That Day


Capítulo Uno: "My life" (Mi vida)


Esta historia me pertenece, sin embargo, los personajes no son míos, son propiedad del creador del anime/manga "Naruto". Lo que suceda en este FanFic es obra mía, es todo ficticio. Además de que se ubica en un "Universo Alterno".


En la capital de Japón, Tokio, en una de las tantas casas, un joven chico miraba intensamente el techo de su habitación. Allí, recostado en una mullida cama, estaba un atractivo azabache. Sus ojos, tan negros como la misma noche, tenían un débil brillo de tristeza. Sin embargo, ninguna lágrima salió de sus decaídos ojos. El azabache soltó un suspiro, pasando una de sus manos por su mejilla. Su piel era enfermizamente pálida. Tenía la apariencia de un muerto viviente. Triste, decaído, con su corazón destrozado...

Repentinamente, sus angustiados ojos negros observan la ventana. Delicadamente, las hojas volaban a causa del viento. Con lentitud, se levantó. Sus huesos tronaron ruidosamente. Ahora, sin la cobija cubriendo su cuerpo, quedó al descubierto su delgado cuerpo. Era delgado...quizá demasiado. Su piel estaba completamente pegada a los huesos, quedando el contorno de ellos. El chico parecía tener algún problema alimenticio, eso se notaba a simple vista. Sólo que, él, nunca dejaba que nadie viera su cuerpo. Ni siquiera su hermano mayor. Su cuerpo era...horrible.

El chico, rápidamente, se cubrió bajo las cobijas. Unos pasos se acercaban a su habitación. Era su hermano mayor, Uchiha Itachi. Y, él, de ninguna manera, dejaría que viera su "desagradable" aspecto.

La puerta se abrió, produciendo un leve sobresalto en el azabache, quien fingió recién estar despertándose. Talló sus ojos, sintiendo una punzada de culpabilidad atravesar su pecho. Le estaba mintiendo a Itachi. A su hermano. A su única familia.

Sasuke...—El alto joven, unos pocos años mayor que él, le sonrió con dulzura. Con esa imborrable sonrisa, le acarició el cabello a su pequeño hermano. Aún siendo Sasuke un chico de dieciséis, próximamente diecisiete años, lo veía como su pequeño hermanito adorado. Era su pequeñito, y nunca dejaría de serlo, a sus ojos.

—Hola, Itachi.—Se obligó a sonreír. No quería preocupar a su hermano. Debía continuar con la "actuación". La actuación que llevaba a cabo desde dos largos años. Y, luego de esos años, aún, no podía observar los cariñosos ojos carmesí de su hermano sin sentirse una basura. A pesar de odiarse por ello...seguía con ese destructivo juego. Mintiendo, fingiendo, engañando...sufriendo. Jugando con la confianza que le había entregado su hermano. Burlándose en su propio rostro. Pisoteando su amabilidad, cariño y amor fraternal que le entregaba de manera incondicional.

...te vayas, Sasuke.

—¿Qué?.—El azabache salió de sus pensamientos. Mirando confuso los amables ojos carmesí. Itachi le sonrió, acomodando su propio cabello largo y negro, idéntico al suyo.

—Estás algo distraído, Sasuke.—El mencionado se avergonzó ligeramente—Te decía que tienes que ir al instituto, levántate rápido o llegarás tarde.—El mayor le dedicó una última sonrisa y salió de la habitación.

La falsa sonrisa de Sasuke se borró el mismo momento que la puerta se cerró con suavidad. Recobrando su habitual rostro serio y vacío, se levantó, arrastrando sus pies. Se deshizo de su pijama, entrando a su frío baño, que estaba en su habitación. Justo en frente del lavabo, estaba un pequeño espejo, que reflejaba su cansado y ojeroso rostro.

—...Demonios.—Mordió sus labios, asqueado consigo mismo. Si fuera por él, hubiera roto el espejo de un puñetazo. Sin embargo...¿Él...?. ¿El callado y "sabelotodo" Sasuke perdiendo el control de sus emociones?. No, por supuesto que no. Los demás creían que no tenía sentimientos y él...él no decía nada. ¿Para qué hacerlo?. Era una basura. Un..."juguete sin emociones", como decía su amada.

Sonrió al recordarla.

—Soy un maldito masoquista.—Con esa sonrisa retorcida en su pálido rostro, entró a la ducha, bañando su delgado cuerpo con agua helada. En su mente sólo estaba la imagen de su amada. Su princesa de mirada cruel.

Su mundo; la única razón por la que su roto corazón latía.

Rápidamente salió de la ducha, agarrando el uniforme que colgaba de una pequeña percha en la pared. El uniforme era una camisa blanca, una chaqueta verde, pantalón verde y tenis negros. Se vistió con rapidez, alistando, luego, su mochila. Viendo que aún le quedaban unos minutos más, se recostó nuevamente en su cama; meditando.

