Esta no es la primera historia que hago pero es la primera que he podido terminar, les pido si pueden considerar eso al dejar reviews.
A lo mejor por esto me ponen en su lista negra, si, me pasé de manchada, pero era la única forma de lograr mi objetivo. ¡Perdonenme!
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Era un día nublado. Dos jóvenes alquimistas y una mecánica de automails estaban sentados en una mesa en una bonita casita en Rizenbull. Hace tan sólo unos segundos había ocurrido un suceso que había dejado intrigada a la mecánica y en estos momentos ambos alquimistas (amenazados por la llave inglesa de la mecánica) se encontraban desmintiendo el asunto.
-Te lo repito de nuevo Winry; esa muchacha no es más que una admiradora y no tiene relación alguna conmigo -exclamaba el mayor de los alquimistas poniéndose de pie.
-Puede que mi hermano mienta muchas veces Winry pero esta vez dice la verdad -dijo el menor.
-Hey -dijo protestando el mayor de los Elric aunque no fue escuchado.
-Más te vale que lo que me digas sea verdad Ed -dijo Winry bajando la llave inglesa que se estaba preparando para golpear la cabeza de Edward.
-Winry -dijo la voz de una anciana.
-Ya voy abuela -contestó Winry echándole una mirada asesina a los hermanos Elric antes de desaparecer en las escaleras.
-Hermano, deberíamos subir a ver como se encuentra la tía -dijo Al un poco preocupado.
-¿Y darle otra oportunidad a Winry de golpearnos con su llave? De ninguna manera -dijo Ed cruzando los brazos.
-Ella hace eso porque está preocupada por nosotros hermano -dijo Al sacudiendo suavemente a Ed. Pero él ni siquiera se molestó en mirarlo lo que hizo que Al se limitara a ponerse de pie y subir las escaleras sin decir más.
-Tienes fiebre abuela, llamaré al doctor -dijo Winry al momento que levantaba el teléfono.
-No Winry -dijo Pinako deteniendo a su nieta. -No dejaré que una simple fiebre me derrote -finalizó tosiendo.
-Por favor, tía podría ser grave -dijo Al que se encontraba sentado en una silla al lado de la cama de la tía Pinako.
-Tonterías Alphonse ¿Crees que la vieja tía Pinako moriría por una simple fiebre? -dijo la tía alzando la voz.
-Yo no digo eso, digo que más bien podría complicarse -dijo en forma de justificación el joven Al.
Una lluvia ligera comenzaba a caer golpeando con delicadeza los cristales.
-Maldita sea ¿Por qué tengo que subir a ver como se encuentra la tía? Ella siempre está bien -dijo Ed poniéndose de pie y subiendo las escaleras en dirección a la habitación de la tía Pinako.
La lluvia se volvió más copiosa e intensa.
-Te vuelvo a repetir Alphonse que me siento de maravilla -replicó la tía.
-Pero la fiebre te está aumentando tía -dijo Al revisando el termómetro.
-Abuela tu fiebre puede convertirse en un problema, llamaré al doctor -dijo Winry levantando el teléfono y marcando un número en él. Una expresión de preocupación se reflejó en su rostro al notar que el teléfono no tenía línea.
-¿Qué ocurre? -gruñó Ed entrando a la habitación y tomando el teléfono para entender que tenía mal.
-Maldita sea, esta lluvia debe de estar cortando la línea del teléfono -dijo colgando el teléfono.
-Hermano, que vas a hacer -dijo Alphonse al ver que su hermano se dirigía hacia la puerta.
-Voy a traer al doctor aquí -dijo Ed saliendo de la habitación.
-Ed no, yo... -dijo Winry antes de ser interrumpida por Al.
-Mi hermano está haciendo esto por ti -esas palabras provocaron que Winry se sonrojara un poco.
Ed salió de la casa con un aire decidido ignorando la fuerte lluvia que golpeaba contra su cara, no llevaba mucho camino recorrido cuando su pierna automail se hundió en la tierra.
