacar sus fotos.

Entre sollozos, gemidos y lagrimas tome las fotos que tenia de Edward, todos mis recuerdos de él no le hacian justicia, mire la primera foto era lo mas hermoso del mundo cuando todavía éramos felices, luego mire la segunda pero con solo ver su cara empece a recordar.

-Ruptura limpia- pude oír su voz en mi cabeza, se escapo otro gemido de mi garganta, era como si viviera otra vez mis sueños.

Bella, nos vamos.-

Me refiero a mí y a mi familia-

-Mi mundo no es para ti-

—¿Tú... no... me quieres? — grite con la voz quebrada y entre sollozos, esperando recibir otra respuesta pero fue la misma.

No. - resonó claro en mi mente como en mi mente como en ese fatídico día.

- Edward- gemí mientras me bombardeaban más recuerdos.

No me convienes, Bella.- tan diferente a su –no te convengo, Bella- por que yo ya sabía eso, como también sabía que no estaba a su altura, nunca lo estuve y siempre supe que era inverosímil que estuviera enamorado de mi pero aún así dolía. Volví a abrazarme a mi misma por que sabía que venia promesa y sino lo hacía se me rompería el pecho.

-Te garantizo que no volverás a verme.-

-No regresaré ni volveré a hacerte pasar por todo esto.-

-Podrás retomar tu vida sin que yo interfiera para nada. –

-será como si nunca hubiera existido-

No podía quedarme allí no después de lo que había encontrado. Me pare y desesperada camine hacia mi armario y me puse una remera y un jean. Ya eran las seis y media, Salí a toda prisa de mi habitación, tropecé en la escalera y baje rodando, me dolía la pierna pero no importaba me incorpore y corrí dando tumbos hasta mi monovolumen, sin prestarle atención a nada, aún con lagrimas en los ojos lo arranque y me dirigí al ultimo lugar donde vi a mi familia. La residencia Cullen. Recorrí la ruta hasta llegar al sendero, que traspase con mi monovolumen y allí estaba frente a mi la gran casa Cullen.

Entre gritando aun sabiendo que no había nadie allí.

-Me mentiste… Edward- grite mientras corría por la casa abriendo todas las puertas, como si el estuviera allí, como si pudiera escucharme.

– Rompiste tu promesa – dije con voz quebrada, me deje caer en el suelo donde solía estar su piano. – Por favor regresa… te necesito-

No se cuanto tiempo estuve allí repitiendo eso hasta que me interrumpió una hermosa voz de tenor llena de duda.

- Bella… eres tu-

¿Reviews?

la verdad me había planeado esto como un one-shot pero no se si seguirlo…

espero que les haya gustado =)