Antes de nada... Esperamos que os guste tanto como a nosotras escribirlo. Queremos aclarar varias cosas:
Esto seran dos historias mas o menos. Una escrita en cursiva que se tratara sobre flashbacks desde "el final de la serie después de los disparos" y como nos imaginamos que sería el proceso de embarazo etc y la vida de ellos con diferentes escenillas sin una continuidad especifica (saltos temporales entre medias) y hasta esos "7 años después" y la otra se trata del "presente" esos siete años después... La vida de Castle, Beckett y sus tres hijos también con saltos temporales (mas leves. pero tambien sin continuidad especifica...).
Esperemos que no sea muy confuso.
Por otro lado la historia estará escrita en primera persona, desde el punto de vista de Kate o Rick... Puede que en algun momento cambiemos de POV pero siempre avisamos antes con negrita y el nombre del personaje.
Por supuesto, también os informamos como en la sinopsis que esta historia esta escrita por Rubbert y Sarux y asi es como nos imaginamos lo que podría haber sido en la serie de habernos mostrado más sobre su vida...
Esperamos no defraudar y avisamos que... Ante mayor numero de lectores y SOBRE TODO reviews, la actualización irá más rápida.
Gracias por leer!
S&R
Kate
16, Mayo 2016
Cierro los ojos con tanta fuerza que me tiemblan los parpados. Es lo único que siento en ese momento. Eso y como la sangre zumba en mis oídos con la presión que golpea mis sienes. Es como un martillo percutor penetrando con fuerza en mi cabeza. Aprieto los labios y siento como no tengo más fuerza. Es raro que siga consciente cuando no existe ningún motivo para hacerlo. Abro los ojos sin saber cuánto rato ha pasado, donde estoy y de quién son esas voces. La luz me ciega. Azul. Rojo. Blanco. Negro. Puedo notar cómo me muevo como si flotara…Mis pies no tocan el suelo… Soy inerte. Mi nombre es repetido varias veces en un casi incomprensible gemido de dolor a mi lado camuflándose entre el ensordecedor ruido que nos rodea.
Yo ni siquiera tengo voz para poder responder, para poder decir lo que deseo. En ese momento desearía poder gritar pero en cuanto intento boquear, en cuanto abro la boca e intento que el aire llegue a mis pulmones estos queman. Dios, como duele. Es como si miles de alfileres se clavaran en mi pecho y se hiciera cada vez más intenso mientras la humedad de mi camiseta teñida de bourdeos se hace más intensa.
Y de repente todo termina.
Todo se acaba. Las luces azules. Rojas. Blancas. Negras. Las voces. Y sobre todo, el dolor.
Siete años después.
Hogar de los Castle. 10 pm.
16, Mayo 2023
"No puedo más" me repito un par de veces, apoyada en el umbral de la puerta, agotada, vestida con unos pantalones lo suficientemente grandes para tener que doblarlos en la cintura y que no se caigan. No recuerdo si siempre fueron asi o es que todo el trabajo diario (Incluyendo los niños) han hecho que haya perdido un par de kilos más. También visto una camiseta ancha, de la colección de Rick. Una de esas que siempre le robo a la hora de dormir. Estoy cruzada de brazos y he decidido por un lado no desesperarme y por otro lado no ceder más. Se agotaran. Eso es lo que pienso desde hace diez minutos…Sin resultado positivo.
Siempre que me repito un "no puedo más" a continuación en mi cabeza resuena un "ánimo, tu puedes".
Claro que creo que puedo… Si. Puedo con todo. Puedo con tener a diario todo lo necesario para la guardaría de mi increíble hija mayor Lily quien acude a clase varios días por semana hasta que en septiembre comience la escuela elemental. Eso no es difícil, después de todo se está portando genial incluso ayudando con algunas cosas. Como ella dice, ya tiene seis años y es mayor. Y también puedo con el resto de tareas del hogar.