-Maldición -Ed gritó tan fuerte que Al y Winry escucharon su grito.
-Ay no, algo le pasó a Ed -dijo Winry con una voz que se escuchaba preocupada.
-Yo iré a ver que le ocurre a mi hermano, tú tienes que quedarte aquí a cuidar a la tía -dijo Al apresurándose a salir de la habitación.
Alphonse no recorrió mucha distancia para encontrar a su hermano no muy lejos de la casa incapaz de sacar su pierna de automail que se hundía más y más en el lodo, todos sus intentos de sacarla con alquimia eran en vano ya que tan pronto lograba sacar su pierna la fuerte lluvia se la volvía a hundir.
-Hermano ¿Estás bien? -preguntó Al sacando a Ed del lodo.
-¿Te parece que estoy bien? -dijo Ed intentando mantenerse de pie. Al negó con la cabeza mientras Ed se tambaleaba y caía de espaldas en un charco de lodo. Al no hizo más preguntas y prefirió ayudar a Ed a ponerse de pié y a caminar de vuelta a la casa. Una vez allí lo ayudó a sentarse en un sillón.
-Quédate aquí hermano, yo iré por el doctor -dijo Al en tono imperativo.
-Pero Al -dijo Ed haciendo un esfuerzo en ponerse de pie (mismo que falló acabando con Ed en el suelo).
-Hermano, habla con Winry, te necesita ¡Quédate y permanece a su lado! -después de esto Al no dijo más y cerró la puerta de golpe tras él dejando a Ed muy sorprendido.
Se desplomó sobre el sillón a reflexionar durante unos minutos que parecieron eternos las palabras de Al.
-En que está pensando Al, lo único que quiere Winry es tenerme lejos -dijo Ed haciendo un esfuerzo en ponerse de pié. Caminó (o mejor dicho cojeó) hacia la habitación de la abuela dejando un camino de huellas enlodadas.
Al llegar al cuarto de la abuela se sorprendió al percatarse de que Winry no se encontraba allí; la abuela estaba recostada sobre su cama aparentemente dormida.
-Maldición, Winry quiere hacerme caminar de más -murmuró Ed dirigiéndose hacia la habitación de Winry esperando encontrarla allí.
Abrió la puerta de par en par y al ver que se encontraba en la habitación entró en la misma.
-Como está tía Pinako -preguntó sentándose en la cama junto a Winry.
-Sigue con fiebre, ahora se encuentra dormida en su habitación -dijo Winry sacando su caja de herramientas y colocándola en el piso frente de ella.
-Quítate el pantalón -ordenó con seriedad la joven mecánica de automails.
-¿Porque ese atrevimiento Winry? -dijo Ed con una sonrisa traviesa.
-Porque estas cojeando y tu pierna hace mucho ruido, quiero revisar si está en buen estado -dijo Winry buscando una herramienta en su caja.
Ed obedeció y dejó a Winry reparando el automail. Pasó un tiempo mirando sus ojos azules concentrados en el metal del implante. De repente vio que esos ojos azules dejaban escapar un par de lágrimas. Frunció el entrecejo.
-Maldita sea, porque lloras -exclamó Ed con enojo.
-¡¿Por qué lloro?! -repitió Winry alzando la voz.
-¿Será porque sé que en cuanto esta lluvia termine tu puedes irte para no volver nunca? -continuó alzando cada vez más el tono de voz.
-¿Será porque sé que no importando cuanto me esfuerce en tu automail nunca será lo suficientemente bueno para ti y acabarás rompiéndolo? -dijo comenzando a llorar.
-¿Será porque nunca te darás cuenta de qué se siente estar enamorada de alguien como tú? -dijo recargando su cabeza sobre el hombro de Ed quien estaba sorprendido por muchas cosas. Primero la repentina mezcla de emociones de Winry, segundo que Winry considerara que los automails que diseñaba para él no eran lo suficientemente buenos y en último lugar que Winry pensara que era mala idea corresponder sus sentimientos.
