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Llovía. Parecía que siempre que se cometía un asesinato el cielo lo sabía de antemano y lloraba junto a la víctima. Últimamente en Ciudad Metro llovía mucho, casi a diario.
- Hey Gadget... ven a ver esto.
El oficial estaba agachado cerca del desfigurado cadáver. Irreconocible. Tendrían que analizar la dentadura o el ADN, o pedir un milagro. Una marca en el destruido tórax identificaba el Modus Operandi de la banda de La Garra.
Gadget pasó bajo la cinta amarilla retrayendo sus piernas biónicas, el suelo lo tragó y escupió rápidamente.
Miró al desgraciado, hecho papilla y susurró alicaído.
- Go Go Gadget escaner policial.
Una especie de lupa con cristal verde brincó desde la punta de su dedo índice. Sonrió.
Ni el propio Gadget sabría cuando un comando funcionaría o no, tenía un manojo de comandos fiables, si, pero intentaba indagar en nuevos cada vez que podía. Su cuerpo mitad metal, mitad carne, fue ensamblado por un desquiciado. "Adaptado para toda ocasión, la imaginación es el límite"
Y tanto para cada nuevo asesinato que Gadget había presenciado, como para cada nuevo comando. La imaginación había sido el límite.
Horrible límite desdibujado que cada día se empujaba más y más con nuevas formas de matar. El futuro avanzaba a pasos agigantados y las armas nuevas cada vez mas mortíferas e imaginativas.
Gadget pasó el Escaner Policial mientras la lluvia escurría por su gris gabardina. Un haz de luz verde se desprendió desde el cristal y el cerebro de Gadget fue invadido por una cantidad increíble de información. La profundidad de la herida, la forma, la fuerza del impacto.
El proceso de cada dispositivo siempre era incierto. Siempre dolía. Lo llevaba más cerca de la locura.
Su compañera, la oficial Penny Lockharth, lo miro preocupada.
- ¿Estás bien Gadget? -
- Estoy bien - y posó su otra mano en la cabeza. Sintió el metal de sus dedos en la cabeza y el metal de la cabeza en sus dedos.
Con un zumbido y un click el Escaner Policial volvió a si cuerpo.
Gadget se incorporó. Una ágil sombrilla brotó de su sombrero. Pero a la lluvia no le importó.