Y Rick me ayuda bastante (aunque esté completamente concentrado a diario en su despacho intentando escribir algo que no tenga que ver con Nikki Heat o Derrick Storm) y el que sigamos con Alicia quien una vez por semana viene a limpiar es de mucha ayuda… No todo es tan fácil aunque yo quiera creer que sí, que puedo con todo. No solo es hacer la colada, tener la ropa lista o todo recogido…
¡Eh! Y por otro lado… Está mi recién estrenada carrera hacia el senado, en una campaña intensa que probablemente es la culpable de la pérdida de mis kilos y de que me repita una y otra vez que no puedo más…
O también tiene algo que ver con que Jake y Reece lleven más de diez minutos saltando sobre el colchon de su nueva cama… Una cama de mayores que ellos han decidido utilizar más como trampolín que como descanso para dormir. Este es el quinto día que repiten el proceso. Desde que les hemos comprado las nuevas camas se dedican a irse a dormir tarde después de tener una fiesta brincando en ellas.
Suspiro.
Y al día siguiente, por supuesto yo no puedo más.
A través del silencio del pasillo me llega la voz amortiguada de Rick quien habla tranquilamente y en un tono bajo con Lily, encerrados en la habitación de mi hija, deseándole buenas noches.
¿Por qué él ha acostado a Lily todos los días y yo tengo que lidiar con estos dos enanos?
Perdiendo la paciencia, descruzo mis brazos y me adentro en la habitación de mis chicos, mis gemelos.
-¡Jacob James Castle!-alzo la voz recitando el nombre completo que sólo utilizo cuando estoy demasiado enfadada y le agarro por la cintura antes que se precipite entre la distancia de ambas camas y toda su fiesta acabe en una desgracia-¡Quieto!
Le obligo a sentarse en la cama mientras me mira con una sonrisa traviesa heredada de su padre. Puede que los ojos sean míos, pero sin duda, esa sonrisa, ese pelo…Esa carita achuchable es de mi marido.
Me muerdo el labio y sin perderle de vista, agarro al vuelo a Reece y en un rápido movimiento me siento en su colchón. Le obligo a descansar sobre mi regazo y le acerco a mi cuerpo, disfrutando del olor a bebé que aun desprende su cuerpo mientras no separo la mirada de Jake.
-¡A dormir!
Los dos sueltan una risita. Es como si tuvieran una recarga de energía constante y puedo imaginarme quien es el culpable de su estado.
A veces creo que tengo tres hijos y una preciosa hija.
Suspiro.
-Mami-su voz casi en un chillido hace que mire a Jake. Y aunque todo eso a veces se me haga cuesta arriba por las horas que le dedico a la casa, a ellos y sobre todo a mi nueva carrera, cuando veo sus caritas o escucho su voz se me olvida todo-No sueño.
Dejo en el suelo a Reece y este corre a sentarse al lado de su hermano. Están enormes. Es normal. Rick es alto y yo tengo una altura considerable por lo que los gemelos también serán altos. Con ese corte de pelo (idea y sorpresa de Castle) ahora parecen que tengan más edad de la que tienen.
¿En qué momento ha pasado tanto tiempo? ¿En qué momento dejé de ser la amiga y compañera de Castle y pasé a ser su mujer y la madre de sus hijos? Suspiro.
-No sueño-susurro.
Reece mueve su cabeza en un movimiento negativo y hace el amago de volver a saltar, esta vez en la cama de su hermano, pero yo se lo niego moviendo el dedo índice como él había movido su cabecita.
-No se salta en las camas.
-No-repiten ellos-no salto.
A lo lejos, juraría que mi móvil vibra en algún lugar abajo en el salón. ¿Deberíamos, ahora que los gemelos han crecido más y no paran quietos mudarnos del loft? No podemos seguir con ellos arriba (aunque tengamos esa barrera protectora en las escaleras y nosotros haciendo vida abajo, aunque eso nos de algo más de intimidad… Las veces que se enferman se hace tedioso). Eso es algo que Rick y yo tendremos que hablar…
Atenta escucho como Rick sigue hablando con Lily y cuando giro mi mirada para los gemelos, veo como Jake ya está saliendo por la puerta caminando con algo de torpeza e invitando a su hermano a seguirlo.
Me asomo por la puerta y les sigo por el pasillo. Corretean vestidos en sus pijamas de Batman y Robin de una forma graciosa debido al pañal que abulta su trasero. Estaba claro que su destino no sería otro que la habitación de su hermana mayor.
Ambos empujan como pueden la puerta semi abierta y entran sorprendiendo a padre e hija.
-¡Mira quien tenemos aquí!-escucho que Castle exclama alegremente, seguramente sin ser consciente de la hora que es.
Me asomo y compruebo como Jake trepa por el cuerpo de su padre y Reece hace lo mismo en la cama de su hermana. Castle empuja por el trasero a nuestro hijo ayudándole a terminar de subir y este se abraza a Lily y al peluche de unicornio que descansa a su lado.
