Muy bien terrícolas he gozado de tiempo últimamente y decidí elaborar este fic para ustedes espero que sea de su agrado, un saludo a Elvira Dup que fue mi colaboradora con la imagen que lucirá este fic.
Capítulo 1: Inicios
Resulta verdaderamente difícil recordar, lo que de mi vida fue hace ya tantos años, crecí en medio de la peor basura sobre el universo, sin interesarme en lo absoluto por mis congéneres o eso era lo que aparentaba incluso para mí mismo, sin embargo sí, con altas expectativas sobre mí mismo.
— Escuche esto príncipe, por su alto nivel de pelea usted ya formará parte de las fuerzas del gran Freezer—La voz del sirviente hizo que le dirigiera la mirada antes de entrar a mi habitación.
— Es de suponerse Nappa, soy el mejor guerrero de mi raza.
— Y es verdaderamente impresionante considerando su edad.
— Considerando ni edad? Me tomas por un niño Nappa—pregunté molesto.
— No, he... yo me refería a que ningún guerrero a alcanzado ese nivel a la edad que usted tiene—dijo riendo como estúpido.
— Hmp! En eso tienes razón, soy lo mejor de la mejor clase sobre este apestoso planeta, cuándo me darán una misión?
— Todavía no estoy seguro príncipe Vegeta, escuché esto de los hombres de Freezer, también escuché que el Rey se opone a que forme parte de ese escuadrón.
— Eso es porque mi padre tiene una corta visión Nappa, no dudaría que tuviera miedo que sea mucho más fuerte que él mismo.
— Podría ser, aunque príncipe también escuche los consejos de su padre.
— De que tonterías hablas Nappa, el rey no me da ningunos consejo y de ninguna manera los necesito, ahora lárgate de aquí que quiero descansar.
Esa conversación quedó gravada en mi cabeza como un tatuaje imborrable que me maldijo durante los siguientes 25 años, mi infancia me resulta en recuerdos un juego inútil por tratar de realizarme al tiempo de agradar a personas equivocadas.
En la prisión que hacía mi habitación me encontraba solitario como cada día, sin depender de nada ni de nadie, sentado en el catre que hacía mi lecho y donde apenas descansaba, el horizonte por fuera de la ventana guardaba en secreto los horrores que me esperaban, ignorante de ello sonreí ante la idea de la guerra, ya ni siquiera recuerdo lo que imaginé que sería estar al frente de un escuadrón de ese miserable.
— Príncipe Vegeta— llamó desde fuera de la habitación un siervo de mi padre.
— Qué quieres— contesté secamente.
— Su padre me envía, quiere verlo.
Al escuchar la nueva que el soldado me trajo me incorporé en la cama, me resultaba extraño sobre manera que el Rey me mandara a llamar después de todo no siempre había de que hablar con él. Al llegar al lugar el Rey observaba el espacio desde el ventanal enorme que permitía ver el despegue de naves que eran enviadas alrededor del universo.
— Tú perteneces a la familia más poderosa del universo—habló el Rey dirigiéndose a mí—Te convertirás en el rey de los saiyajin, nosotros los saiyajin cuando nacemos nuestra capacidad como guerreros es analizada y los que nacen débiles son mandados a otros planetas en donde no existen enemigos fuertes para que los conquisten.
— Son sólo basura—contesté viendo por el ventanal las naves que salían del planeta.
— Príncipe, desde que naciste perteneces a los guerreros de la mejor clase que existe dentro de nuestra familia probablemente te conviertas en el saiyajin más fuerte del universo, no espera a lo mejor tendrás grandes posibilidades de de ser el legendario súper saiyajin.
— Es muy probable, soy lo mejor de la más alta clase de guerreros y no defraudaré mi estirpe.
— El futuro de nuestro triunfo está sobre ti hijo y no esperaré menos que eso—diciendo esto abandonó la sala dejándome meditar sus palabras.
La plática con el que fue mi padre agrandaba el orgullo que parecía hinchar mi pecho inmaduro con la fuerza de un guerrero superior a cualquier otro, yo, el príncipe de los saiyajin poseía el poder más grande sobre la faz de Vegeta el planeta que me vio nacer. Caminaba a mi habitación acompañado por Nappa.
