Hola a todos!!!!¿Que tal estáis? Espero que bien. Bueno, llevaba en mente este fic desde hacía varios meses pero entre exámenes, instituto y aparte que había comenzado a escribir los otros dos fics ("En la adolescencia llega la locura" y "Jóvenes rebeldes")no he tenido mucho tiempo. Este va ha ser un mini fic, no creo que tenga más de dos capítulos, pero espero que os guste y disfrutéis el tiempo en el que estéis leyéndolo. Bueno, me despido y por favor, dejar reviews con vuestra opinión ¿Vale? Besos a todos.
Este mini fic se lo dedico a todas las personas
que me están apoyando con mis otras dos historias.
Gracias por todo.
I. La noticia
Hay un momento en toda relación sentimental, en la que debes conocer a la familia de la persona a la que quieres; y en especial a los padres de dicha persona o, mejor dicho, a tus suegros. Eso era exactamente lo que debía hacer esa misma tarde James Potter, un joven delgado pero bien formado, con el pelo alborotado y de color azabache y unos ojos marrones muy bonitos y vivarachos ocultos tras unas gafas redondas. El único inconveniente era que él todavía no lo sabía y por eso mismo dormía placidamente sin imaginarse que dentro de unas horas, tendría que enfrentarse al examen más difícil de todos; el que le haría el padre de Lily, su novia, y para el cual aún no había estudiado.
James despertó con la luz de la mañana que entraba por las rendijas de la persiana. Y aunque eran las doce del medio día, con gran pereza abandonó su mullida cama y, arrastrando los pies, se dirigió a la cocina. Abrió la nevera y, para variar, la encontró prácticamente vacía. Cogió un zumo y se tumbó en el sofá mientras reflexionaba mirando al vacío. A los pocos minutos un joven alto, moreno, con unos bonitos ojos azules y un cuerpo bien formado y atlético entró a la habitación y, tras echar una mirada desaprobadora al interior de la nevera, se sentó en un sillón próximo al sofá. Era Sirius Black, el mejor amigo de James, su confidente, compañero de habitación en el colegio y ahora de piso. Se miraron unos instantes y suspiraron resignados.
-La nevera esta vacía-dijo Sirius, molesto- Y si no recuerdo mal, te toca esta semana ir a hacer la compra.
-Pues parece que si recuerdas mal querido Padfoot, porque la semana pasada cambiamos el puesto para que pudieras ir a una de tus citas –le recordó James, con sarcasmo.
-Pero es que con este calor…-se excusó Sirius, mientras ponía eso ojitos de osito amoroso que sólo pudieron hacer reír a James-
-Conmigo no funcionan, Padfoot-añadió con una sonrisa-Eso guárdatelo para tus citas.
Pero justo cuando Sirius iba a contestar, llamaron al timbre interrumpiendo así el comienzo de un intento de persuasión. James se levantó y abrió la puerta para encontrase con una joven muy guapa, no muy alta, pelirroja y con unos bonitos ojos color verde esmeralda, que sonreía mientras levantaba en alto dos bolsas de la compra que llevaba en las manos.
-¡Lily! No te esperábamos-dijo James como saludo, a la vez que cogía las bolsas y las dejaba sobre la bancada de la cocina para luego besar a su novia- ¿Qué haces aquí?
-¿Es que no puedo venir a ver a mi novio?-preguntó Lily, con una sonrisa inocente – Bueno, vale, en realidad suponía que tendríais la nevera vacía y que con el calor que hace ninguno querríais ir al supermercado. Así que os he hecho la compra.
-No era necesario-añadió James, avergonzado-Sirius iba a hacerla esta tarde ¿Verdad?
-Eh…sí-mintió Sirius, evasivo.
-Ya, claro-comentó, sarcástica, una joven que acababa de entrar a la vivienda- Sirius Black, un día de verano, con un calor asfixiante y sobre natural en Londres, ¿haciendo la compra? No me hagas reír.
La joven era alta, esbelta, con unos grandes y bonitos ojos marrones que combinaban a la perfección con su cabello largo, oscuro y liso.
-¡Pero mirar quien ha llegado para amargarnos el momento!¡Es la única e inigualable Katrina Turner!¡ Muchos tomatazos para ella!-exclamó Sirius emocionado.
La joven Turner suspiro y, tras dejar las bolsas que tenía de compra sobre la bancada, se sentó en el sofá.