-¿No duermen?-pregunta.
Mi sangre hierve al ver con la tranquilidad que se lo toma todo.
-No. No duermen. ¿No lo ves?-suspiro- Son las diez de la noche… ¿Nunca se le gastan las pilas?
Jake esconde su rostro en el cuello de su padre y suelta una risita. Reece se acomoda con su hermana y Lily me mira. Ella sí parece agotada. Después de todo ella ha tenido un largo día también con la guardería y sus clases de baseball.
Yo temo que nuestro último recurso sea el de siempre, sin embargo, me siento en el borde de la cama y dejo que sea Castle el que se encargue de la situación por que definitivamente yo ya no puedo más.
-Chicos, hay que dormir en las camas de mayores-les dice seriamente.
Yo evito mirarle. Su cara es toda una mueca cuando intenta ser muy serio con los gemelos o con Lily y siempre acabo riéndome lo cual hace que le quite credibilidad.
-¿No?-le escucho que dice sorprendido.
Rick me mira mientras los niños siguen negando con sus cabecitas.
-¿Y qué hacemos?
Deja la pregunta en el aire como buscando una respuesta en mi y aunque yo no conteste todos sabemos cómo va a acabar aquello. Tres minutos después, Rick carga con Reece en sus hombros y Jake sobre su pecho mientras yo cargo en brazos a Lily, su manta de Princesas y su peluche de unicornio.
Bajamos las escaleras que llevan a la parte inferior del loft mientras vamos cerrando las luces a nuestro paso.
Cuando llego a la altura de la mesa compruebo que efectivamente tengo un par de mensajes. Cojo el móvil como puedo y sigo mi destino.
Al llegar a nuestra habitación dejo a mi niña en la cama y observo como Castle hace lo mismo con mis niños. Los tres se acomodan entre las sábanas.
-¿Agua?-pregunto.
Los tres alzan la mano en señal de afirmación.
Sonrío y descalza me acerco hasta la cocina para rellenar los vasos de plástico y doble asa de los gemelos de agua y otro con una sola para Lily. Cuando me giro me topo de golpe con el cuerpo de mi marido casi aprisionándome. El agua rebota en el vaso de Lily saliéndose y mojando con un par de gotas la camiseta de Castle.
-Mira lo que has hecho-me quejo aunque sin mucha molestia.
Rick sonríe.
-Oye…-acaricia mi rostro-Solucionaremos lo de dormir…Eh, te lo prometo.
-Sí, pero…
-Vamos, mañana es sábado y han tenido muchos cambios… ¡Ya tienen camas de mayores!
-Que solo usan para saltar-suspiro.
-Sí, pero te prometo que lo solucionaremos.
-Cuanto antes, Rick. Trabajar en una campaña para ser senadora es más duro de lo que creía.
Castle me mira con comprensión y une sus labios a los míos en un tierno beso con una promesa sin necesidad de formularla, diciéndome con sus ojos que el problema para dormir a los niños se solucionará.
Caminamos a la habitación y les encontramos completamente despiertos y esperándonos.
-¡Ahora si, a dormir!-digo tras dejar los vasos en la mesita de noche y metiéndome en la cama.
-¡Un cuento, por favor! -pide Lily con un vocabulario casi perfecto para tener seis años. Después de todo, nuestra pequeña hacía tiempo sabía leer gracias a su padre.
-Cuento-repiten los gemelos a la vez.
Yo miro a Rick y este se junta un poco más hacia Lily para no caerse aunque la cama es lo suficientemente grande para los cinco.
-Uno rápido y a dormir… Mami está cansada…-puedo escuchar que susurra bajando la voz-
Yo bostezo sonoramente y asiento. Los niños se preparan para escuchar el cuento de Peter Pan relatado por su padre.
Y antes de que sea consciente, la voz de Rick es cada vez más lejana, siento como yo caigo en un sueño y la respiración de Jake y Reece es más profunda, señal de que están tan dormidos como Lily y como lo voy a estar yo en breves. Rick sonríe al vernos a todos en ese estado y deja de hablar.
Castle
Levanto la cabeza por encima de la montaña de ropa de los gemelos que cargo en mis manos para poder visualizar bien los escalones, mientras que Lily camina detrás de mí cargando con su propia ropa como una niña mayor.
