Nueva historia! ya venía rondandome la idea de hacerla pero nada mas no me decidía, espero les agrade =)
DISCLAIMER:
Los personajes y la historia no me pertenecen, son tomados de la saga de crépusculo y la historia es una adaptación de un libro titulado: The Sheik´s Captive.
Bella Pov.
Desde niña siempre he tenido una fascinación por el desierto gracias a las historias de mi abuelo, quien me contaba lo maravilloso que era el Sahara. Actualmente tengo 19 años, mi nombre es Isabella Swan, mis padres Renne y Charlie murieron en un accidente y desde entonces mi abuelo se preocupo de mi educación enviándome a las mejores escuelas en Francia. El semestre recién había terminado y fascinada por la idea de encontrar un poco de tranquilidad, alejada de todo el ajetreo de la ciudad decidí hacer un viaje. Justamente para encontrar un poco de paz, después de un semestre sumamente largo en la escuela. Al llegar al hotel deje mis cosas e inmediatamente me fui a rentar un caballo para recorrer parte del desierto, porque si, al fin cumpliría mi sueño de conocerlo. Había escuchado que junto al hotel había un bello oasis, así que no necesitaba que alguien me vigilara para acudir. Mi abuelo siempre había insistido en que debía salir acompañada por los guardias ya que los hombres del desierto son peligrosos y una chica como yo jamás sobreviviría a un enfrentamiento.
Bien entonces, siendo la persona tan terca que siempre he sido decidí hacer mi pequeño viaje sola, después de todo ¿Qué podría pasarme estando tan cerca del hotel? Justo cuando iba de vuelta, después de haber estado en el oasis mi caballo se asusto con una serpiente, termino huyendo; tirándome en el proceso provocando que me lastimara una pierna. Trate de pedir ayuda, pero… irónicamente me encuentro en el desierto por lo tanto no hay nadie que pueda ayudarme. Ha pasado cerca de media hora en la cual me he arrastrado por la arena pero aún no logro encontrar nada. Por suerte no me encontrado tampoco con ninguna serpiente u otro animal peligroso, sin embargo el sol es demasiado fuerte a esta hora del día, mi boca está seca y estoy comenzando a sentir mi piel arder terriblemente.
A lo lejos me pareció ver un halcón… lo más probable es que para este punto no sea más que una alucinación… aunque si mal no recuerdo mi abuelo solia decirme que los hombres del desierto entrenan a los halcones y los caballos para que estén siempre a su disposición. ¿Podrá ser que alguien esté cerca? Lo más probable es que ellos puedan ayudarme, si es que hay alguien. Giro un poco sobre mi constado y a lo lejos veo una figura a caballo que sobresale de entre otras. Creo que se trata de un tipo envuelto en una túnica blanca; lo único que alcanzo a distinguir son sus intensos ojos verdes, así como el halcón que me pareció ver antes descansaba en el brazo de aquel misterioso hombre.
Bajo de su caballo y me miro detenidamente, tratando de descubrir si se trataba de un chico o una chica, su mirada parecía insegura. Tomó una botella de agua y se acerco a mi lentamente, ofreciéndome un poco del contenido. Levante un poco más el rostro y bebí apresuradamente, era sólo agua después de todo, el ojiverde retiró la botella de mis labios demasiado pronto mirándome intensamente.
-Quiero un poco más de agua… ¿Acaso quieres que muera de sed?-
-En unos minutos te daré más.- Se apresuro a responder. –Debes darle a tu cuerpo la oportunidad de asimilarla. ¿Cómo es que terminaste aquí?, ¿Dónde están tus acompañantes?- Pregunto de repente.
-E-estoy sola.- respondí, no pensando en aquel momento que una afirmación como aquella era de lo más peligrosa –Mi caballo me tiró hace un par de horas y mi pierna se lastimo cuando caí del caballo, ¿Puedes darme más agua? De verdad tengo mucha sed.
-Pues es lo esperado después de pasar tantas horas bajo el sol.- Aquel hombre de cabello cobrizo acerco de nuevo la botella con agua hacia mí, poco a poco me sentía mejor aunque definitivamente mi piel era harina de otro costal, dolía mucho.
-¿En dónde me encuentro exactamente, estoy muy lejos del hotel Sehara?- Pregunte.
-¿Es ahí donde te estás quedando?, seguro tus familiares y amigos deben estar preguntándose qué sucedió contigo.- Se apresuro a contestar.
-No estoy con mi familia… vine so-…- Me corte a mitad de la frase, recordando que el no tenía porque saber que estaba sola. –Tienes toda la razón mis amigos deben estar preguntándose en donde estoy ¿Podrías llevarme de vuelta al hotel?, te lo agradecería mucho.
-No soy tu mayordomo ni nada parecido.- Aquellos ojos verdes que antes me parecieron cálidos, se volvieron insolentes, recorriendo mi cuerpo de arriba abajo. –Debes tener muy buenos amigos si te dejaron salir sola al desierto, me imagino que montas tan bien que tu caballo te tiró y por eso pasaste tantas horas bajo el sol provocando que tu piel se quemara.- Respondió sarcástico. –Lo mejor será que pases la noche en mi campamento.-
-P-pero no te conozco.- Fue mi único argumento.
-La noche se acerca y no tengo la menor intención de dejarte aquí a merced de los brutos que cazan en la oscuridad. ¿Acaso no te agrada la idea de ser invitada a mi tienda?- Inquirió con una sonrisa. -¿Te parece más peligroso venir conmigo que quedarte sola aquí en medio de la nada?- Cuando lo ponía de ese modo la respuesta era no, prefería mil veces ir con él a quedarme sola quien sabe por cuánto tiempo más, aunque también existía la cuestión de saber que era un hombre del desierto, alguien que según lo que mi abuelo decía sería siempre peligroso.