-Pues si no fuera por nosotras, no tendrías nada que tirarme-Matizó la aludida, con una sonrisa traviesa.
-Buen detalle-Admitió James, recibiendo una mirada fulminante por parte de su amigo.
-Creeme Black, que si hubiese pensado en ti no me habría molestado en absoluto en acompañar a Lily a hacer la compra-aclaró Katrina, haciendo un gesto elocuente con la mano-Pero luego pensé en James, y como le tocaba esta semana hacer la compra a él… pues hice un esfuerzo.
-¡Ja! En verdad me tocaba hacer la compra a mí-contradijo Sirius, con una sonrisa traviesa- Cambiamos el turno la semana pasada.
-Genial-Masculló Katrina, sarcástica, percatándose por primera vez de que su amiga no dejaba de hacerle gestos con las manos-¿Te ocurre algo Lily?
-¿A mi? Nada-contestó la pelirroja, sarcástica- ¿No tenéis nada que hacer?
-Ahora que lo dices, si tenemos algo que hacer, ¿Verdad Sirius? –respondió Katrina, fulminando a Black con la mirada.
-Eh…sí-Corroboró el aludido, no muy convencido-Pero ahora mismo no recuerdo qué.
-Deja que te lo recuerde-Se ofreció "amablemente" la joven Turner, mientras arrastraba a Sirius a su habitación.
Lily suspiró complacida de que por fin pudiera estar a solas con su novio y James, extrañado por la actitud de su chica y su mejor amiga, comenzaba a sospechar que algo raro estaba pasando ahí.
-Al fin solos-dijo Lily mientras besaba a su novio- Tengo que hablar contigo.
La pareja se sentó en el sofá, confirmando por segundos las sospechas de James.
-¿Qué ocurre Lil? Me estás asustando.
-James, ya llevamos mucho tiempo saliendo y en fin, veo que nuestra relación va en serio, por qué va en serio ¿no?-preguntó Lily, con una mirada que no admitía réplica.
-Claro que si-contestó James, acercando su rostro al de ella para poder besarla.
-Entonces creo que va siendo hora de que conozcas a mis padres.
-Cof, cof, cof…¡¿Qué?!-exclamó James, atragantándose con el zumo que estaba bebiendo-Creo que he oído mal, ¿puedes repetirlo?
-Me has oído perfectamente-contestó Lily, molesta por la actitud de su novio- No entiendo por qué no quieres conocer a mis padres, son encantadores.
-Permíteme dudarlo-murmuró James recordando lo ocurrido en su séptimo año en Hogwarts.
Flash Back
Dos jóvenes desayunaban tranquilamente en la mesa de Griffindor cuando una bonita lechuza voló hasta una de ellas para dejar caer sobre la mesa la carta que llevaba entre las garras.
-¿De quien es?-preguntó Katrina a su amiga.
-Creo que de mis padres -contestó Lily- desde que les regalé una lechuza no paran de enviarme cartas.
La pelirroja abrió el sobre con cuidado y leyó la carta emocionada.
-Dicen que a lo mejor vienen a recogerme al andén –Informó, entusiasmada.
-Todos los años vienen a recogerte al andén-Le recordó Katrina, sin comprender a que se debía la alegría de la chica- ¿Qué tiene este curso de diferente? A parte de que es el último.
-James-respondió Lily como si fuera lo más evidente.
Y como si por arte de magia se tratase, James y sus amigos entraron al Gran Comedor para luego acercarse a la mesa griffindor y sentarse al lado de las dos jóvenes.
-Hola Lil-saludó James, besando a su novia-¿Quién te envía esa carta? ¿Debo ponerme celoso?
-No seas idiota-dijo Lily, sonrojada-Es de mis padres, posiblemente vengan al andén a recogerme.
-Que bien-contestó James sin mucho interés, sentándose al lado de su novia.
-¿Pero sabes lo mejor?-preguntó Lily levantándose de su sitió y rodeando a su novio con sus brazos- Que vas a poder conocerlos.
Los amigos de la pareja, incluido el propio James, miraron a la pelirroja -que se marchaba feliz a la biblioteca- para luego tragar saliva de una forma muy ruidosa.
-Vaya, James, se nota que has madurado, esto es serio-Comentó Remus Lupin, uno de los mejores amigos del mencionado-Vas a conocer a tus suegros y todo.
-Que bonito-Se burló Sirius, fingiendo que lloraba- Nuestro Bambi se ha convertido en todo un ciervo, con cornamenta y todo.
