Disclaimer: los personajes son obra de Masashi Kishimoto, Naruto no me pertenece, sólo la historia y mi imaginación.
Aviso: a mi parecer las palabrotas (sin abusar) dan realismo a las historias asique en esta aparecen algunas.
Bueno, soy nueva en esto de escribir, y esta es la primera historia que publico, me gustaría que la leyeseis hasta el final y me dieseis vuestra opinión. Tengo entendido que eso de los reviews es muy importante para la inspiración, y confío en que al menos alguien tendrá la cortesía de decirme si lo que escribo está bien, es pasable, o si mejor me dedico al punto de cruz.
Sin más, decir que esta historia se la dedico a mi Sakurita personal (¡Noe va por ti!), y que espero que os guste aunque sea un poco.
Accidentes sobre hielo
by
Nune-chan
- ¡Nee, Hinata! ¡Date prisa vamos!- Mi nombre es Hinata Hyuga, tengo diecisiete años y voy a empezar mi último año de instituto. Como las clases han acabado recientemente, mis amigas y yo hemos decidido ir a relajarnos a una pista de patinaje del centro de la ciudad. Es mi lugar favorito, no sólo porque pueda deslizarme sobre hielo con bastante facilidad, sino porque suele ser un lugar muy tranquilo.
- Y-ya voy Sakura-chan - Pero hoy los astros debían haberse confabulado en mi contra, al parecer nosotras no habíamos sido las únicas en decidir ir allí después de las clases. No me hubiera importado que el lugar estuviese más bullicioso de lo normal de no ser porque la mayoría de las personas que había allí eran del género masculino. No es que tenga algún tipo de fobia, es sólo que me pongo demasiado nerviosa y tiendo a ser más torpe de lo normal, sin mencionar que los colores se me suben al rostro de forma semipermanente. Terminé de atarme los patines y fui a reunirme con Sakura.
- En serio Hina deberías apuntarte a un concurso o algo, esto se te da realmente bien- Me elogió mientras intentaba seguirme el ritmo.
- Ya Sakura-chan... no te burles – noté que las mejillas se me coloreaban ligeramente.
- Pero bueno Hina ¿me puedes decir cuando me he burlado yo de alguien? - Me cuestionó mirándome inquisidoramente con sus brillantes ojos verdes.
Me tomé unos segundos para observarla, era particularmente bonita, con su cuidado pelo rosa hasta la cintura, y sus esbeltas piernas. Quizá no tenía el cuerpo más desarrollado del mundo pero tenía cada curva en su sitio, y su personalidad era arrolladora. Sakura Haruno era de esas personas a las que todo el mundo se quiere parecer, altruista y amable, y en ocasiones con un genio infernal. Volví a replantearme su pregunta en mi mente y enarqué una ceja para luego mirar a donde se encontraban mis otras dos amigas.
Ino Yamanaka, una hermosa joven de largos cabellos color platino agarrados en una cola alta y perspicaces ojos celestes, jugaba con la pajita de su refresco mientras miraba coqueta a cualquier chico que entrara en su definición de guapo. Es bastante parecida a Sakura en su forma de ser, supongo que por eso discuten tanto, solo que Ino es un poco más... liberal en ciertos asuntos. A su lado Tenten se miraba las uñas hastiada de tener que estar acompañando a Ino en lo que ella llamaba su cacería. La culpa era suya por mantener en secreto que estaba saliendo con mi primo Neji. Tenten no es tan exuberante como Ino, ni tan extrovertida como Sakura, pero es una de las personas más fuertes y nobles que jamás he conocido, y sus almendrados ojos marrones junto con sus moñitos del mismo color no pasaban desapercibidos. Sakura guió sus ojos hasta donde yo miraba y frunció el ceño, seguramente recordando que Ino y ella se pasaban la vida burlándose la una de la otra, y suspiró con resignación.
- Está bien Hinata-chan, tú ganas. Pero que conste que lo que te acabo de decir no era ninguna burla – contestó haciendo un puchero, no pude evitar sonreír y asentir con la cabeza mientras continuábamos patinando. Casi pierdo el equilibrio cuando un par de chicos que iban en dirección contraria nos guiñaron el ojo. Sakura bufó por lo bajo y se detuvo, parándome a mi también.- Ne...Hina, ¿puedo hacerte una pregunta?
- C-claro - La expresión de su rostro me produjo un escalofrío.
- Bien... quizá no sea asunto mio y me esté metiendo donde no me llaman, pero me gustaría saber ¿cuándo tienes pensado dar tu primer beso? - Mi cara se encendió como un farolillo ante esa idea – No es mi intención presionarte ni nada de eso, pero creo que deberías probarlo, a lo mejor te gusta y se te quita ese nerviosismo que te producen los hombres – siguió con su monologo sin percatarse de mi estado mental y de mi respiración errática.
- ...- Intenté responder algo pero mi boca no se movía, cuando por fin se dio cuenta de como estaba se acercó a mi con expresión preocupada.
- Hinata ¿qué pasa? ¿No habré sido demasiado directa, verdad? O es que...¿te da vergüenza?- Preguntó con un deje de sorpresa para después sonreír con ternura - ¡Kawaii! ¡Eres tan mona! - Sakura se lanzó sobre mi con tanta fuerza que acabamos en el hielo, donde mi trasero se llevó la peor parte – Auch... joder...- dijo sobándose la frente en donde empezaba a verse una mancha rojiza – ¡Hinata! ¡¿Estás bien?!