— Y bien— pronunció después de unos segundos de haber salido de la sala donde me encontraba con el Rey.
— bien qué— contesté.
— Su padre le dijo alguna cosa interesante príncipe.
— Eso no es de tu incumbencia Nappa, recuerda tu posición.
— S-sí, lo siento.
En ese momento la Reina salió a mi encuentro en un recodo del pasillo deteniendo nuestros pasos, con una mirada le indicó a Nappa que se retirara y moviéndose a un lado me indicó que entrara a una habitación que se encontraba frente a nosotros, entró ella tras de mí cerrando la puerta a sus espaldas y con lentitud se acomodó sobre un enorme sofá.
Giré el rostro para ver que me observaba, su mirada era casi suplicante sin perder su actitud recia propia de su carácter fuerte y aguerrido.
— Vegeta—dijo al fin rompiendo el silencio que embargaba el lugar—déjame mirarte hijo acércate.
Viré completamente hacia ella y avancé algunos pasos—Sucede algo madre.
— Hijo, lo que el destino te depare en la vida, vívelo con orgullo y jamás, bajo ninguna circunstancia te des por vencido.
— Lo sé—dije con algo de fastidio.
— Supongo que a ti no te gustaría vivir en paz, lejos de las guerras—preguntó viendo un punto perdido en la nada.
— De qué hablas madre—dije con hastío—mi destino es la guerra, conquistaré planetas… Sabes que el gran Freezer me eligió para pertenecer a su fuerza guerrera—dije orgulloso de mis propios méritos.
— El gran Freezer—pronunció mi madre con odio mal disimulado apretando la quijada.
— Estoy más que preparado para enfrentar lo que sea madre, no lo crees así—dije con un tono desafiante.
— Por supuesto y estoy segura de que con todo temple enfrentarás lo que sea, tu destino será ir de victoria en victoria hijo mío.
— Sin duda alguna— contesté seguro.
En ese momento se levantó de su lugar e hincándose frente a mí me abrazó, era la primera vez que lo hacía, no supe a bien cómo reaccionar a su acercamiento así que no correspondí sino que todo lo contrario voltee la cara incómodo.
Si hubiera sabido que esa era la última vez que la veía, tal vez y sólo tal vez habría reaccionado de mejor manera o quizá hubiera evitado verla.
— Ahora, ve a tu habitación y prepárate para dormir— me dijo levantándose y secando una lagrima de sus ojos negros que me veían con melancolía.
Contrario a lo que mi madre me dijo, me dirigí a las afueras ahora que ese molesto de Nappa no se encontraba asediándome quería estar sólo, en realidad no sabía que tan sólo podía llegar a estar sin embargo no me interesaba.
Nappa no tardó mucho tiempo en localizarme— Príncipe que bueno que lo encontré, me temo que es hora de que descanse, el gran Freezer vendrá a primera hora y…
— Si, Nappa ya me iré a dormir— dije interrumpiendo su sermón fastidioso.
Caminamos en silencio hasta mi habitación él se quedó como de costumbre guardando la puerta mientras yo entraba y cerraba la puerta tras de mí.
Desperté en automático aún de madrugada y me vestí con la armadura que lucía el emblema del Rey y me encaminé al salón donde me encontraría con mi destino, ahí se encontraba mi padre, su mirada y la mía se encontraron en silencio sabía que su mirada orgullosa era una forma de despedirse.
Al cabo de unos segundos se dio la vuelta y se fue, casi inmediatamente llegó Frezzer acompañado por su gente.
— Adelante gran Freezer— escuché decir a Nappa haciéndome girar para encontrarme de frente con los ojos helados y la sonrisa perversa del reptil.
— Oh! Así que ya estás listo príncipe vegeta, me agrada tú puntualidad— la voz aguzada de Freezer retumbó burlona en la habitación.
— Por supuesto gran Freezer— dije haciendo una pequeña reverencia—Yo siempre estoy listo.
— Que bien, ven esto miserables— dijo dirigiéndose a los que lo acompañaban—algo deberían de aprender de este pequeño.
