La música sonaba en el lugar y con una sonrisa empezó a mover su cuerpo al ritmo de la melodía con bastante técnica y agilidad. Sus movimientos tenían gracia y no eran rígidos, pero aun así ella no era una profesional en eso del baile. Ella bailaba simplemente por placer de hacerlo, aunque no supiese lo bien que lo hacía.

Después de todo, bailaba en la cocina de su pequeño departamento con la música lo suficientemente alta para ella no perturbar a sus vecinos mientras preparaba su cena.

Ah mañana sería un gran día, si señor.

¡Sería su primer día de clases! Claro que era su último año, pero no importaba, siempre era bueno conocer a personas nuevos ¿No? Y ella no iba a desaprovechar la oportunidad para hacerlo. Extrañaría a sus amigas ¡Pero podían seguirse viendo! Y hacer nuevas amistades.

Ahora ¿Por qué una jovencita de 17 años estaba viviendo totalmente sola sin sus padres? Pues la respuesta es muy simple: Independizarse.

Sus padres le habían insistido -por muy loco que sonara- que ella se mudara a la ciudad para seguir sus estudios y allí facilitar su acceso a la universidad. Para ella fue muy duro separarse de sus padres, pero era necesario apartarse un poco para ser más dependiente de si misma y no de sus padres. Nunca hacía nada sin que su madre estuviera presente ¡No podía hablar en el médico porque su madre era la que hablaba por ella! Era un poco vergonzoso, pero se acostumbró tanto que le era un poco incomodo salir sola y hacer las cosas por su cuenta. Cuando su madre se percató de eso, insistió en que empezará a independizarse ¿Y que mejor forma que empezar a vivir sola? De todos modos iba a tocarle cuando entrará a la universidad.

Solo lamentaba dos cosas, dejar a sus padres y sus amigos en la escuela.

Los extrañaría, pero no podía deprimirse ¡Ella era muy fuerte!

Puso el puño en alto como una declaración para si misma de que iba a seguir adelante.

Llevaba un aproximado de dos meses en su departamento, sus padres la visitaban cuatro veces al mes... Técnicamente una vez por semana. Pero lo que si la indignaba, era que su hermano mayor, quien estaba en la ciudad desde hace tres años ejerciendo su carrera de medicina, no se hubiese dignado a visitar a su pequeña y adorable hermana. ¡Indignante!

Por otro lado, entendía que su hermano estuviese muy ocupado para estar con ella aunque fuese para compartir un café, pero lo extrañaba mucho ¿Como no extrañarlo? ¡Era su hermano aunque fuera muy odioso! Pero bueno, cosas de la vida.

Escucho como tocaban la puerta y ella se volteó extrañada, no estaba esperando a nadie. Vio la hora en su reloj de pared, eran apenas las siete. La canción había terminado hace exactamente diez segundos. Fue a ver quien tocaba sin reparar en su atuendo y abrió la puerta encontrándose con un par de ojos ambarinos que la miraba fijamente y serios. Ella espero que él dijera algo, pero no decía nada.

Solo silencio.

Más silencio.

-¿Si?- Preguntó ella con una sonrisa amistosa, aunque algo incómoda al ver que él la veía fijamente sin decir una sola palabra.

-Tú...- Empezó a decir, pero luego frunció el ceño y empezó a caminar hacía el otro lado. Entró al departamento de al lado sin voltear a mirarla.

Ella se quedo totalmente confusa por lo que acababa de ocurrir.

¿Que rayos? ¿Que acababa de pasar?

Parpadeo una par de veces confundida por la extraña actitud de su vecino ¿Iba a reclamarle por la música? No la estaba escuchando tan alto ¿Verdad? Cerró la puerta y se puso una mano en el mentón pensativa. Así era ella, intentaba divagar sobre todo.

Aunque pecaba de despistada, pero bueno.