- Ha-hai – Logré sentarme, pero el trasero me dolía bastante.
- ¡Gomen por favor! He sido una bruta...- sonreí ante su expresión mortificada intentando tranquilizarla.
- No pasa nada Sakura-chan, ha sido sin querer, le podría pasar a cualquiera – Aunque mis palabras eran sinceras no pude evitar bajar la cabeza avergonzada del espectáculo que estábamos dando. Me tensé más aún al oír unas risas masculinas procedentes de mi derecha.
Sólo me atrevo a mirar de reojo viendo un grupo de personas sentadas en una mesa al otro lado de la barrera, puedo distinguir a cinco personas. A los que mejor veo desde aquí son un chico de expresión aburrida y pelo castaño recogido en una coleta demasiado alta, y sentada sobre sus rodillas una chica de fieros ojos y pelo rubio recogido en cuatro pequeñas coletas. Del resto sólo puedo ver un par de cabelleras oscuras y otra dorada.
Cerré los ojos y me mordí el labio de pura vergüenza, sólo quería que el hielo se abriese y me tragase. Pero Sakura siempre ha sido otra historia.
- ¡Vosotros! ¿De qué mierda os reís? - Al abrir los ojos ella ya estaba de pie con una mueca de indignación en el rostro.
- Está bastante claro ¿no? De la divertida escena que nos acabáis de regalar - Uno de los chicos que estaba de espaldas se giró dejando ver a unos rasgados ojos oscuros como la noche, al igual que su pelo desordenado, que contrastaban perfectamente con su pálida piel. Decir que era simplemente guapo era como faltar a la verdad, poseía unas facciones simétricas y el uniforme de un instituto desconocido para mí,con los primeros botones de la camisa desabrochados y la corbata roja a medio deshacer, que le daban un aire desenfadado y misterioso.
- P-pe-pero...- Miro a Sakura sorprendida por su titubeo para verla boquear nerviosa como un pez con las mejillas del mismo color que su pelo, y el chico sonríe de forma felina. No se si lo que quiere es burlarse de ella o está coqueteando, pero conociendo a Sakura seguro que opta por la primera opción – P...¡Pero bueno! ¡Serás engreído! ¡¿Quién demonios te crees que eres capullo?!
El muchacho cerró los ojos y frunció el ceño molesto, más bien porque sus amigos se estaban riendo que por las 'amistosas' palabras de Sakura. De reojo puedo ver como la cabellera dorada se aleja del grupo, y de mis labios se escapa un involuntario suspiro de alivio que me deja extrañada.
- Hmp...- El chico entreabrió los ojos y sonrió nuevamente, y ahora sí de forma burlesca- Vaya, vaya... nos ofreces una actuación de circo de lo más penosa, y aún encima me insultas. Además de bruta... – dijo enfatizando la palabra, estoy empezando a rezar para que el muchacho se quede mudo, por su propio bien - ...eres realmente molesta, niña fren-te – Un calor oscuro comenzó a manar del cuerpo de Sakura, cuya cara parecía un volcán a punto de estallar, por un momento temí por la salud física del muchacho.
- ¡Serás hij...! ¡¿Sabes qué te digo?! ¡Qué prefiero ser una niña frente, molesta y algo bruta, que un egocéntrico y patético intento de ser la versión draculiana de Espinete! ¡Y a ver si tomas algo de sol! - Las carcajadas del resto del grupo no se hicieron esperar, mientras yo no sabía si sentir vergüenza ajena por sus gritos o largarme a reír también. - ¡Hinata! ¡Vámonos de aquí!
- Demo...- Antes de poder decir nada Sakura ya estaba al otro lado de la pista echando humo por las orejas y sentándose junto a Ino y Tenten. Me doy cuenta entonces que sigo sentada en hielo y me levanto tan rápido como me lo permiten mis entumecidas piernas.
- ¡CUIDADO! - Escuché mientras me sacudía la falda.
- ¿Eh?...- No tuve tiempo de saber que pasaba cuando alguien choco contra mi mandándome otra vez al suelo, esta vez fue mi cabeza la que sufrió el duro golpe. Un gemido de dolor salió de mi garganta al tocar la zona adolorida, seguro que en una horas me saldría un chichón considerable. Cuando quise encarar a la persona que me había chocado me quedé sin respiración, la criatura más impresionante que nunca he visto estaba delante mía sobándose su seguramente adolorida espalda mientras mascullaba alguna que otra maldición.
- ¡Ah!... mierda que daño. Los siento mucho, soy un verdadero torpe ¡dattebayo!- Cuando sus ojos chocaron con los míos el tiempo pareció detenerse para permitirme memorizar sus facciones. Era como si la persona que tenía delante emanara luz propia, con su pelo dorado como los rayos del sol, y sus ojos azules como el cielo de un día despejado, unas extrañas marcas adornaban la tostada piel de sus mejillas. Quizá no fuese modelo de pasarela, pero me pareció el ser más perfecto sobre la Tierra. De pronto tuve la sensación de que ya conocía el rostro que estaba mirando, y sentí una punzada de dolor en las sienes que me dejó mareada, cosa que achaqué al golpe que me acababa de dar.- E- eres tú...- Susurró de forma a penas audible, me miraba con una expresión que no supe descifrar.