-Yo...yo no quiero lastimarte, pero...porque te tenías que enamorarte justamente de mí -dijo Ed mirando fijamente a Winry mientras le daba unas palmaditas en la espalda.
-Yo no lo escogí -replicó Winry aferrada a la camisa de Ed. El muchacho le levantó la cara por la barbilla y le limpió las lágrimas con los dedos pulgares.
-Ya no llores, tus lágrimas son muy valiosas como para gastarlas en alguien tan estúpido como yo -dijo Ed en un susurro mientras abrazaba con fuerza a Winry. Pero en lugar de animarla ese comentario pareció hacerla enojar, manifestando su enojo golpeando el pecho de Ed con todas sus fuerzas.
-Oye ¿Cuál es tu problema? -preguntó Ed algo extrañado. Los golpes de Winry no le dolían en absoluto pero...¿Por qué Winry lo golpeaba?
-Tu no eres estúpido, al menos no para mi -dijo Winry rodeando con sus brazos el torso de Ed.
-Si, lo soy; lo soy porque te hice llorar, y no hay persona más estúpida que alguien que te haga llorar -dijo Ed muy serio. Winry levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los de él.
-Gracias -dijo ella en un susurro mientras se separaba de su torso para rodear con sus brazos el cuello del muchacho.
-Eres muy hermosa, no sabes cuantas ganas tengo de besarte Winry -dijo Ed con una sonrisa en los labios mientras colocaba sus manos en la cintura de ella.
-Si sigues hablando con ese atrevimiento puedes hacer que me enoje, deberías pensar más antes de hablar -dijo Winry mirando fijamente a los ojos de Ed.
-Lo siento, pero no puedo pensar con tus hermosos ojos azules mirándome así -dijo Ed en un susurro. Sus respiraciones estaban cortadas. Ambos estaban paralizados y en las miradas que se intercambiaban miradas que podían hablar por si solas. ¿Qué decían? Solo Winry y Ed lo sabían, como si las miradas hablaran un lenguaje que solo ellos dos entendían. Acto seguido Winry ya se encontraba con los labios de Ed contra los de ella. Estaba tensa. Ed al sentir esta tensión trató de aligerarla deslizando su mano por la cabeza de Winry deshaciéndose del paliacate que la mecánica siempre llevaba en la cabeza y comenzó a inclinarse cada vez más sobre ella al mismo tiempo que suavizaba el beso. El beso duró más de lo que esperaban obligándolos a separarse para respirar y cuando esto sucedió Winry se encontraba con Ed inclinado sobre ella dejando caer suavemente sus mechones dorados de cabello sobre su cara. Winry se mordió suavemente el labio inferior. Ed se acercó a la cara de Winry hasta quedar a tan solo milímetros de su cara.
-Yo jamás seré capaz de hacerte daño Winry-dijo Ed en un susurro. Winry dejó escapar una sonrisa nerviosa, pero esas palabras le hicieron sentir bien, segura y también le hicieron sentir una sensación que no podía describir...¿Amor? Solo había una manera de averiguarlo. Su mano se deslizó por el cuello de Ed y llegó hasta su camisa, la agarró con fuerza y tiró de ella para que sus labios se juntaran de nuevo. Ahora Ed era el desconcertado pero no pasó mucho tiempo para que correspondiera el beso. Las manos de Winry se deslizaron por el pecho de Ed desabotonando cada botón de su camisa y acabaron por desprenderlo de ella. A necesidad de aire se separaron aunque se quedaron lo suficientemente cerca como para sentir el calor de ambos cuerpos. Hubo una pausa en la que solo se escuchaban sus respiraciones agitadas y el fuerte palpitar de sus corazones. Sus ojos intercambiaron miradas. El momento era mágico y era el momento que Winry había estado esperando pero, por desgracia este momento no podría durar por siempre.
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A esto era a lo que me refería al principio de mi fic, pero bueno, no me sorprenderá ver pronto en las listas negras el nombre de "kiosé the kid".
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