Conforme bajamos las escaleras las voces de Jake y Reece comienzan a escucharse por encima de la de Kate quien les pide unos minutos más en la cama. Sonrío sabiendo que no se lo van a dar, pero con la tranquilidad de saber que hoy es sábado y Kate no tiene que ir a trabajar, aunque es más que probable que se haya traído trabajo a casa.
Desde que comenzó con la ardua tarea en el senado, preparándose como candidata a senadora, sus horas de trabajo se han intensificado, al igual que la presión por querer hacerlo todo bien. Sé que no está siendo fácil para ella, sobre todo porque eso implica pasar más tiempo separada de los niños, y cuando está con ellos su cansancio acumulado hace que sea realmente agotador. Y yo intento ayudar en todo lo que puedo, pero no siempre es suficiente.
Empujo con el pie la puerta del dormitorio y me hago a un lado para dejar que nuestra princesa pase primero. Ella curva los labios hacia el lado derecho en una medio sonrisa que me recuerda tanto a su madre que no puedo evitar derretirme por ella. Cuando entra al dormitorio lo hace dando pequeños saltitos.
Observo cómo Kate hace uso de sus buenos reflejos y coge a Jake en el aire, antes de que éste caiga sobre su hermano y comience una guerra de llantos. Porque por supuesto, si uno llora el otro también lo hace, independientemente de cuál sea el motivo.
-¿Qué tal si comprobamos esos pañales? – Pregunto por encima de las risas de esos dos pequeños renacuajos.
Los dos se levantan y caminan torpemente entre las sábanas hasta llegar al extremo de la cama donde yo me encuentro.
-Yo – piden los dos al unísono alzando sus pequeñas manos.
-¿Qué tal si papá se encarga hoy de Reece y yo de Jake? – Pregunta Kate mirándonos a los tres.
Jake corre a los brazos de su madre mientras que Reece se queda a mi lado, esperando a que le baje los pantalones y compruebe si su pañal está húmedo.
A diario nos repartimos las tareas con los gemelos. Los días pares Kate se encarga de Jake, mientras que yo me ocupo de Reece, y los impares al revés. Cuando te vienen dos de golpe tienes que aprender ciertas tácticas para poder controlarlos a todos, en ocasiones ni siquiera eso es suficiente.
-El mío está mojado, ¿y el tuyo? – Pregunta Kate mientras retira el pañal húmedo de Jake.
-Mojado también – Respondo mientras chasco la lengua.
A pesar de que hace un par de meses, y gracias al esfuerzo de todos, incluida Lily, los gemelos aprendieron a utilizar el baño, por las noches todavía se les escapa el pis de vez en cuando, por lo que todavía utilizan pañal a la hora de dormir. Es toda una satisfacción para todos cuando uno de los dos amanece con el pañal seco, aunque es normal que vayan poco a poco.
Observo de reojo cómo Lily ya se ha puesto sus mallas y ahora está terminando de colocarse la camiseta por encima de la cabeza. Nuestra pequeña ya tiene seis años y todavía no me puedo creer que sea tan responsable e independiente. Por supuesto eso lo ha heredado de Kate.
Alargo la mano y escojo la camiseta de un tono más oscuro para Reece, mientras que Kate se hace con la más clarita para Jake. Es uno de esos trucos que utilizamos para poder distinguirlos. Después le coloco sus vaqueros y sus zapatillas con cierta dificultad ya que él no deja de moverse para querer ir a jugar con Lily, que se ha tumbado sobre la cama ya vestida. Cuando termino de vestirlo, limpio su cara con una toallita húmeda y retiro un mechón que hay pegado a su frente debido al sudor. Estos dos bichos no paran quietos, ni siquiera mientras duermen y siempre amanecen empapados en sudor.
Kate y yo terminamos de vestirlos al mismo tiempo y ella se pierde por el baño, apareciendo unos segundos después con tres cepillos. Le entrega el suyo, de color morado y con su nombre en él a Lily mientras que nosotros nos ocupamos de peinar a los gemelos.
Suspiro cuando termino.
Kate se masajea la frente mientras revisa que los tres están listos.
Ella también se viste, colocándose una ropa cómoda, y todos salimos al salón.
-A ver quién llega primero a la mesa – Exclamo. Esa es la única manera de que se sienten a desayunar sin tener que pedírselo reiteradamente hasta acabar con nuestra paciencia.