-Dejar de decir idioteces-Le interrumpió el chico de gafas- No puede ser tan malo conocer a los padres de Lily.
-Pues yo no sé que decirte –murmuró Katrina, evasiva. No obstante todos la oyeron.
-¡Vamos! Lo único que puede pasar es que les caiga mal a sus padres, le digan a Lily que rompa conmigo, ella les haga caso y…-comenzó James asustándose más con cada palabra.
-O también puede ser que el padre de Lily sea uno de esos sobre protector, que nada más verte atravesar el andén se tire sobre ti con intención de castrarte si sacas la varita de paseo-reflexionó Sirius-Por lo demás, no creo que haya ningún problema.
-No va a pasar nada de eso-Intervino Remus, convencido-Seguro que les caes muy bien, ¿A que si Katy?
-Eh… bueno,¿He de ser sincera?-preguntó Katrina, con mirada inocente, haciendo que sus amigos asintieran asustados-Yo de ti, James, estaría aterrorizada. Los padres de Lily son muy simpáticos y yo les tengo muchísimo cariño, se han portado estupendamente conmigo; pero la verdad es que la teoría de Sirius no se aleja del todo de la realidad.
Los cuatro jóvenes, instintivamente, se cubrieron sus vergüenzas con sus manos para luego mirar a la morena aterrorizados.
-Un día que me quedé en casa de Lily a comer, salió el tema de los novios y todo eso y en fin, el señor Evans dijo exactamente que al novio de su pequeña Lily más le valía que se andara con cuidado, ya que cuando llegara el día en el que se vieran las caras, le sometería a un interrogatorio y del cual si sólo salía victorioso, sería merecedor de su princesa. Pero de eso ya hace dos años, todavía no estabas saliendo con Lily–Le alentó Katrina, intentando animarle con sus últimas palabras- Por la señora Evans no te preocupes, ella enseguida te dará el visto bueno. Pero por parte de su esposo, yo no esperaría mucho cariño.
Lentamente y con claras expresiones de terror en el rostro, el grupo de amigos se miraron, incapaces de pronunciar palabra. Estuvieron en silencio durante varios minutos hasta que Remus se atrevió a hablar.
-Con suerte habrá cambiado de parecer-dijo, recibiendo varias miradas sarcásticas por parte de sus amigos.
-Querido Prongs, yo de ti buscaría formas de escabullirme -Aconsejó Sirius dándole unas palmaditas compasivas en la espalda- O comenzaría a escoger mi caja fúnebre, lo que prefieras.
Fin Flash Back
Por suerte para James, los señores Evans no habían podido ir a recoger a su hija y no fue necesario inventar ninguna excusa convincente. Pero desde entonces sentía cierto terror ante el hecho de conocer a la familia de su novia, y en concreto al padre de Lily.
-James, esto es muy importante para mi-Le hizo ver la chica- Ya llevamos más de un año saliendo y siempre tienes algo que hacer cuando te digo que vengas a conocer a mis padres.
-Eh… casualidad-se excusó James, procurando no mirarla.
-Yo más bien le llamaría excusas-Le corrigió Lily, sarcástica.
-Puedo conocerlos el día de nuestra boda-Argumento el chico, de forma locuaz- O mejor aún, cuando nuestro primer hijo sea mayor de edad. Así matamos dos pájaros de un tiro.
-Al paso que vamos el único que va a morir aquí vas a ser tú-Le amenazó su novia, entrecerrando los ojos-Mis padres van a pasar este fin de semana en una casa que tienen en el campo y me han propuesto que vayamos con ellos.
-Y tú le has dicho…-comenzó James, temiéndose lo peor.
-Que estaremos encantados, por supuesto-Terminó la joven pelirroja con tono evidente.
-No creo que sea buena idea, ya sabes que no me gusta el campo-opinó James, evasivo.
-Eso no es cierto, te encanta el campo-Le corrigió Lily, con el entrecejo fruncido.
-Pero hay mosquitos que pueden atacarnos.
-Pues menudo Auror vas ha ser si te dan miedo hasta los mosquitos-Bufó la pelirroja, sarcástica, aun que sabía que eso era sólo una más de sus excusas.
Resignada, la joven Evans se arrodilló en el suelo, cogió las manos de su novio y le miro de tal manera que James supo que esa batalla estaba perdida.