-¿Na-nani?- Noté mis mejillas tirantes y acaloradas, seguro debían de parecer dos tomates maduros. Jamás nadie me había hecho sentir como me sentía ahora, perdida y encontrada al mismo tiempo, y un cosquilleo intenso se había alojado en mi estómago.
- Ah... esto... ¡gomen! No era mi intención chocar contigo, lo...lo siento mucho – extendió su mano mano para ayudarme a levantarme pero yo no podía moverme, estaba paralizada. – Tranquila que no te va a morder - Mi cara enrojeció hasta la raíz del pelo cuando me dedicó la sonrisa más bonita que nunca he visto. - Vamos tómala que yo te ayudo, es lo menos que puedo hacer – No se de donde saqué la fuerza para moverme y tomar su mano, en cuanto mi piel hizo contacto con la suya unos pequeños y agradables calambres se extendieron por todo mi sistema provocando una sensación cálida en mi pecho. Al tirar de mí usó demasiada fuerza, y quedamos muy cerca el uno del otro.
- Ah... perdona... yo... - susurró, su aliento cálido chocaba contra mi cara. Sentí que me fallan las rodillas y que el rojo de mi cara se expandía al resto de mi cuerpo, podría desplomarme en cualquier momento – Es que pesas muy poco – rió nerviosamente. Cuando nos dimos cuenta de que nuestra cercanía rebasaba por bastante el límite del espacio personal, nos separamos de inmediato. Me sorprende ver el que también está sonrojado - L- lo siento, en serio.
- N-no te p-preocupes... no p-pasa nada- Me di una bofetada mental ante tanto tartamudeo, seguro debía parecer una demente. - A-ano...- siento la urgencia de ir donde están mis amigas porque creo que voy a desmayarme en cualquier momento, pero una parte de mi se niega a moverse y dejar de ver sus ojos azules.
- Etto...¡me llamo Naruto! - gritó emocionado – Naruto Namikaze Uzumaki dattebayo– Uzumaki... tengo la sensación de haber escuchado eso antes – Y de verdad que lo siento, no quería chocarte y menos que cayeras al suelo – dijo haciendo una leve reverencia – No te has hecho daño ¿verdad? - Su cara se mostraba preocupada.
- ¡No, no! E-estoy b-bien... de–de verdad, ya te he dicho que no te preocupes – una sonrisa demasiado forzada surcó mi cara, pero él sólo sonrió gentilmente haciendo que la maraña de lo que sea que tenga en el estómago se removiera.
- Y ¿cuál es el tuyo? - preguntó sin dejar de sonreírme, ahora mis piernas parecían hechas de gelatina.
- ¿Mm? ¿Mi qué? - En cuanto hice la pregunta me di cuenta de lo estúpida que había sonado y bajé mi vista al suelo avergonzada, la cara que se me había quedado debía ser muy cómica porque soltó una carcajada.
- Tu nombre, quiero saber tu nombre – me aclaró aún divertido.
- ¡Oh! Hi-Hinata... Hinata Hyuga – cuando le miré de nuevo su sonrisa y el brillo de sus ojos transmitían la emoción propia de un niño al que le regalan una bolsa llena de golosinas. La sensación de colapso aumentó dándome a entender que tenía que salir de ahí cuanto antes- B-bueno... un gusto co-conocerle Uzumaki-san...
- Por favor llámame Naruto, y el gusto es...indudablemente mío- bajó el volumen de su voz a la vez que un tierno sonrojo se posaba en sus mejillas dejándome eclipsada. En ese momento noté como Sakura me hacía señas para que nos fuéramos .
- Bueno... etto... tengo que irme ya, mis amigas se marchan y yo...-
- ¡¿Ya?! ¡¿Tan pronto?! - gritó asustándome- Etto... qui-quiero decir... yo... bueno... es que...- vi como cerraba los ojos y suspiraba hondo para luego volver a mirarme con las mejillas aún sonrojadas – Es que no se si podré volver a verte y, bueno... a mí me gustaría. Si te parece bien claro. - Me quedé estática en mi lugar sintiendo que el corazón se me paraba en el pecho. Que alguien como él se interesase en mí tenía que ser un sueño – Bueno, si no quieres n-no pasa nada... no te preocupes – su voz denotó una tristeza que hizo que se me humedecieran los ojos, pero no conseguía hablar – En fin... ya no te molesto más... a-adiós – su sonrisa triste hizo que sintiera un vacío en el pecho, mientras se daba la vuelta para marcharse sentí que las ganas de llorar aumentaban, porque si le dejaba ir no lo volvería a ver, y no entendí por qué pero eso me dolió.
- ¿Volverás aquí mañana? - me parecía increíble haber sacado valor para hacer esa pregunta y mis ojos se abrieron más de la cuenta.
Él volteó a verme visiblemente sorprendido - ¿Nani?- sus ojos mostraban un matiz esperanzado, y caí en la cuenta de lo fácil que era leerlos, me salía de forma natural.
- ¿Q-qué si vol-volverás aquí ma-mañana? - No podía creer que no me hubiese desmayado aún, y menos aún que este chico hubiera conseguido que le pidiera una cita...¡yo! ¡El mundo debía estar volviéndose loco!