Lily sale primero, seguida por Reece y Jack. Este último tropieza pero por suerte Kate lo alza en el aire, haciendo que un posible llanto se convierta en una tierna sonrisa. Yo salgo detrás de todos ellos.
Nuestra hija mayor me ayuda a colocar el desayuno en la mesa, sirviendo la leche en su vaso y en las jarras de sus hermanos, mientras que Kate coloca a los gemelos en sus sillas.
Los más pequeños alzan sus jarras y Lily su zumo mientras que nosotros lo hacemos con nuestro café y brindamos todos juntos, es una costumbre que tenemos desde que Lily nos vio brindar en la cena de nochebuena.
Mientras nuestros hijos desayunan tranquilos y en el salón se respira cierta calma como pocas veces ocurre, aprovecho para alargar mi brazo y coger la mano de Kate, acariciándola con mis dedos mientras la observo.
Ella me sonríe y pienso que ella, esa sonrisa, este momento de felicidad lo significan todo para mí. A pesar de las ojeras que marcan su rostro, Kate sigue estando guapísima, tanto o más que el primer día, y sigue siendo mi razón, mi todo.
Kate presiona su mano contra la mía y sonríe, probablemente los dos pensamos en como ha pasado el tiempo tan rápido y seguramente tanto en su mente como en la mía reaparece el mismo recuerdo, uno que los niños tal vez no estén todavía preparados para escuchar pero que tenemos muy vivo, el principio de nuestra pequeña familia.
30, Junio 2016
Me recuesto desnudo contra el colchón mientras trato de normalizar mi respiración. Kate hace lo mismo a mi lado. La miro con culpabilidad a pesar que ella intenta hacerme comprender que no es mi culpa. Suspiro. Ojalá estuviéramos así por haber hecho el amor pero…Me he bloqueado. No es que mi amiguito no haya respondido… SIEMPRE lo hace… Pero no hemos pasado de unas caricias, algún juego… Y ya.
Estamos pasando por una época algo extraña e incómoda que comenzó cuando por fin encontramos un momento para estar a solas después de que nos concedieran el alta del hospital tras los disparos con miles de prohibiciones y pautas a seguir. Ambos nos necesitábamos mutuamente, necesitábamos sentir la piel del otro junto a la nuestra, necesitábamos sentir que, a pesar de todo, los dos habíamos sobrevivido y teníamos una segunda oportunidad. Y sin embargo eso no ha podido ser 100% posible. Han pasado ya casi dos meses desde los disparos y sé que la pasión de ése primer reencuentro no ha desaparecido, al contrario, se ha visto incrementada debido a las restricciones medicas y en parte a nuestras discusiones ante ello.
-Es que no entiendo qué tiene de malo tomarnos un año sabático – Vuelvo a sacar el tema mientras retiro un mechón de pelo que se ha pegado a mi frente debido al sudor y al esfuerzo. Y eso que apenas hemos hecho nada. Detesto como mi cuerpo se fatiga enseguida. Kate dice que es normal…Que ella pasó por lo mismo y que esta vez sus heridas son más leves… Que tenga paciencia. Como si fuera fácil después de casi tener sexo oral con ella no querer más.
-Agh, Castle – Kate se queja mientras se tapa la cara con ambas manos.
Pero yo no estoy dispuesto a abandonar esta conversación ahora.
Después de que ambos estuviésemos a punto de morir, tomé la decisión de abandonar mi trabajo como investigador privado, que solo había conseguido distanciarnos todavía más y ponernos en peligro a ambos y que, según Kate, no tenía ningún sentido.
Como sorpresa le pedí a Kate que nos tomáramos unas largas vacaciones. Algo así como un año sabático en alguna isla lejos de todo. Ella y yo, solos, alejados de cualquier peligro. O incluso le propuse la posibilidad de viajar a París o con su moto por la costa del país, algo que creía que le ilusionaría y nos permitiría continuar con esta época salvaje y pasional.
Sin embargo ella, por motivos que sigo sin comprender, se muestra reticente a tomarse esas vacaciones conmigo.
-Kate – Me tumbo de lado y acaricio su brazo con ternura, deslizando después mi mano hasta sus caderas – Mi amor… Necesitamos esas vacaciones. Tú… No necesitas volver al trabajo.