-Me haría muy feliz que conocieras a mis padres. Además, estoy segura que os llevareis muy bien-añadió, dedicándole una tierna sonrisa- Por favor, hazlo por mi.
-Está bien-accedió el joven Potter, vencido-¿A que hora paso a recogerte?
-A las seis es buena hora –contestó Lily jobialmente, besando a su novio con efusividad-¿Te he dicho que te quiero?
-Eh…no-contestó James con una pícara sonrisa.
-Pues te quiero.
-Yo te quiero más.
-No, yo más-contradijo la pelirroja, para luego sentarse sobre su novio y comenzar a besarlo.
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Katrina y Sirius, que habían escuchado todo a escondidas, suspiraron resignados.
-Sabía que James aceptaría-confesó Katrina, encogiéndose de hombros- Los hombres sois tan previsibles.
-No, lo que ocurre es que tu amiguita lo ha amenazado –defendió Sirius, uraño.
-Lo que tú digas-Contestó, rodando los ojos.
-Ya recuerdo por qué rompí contigo-comentó Sirius, entrealazando sus manos por detrás de la cabeza de forma despreocupada- Siempre quieres llevar razón.
-Es que no me parece muy romántico ir a recoger excrementos de Hipogrifos en nuestro primer aniversario extraoficial ¿A ti si?–contradijo la joven Turner, enfadada-Además, para empezar, rompimos de mutuo acuerdo.
-Pero porque tú eres una cabezota.
-Y tú un imbécil.
-Y tú una salvaje- La acusó el chico, satisfecho.
-Agg,¡me sacas de quicio Sirius Black!-exclamó Katrina, entrando al salón donde unos James y Lily la miraron resignados.
"Otra vez discutiendo" Pensaron, hastiados.
-Y tú a mi –añadió Sirius siguiendo a su amiga.
-¿Siempre tienes que decir tú la última palabra?-Inquirió Katrina, furiosa- No, no me respondas.
Sirius sonrió complacido y se sentó en el mismo sillón que una hora antes había ocupado.
- Nosotras tenemos que irnos-dijo Lily, levantándose del sofá-Tengo muchas cosas que hacer antes de nuestro pequeño viaje.
-¿Viaje?¿Que viaje?-Se interesó Sirius, fingiendo no saber nada del asunto-
-Si no os conociera…-Murmuró Lily con una sonrisa- Sabes muy bien a que me refiero, Sirius. Sé con certeza que habéis estado escuchando.
-¿Nos crees capaces de algo así?-preguntó Sirius, ofendido- Rectifico, ¿Me crees capaz a mi de hacer algo así? De Katrina vale, ¿Pero de mi?
-¡Eh! Que la idea ha sido tuya-se defendió la morena, molesta.
-Pero tu no te has negado-se excusó Sirius, dedicándole una sonrisa.
-¡Uff! Lily, vayámonos antes de que tengan que llevarme a Azkaban por asesinato-pidió la joven, fulminando a Sirius con la mirada.
Tras despedirse de James y Sirius abandonaron el edificio para dirigirse al piso que compartían desde que terminaron la escuela. Los dos jóvenes pasaron lo que quedaba de mañana proponiendo diversas ideas de supervivencia o buscando excusas lo suficientemente creíbles como para que James no tuviera que asistir a esa reunión familiar; pero,tras varias horas, llegaron a la conclusión que no se libraría de esa por muchas ideas descabelladas que pensasen. Así que poco después de comer, James se dispuso a hacer la maleta para un fin de semana que ni él mismo desearía a su peor enemigo. Bueno quizás a Snape sí.
SsSsS
A las cuatro aproximadamente Remus Lupin, uno de los mejores amigos de James y Sirius y que ya estaba informado de lo ocurrido gracias al segundo, llegó al piso de los dos jóvenes, donde fue recibido con abrazos y fingida tristeza como si nunca más fueran a volverse a ver.
-He puesto en el testamento que a ti te dejo mi colección de libros de Defensa Contra las Artes Oscuras, parte de mi bóveda en Gringotts y mi pequeña despensa de chocolate- Le informó James, mientras mostraba a Remus un trozo de pergamino que sostenía en la mano-Y a Sirius mi capa de invisibilidad, otra parte de mi bóveda en Gringotts y mi fabulosa escoba.
-Si no te mata el padre de Lily me avisas y te mato yo-Le pidió Sirius, revisando el trozo de pergamino en el que supuestamente estaba escrito el testamento.