- Ah... si... ¡sí! ¡Por supuesto! - sonríe de una forma que me dan ganas de abrazarlo y reír con él, debo estar saliendo loca yo también, pero lo que más me preocupa es que no me importa- Entonces te espero aquí mañana Hinata-chan- se acercó a mí paralizándome por la sorpresa y cortando cualquier hilo de pensamiento, depositando lentamente un beso en mi mejilla. Cerré los ojos mientras duraba el breve contacto, y no pude abrirlos aún después de este, por que Naruto no se había alejado de mi rostro, podía notar que su respiración estab tan agitada como la mía. Seguro que después de esto el rojo sería el color permanente de toda mi cara. Con timidez abrí los ojos para encontrarme con su mirada, había algo nuevo en ella que hizo que un placentero escalofrío recorriera mi espalda. Cuando se dió cuenta de que lleva demasiado rato demasiado cerca, se alejó como impulsado por un resorte – Eh... ¿A... a qué hora te espero?
Hablar me costaba casi tanto como respirar, y no digamos pensar, pero debía darle una respuesta -A-ano... ma-mañana mis amigas y yo hemos quedado para comer y tomar café, supongo que para las cinco ya habremos acabado- dije de forma casi autómata y con la cara totalmente encendida. Le oigo reír bajito por esto.
- Entonces mañana estaré aquí a las cinco, ahora será mejor que te marches, tus amigas se están empezando a molestar – sonríe de forma zorruna señalando la salida, donde Sakura se ve como perturbada, Ino tiene lo que parecen ser corazones en lugar de ojos, y Tenten tiene una cara de resignación bastante graciosa – Hasta mañana Hinata-chan – se despidió no sin antes regalarme una sonrisa que hizo que mis rodillas temblasen ligeramente... otra vez.
- Si... hasta mañana- susurré al vacío, no se que cara tendría ahora, pero me sentía sin fuerzas para cambiarla. Me dirijí hacia donde estaban mis amigas, me quité los patines y salí del lugar detrás de ellas con demasiada lentitud.
- ¿Hinata? ¿Hinata qué te ocurre? ¿Por qué tienes esa cara? - me preguntó Sakura zarandeándome levemente, al ver que no reaccionoaba se giró para mirar el lugar por el que se había ido Naruto y frunció el ceño - ¡¿No te habrá hecho nada el chico con el que hablabas verdad?!... ¡¿Hinata?!
- Déjala en paz frentona, y para de gritar – le reprochó Ino saliendo de su ensoñación momentánea - ¿Es que no la ves? No se que le habrá dicho ese niño pero seguro que no era nada malo ¿ne Hina? -Su voz mostraba picardía.
- ¡Tú callate Ino-cerda! ¡Hinata no es como tú! Que alucinas con corazones sólo por que un desconocido te llama preciosa – se enzarzaron en otra de sus peleas mientras Tenten murmuraba rogando paciencia a los dioses.
Pero yo ya no escuchaba nada de lo que decían, mi mente estaba procesando todo lo que había pasado. Llevé mi mano a mi mejilla donde aún notaba un hormigueo, él me había besado justo ahí. Mi temperatura corporal aumentó progresivamente, y lo último que escuché antes de que todo se volviera negro fue el grito múltiple de mis amigas chillando mi nombre.
o-x_X_x-o
- ¡Hinata! ¡No vuelvas a darnos un susto así en tu vida! ¡¿Entiendes?! - Sakura parecía al borde de un ataque de histeria, cosa normal teniendo en cuenta que me desmayé en plena calle y tuvieron que cargarme hasta su casa, que era la más cercana al lugar en el que había perdido la consciencia – En serio, deberías ir al médico. Tienes que tener algo serio para desmayarte cada dos por tres, en la presión sanguínea o...-
- O en el cerebro...- le interrumpió Ino con burla, y la verdad es que es la que más se acercaba a la verdad.
- ¡¿Y tu qué sabes cerda?! Esto podría ser grave... no es normal que pierda el sentido cada vez que le sube un poco la adrenalina - Se que Sakura sólo se preocupa, pero estaba empezando a asustarme, el sueño de Sakura es ser médico y sabe bastante sobre el tema, gracias a su madrina Tsunade, una de las mejores médicos a nivel mundial.
- ¡Haz el favor de parar ya frentezota! ¡Estás asustando a la pobre Hina! Si cuando seas médico te comportas así vas a espantar a tus pacientes antes de que entren por la puerta...¡vas a ser una doctora terrible! - dijo con los brazos en jarra.
- ¡¿Qué has dicho?! ¡Retira eso ahora mismo maldita cerda! - Sakura parecía estar a punto de matar a alguien, pero me tranquilizó saber que Ino sabía como tratar con ella.
- ¡Ni lo sueñes! Yo sólo he dicho la verdad... ¡que eres una jodida histérica! - Ino dio un paso acercándose peligrosamente a Sakura, quizá no debería estar tan tranquila después de todo.
- ¡Eso lo serás tú! ¡Señorita corazones! -ambas se acercaron hasta casi juntar sus frentes, juraría que unos rayos amarillos salían de sus ojos para atravesar a la otra.
Mientras ellas seguían discutiendo Tenten se acercó a mi con un humeante vaso de tila, sentándose a mi lado.