Los rostros de los soldados vieron el suelo antes de asentir, en sus rostros pude ver las primeras de muchas miradas rencorosas que recibiría a lo largo de mi vida.
— Muy bien pequeño es hora de irnos, toma tus cosas—dijo Freezer.
— No necesito llevar nada gran Freezer—respondí con solemnidad.
— Eres todo un estuche de monerías pequeño príncipe, vamos entonces—dijo dando la vuelta y caminando delante de todos.
Le seguí en silencio con Nappa como mi escolta, le dirigí una mirada seria que el respondía con una sonrisa fingida, Una vez dentro de la nave de Freezer pude ver por última vez la ciudad del planeta que me vio nacer.
— Pero qué tenemos aquí—Dijo un alienígena con cara de pez haciendo mofa de mí—Pero si es el pequeño príncipe de los monos.
— ¿Y tú quién eres, el rey de los imbéciles?—contesté con encono.
— Ah? Cómo te atreves simio estúpido, aquí no eres príncipe de nada y nadie te servirá como cuando eras la nena de papi.
— Supongo que con eso quieres demostrarme algo engendro pero malas noticias, nada de lo que dices me interesa en lo más mínimo.
— Ya lo creo enano, pronto regresarás a casa llorando y suplicando como el bebé llorón que eres.
Al decir esto, le dirigí una mirada llena de rencor, no permitiría de ninguna forma que me insultara de esa manera y pudiera irse tan tranquilo.
— ya basta Kiwi—La voz de uno de los soldados de Freezer interrumpió mis pensamientos.
— Yo no es culpa mía es este simio estúpido que…
— Desgraciado te sacare los ojos—No pude soportar más toda esa humillación.
Me lancé sobre él golpeándolo lo más fuerte que pude, a pesar de ser más rápido y fuerte que yo, logré impactarle con varios golpes duros sin embargo el logró hacerme palanca con los brazos tronando los huesos de mi espalda que amenazaba con romperse.
— Ya fue suficiente Kiwi suéltalo—dijo Zarbon con tono burlón ponzoñoso.
— Pero Zarbon tú viste que él me atacó primero—contestó el insecto que me mantenía sujeto.
— Si le haces daño el gran Freezer te hará lamentarlo—Ante las palabras del mayor el insecto me soltó.
— Cuídate la espalda miserable, no siempre habrá quien te cuide—Amenazó el engendro mientras mis ojos lo veían con ira contenida.
— Basta de una buena vez Kiwi lárgate de aquí—dijo Zarbon ante lo cual el cara de pez salió de mi vista—Bien hecho príncipe en esta nave tendrás que buscarte tu lugar—dijo dirigiéndose a mí—Ahora ve donde Nappa el te llevará a entrenar.
Esa amabilidad suya me resultaba poco confiable, de hecho no podía confiar en nadie dentro de esa nave ni siquiera en Nappa sin embargo no me quedaba más por el momento que seguir ordenes así que me dirigí a la habitación que habían asignado a Nappa.
— Príncipe—dijo al verme parado en la puerta—supongo que ya le han dicho que sus entrenamientos comenzarán de inmediato.
— Date prisa Nappa no tengo tiempo para tanta tardanza de tu parte
En la cámara de entrenamiento desahogue el coraje que guardé durante la riña con ese engendro que me topé en la nave convirtiendo en simples partículas de polvo a los saibaiman que realmente me duraron muy poco, igual que en mi planeta este entrenamiento aún me resultaba bastante inútil.
— Escuche príncipe Vegeta el gran Freezer quiere verlo.
— Espero que tenga algo bueno para mí, estoy harto de entrenar con esos saibaiman no son para nada un reto.
— En qué está pensando príncipe.
— En que quiero un enemigo que haga estrategias, que sea fuerte es demasiado pedir Nappa.
— De cualquier forma ninguno le podría hacer frente.
— Basta de halagos vamos con el señor Freezer ahora mismo.
Hasta aquí les dejo el primer capítulo de este fic terrícolas espero les guste y si es así ya saben que quiero sus reviews ¬¬ y si tienen algún reclamo hagan el favor de no molestarme a mí.
