Aquel habría sido un día como cualquiera. Mismas entrevistas, mismas salidas, mismos ensayos.
Sonrisas cansadas, cansancio acumulado y fuerte.
Miradas que se buscaban ya sin disimulo.
Y el terminar la entrevista, estando a solas, Tom había pedido sus labios. Y él se los había dado, como siempre. Y luego, las manos de su gemelo habían buscado llegar a mas, mas fuerte, mas profundo, con una pared a sus espaldas, y las prisas, y los nervios de ser descubiertos.
-Hoy no Tom…estoy muy cansado- le frenó, supuso, como se frena a los animales salvajes. Pero el mayor no estaba dispuesto a ceder.
-Vamos cariño…tengo muchas ganas- y siguió besando su cuello, metiendo su pierna entre las de él con prisas, con ansias devoradoras, temblando de excitación.
-No, por dios- murmuró el moreno- estoy hecho polvo, de verdad. Hoy no- esta vez le apartó enserio y el mayor no se lo tomó de buenas.
-Muy bien ¿Qué mierda te pasa conmigo?- el menor lo miro sin entender- joder hace casi dos semanas que no me dejas hacértelo. Estoy caliente, estoy confuso y estoy cabreado…así que dime que coño pasa.
-No pasa nada, de verdad- murmuró el otro en tono de conciliación- estoy muy cansado últimamente…la nueva gira, los ensayos, las canciones, no sé…no es nada contigo.
-Todo eso que has dicho también lo hago yo, y te aseguro que no pierdo las ganas de estar contigo- el enfado del rubio crecía a medida que lo hacía la incomprensión del menor.
-Yo quiero estar contigo, claro que quiero. Lo que no me apetece es follar, solo quiero dormir, joder.
El de rastas le dejó a las malas y se alejó sin atender a mas razones. En parte tenía razón, el moreno lo sabía, pero por otro lado él estaba tan cansado, tan y tan sumamente cansado…
Además sabía que Tom no le era del todo fiel. Le había visto intercambiar sonrisas y número con varias chicas. Jamás había visto nada mas explícito, pero siempre lo había sabido, y lo aceptaba Él tampoco podía hacer a su hermano el caso que requería de modo que simplemente le dejaba buscar calor en otros cuerpo porque sabía que en el fondo solo le amaba a él.
Pero aún así a veces, solo a veces, cuando llamaba a su hermano y él no cogía el teléfono, o cuando desaparecía durante una noche, dolía.
Fue detrás de él, para encontrarle un poquito mas allá, algo pálido y cabizbajo, y hermoso y muy niño.
-Lo siento Bill. No quería chillarte- y lo arropó entre sus brazos, pasando la mano por su cabello rubio enmarañado- solo estoy un poco desesperado por estar contigo…a veces creo que- el menor se estremeció al sentirlo contra su cuello- quieres estar con todo el mundo menos conmigo.
-Tom! Sabes que eso…
-Sí ya lo sé! Ya lo sé. Sé que no es así. Lo sé de sobra pero hay una voz, una voz en mi cerebro que no puedo acallar que me dice una y otra vez que te perderé, que te cansarás de mí. Soy egoísta. Eres mi hermano, y quiero que seas solo mío.- Bill no dijo nada. Solo se puso triste.- Vamos a dejarlo, ¿vale? Ahora soy yo quien esta cansado.
Y se alejó rumbo a los camerinos, a paso rápido pero arrastrando los pies. Bill no pudo ni moverse.
-Problemas otra vez…- tras él bajista y batería le miraban con curiosidad.
-Lo de siempre…ya sabéis. Tom y su puto egoísmo. No le meto en cabeza que tengo problemas, joder.
-Él también- sonrió Georg conciliador.
-Y una mierda. ¿Qué problemas va a tener él?
-Tal vez si te esforzaras en entenderle.
-Tal vez si me entendiera él a mi.
-Tal vez si os esforzarais por entenderos en general- puntualizó (como siempre el batería).
Y el moreno suspiró. Solo quería dormir. Dormir y nada más.
…Lo que ninguno de los dos gemelos podía ni imaginar era que todo iba a cambiar, y no sería un cambio progresivo y silencioso. Sería una de esas cosas que te hacen gritar, te estremecen, te asustan y escapan a tu comprensión.
…Lo que ninguno de los dos gemelos podía ni imaginar era que, por fin…iban a entenderse.
