PROLOGO

Si esta era la vida que iba a llevar en la mansión hubiera preferido decirle a su esposa que se largaran de ahí, el no era un niñero maldita sea, era un hombre que quería libertad, soledad, no estar acompañado de los niños metiches... estaba cansado de escucharlos gritar, ya eran adolescentes podían cuidarse solos, mas habían tres niños a los que si soportaba... además les gustaba escucharlo decir cualquier cosa con tal de complacerlos.

-Señor, Logan.- un niño de cabello rojo y ojos azules, pregunto- ¿porque nos sacaron?

Logan tenía muchas palabras para decirle porque, pero Marie le había dicho que no debía maldecir frente a los niños. ¿entonces como decirles con buenas palabras?

-Porque... mi esposa esta teniendo a nuestro hijo- trataba de reprimir sus nervios, incluso su miedo.

Tenía miedo y no solo él, sabía que Marie también. Muchas cosas podrían pasar, como que el bebe heredara sus garras de andamatium y las pudiera sacar hiriendo a su esposa, pero la bola de pelos le dijo que no sucedería y no dudaba lo hubiera heredado. O que la mutación de Marie saliera a la luz en pleno parto y le quitara la vida a su bebe, ese si era algo que no sabían si pasaría o no. Y lo peor de todo, no saber que era, niño o niña.

El quería un niño, a Marie le daba igual, niño o niña sería su hijo y lo amaría.

-¿Porque grita?- pregunto otro niño de cabello rubio ojos grises.

-Porque así debe de ser- esos niños lo estaban poniendo mas nervioso con sus preguntas.

-Cuando mamá me tuvo ¿también grito?- Logan sonrió al niño de cabello azul y blanco plateado, de ojos violeta.

Recordaba el parto de Ororo, había sido muy tranquilo, sin gritos, como el de Jubilo, cuando tuvo a su niño rubio, no fue complicado como el de Jean al tener a su hijo pelirrojo, quizás era a quien más quería, sin que lo aceptara claro. Jean había muerto dando a luz a su único hijo, Scott se había quedado solo criando como padre soltero y viudo, mas las mujeres lo habían ayudado, además el niño había sido el primero, seguido por el de Jubilo y Ororo.

Del grupo de los X-men, el suyo era el cuarto, y todavía estaba impaciente. Y no ayudaba nada tener sus tontos super oídos.

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-Puja un poco más- pidió Hank. Mari estaba muy agotada, pero daría su último esfuerzo para que su bebe saliera.

Mari pujo fuerte, y con ello el llanto de un bebe, se relajo un poco al saber que su bebe no había sufrido nada y estaba bien. Cerro los ojos escuchando su llanto. cuantas veces no imagino volver a tener un hijo de ella y Logan, había sido complicado tenerlo y mucho mas complicado el embarazo, pero gracias a Dios había salido bien. Ella había ayudado a Scott a criar a su hijo Tala, y meses después a su amiga Jubilo, Spencer el niño rubio era igual a su padre, no heredando la locura de su madre. Y el de Ororo, Kai un niño que transmitía paz y con una sonrisa hermosa, Tala de 3 años , Spencer 2 años y 6 meses y Kai 2 años.

-Es una niña- escucho decir a Ororo.- Una hermosa niña.

-Que demonios, ya hacía falta una- exclamo Jubilo. Mari rió, hacía falta una mujer en la siguiente generación de los X-men.

-Quiero verla- pidió.

Hank envolvió a la niña, después que Ororo la limpiara. La tomo entre sus brazos, escuchándola dar un suspiro.

-Iré a llamar a Logan, quien ha de estar como un lobo enjaulado- Jubilo salió y de paso también les diría a Scott, el profesor Charles, Peter y Jonh.

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Logan observaba a la bebe, deseaba un niño, pero cuando las manos de la bebe tomaron su dedo, se olvido de lo que quería. Ahora su trabajo mas importante sería cuidar a su bebe y no dejar que los hormonales hombres se le acercara, de paso cuando tuviera 5 años le enseñaría a pelear como solo el sabía.

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LAGO ALKALI

Striker ya sabía de los tres niños que habían tenido los del equipo X-men, pero había llevado una ardua investigación. Y si nada de lo que había encontrado él y su equipo científico era cierto, entonces su mas esperada oportunidad ya había nacido, solo esperaría a que ese mutante tuviera 15 años, y podría llevar sus planes acabo.

Ya no era lo mismo que quería, lo que mas quería era a la nueva generación de mutantes, esos niños de padres mutantes diferentes, eran la clave, para acabar no solo con los asquerosos mutantes, sino para hacerle el daño mas grande a Wolverine, porque se vengaría por la herida que le hizo.

-Señor, acaba de nacer- informo el agente Zero.

-La fase uno ha empezado- le hablo- solo es cuestión de tiempo, entonces tendré de nuevo mi equipo de mutantes, poderosos que podría conquistar al mundo.