-No estoy segura de que dejar la 12th sea una buena idea, no sé si estoy preparada para ello. Y ya lo he hecho, ya he vuelto al trabajo – Dice ella, apartando las manos de su cara y colocando una de ellas junto a la mía que reposa en su cadera.
Es cierto, Kate había vuelto a retomar su puesto como Capitana hacía unas semanas. Y el resultado… No había sido muy bueno.
-Exacto, y no está siendo positivo – Se lo hago saber.
Trago saliva cuando ella enarca las cejas y me dedica "su mirada". Trato de hacer una mejor elección de palabras esta vez.
-Cielo… Desde que has vuelto, siempre estás de mal humor – Ella suspira y yo intento arreglarlo de nuevo – Y no solo eso, sino que te has enfermado un par de veces. De verdad creo que necesitamos este descanso.
Desde su regreso a la 12th, Kate había tenido que volver a casa un par de días antes de tiempo porque no se encontraba del todo bien. Aunque no me atrevía a decírselo, tal vez todavía no estaba preparada para regresar al trabajo todavía. Las pesadillas por las noches habían reaparecido e incluso más seguidas. Algo no estaba bien.
-Castle, ¿crees que no puedo con todo?
El cambio en su tono de voz llama mi atención. Ha pasado de parecer estar molesta conmigo debido a mi comentario a parecer asustada y realmente preocupada.
No puedo evitar acercar mis manos a su cara y acariciar su rostro.
-Claro que puedes. Y eh, estoy aquí, a tu lado. Juntos podemos con todo, pero tienes que contarme qué es lo que te preocupa.
Un nudo se forma en mi estómago al ver cómo una lágrima se desliza por su mejilla. No soporto verla llorar. La atrapo con mi dedo índice y atrapo sus labios con los míos en un cariñoso beso.
-Ya no estamos solos – susurra ella, colocando sus brazos alrededor de mi cuello y acariciándome la nuca.
Intento moverme porque creía que estábamos solos en casa y porque ninguno de los dos nos acordamos de echar el pestillo en la puerta del dormitorio, sin embargo Kate me impide moverme.
-No es eso – Susurra mientras una sonrisa se forma en sus labios. Si sigue sonriéndome así me excitaré y no habrá vuelta atrás… Si tengo un infarto debido al esfuerzo físico no recomendado en estos momentos por mi médico…Quedará en su conciencia.
-¿Entonces?
Kate busca mi mano en su cintura y la conduce hasta colocarla sobre su estómago mientras sus ojos se vuelven brillantes. ¿Es posible…?
-Quiero decir que creo que ya no estamos solos – Repite mientras las lágrimas se abren camino en su rostro – Para…Mi…fue un shock…Pero estoy embarazada.
-Kate… - Su nombre escapa de mis labios en un susurro tembloroso. Las lágrimas también amenazan ahora con escapar de mis ojos.-Desde… ¿Desde cuándo?
-Estoy de unos tres meses más o menos, tal vez algo más… No estoy muy segura, tenemos que ir a…-la interrumpo.
-¿Qué? Pero tu… -sé que mi rostro se endurece sin poder evitarlo-¡Los disparos!-frunzo mi ceño-¿Lo sabías? Porque si es así…No puedo creer que te expusieras tanto… ¿En que estabas pensando?
-Rick, Rick… -ella me obliga a callarme y a dejar que se explique- Me entere en el hospital-mi rostro se relaja-Me quedé en shock cuando mi médico me dijo que a pesar de los disparos el bebé no había sufrido ningún daño… He esperado a decírtelo…Por qué…Tenía miedo que no fuera bien y te ilusionaras y…Pasara algo…-sus ojos empiezan a llenarse de lágrimas.
Estoy seguro que yo estoy sonriendo como un bobo y acabo riendo como loco de ilusión y tomo su rostro entre mis manos para besarla con ganas mientras provoco su risa entre las lágrimas que habían escapado de sus ojos.
-¡Estamos embarazados!
-Lo estamos…-susurra ella contra mis labios y nos besamos varias veces sin parar de reír.
-Tienes que…Tienes que ir a hacerte una ecografía-digo posando mi enorme mano en su aun plano vientre-Y ahora si…Vamos a tomarnos esas vacaciones…
Ella asiente mientras sonríe y yo no puedo evitar juntar mis labios con los suyos en un beso apasionado al mismo tiempo que acaricio su vientre con mi mano, ahí donde descansa nuestro futuro.