Paso por el espejo de cuerpo completo que estaba en la sala -aun no lo había trasladado a su habitación- y se fijó que estaba con ropa demasiado ligera. Solo llevaba una pequeña blusa de tirantes que le quedaba ajustada a su cuerpo y unos pequeños pantalones que llegaban un poco más arriba de la mitad de su muslo. Ladeo la cabeza ¿Será que se sintió incómodo con su apariencia? Tal vez el atuendo era demasiado atrevido para recibir visitas.

Se tomó el mentón pensativa.

Bueno, qué más daba, él ya se había ido, así que no podía preguntarselo directamente.

Se encogió de hombros y siguió con su cena. Coloco en su laptop la canción de Breakthrough de Lemonade Mouth. Si, ella amaba las canciones de disney actuales y antiguas ¡Eran tan emotivas! Además que el ritmo y melodía de esa canción en específico le encantaba.

Empezó a bailar hasta terminar su cena y comió moviendo la cabeza de un lado a otro de forma sutil, marcando el ritmo de su lista de reproducción.

Su pequeño gato se frotó contra su pierna varias veces reclamando atención, ella simplemente sirvió un poco de su comida y fue a darse una ducha. Debía dormir temprano si no quería quedarse dormida, ya no había nadie que la despertase de su profundo sueño en las mañanas.

-.0-

¡CRAK!

El sonido de un fuerte golpe la hizo despertar asustada. Miro a todos lados buscando al culpable hasta que vio a su pequeño gatito encima de la mesa y su precioso reloj digital estrellado contra el suelo con la batería fuera.

-¡Ay no!- Se quejo -¡Kero, malo!- Regaño a su mascota quien no se inmuto, simplemente lamía su pata delantera derecha como diciendo "me importa una mierda".

Se apresuró a levantarse para recoger su aparato electrónico y acomodarlo. Al encenderlo, marcaba las 2am. Resoplo y busco su teléfono móvil para checar la hora, rogando internamente en que no fuese tan tarde.

-¡Oh Dios mio!- Al ver la hora tropezó y cayó al suelo -¡Ay!- Se quejo pero se recuperó de inmediato. -¡Es tardísimo! ¡no no no ! ¡No puedo llegar tarde mi primer día!-

Se levantó pero su pie se enredo en las sabanas de su cama y volvió a caer ¡Su suerte era horrible!

Se levantó por segunda vez ignorando el dolor de cabeza, se aseo lo más rápido que pudo y se vistió con su nueva uniforme. No le molestaba para nada que la escuela fuese privada y fuera obligatorio usar uniforme, así no se preocupaba por la ropa del día siguiente. Consistía en una falda gris tableada y una blusa blanca de botones con un saco gris y corbata roja, lo típico. Puso a calentar unos panes y luego unto un poco de mermelada en ambos, se peino rápidamente y tomo su desayuno para salir corriendo de su departamento, claro, no sin antes confirmar que no se le quedase nada, no quería tener que devolverse luego.

Corrió con agilidad hasta la puerta del ascensor, notando que había una silueta parada delante mientras golpeaba con su piel el suelo, claramente impaciente. Perdió el equilibrio pero antes de caer se sostuvo del brazo del desconocido. Se incorporó rápidamente y le dedico una mirada de disculpa.

-Lo siento mucho- Sonrió un poco avergonzada.

Se dio cuenta que llevaba su mismo uniforme. Alzó la mirada para encontrarse con los ojos ambarinos del día anterior. Se sorprendió al ver a un joven muy lindo, desordenado cabello chocolate, piel trigueña. ¡Todo un encanto! Pero se preguntó porque tenía ese ceño tan fruncido. ¡Bueno! Era un nuevo compañero, así que ¿por qué no empezar conversación?

-¡Vaya!- Dijo con una sonrisa amistosa. -Creo que vamos al mismo instituto. Mi nombre es Sakura. - Extendió la mano como gesto de educación.

