Punto de vista de Sadie:
Hola, aquí yo de nuevo, en las fronteras de …ergh… Long Island si no me equivoco (si no), no tengo razones para explicar que hacemos solo que …dugh… tio Amos nos "prohibió" ir allá, o sea, más razones para ir.
Si, ya se lo que piensan, soy Sadie (perfecta) y no cambio, pero, sigamos con la historia.
Aquí estaba yo y Carter rodeados de arboles y maleza, mirando una especie de… pino dorado y purpura. Como no teníamos idea de que era, decidimos ir en su dirección.
Caminamos y caminamos, hasta que llegamos al pino, de lejos, solo se veía campos de fresas y el mar, quizás las uvas de hoy eran mágicas…quizás.
-Te dije que no teníamos que venir Sadie…no valia la pena ¡ves?-Murmuro Carter.
-venga ya, andate si quieres- Le respondi.
-Bueno… ya que no importa que te quedes con uvas todo-poderosas, me largo-Y dicho eso dio media vuelta y se perdió entre los arboles, estaba sola…
Yo sabia que había algo raro en las uvas, segui caminando asta que una voz dijo detrás de mi:
-¿eres un mestizo nuevo?, ¿o un monstruo que matar?
Me di vuelta y me sorprendió lo que vi. Era, primero que nada, un chico caliente, pelo negro y una tez muy palida, con ojos color chocolate… pensé que era…
-¿Anubis?- la pregunte.
En respuesta, detrás del chico apareció un tanque, agarre al chico en un abrazo-placaje y lo empuje hacia un costado, lejos del tanque. Rodamos unos cinco metros y no recordé mas, dado que mi cabeza choco contra una roca gigante y lo ultimo que vi fue la cara de incógnita del chico con una sonrisa que le quedaba tanbien…
Cerré los ojos
Nico punto de vista:
Vale, mi día no podría ser mas raro, me desperté en la cabaña de Hades, desayune fui a comprar coca-cola por encargo de los chicos de Hermes, vuelvo y me encuentro con una chica loca que me dice "Anubis" y me empuja al suelo obligándome a rodar… que bonito dia.
Y ahí estaba yo, frente a la chica-inconsiente, sin saber que hacer, llegaba a ser raro que una chica se golpeara la cabeza contra una roca como si nada.
Ice lo sencillo, agarre a la chica al estilo nupcial (es decir, una mano entre las rodillas y la otra entre los brazos) y camine hacia el Campamento Mestizo a tan solo un par de metros.
Llegamos, suerte que todos estaban en clases, dado que nadie se dio cuenta de nosotros, me dirigí a la enfermería, vacía también y deposite a la chica en una cama, la amarre por si trataba de hacerme rodar por todo el campamento y, sin pensarlo, me dormi en una silla.