Él, Uchiha Sasuke, no era más que un perdedor, tanto fuera como dentro del "Instituto Konoha". Sólo con mirarlo se podía notar. Su cuerpo débil, su negra mirada vacía, sus desordenados cabellos azabaches, su extrema palidez. Todo. Su vida era casi un cliché, algo típico. Era el estúpido chico que se sacaba puros "10" y era un desastre en cualquier actividad física. Era un...un simple "nerd". El típico antisocial del que todos se burlaban.

Pero, después de todo, no le importaba. ¿Popularidad?...él no necesitaba eso. No le interesaba. ¿Era divertido tener a muchas zorras detrás de ti? ¿Ese es el concepto de "diversión" para los "chicos populares"?. Huh. ¡Cuanta ignorancia!. No le interesaban esas perras superficiales...

...Él...

...Él sólo tenía ojos para una sola persona.

Sus mejillas se tiñeron de un profundo color rosa, su cuerpo tembló involuntariamente y una placentero revoloteo se instaló en su estomago.

Él sólo amaba a su princesa de ojos esmeralda...

—¡Sasuke, ya debes irte!.—La voz suave y serena de Itachi lo llamó desde la cocina. Obediente, bajó las escaleras, llegando a la cocina. Se despidió de él con un pequeño beso en la mejilla y salió de la casa. Tomó su IPod y se colocó los audífonos con rapidez. Caminó a un ritmo lento hacia la parada del autobús. Llegó unos minutos después. Sasuke subió, aún concentrado en la música que invadía sus oídos.

Repentinamente, unos fuertes, pero delgados brazos, rodearon sus hombros, envolviéndolo en un fuerte abrazo. Sus débiles huesos crujieron. Adolorido, se apartó. No fue necesario mirar a la persona para saber de quién se trataba.

Con un suspiro, saludó a su único amigo.

—¿Qué quieres, Naruto?.—Era evidente para él, que, su amigo, deseaba algo que él podía darle.

—¿Por qué siempre piensas que quiero algo?.—El rubio chico le sonrió, con aparente inocencia. Sus ojos azules brillaban intensamente, como cada día. Su piel bronceada se veía suave, alegre...viva. Su mejor amigo, Uzumaki Naruto, un chico popular y alegre. Tan diferente a él.

Naruto era...

...todo lo que él deseaba ser.

Lo admitía. Envidiaba a su mejor amigo. No podía evitarlo. Naruto se veía siempre tan feliz, tan lleno de vida. Tan optimista y simpático. Era...perfecto, a su manera. Las personas, incluído él, tenían un mal concepto de la "perfección". Una persona perfecta sería alguien como Naruto, alguien tan bueno y amable como él. Porque, después de todo...¿De qué le servía ser "el mejor de la clase"?. Su vida continuaba siendo miserable, no era feliz, y dudaba que alguna vez lo fuera.

—¿Olvidaste la tarea?.—

—...B-Bueno, ahora que lo mencionas...—Arqueó una ceja, interrogante. Ante la profunda mirada de Sasuke, Naruto suspiró. Con una sonrisa, dijo la razón:—Tuve una cita con Hinata-chan, no pude decirle que no.—Su mirada azulada brilló como nunca antes.

—...Bien.—Le extendió su cuaderno. Con un pequeño chillido de alegría, Naruto lo abrazó, e, inmediatamente, comenzó a escribir.

"Hyuga Hinata", pensó el azabache, la novia de Naruto.

Colocándose los audífonos nuevamente, tarareó una canción. Mientras, su oscura mirada estaba fija en la ventanilla. A los minutos, llegaron a su destino.

—¡Listo!.—Naruto sonrió con alegría, devolviéndole el cuaderno a su mejor amigo. Le agradeció con un pequeño ademán, y ambos, bajaron del autobús.

—...Hola, Naruto-kun.—Una delicada y suave voz los hizo voltear. Hyuga Hinata, tímidamente, se acercó a ellos—Sasuke-san.—Inclinó su cabeza cortésmente, besando en la mejilla a su amado novio de sonrisa traviesa.

—¡Hinata-chan!.—Naruto, todo lo contrario a su novia, la abrazó y besó con efusividad, enrojeciendo las mejillas de la chica de largos cabellos azulados. Su tímida mirada plateada se dirigió a sus manos, mientras entrelazaba sus dedos con nerviosismo.

—¿Qué c-clase les t-toca?.—

—Mmm...Matemáticas. ¿A ti te toca Biología, verdad?.—Abrazó la delicada espalda de la tímida Hinata, besando su enrojecida mejilla.