- Estas dos me dan dolor de cabeza... siempre están igual- dijo poniéndose vizca, consiguiendo que riera. Tenten es así, no se como lo hace pero siempre consigue que la gente este de buen humor, supongo que eso es lo que le gusta a mi primo de ella. - Y dime Hina...- dice poniendo una sonrisa ladina. - ¿Quién era el chico con el que hablabas? y lo más importante...¿qué hizo para que te pusieses así?
Sentí enrojecer mis mejillas, y Tenten me regaló una sonrisa un tanto maternal – Ah..p-pues... a-ano... se-se llama Naruto, le he conocido esta tarde... y... pues...me besó en...
-¡¿QUÉ?! - Chillaron Ino y Sakura interrumpiéndome y haciendo que derramase algo de infusión sobre la cama, una gota de sudor recorrió mi sien ¿No se supone qué estaban discutiendo?
- ¡¿Cómo está eso de que te besó?! - exclamó Sakura con sorpresa para después fruncir el ceño - ¿No lo haría a la fuerza verdad? ¡Porque si es así te juro que lo hago pedazos! - una expresión sádica atravesó su cara mientras se tronaba los dedos.
- ¡No! No-no fue a la fuerza... de verdad Sakura-chan. De hecho fue en la mejilla como despedida... nada más- volví a enrojecer al recordar como se sentía su boca sobre mi mejilla.
- Ya decía yo que era demasiado bueno para ser verdad...- Dijo Ino negando levemente con la cabeza - ¿Y a ti porqué te molesta tanto que ese chico la bese frentona? Ni que Hinata fuese tu novia...
- No es por eso cerda, no inventes - Sakura miró a Ino con cansancio - Es sólo que... bueno... cuando me giré para ver a ese chico, em...Naruto, vi que era amigo de...- Sakura se sonrojó y cerró los ojos para decir en un susurro -...De esos dos.
- ¿Dos?¿Que dos frentona?- Preguntó Ino sin comprender.
- Creo que se refiere a los chicos que fueron a hablar con vosotras cuando Hinata estaba con ese tal Naruto – la voz de Tenten reflejaba curiosidad.
- No entiendo nada...¿de quién es amigo Naruto? ¿Qué ha pasado? - Sakura suspiró cansada y se sentó a mi lado, torció la boca y miró al techo, como pensando por donde empezar.
- Verás, después de discutir con ese impertinente, fui con ellas para dejar los patines y pagar la cuenta – la voz de Sakura denotaba molestia, pero sus mejillas tenían el mismo color que su pelo – Sólo faltábamos Ino y yo por pagar, y mientras esperábamos que nos atendiesen el chico impertinente y un amigo suyo se acercaron a donde estábamos. Volvió a ser muy grosero conmigo, juro que no se como no le di un puñetazo. Pero eso no fue lo peor...
- ¿Qué fue lo peor Sakura-chan? - Sakura se puso tan melodramática que no pude evitar acercarme más a ella con curiosidad.
- Mientras discutíamos no se que demonios le pasaría por la cabeza a ese impresentable, pero entonces... entonces... - Sakura parecía querer ponerse a llorar y a mi la curiosidad me estaba matando.
- ¿Entonces...? - la insté a continuar, el rojo de sus mejillas se intensificó.
- Me tomó por la cintura y pegó su cuerpo al mio, para después robarme un beso. - ahora mis mejillas y las suyas estaban del mismo color, Tenten abrió los ojos de la impresión. - Yo me quedé helada y no supe que hacer... tenía que haberle pegado un rodillazo en sus partes nobles. Además antes de darse la vuelta e irse me dijo "Mi nombre es Sasuke Uchiha, he decidido que vas a ser mía y un Uchiha siempre consigue lo que quiere, que no se te olvide" – imitó al chico agravando su voz, Ino empezó a reír escandalosamente haciendo enfadar a Sakura.- ¿Y tú de qué te ríes? Lo tuyo es casi peor cerda.
Ino se calló abruptamente y fulminó a Sakura con la mirada. Antes de que se pusieran a discutir de nuevo decidí interrumpirlas – Ino-chan ¿qué fue lo que te pasó a ti? - Su cara cambio a una de ensoñación mientras un largo suspiro escapaba de sus labios.
- Verás Hina-chan mientras esta frente de marquesina discutía con el buenorro impertinente, yo estaba pagando, y cuando vi que este le robaba un beso se me calló la billetera de la impresión. Pero el amigo que iba con él la recogió y me dijo: "Creo que esto es tuyo, ten más cuidado"; yo le di las gracias y él me respondió: "De nada preciosa"- Sakura la miraba aburrida, Tenten tenía un tic en el ojo y yo... no se que cara tendría yo, ella parecía seguir en su mundo de ensueño – Aahh...era tan guapo... un poco pálido quizá, pero a alguien que te llama preciosa se le perdona todo- soltó una risa demasiado aguda .
- Está como una cabra... en fin... - Tenten bufó y se giró para mirame - ¿Y tú Hina? ¿Qué fue lo que hablaste con el rubio? - Todas me miraron fijamente y empecé a ponerme nerviosa.
- Pues... él chocó conmigo sin querer, y me pidió perdón, nos presentamos...y no se cómo pude, pero... l-le invité a sa-salir... - cuando terminé de explicarme Tenten y Sakura me observaban como si me hubiera salido otra cabeza, e Ino estalló en carcajadas más sonoras que antes.