Él simplemente continuó observándola con el ceño fruncido. ¿Tendría algo en la cara? ¿Será que es raro que ella sostenga un pan con mermelada con la boca? -el cual obviamente retiro para hablar- Tal vez pensaba que tenía las manos sucias por los panes. Se miró la mano que tenía extendida y no tenía manchas ni migajas de pan que ella pudiera sentir ¿Por qué no le respondía el saludo? ¿Será que era tímido? No tenía la apariencia de alguien tímido. Ella ladeó la cabeza en un gesto inconsciente que hacía cuando no entendía algo o sentía curiosidad.

El ascensor se abrió y ella vio como el chico la dejaba con la mano extendida para entrar en él. Frunció el ceño y los labios en un gesto de incomprensión ¿Como se podía ser tan maleducado?

-¿Vas a entrar o no?- Su voz la sobresaltó un poco, era masculina y varonil.

-Eh, si- Estaba obviamente desconcertada por su actitud, pero era mejor no seguir pensando o se perdería de camino a la escuela, porque era despistada. Además, era muy tarde.

Entró al elevador en total silencio y esperó a llegar a planta baja. Vio la hora en su reloj de muñeca y se pasó una mano por la cara.

-Perfecto, primer día y llego tarde- Hizo una mueca.

Las puertas del elevador se abrieron y el chico salió disparado a la salida. Ella se desconcertó, pero recordó que era horriblemente tarde, así que imitando su gesto empezó a correr a la salida para tomar el bus a la escuela, aunque él se fue hacía el otro lado, tal vez tenía un transporte particular. Miró su reloj al ver que el último bus se había ido sin ella, debía esperar veinte minutos para que llegase el próximo. Casi suelta un improperio por su mala suerte. Dios ¿Por qué eso tiene que pasarle a ella? ¿Qué hizo para merecer eso? Frustrada se pasó otra vez la mano por la cara y escucho un motor ronronear frente a ella. Alzó la mirada y se encontró con su vecino mirándola con cara de poker montado en una motocicleta bastante impresionante.

Dios, esto es tan típico y cliché. Se dijo a sí misma. El tenía apariencia de chico malo de por si, pero ahora con la motocicleta se veía aun mejor.

-¿Te llevo?- Preguntó con total indiferencia. A ella se le iluminó la cara entre sorprendida y aliviada.

-Oh Dios ¿En serio? ¡Te lo agradecería muchísimo!- Él se encogió de hombros y le extendió un caso. Ella se lo puso con rapidez y se montó detrás de él -Muchas muchas muchas gracias ¡Me has salvado!-

-Como sea- Respondió y arranco obligandola a rodearlo con sus brazos por miedo a caerse. Lo sintió tensarse bajo su agarre y pensó que lo había apretado mucho, así que se alejó un poco aun sosteniéndose de él.

Recorrieron la ciudad y ella observaba fascinada los edificios y las tiendas, las personas caminar de un lado a otro. La verdad es que nunca había recorrido mucho las calles más que para ir a un SuperMercado que quedaba del otro lado de sus departamentos para hacer las compras respectivas de los fines de semana. Recordó que tenía que buscar un trabajo si quería independizarse y debía ser algo sencillo.

-Llegamos- Escucho el murmullo del chico y parpadeo al darse cuenta que estaban parados en un estacionamiento.

-¡Oh!- Se bajó rápidamente del lado que no estaba caliente el motor, dio un pequeño salto y se quitó el casco. Se sacudió el cabello para luego arreglarlo un poco y extendió el casco con una sonrisa sincera - Muchas gracias por traerme, me has salvado-

Él se la quedó mirando nuevamente con esa cara de poker que la estaba empezando a poner inquieta. ¿Por qué la miraba tanto? Era la tercera vez que pasaba. Se mordió el labio inferior nerviosa y ladeo la cabeza.