-Obviamente tú conoces estos territorios, no veo porque no puedas llevarme a mi hotel.-
-Yo no sigo las ordenes de una niña como tú, harás lo que yo diga.- Respondió con tono amargo, apretando los dientes.
-Yo no soy uno de tus hombres para que me hables así.- Espeté enojada. –Y mi nombre es Isabella no "niña" ¡¿Quién te crees que eres?!- Termine preguntando en un grito.
-Soy el amo y señor de estas tierras, mejor conocido como Sheik Edward Anthony, tú estás como invitada en este lugar; no sé qué historias has escuchado pero no me interesa llevarte a mi tienda y disfrutarte como mi postre. Francamente con la piel achicharrada que tienes y tu cuerpo cubierto de arena, no eres la más mínima tentación para mi libido. Te lo garantizo, no tienes que preocuparte por tu castidad. Así que aparta esa idea de tu cabeza.
-Amm… ¿Gracias?- sentí toda la sangre acumularse en mis cabeza en ese preciso momento, por lo que sabía que mis mejillas habían tomado aquel tono rojo tan característico, muestra de lo avergonzada que me encontraba. Mi abuelo siempre se había preocupado por mantenerme como una chica "pura" como es comúnmente dicho, sin que nadie tratase de aprovecharse de mí. Sin embargo en un rinconcillo de mi mente sabía que el hombre frente a mí era peligroso y que seguramente, trataba a sus amantes como objetos para su entretenimiento.
-Debemos irnos, pon tus manos alrededor de mi cuello, de esa manera el dolor será menor cuando te levante.- Indico el cobrizo.- Una vez que lleguemos al campamento veré que atiendan tu herida y las quemaduras de tu piel.- Informo antes de tomarme en brazos. Por lo que no me quedo más remedio que seguir sus instrucciones. Me levanto como si fuera una muñeca de trapo subiéndome al caballo; se coloco tras de mi envolviéndome con una túnica de forma tal que me protegía del frío de la noche que ya comenzaba a sentirse en el Sahara. Fue entonces cuando me di cuenta de lo cansada que me encontraba, recargue mi cabeza en el hombro de mi salvador, después de todo era mejor rendirse por el momento y tal vez mañana tratar de convencerlo para que me escoltara de regreso a mi hotel. Poco a poco me convencí que este hombre solo quería ayudarme a sentirme mejor y una vez que supiera que había cumplido, me llevaría de regreso al hotel y todo habría sido una aventura que desde luego su abuelo nunca sabría.
Después de lo que pareció una eternidad, llegamos al campamento, el caballo se detuvo y Edward bajó rápidamente, avisándome que me llevaría en brazos hasta su tienda, pidiéndome que me moviera lo menos posible. Mientras caminábamos lo escuche murmurar unas palabras en árabe, las cuales no entendí a un hombre que se encontraba realizando guardia en la tienda del Sheik. Al entrar, debo decir quede maravillada con lo que mis ojos veían, la tienda estaba cubierta de finas telas, una enorme alfombra hacia juego con el resto del decorado de la habitación, completando con múltiples cojines multicolores dispersos. Edward me bajo lentamente, de forma tal que quede de pie frente a él. Sus ojos verdes me recorrieron con detenimiento, lo cual me hizo sentir algo incómoda, seguro pensaba en lo mal que lucía tal como estaba, todo lo opuesto a él, quien a pesar de una larga cabalgata todo el día lucí apuesto y muy arreglado.
Mientras me detenía a observarlo con detenimiento, puede percatarme de la presencia de una enorme cicatriz en una de sus manos, sin embargo no me atreví a comentar nada al respecto.
-En un momento alguien vendrá a atenderte.- Fue la simple contestación que dio antes de salir de la tienda dejándome sola, el silencio inundo la estancia, la verdad me encontraba un poco nerviosa, parecía como si aquel hombre adivinara mis pensamiento, de manera nerviosa dirigí mi mano hacia el cuello tomando el dije que jamás había dejado de usar desde que mis padres murieron, la cadena se zafó y el escapulario termino en el piso, a los pies del hombre que me encontró, quien lo tomo entre sus manos y lo abrió, mirando la fotografía que había en el interior con detenimiento, después sus ojos se posaron en mí.
-¿Quién es este hombre?- Pregunto, en un tono de voz totalmente diferente, parecía haberse tornado agresivo y la expresión de su rosto era de rabia absoluta.
-Es mi abuelo.- Me limite a contestar.
-¿Tu apellido es Swan?-
-Así es, soy Isabella Swan, ¿Puedes devolvérmelo?, no quiero que lo dañes.- Me apresure a decir.
-Quisiera dañarlo a él. Ese hombre es enemigo de mi gente. Los destruyo a todos sin piedad… incluyendo a mi madre.- Concluyo mirándome fijamente.
-Mi abuelo era un soldado, me niego a creer que alguna vez mato a una mujer.- Replique furiosa, el no sabía nada de mi abuelo, no podía venir y hablarme de ese modo.
-No voy a ser llamado mentiroso por ti niñita.-
Bueno... este es el primer cap, la historia sip, si tendrá contenido no apto para menores, pero más adelante, ahora recién comenzamos y me gustaría mucho saber que les parece la idea n.n ¿que creen que suceda después de que sabe quien es? no olviden dejarme un comentario con sus sugerencias y respuestas gracias!
p.d- los siguientes capitulos serán desde el punto de vista del narrador, aunque se aceptan sugerencias ;)