- V-venga ya Hinata... - decía mientras se limpiaba una lágrima del ojo derecho, cuando vio en mis ojos que no estaba mintiendo se quedó petrificada - ¿En serio? ¿Has invitado a salir a un chico? ¡¿Tú?! - las tres tenían su boca formando una "o" perfecta, mientras yo me sentía morir de la vergüenza. Tapé mi cara con la almohada ahogando un grito nervioso.
- Es increíble... ¿Y cuándo has quedado con él? - preguntó Tenten pausadamente, aún así se podía apreciar un matiz de sorpresa y curiosidad.
- M-mañana a las cinco... en el mismo lugar – mi voz sonó amortiguada por la almohada – Oh por Kami... me muero de la vergüenza... - de repente la duda asaltó mi mente y me quedé lívida, la almohada resbaló de entre mis manos – Y si... y si... ¿Y si algo sale mal? ¿Y si me desmayo? ¿O si me quedo en blanco? Dios mio... no soportaría hacer el ridículo delante de él – Los ojos se me inundaron por el miedo, pero enseguida tuve a las tres para darme su apoyo.
- No tienes de qué preocuparte Hinata-chan, estoy segura de que todo saldrá bien, confiamos en ti – Tenten me acarició la cabeza con ternura.
- Claro que sí Hina, además no estarás sola, iremos contigo y te ayudaremos si algo sale mal ¿de acuerdo? Además así podré ver a mi guapo desconocido - Ino me guiñó un ojo de manera cómplice.
- Eso es Hinata, estaremos ahí vigilando para apoyarte, y para partir las piernas de ese muchacho si se atreve a pasarse un pelo - la vehemencia de Sakura consiguió hacerme reír.
- Gracias chicas...- susurré emocionada, pero supe que ellas me habían oído perfectamente, porque en menos de dos segundos tuve las tuve encima chillando emocionadas, y pensando como iban a vestirme y que maquillaje y peinado iba a utilizar.
Esa noche pensé que no podría dormir, pero cuando lo hice no dejé de soñar con unos ojos azules y una deslumbrante sonrisa.
o-x_X_x-o
Acabábamos de comer y tomar algo de café, nos dirigíamos al lugar de mi cita, yo retorcía mis manos inquieta. Tenía un nudo en el estómago que no me había dejado probar a penas bocado y me hacía respirar con dificultad. Miré mi reflejo en un escaparate y me sonrojé, Ino me había prestado un vestido de manga media violeta con detalles plateados en la zona del escote y me había maquillado ligeramente, muy natural. Sakura me había dejado una cazadora azul marino a juego con mis botines, y Tenten había peinado mi cabello en una trenza lateral que llegaba hasta más abajo de mi cintura.
- Hinata tranquilízate ¿quieres? Por el amor de Kami te vas a dejar las manos en carne viva – Sakura acarició mis manos enrojecidas.
- Hinata-chan... estás preciosa – Ino me miraba con orgullo y los ojos brillantes. Tente tan sólo sonreía con condescendencia.
Antes de darme cuenta estábamos en la entrada de las pistas de hielo, me paralicé por los nervios, tenía ganas de llorar y salir corriendo. Pero ellas se habían esforzado tanto en arreglarme que supe que si hacia eso no me lo perdonaría jamás. Cogí todo el aire que pude y lo solté lentamente. Cuando me sentí preparada entré en lugar con la cabeza gacha, el corazón me latía tan rápido que en cualquier momento se me saldría por la boca. A penas había dado un par de pasos cuando una masculina voz gritó mi nombre.
- ¡Hinata-chan! - Naruto se acercaba a mí agitando la mano a modo de saludo, cuando llegó a mi altura se me quedó mirando con una enorme sonrisa y los ojos brillantes de emoción – Hola.
- Ho-hola – dije tímidamente. Nos quedamos un rato mirándonos a los ojos sin decir nada hasta que Ino me empujó hablando tan rápido que casi ni la entendí.
- Bueno nena, te dejamos con tu cita, por nosotras no te preocupes que estaremos por ahí haciendo... lo que sea ¡ciao! - se alejaron tan rápido que parpadeé confusa, cuando miré a Naruto estaba sonrojado, eso me hizo sonrojar a mi también.
- Asique soy tu cita ¿ne? - mi sonrojo aumentó y anoté en mi mente matar a Ino luego. Él se acercó y me tomó de la mano, volviendo a provocar las pequeñas descargas – Ven, he conseguido una mesa donde estaremos más cómodos – yo sólo me dejé guiar sintiéndome incapaz de decir nada.
Cuando llegamos a la mesa pedimos algo de beber, mientras lo traían Naruto empezó a hacerme preguntas, mi comida y color favoritos, las asignaturas que mejor se me daban y otras tantas cosas. Al principio me costaba responder, pero me sorprendió la facilidad con la que empecé a soltarme, al punto que yo también le preguntaba cosas e incluso me reía de las explicaciones que me daba. Era muy nervioso y movía mucho sus manos, y sus palabras destilaban inocencia.
- Entonces el teme como venganza escondió mi ropa, y tuve que pasearme en calzoncillos por medio instituto ¡Fue humillante, dattebayo! - no pude evitar soltar una carcajada por la escena que me describía, y él rió contento - ¿Sabes una cosa Hinata-chan? Me lo estoy pasando en grande.