-Creo que estáis sacando las cosas un poco de quicio-opinó Remus, con una sonrisa confiada pese a que en el fondo no creía nada de lo que estaba diciendo- Estoy casi seguro de que Katrina sólo te dijo eso para asustarte.
Remus era un joven alto, pero no tanto como Sirius, delgado, con el pelo color castaño claro y unos ojos color miel muy parecido al dorado. Se caracterizaba porque generalmente era calmado y desde siempre le habían considerado el más sensato de los cuatro merodeadores, que así era como se hacían llamar en Hogwarts.
-Y si ese es el caso, cosa que dudo, ¿Cómo debo actuar? –preguntó James, mientras andaba de un lado para otro nervioso.
-Podrías comenzar con un "Señor Evans gracias por esta invitación, tenía muchísimas ganas de conocerles" o también, "Señora Evans que hermosa que está, sin duda ya se de donde sacó Lily tanta belleza"-propuso Sirius, satisfecho- ¿Qué os parece?
-Es demasiado típico-objetó Remus, negando con la cabeza- Además, no sé de donde habrá sacado la belleza Lily, pero lo de su padre… no sé, James es muy expresivo y se notaría que esta mintiendo. Lo que menos quiere Prongs desde que salió de Hogwarts es conocer al padre de Lily.
-Pues que hable el experto-protestó Sirius, ofendido.
-Creo que deberías llevar algún regalo para sus padres, como por ejemplo un ramo de flores para la madre de Lily y para su padre…-propuso Remus, pensativo, mientras comenzaba a abrir una caja de bombones que había comprado de un supermercado muggle- No sé.
-Y para el Señor Evans una caja de bombones-soltó James de pronto.
-Buena idea-aprobó Remus animadamente, sin percatarse que sus dos amigos miraban su caja de bombones con una sonrisa psicópata.
-¡Eres un genio Lunático!-exclamó James, arrebatándole la caja de bombones ante el asombro del chico.
-¡Eh, esa es mía!¡Cómprate otra!
-Anda por favor, por favor, por favor-pidió James con los ojitos de osito amoroso que siempre ponía Sirius cuando quería conseguir algo- Es cuestión de vida o muerte.
-¡Eh, eso solo lo puedo hacer yo!-exclamó Sirius, molesto-Además, no sabes hacerlo bien. Es así.
Sirius mostró de nuevo sus técnicas de persuasión mientras James tomaba nota en otro pergamino.
-Y ahora tienes que pestañear varias veces-explicaba Black- Y comenzar a hacer pucheros como si estuvieras apunto de llorar.
-…hacer pucheros-murmuraba James mientras escribía en el pergamino.
-Para que parezca más real imagínate que Snape se lava el pelo, y seguro que lloraras de la emoción-dijo Sirius con una sonrisa-Y bien Lunático, ¿Qué has decidido?
Remus, que había estado atento a los consejos de Sirius por si alguna vez debía utilizarlos, suspiro resignado y le entregó su preciada caja de bombones a James.
-Está bien-Accedió a regañadientes.
-¡Muchas gracias!-Exclamó James, efusivo, abrazando la caja de bombones contra su pecho- Tendrán un buen huso. En fin, yo me tengo que ir que he quedado en recoger a Lil a las seis, y ya me estoy retrasando.
Estuvieron despidiéndose varios minutos ya que entre abrazo y abrazo murmuraba cosas como "Un placer haberte conocido" o "Espero que nos encontremos en el más allá" a lo que cierto Black respondía como "Pues espera sentado porque no tengo prisa en acompañarte" mientras que Remus respondía con "Ya me envías una lechuza si en la otra vida no hay chocolate, lo digo para llevarme provisiones". Después de aproximadamente un cuarto de hora, James había abandonado la casa para ir en busca de Lily.
-¿De verdad crees que lo que dijo Katrina no era cierto?-Le cuestionó Sirius, receloso.
-No, pero a alguien le tocaba dar falsas esperanzas- contesto Remus, mientras se encogía de hombros.
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James entró a un bonito edificio en el que, a excepción de Katrina y Lily, sólo vivían muggles. Aunque su novia vivía en la cuarta planta, prefirió subir por las escaleras a tomar el ascensor ya que no hacía mucho había sufrido un pequeño percance junto con Sirius y aún no terminaba de confiar en ese aparato.