-¿Pasa algo?- Preguntó con inocencia genuina. El chico pareció salir de su trance y tomó el casco rápidamente, lo guardo y empezó a caminar a la entrada. Se detuvo un momento, se volteó a verla una vez más y le dedicó una pequeña sonrisa. Luego caminó despreocupadamente hasta la entrada

Sakura abrió mucho los ojos sorprendida por la acción. Ahora si que estaba más que confundida.

Negó con la cabeza y empezó a caminar hasta la entrada para ir a la sala de profesores y buscar su horarii. Empezó a tararear You never be alone de Capital Kings. Ella y sus canciones inspiradoras.

Ella no se daba cuenta de las miradas que las personas le daban, simplemente caminaba alegremente por los pasillo hasta que encontró la sala de profesores.

-.0-

Vale, era normal que la vieran porque estaba siendo presentada, pero no se esperó encontrarse a su vecino en esa clase. Lo saludo animadamente y el aparto la mirada ignorándola totalmente. Sakura suspiró y sonrió negando con la cabeza.

Sus compañeros notaron el saludo que ella intentó intercambiar con el chico y empezaron a murmurar entre ellos, claro que Sakura no se daba cuenta que hablaban de ello, como siempre.

Recuerden, peca de despistada.

-¡Silencio!- Exclamó el profesor. -Todos ustedes se conocen desde primer año, así que integrar a alguien en el grupo puede que sea difícil. Ella es Sakura Kinomoto, viene de Tomoeda y es nueva en la ciudad, por favor llévense bien con ella ¿Algo que decir señorita Kinomoto?-

-Oh, claro ¡Hola!- Saludo y algunos le devolvieron la sonrisa. -Es un placer, espero poder llevarme bien con todos y que tengamos un gran año-

-Bien, si eso es todo entonces- Pero fue interrumpido al sentir que tocaban la puerta. Abrió y vio al director con una alumna que no reconoció.

Sakura como buena curiosa, miro a la chica y ahogo un grito de emoción.

-¡Oh Dios!- Llamo la atención de toda la clase -¡Tomoyo!-

-¡Sakura!-Contestó la otra chica de cabello negro y ojos tan azules como el cielo. Corrió hasta ella y la abrazó. -¡Que bueno que estamos en la misma clase! No se que hubiera hecho si estuviéramos separadas.-

-¿Que haces aquí? No espera, que importa ¡Estás aquí!- Chilló feliz.

-¿No pensaba que iba a dejar a mi mejor amiga irse así como así verdad? ¡No te será tan fácil librarte de mí!- Ambas rieron felices, pero un carraspeo las interrumpió.

-Bueno si ya terminaron su emotivo encuentro- Ironizó el profesor. -Me gustaria presentar a la otra señorita.-

-Oh, si, claro- Respondieron avergonzadas, habían olvidado que toda la clase los veía.

-Bien- El profesor se aclaró la garganta.-Esta es Tomoyo Daidoji, también es de Tomoeda, y como obviamente hemos visto, conoce a la señorita Kinomoto porque es su prima- Hubo un "oh" colectivo en la sala. -¿Algo que decir señorita Daidoji?-

-Espero que nos llevemos muy bien todos ¿No creen que mi linda Sakurita es adorable?-Tomo a la pequeña castaña de las mejillas y todos rieron.

-¡Tomoyo!- Se quejo la otra. Tomoyo rió y la soltó.

-Bien, si eso es todo entonces vayan a sus nuevos puestos. - Pidió el profesor y ambas tomaron asiento en la penúltima fila, una al lado de la otra.

Sakura no podía estar más feliz.

Desde el fondo del salón, un joven de ojos ambarinos observaba la escena en total silencio y con mucho disimulo. Una vez que cesaron las risas, observó como ambas chicas caminaban con grandes sonrisas.

Su nueva vecina se sentó justo enfrente de él, para su incomodidad, y no era porque la chica fuera alta, no, de hecho le llegaba apenas por los hombros, solo tenía el presentimiento de que esa chica sería un problema para él.