- Yo también Naruto-kun -confesé sonrojada hasta las orejas, a lo que volvió a reír alegre para después beber de su refresco. No podía evitar admirarle fascinada, me sonrojé más aún por lo que iba a decir y le llamé en voz baja – Naruto-kun
- ¿Mm? -me mira curioso mientras traga su bebida – Dime.
- Etto... a lo mejor lo que te voy a decir te suena estúpido, pero... - apreté la falda con mis manos sintiéndome tonta de repente, él pareció darse cuenta.
- Hinata nada de lo que me digas puede ser estúpido... vamos cuéntamelo – me apremió con un sonrisa, la firmeza de sus palabras hizo que el estómago me diese un vuelco.
- Ha-hai... etto... es sólo que... tengo la sensación de que ya te conozco – reí aliviada por haberlo dicho pero seguí sintiéndome algo tonta - ¿Ves? Ya te lo dije, es estúpido, si nos acabamos de conocer y...
- A lo mejor es verdad – me interrumpió tan serio que me dejó aturdida y confusa, cuando se percató se sonrojó riendo nervioso – Qui -quiero decir... a-a lo mejor nos conocemos de una vida pasada... eso p-puede ser ¿no? - se habí puesto tan nervioso que me recordó a mí, y no pude evitar reír. - Me encanta tu risa Hinata-chan... si yo fuera tú estaría riendo todo el día, no es justo que prives al mundo de algo tan bonito dattebayo.- Se rascó la nunca avergonzado y mi cara se encendió como una bombilla.
- A-arigato Naruto-kun – tragué saliva pesadamente y carraspeé incómoda – Y d-dime... ¿C-cómo son tus amigos Naruto-kun? - pregunté para cambiar de tema.
- Ah pues están a... ¡oh! – parecía sorprendido, cuando seguí la dirección de su mirada también me sorprendí, mis amigas estaban en la mesa del grupo de muchachos de ayer. Una sonrosada Sakura era acorralada por el chico impertinente, Sasuke sino mal recuerdo. Ino estaba sentada con aire soñador junto a un chico de pelo corto y oscuro que leía un libro con una sonrisa extraña. Y Tenten hablaba animadamente con la pareja que quedaba. - ¿Esas no son tus amigas?
- Hai... la de pelo rosa es Sakura, la rubia se llama Ino y la castaña de los moñitos es Tenten, son mis mejores amigas – afirmé orgullosa - ¿Y tus amigos? - Naruto sacudió la cabeza aturdido.
- Eh... pues... el que acorrala a la pelirosa como un animal hambriento se llama Sasuke, es un teme, pero en el fondo es buen tipo. El que lee un libro es Sai, a veces es un gilipollas y está obsesionado con los penes, pero puedo afirmar y reafirmar que no es gay – un escalofrío recorrió su cuerpo – Y los que hablan con tu otra amiga son Shikamaru y Temari, son la pareja más rara que nunca he visto... pero se quieren de verdad. El resto de la cuadrilla está de vacaciones y no han podido venir – respondió con una sonrisa traviesa – Pero no quiero hablar de ellos Hinata-chan, ahora estoy contigo dattebayo. Cuéntame como es tu vida, háblame de tu familia.
La siguiente hora la pasamos hablando de nuestras familias, yo le conté que vivía con mi padre y mi hermanita pequeña, y que mi madre había muerto cuando yo tenía diez años en un accidente de tráfico que me costó dos meses en coma. Mientras hablaba tuve la sensación de que me miraba como si ya supiese lo que le estaba contando, pero deseché la idea enseguida, eso era absurdo. Me dio el pésame con voz triste pero yo le dije que no se preocupara que eso había sido hace mucho tiempo y que mi madre siempre me cuidaba desde donde quiera que estuviese.
El me contó que vivía con sus padres y su padrino; me dijo que su padre era casi igual que él pero con más edad, y que el carácter y el amor por el ramen lo había heredado de su alocada madre. También que adoraba a su padrino pero que era un pervertido. Estuvimos un poco más así entre confidencias y risas hasta que un estruendo procedente del lugar en donde estaban nuestros amigos nos llamó la atención.
Al enfocar mi atención en ese lugar una gruesa gota de sudor se escurrió por mi cabeza. Sakura, más roja que un pimiento y con el ceño fruncido, se encontraba tras una más que enfada Ino, ambas gritaban, Tenten intentaba aguantar la risa vanamente. En la mesa, la pareja estaba de pie, él parecía aburrido y ella se tronchaba de la risa. El tal Sasuke atravesaba a Sakura con la mirada y en la mejilla podía observarse en rojo la silueta perfecta de una mano femenina. El chico que leía un libro... bueno... el libro seguía en su mano, pero su cabeza se encontraba incrustada en la mesa que se había doblado por la fuerza del impacto.
Naruto comenzó a partirse de risa, pero yo jadeé avergonzada de la que estaban organizando. De repente Naruto se levantó y me agarró de la mano pillándome por sorpresa.
- Hinata-chan larguémonos de aquí – se veía entusiasmado con la idea.
- ¿Nani? P-pero nuestros amigos... - pareció pensarlo unos segundo pero después me dedicó una mirada tan intensa que me aceleró el pulso.
- Hinata ¿confías en mí? - esperaba expectante mi respuesta, y a mí me sorprendió no tener que pensarla... ya la sabía.