Tocó el timbre y la puerta fue abierta por un joven alto, muy atractivo, con una melena castaña que le llegaba por encima de las orejas, unos penetrantes ojos azules que llamaban la atención de quien los veía. El joven le sonrió y James arqueó una ceja para luego mirar el numero de la planta y de la puerta "¿No me habré equivocado de edificio?"pensó.
Pero sus dudas se disiparon cuando Katrina apareció en el recibidor con una pequeña toalla que tan sólo cubría lo imprescindible de su cuerpo.
-Hola James-Le saludó-Veo que al final te has decidido a venir.
-Ya ves-contestó el joven Potter, interrogando a la chica con la mirada.
-Bueno, yo me voy al salón que este fin de semana tengo el piso sólo para mi-Canturreó, ignorando la curiosidda que poía leerse en los ojos de James-Buena suerte. ¿Vamos Alex?
-Claro-asintió el aludido, haciéndoel un gesto con la cabeza al chico de gafas-Adiós.
Los dos jóvenes se dirigieron al salón mientras James les miraba ceñudo. "Cuando se entere Sirius…"pensó. A los pocos segundos, Lily apareció radiante con varias maletas en sus manos.
-¿Y eso?-Inquirió James, sorprendido, señalando las maletas de la joven.
-Mi equipaje-respondió Lily, radiante de felicidad-¿Nos vamos ya?
-Si no hay más remedio-murmuró, resignado- Quiero decir, claro, estoy deseando llegar-rectificó al ver la mirada fulminante de la pelirroja.-
-¡Katy! ¡Volveré el domingo, ten cuidado con la casa!-Le advirtió Lily, maliciosa-¡Y cuidadito con lo que hacemos!
-¡Tranquila Lil, me portaré bien!-contestó Katrina desde el salón, soltando una carcajada- ¡O lo intentaré!
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La joven pareja abandonó el edificio para montar en el coche de James y ponerse en marcha para llegar lo antes posible, según Lily. Llevaban ya más de una hora en la carretera, ya que iban a encontrarse con los padres de la pelirroja en la casa donde pasarían el fin de semana; y en ese tiempo James se había imaginado miles de formas de librarse del encuentro en el último moment. Entre ellas se encontraban la posilidad de ser raptado por miembros del Ministerio de Magia o por la policía muggle, y ser encarcelado en Azkaban o la prisión muggle el tiempo necesario para librase de ese fin de semana. Pero sin olvidar la más probable de todas, que Sirius apareciera montado en un hipogrifo y se lo llevara lejos de allí. Pero claro que ninguna de ellas era posible.
-Ya falta poco-comentó Lily, interrumpiendo los pensamientos de James- Unos cinco minutos.
James sólo asintió y Lily le miró entristecida.
-Te agradezco todo esto-dijo, acariciando por unos instantes la mano derecha del chico que descansaba sobre el volante- Se que vienes en contra de tu voluntad, pero como sabrás, mis padres son muy importantes para mi y necesito que los conozcas, sino no te insistiría de este modo.
-Es que me da miedo que no les parezca apropiado para ti y me dejes-confesó, algo avergonzado.
-Yo no te dejaría, James-Le contradijo la joven-Además de que eso no pasará, les caerás muy bien. Ya lo verás.
-Eso espero-Suspiró, resignado.
-Ya hemos llegado-dijo Lily señalando a una gran casa –Es aquí.
-Tampoco podemos confundirnos, es la única-bromeó James, nervioso.
-Si, tienes razón, que tonta soy-dijo, para luego reír- Es la única en cien metros a la redonda, por lo que todo el año esta desabitada esta zona menos cuando vienen mis padres.
James comenzó a sacar el equipaje del maletero y al coger una de las maletas de Lily, tuvo que hacer la inevitable pregunta.
-¿Que llevas aquí, un cadaver?-Le preguntó, sarcástico.
-Lo imprescindible-respondió la joven entre risas.
James también rió pero sus risas se apagaron al percatarse de un pequeño detalle. En la zona en la que estaban podían enterrar un cadáver y por mucho que los buscasen no lo encontrarían.
Quizás esos pensamientos hicieron que, al ver al señor Evans con su esposa que habían salido ha recibirlos, hubiese visto una sonrisa malévola en su rostro; aunque James prefirió pensar que eso sólo era su imaginación que le estaba jugando una mala pasada. De lo único que estaba seguro era que ese fin de semana sería uno de los más largos de su vida.
Continuara…espero.
Espero que os haya gustado y por favor, dejar reviews que me animan a seguir adelante.
