Esta historia fue creada solo por diversión para el grupo "mg2" los cuales salen en esta historia, lo subo aquí a skins porque estoy basándome en ellos y todas sus experiencias.

Espero que les guste.

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FLOR

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Mire una estrella fugaz, y como todo el tiempo y todas las noches que logro ver una, pedí un deseo. Siempre el mismo.

Dejar de ser invisible.

Toda mi vida ha girado en torno a eso, no destaco en nada y jamás nadie se fija en mí, mi destino es este, no ser nadie en la vida.

Lo único que tengo de mi parte es... ¿el estudio?, de que me sirve ser tan inteligente si no soy "bonita", Einstein, newton, Aristóteles, todos ellos corrieron con mucha suerte al ser reconocidos por su gran intelecto, pero yo jamás lograre esa suerte, alguien como yo lo máximo que puede anhelar seria casarse con el gerente de un centro comercial.

A muchas personas les costaría aceptar su patético futuro, pero a mí no, por doloroso que fuera lo hice y no me quedaba más que cargar con él.

Desearía ser como las animadoras de todas las escuelas que he estado, de cuerpos esculturales, caras bonitas y una popularidad excesiva, casi todos las aman y otros cuantos las odiamos en silencio, son superficiales y egoístas, es cierto, pero todos las notan y a mí no.

Mi madre me ha dicho que no soy precisamente el prototipo de la chica bonita y popular, mi mama no anda con rodeos y me habla directo. Ella más bien piensa que a mí se me dio lo que a ellas se les negó, la inteligencia. También dice que no soy fea exactamente, solo que no me arreglo muy bien, que para el caso da igual... no soy bonita.

Y ahí me encontraba de nuevo, hablando sola contra la pared. Ocultada en la poca oscuridad que quedaba.

Mire al reloj y marcaba la hora que odiaba ver, faltaba poco tiempo para irme a mi nueva escuela. La octava escuela en lo que va de este año. El trabajo de mi padre hacia que mi familia y yo nos mudáramos cada vez que nos sentíamos cómodos en la ciudad anterior. Por esa mi hermano mayor y yo no lográbamos tener tantos amigos, tener esa vida social que podríamos tener si viviéramos en un lugar estable.

El ruido de las escaleras hicieron que volviera a la realidad, me estaba mirando en el espejo, observando cómo me quedaba el nuevo uniforme. Era una mujer de estatura promedio, mi cabello era de color negro y me llegaba a la mitad de la espalda, mis ojos eran grandes y color café; la forma de mi cuerpo era el típico de una mujer, pero un poco más dotado (y hermoso *-* cofcof) el cual casi nunca dejaba ver; siempre me colocaba mucha ropa tratando de no darme mucho a notar.

-hermana- la voz de mi hermano llamaba desde la puerta de mi cuarto, -mi madre ya nos está esperando en el carro, así que más vale que te apures-

Me limite a contestar, solo tome mis cosas para la escuela y me fui directo a la salida.

Mi madre estaba tras del volante, esperando a que me subiera al carro. Mi hermano la acompañaba en el asiento de adelante, siempre le gustaba irse ahí, la razón, quien sabe. Hubo veces que discutía conmigo simplemente por ese asiento.

Al subirme al carro mi madre me dijo

-tu padre te manda a decir que tengas un gran primer día de clases-

-gracias madre- gire mi rostro hacia la ventana, donde se suponía que debería estar el carro de mi padre, pero como siempre no está, trabaja muy temprano y no tenía tiempo para nosotros, -me hubiera gustado que él me lo dijera- murmure.

Después de este breve momento familiar, solo se escuchaba la música que mi hermano ponía en la radio.

Don't call my name Don't call my name

-ALEJANDRO!- grito mi hermano, según el cantando

I'm not your babe I'm not your babe

-FERNANDO!-

Para desgracia mía, tenía que salir una de las canciones favoritas de mi hermano, que si no es porque vamos en un carro, estuviera bailando.

Trate de evitar escuchar la "melodiosa" voz de mi hermano y solo me concentre en el camino hacia mi escuela, que de seguro tendría que transcurrir de regreso a mi casa. Ya que nunca pasan por mí.

El camino era un poco largo, venia calculando cuanto tiempo podría hacer de regreso caminando, 10, 15, 20, 25 minutos... no sabía con exactitud, pero sabía que en algunas cuantas horas más, lo sabría; derecho, vuelta a la izquierda luego derecho hasta la tienda con colores muy llamativos y un súper letrero de "coca-cola" donde doblaría a la izquierda nuevamente, de ahí todo derecho por la calle inclinada y por fin en la sima ahí estaba mi nueva escuela.

"Universidad de Canterville"

En el transcurso de la subida a la escuela, miraba a muchas personas que iban en la misma dirección, deduje que serian estudiantes de universidad; observando a detalle logre ver que en esta escuela había muchos estilos de vida en esta escuela. A los primeros que observe detalladamente fue a un grupito de unas 4 o 5 personas, al parecer puros hombres. Lo peculiar de este grupo es que a pesar de ser hombres, todos a excepción de uno, traían aretes en las orejas, una especie de diamante encajado en cada oreja. Llevaban los pantalones mas holgados de lo normal, en cualquier momento pensaría que se les caerían y quedarían al descubierto. Obviamente en todas las escuelas tendría que haber típico grupo cholo.

Después mire a una mujer cargando, si mi mirada no miente, alrededor de 4 libros los cuales tenían un buen grosor. Tenía recogido su cabello en una cola de caballo y deduje que era la cerebrito de la escuela. Sentí un poco de pena después de pensar eso, ya que, a mí también me tachaban de cerebrito.

Borre de mi mente todo lo pensado anteriormente y solo mire al ahí se va, sin observar a nadie en especial.