- Si – contesté con seguridad, rió alegre mientras salíamos del lugar dejando los gritos de nuestros amigos atrás.
o-x_X_x-o
Pasamos el resto de la tarde yendo de un lugar a otro, estuvimos en un parque enorme jugando como niños e intercambiando nuestros teléfonos, y cuando fue la hora me invitó a cenar ramen en su restaurante favorito. De que quise darme cuenta era demasiado tarde, sin duda mi padre me regañaría, pero aguantaría sus réplicas muy a gusto, porque había merecido la pena. Llegamos a la puerta de mi casa en menos tiempo del que yo hubiera deseado.
- Ne Hinata-chan, perdona por no haberlo dicho antes, pero quiero que sepas que estás increíble... - me halagó haciendo que enrojeciese.
- A-arigato... tú también estás muy guapo, el naranja t-te sienta bien – sonreí avergonzada – Y gracias por acompañarme a casa... no era necesario.
- ¿Qué dices? ¡Claro qué era necesario! ¿Qué clase de hombre sería si dejase que una chica tan guapa anduviese sola a estas horas de noche? - sus ojos parecían dos pequeñas rendijas y su labio inferior sobresalía en un puchero, intentaba parecer ofendido pero estaba fracasando de mala manera. Eso me hizo reír, y él se unió a mi segundos después.
No se en qué momento dejamos de reírnos, acercándonos hasta casi rozarnos, ni me importó no poder dejar de mirarle, no me importó nada. Porque de pronto sus labios estaban sobre los míos moviéndose con tanta ternura que cualquier cosa que estuviera en mi cabeza se esfumó.
Cerré los ojos y me abandoné al beso, subí los brazos para acariciarle la nuca haciéndole gruñir levemente. El me abrazó por la cintura pegándome a su cuerpo, pude sentir el calor que desprendía y eso me hizo suspirar. Aprovechó el momento en que entreabrí los labios para intensificar el beso, y su lengua acarició mi boca haciendo que diese un respingo. En lugar de separarme, un calor desconocido para mí me hizo sacar la mía a su encuentro, se sentía suave, húmedo y excitante. Era la sensación más maravillosa que jamás había experimentado, podía notar el corazón latir desbocado y mariposas en el estómago. El calor se concentró de pronto en mi vientre haciendo que me pegase más a él, tenía la necesidad de sentirle más cerca. Estaba segura que de si me soltaba ahora mismo caería al suelo sin remedio. Nuestras bocas se siguieron moviendo hasta que el aire fue reclamado por nuestros pulmones. Al romper el beso apoyó su frente contra la mía, yo seguía con los ojos cerrados pero podía notar que su respiración también estaba agitada.
- Joder... eso ha sido... intenso – intenso me parecía poco, aún así asentí.
- Ha-hai... - nos miramos a los ojos durante quien sabe cuanto, después me sonrió completamente feliz contagiándome la sonrisa – Te-tengo que marcharme ya Naruto-kun, o mi padre llamará ala policía.
- No quiero – protestaba como un niño pequeño, y mi pecho se infló de alegría. Sólo pude acariciar su mejilla y él, cerrando los ojos, besó la yema de mis dedos uno a uno. Suspiró con resignación al cabo de unos segundos – Pero tienes razón... sé que sería capaz.
Al separarnos me acerqué a la puerta, me giré para despedirme pero el habló antes que yo.
- Ne Hinata-chan ¿tienes algo qué hacer mañana? - yo le miré extrañada e hice memoria.
- Etto... no... ¿Por qué Naruto-kun? - un segundo después Naruto estaba besándome de nuevo, pero este contacto fue más suave y más corto. Al separarse me besó la punta de la nariz con una sonrisa.
- Por que ya tienes algo que hacer – se alejó tan rápido como se había acercado – Mañana te llamo y vemos que hacemos ¡dattebayo! ¡Hasta mañana Hinata-chan! - y se fue calle abajo.
Tardé unos segundos en recuperarme de la impresión, cuando lo hice sonreí como tonta y entré en casa. Tenía la intención de ignorar a mi padre cuando se acercara a increparme por mi retraso, pero éste al ver mi cara no me dijo absolutamente nada, a su lado Hanabi me miraba con los ojos y la boca abiertos. Subí a mi habitación y me tiré en la cama riendo como una demente, una demente muy feliz.
Toqué mis labios que estaban ligeramente hinchados y después me llevé la mano al corazón pensando en todo lo que había pasado en esos dos días. A pesar de saber que era ilógico e irracional que pudiese pasar en tan poco tiempo, tenía la certeza de que estaba total y completamente enamorada de Naruto, y sólo deseaba que llegara el día siguiente para poder verle de nuevo.
…...
Y hasta aquí hemos llegado (XD!), espero que os haya gustado. Esta historia la escribí hace un siglo porque me dio una neura, de hecho me parece algo infantil, y he tenido que corregir errores ortográficos que me han avergonzado bastante. Pero le tengo un cariño especial por ser la primera que redacté, y quería regalársela a mi Sakurita enfermera particular [;)]. En unos días subiré un segundo capítulo desde el punto de vista de Naruto, y así se entenderá todo lo que se ha quedado en el aire.
Espero vuestras opiniones ¿ok? ¡Besetes y abrazos!
~Nune-chan~