Sasuke, algo incómodo, se despidió con un pequeño ademán y entró a su clase correspondiente. A los pocos minutos, entró Naruto, con una estúpida sonrisa de enamorado. Se sentó a su lado rápidamente, la profesora, Kurenai Yuhi, había llegado. La estricta profesora de matemáticas; seria, profesional. Algo típico.

—Buenos días a todos. Lamento mi retraso, tuve algunos problemas.—Los altos tacones resonaban con fuerza en el piso. Los pasos eran firmes, seguros. Acomodó sus cabellos negros en una alta coleta y tomó una gran libro.

—Buenos días, Kurenai-sensei.—

—Ahora, abran el libro en la página 135 y realicen los ejercicios 12-13-14. Tendrán cuarenta y cinco minutos para resolverlos. Comiencen.—


Las siguientes horas transcurrieron con normalidad. Sólo que, Sasuke, tendría que quedarse hasta más tarde. Se había ganado un castigo del profesor de Biología, Asuma, por no poner atención a la clase. Debía admitir que Asuma tenía razón.

Había estado muy ocupado pensando en su princesa. Deseaba tocarle, besarle, acariciarle, abrazarle...hacerle el amor. No podía soportar la tortura de estar alejado de ella. Lastimosamente, su princesa de ojos esmeralda estaba un curso más arriba que él. Ella contaba con diecisiete años, próximamente con dieciocho, sólo le faltaba un año más para ser mayor edad. Un año más para irse de ese instituto. Él tan sólo era un niño estúpido ante sus bellos ojos.

El timbre de receso resonó con fuerza en la clase. El amable profesor de Historia, Kakashi Hatake, les sonrió, agitando su mano.

—Muy bien, chicos, pueden retirarse. Sólo no olviden hacer la tarea. ¿Entendido...Uzumaki?.—Su negra mirada se dirigió hacia el rubio, que sonrió, avergonzado.

—¡Hai, sensei!.—

Sasuke y Naruto salieron del salón, encontrándose con la amable Hinata esperándolos afuera. Los tres chicos se dirigieron a una de las mesas de la cafetería, sentándose juntos.

—Sasuke.—Naruto se tornó algo serio, y, apartando su plato de Ramen, miró fijamente al nombrado—Estuviste distraído en todas las clases. ¿Qué te sucede?.—

—No dormí muy bien ayer.—Era una excusa creíble, sin embargo, el rubio lo conocía a la perfección, por consiguiente, sabía que le estaba mintiendo. Cruzado de brazos, Naruto arqueó una ceja, algo molesto.

—Sé que estás mintien-...—Antes de que Naruto dijera algo más, Hinata lo interrumpió. Aclarando su garganta, murmuró:

—Deberías creerle, Naruto-kun. Sasuke-san no tendría porqué mentirte.—Le dedicó una mirada severa a su novio, sentenciando, silenciosamente, que el azabache no deseaba hablar. El rubio la entendió y sólo calló.

Sasuke agradeció ese gesto con una leve sonrisa. No deseaba seguirle mintiendo a Naruto, porque, por más que le insistiera, él seguiría con la "actuación". Luego de mantener una pequeña charla entre amigos, el timbre de salida sonó.

—Bien. Tendré que cumplir con mi castigo.—Con aire aburrido se despidió de ambos chicos, que habían entrelazado sus manos con cariño.

—Buena suerte, Sasuke.—Naruto agitó su mano y apretó ligeramente la pequeña mano de su adorada novia, que sonreía.

Sasuke dio media vuelta y se dirigió a paso lento a la "sala de detención", que era un pequeño salón al final del largo pasillo. Aburrido, observó que no se encontraba nadie en el salón, estaba completamente vacío y silencioso, para su suerte. Arrojó su mochila al suelo y se sentó en un pupitre cualquiera. Lentamente, relajó sus músculos, que estaban tensos y adoloridos. Echando su cabeza hacia atrás, dejó caer sus pies el la pequeña mesa de madera. Bajó el volumen y suspiró. Tal vez el castigo no sería tan malo...

—...Sasuke.—Una femenina y delicada voz, detrás de él, lo sobresaltó—¿Te has portado mal?. ¡Qué niño malo eres!.—Una suave risa invadió los oídos de Sasuke, que, inmediatamente, reconoció esa manipuladora y hermosa voz...

Ésa voz era la de su princesa...

Ésa voz era la de...

...Sakura.—


~Continuará~


¡Hola, queridas lectoras!

¿Qué les apreció la historia? ¿Les agradó? ¡Espero que sí y que hayan disfrutado la lectura!

Sí se animan y quieren la continuación, dejen un comentario, los recibiré con una sonrisa. Ah, eso sí. Se aceptan sugerencias y críticas constructivas, pero nunca serán recibidos los insultos. Espero y lo respeten.

Sin nada más que decir, me retiro.

¡Muchos besos para ustedes, y gracias por leer y darle una oportunidad a esta historia! ^u^

Atte: Amy-C1