-bien- dijo mi madre mirándome por el retrovisor del carro, -creo que hemos llegado-

-que te valla muy bien- dijo en tono burlón mi hermano.

Baje del carro, a primera vista la escuela parecía un viejo y aburrido edificio; por las ventana podía apreciar a el tipo de maestros que imaginaba en esta escuela, viejos aburridos en sus últimas estancias de vida. Los arboles normalmente tendrían que ser de colores verdes brillantes, en este caso eran opacos y sin mucha vida.

Gire para despedirme de mi madre y mi hermano pero ellos ya no se encontraban ahí.

Respire y empecé a caminar hacia la escuela; si fuera popular o tuviera el cuerpo por el cual los hombres se mueren, en ese momento sentiría como los hombres me violaran con la mirada, podría ver sus pensamientos y saber qué es lo que querían, en su cerebro saldrían letras diciendo, "nueva presa", "tiene que ser mía", "que buen...". Pero no era así, nadie en esta escuela me estaría tomando en cuenta, yo no estaba aquí.

Los pasillos estaban llenos de gente, todos estaban con sus amigos, era extraña la persona que estuviera sola, si no estaban platicando, típico los deportistas lanzándose un balón, gente corriendo y lo que nunca puede faltar, parejas apañando, pareciera como si les gustaba que los vieran.

Saque una pequeña hoja, "horario de clases", mire la primera columna, segunda fila. De 7 a 8 am me tocaba lectura y expresión oral 2 en el aula A135.

Vi el reverso de la hoja donde se encontraba una especie de mapa con la ubicación de los salones, empecé a caminar sin mirar hacia donde iba, solo me guiaba atreves del mapa. Después de cierto tiempo, me di cuenta que fue un error, ya que a mitad de camino tropecé con alguien, chocamos de hombros y se le cayeron unas bolsitas con una especie de planta y la otra con un polvo blanco.

-haber si a la otra te fijas- me grito en un tono enojado.

-haber si te apuras Benítez- grito una voz más al fondo, -no quieres que nos descubran-

Yo simplemente regrese a la normalidad y trate de ignorar lo ocurrido.

A132, A133, A134, y por fin A135, esta escuela estaba realmente grande. Estaba a punto de abrir la puerta cuando algo dentro de mi cabeza murmuro –vamos de nuevo-

Gire al perilla de la puerta y chillo como si nunca le hubieran echado aceite.

Había alrededor de unas 15 personas desbalagadas dentro del salón, todos las sillas estaban desocupadas, muy pocas tenían puesta la mochila de alguien apartándole. Cerré la puerta lo más despacio posible tratando de hacer el menor ruido posible, no quiera que todos se dieran cuenta que había nueva compañera en el salón. Visualice la silla apropiada para mi, ni tan atrás ni tan adelante, pegada a una ventana, así podría distraerme si la clase era muy aburrida.

Para mi fortuna el asiento estaba desocupado, no había ningún rastro de mochila o alguna pertenencia de otra persona. Me quite la mochila de la espalda, me senté y empecé a ver por la ventana.

Miraba cualquier cosa que llamara mi atención, lo único que yo quería fuera distraerme del ruido que hay en este salón, todo mundo contaba sus anécdotas de sus vacaciones, lo que hizo, lo que no hizo, planeaban sus actos este año escolar y cosas así.

Un peculiar ruido interrumpió mis pensamientos, la puerta del salón, la cual yo había cerrado cuidadosamente para no hacer ruido, esta vez hizo más de lo que yo pude imaginar.

Tras la puerta entraron 4 mujeres, las cuatro vestían a mi punto de vista muy bien, más de lo que yo podría venir a la escuela. Cada una tenía su estilo, al caminar, al vestir, incluso en el tipo de peinado.

La primera en entrar fue la más alta, su pelo largo que caía sobre su espalda, traía puesta una minifalda que daba a relucir sus esculturales piernas bien formadas y bronceadas. Era realmente bella. A ella si era de las que notaban a todo mundo, como podría pasar desapercibida tal mujer.

La siguiente en entrar era un poco más baja que la primera, su cabello negro ondulado y brillante, deslumbraba sobre las demás. Su cuerpo igual de bien formado que las demás, pero lo que más llamo mi atención era su sonrisa, era perfecta. Llevaba un pantalón de tubo color azul marino el cual daba a relucir un gran cuerpo, bien formado.

La tercera, fue un poco difícil razonar ¿porque estaba con ellas?, su apariencia no encajaba mucho con las demás, pero parecía llamar la atención igual que ellas, vestía muy al estilo hippie, traía el pelo recogido con una diadema, llevaba un vestido a rallas con colores negros, amarillos, verdes y rojos, le llegaba una mano arriba de la rodilla. Y claro, no podía faltar su collar con signo hippie.

Por último, la mujer que mas miradas traía sobre ella, sobre sus piernas llevaba un mini short que le dejaba al descubierto la mayoría de la piel. Y una playera de tirantes, con un escote que yo jamás me hubiera puesto. Ella al parecer si quería demostrar que tenía un grandioso cuerpo.

Llegue a la pequeña conclusión que estaba contemplando a las fashion, populares, famosas, del salón, incluso podrían ser las más destacadas de la escuela, hablando obviamente de popularidad y cosas así. Porque de inteligencia lo dudo, siempre las mas sexys tenían que ser mujeres sin neuronas.

Fue tanto el impacto de la llegada que el salón había cambiado de ambiente, las mujeres se sentían celosas, y se llenaban de rabia. Volteaban su cara hacia otras partes para tratar de ignorar la presencia de ellas; en cambio los hombres, pareciera que la lujuria se encontraba en el aire, cada vez que respiraban el deseo les aumentaba mas, todos estaban muriendo por ellas.

Cada una tomo asientos en diferentes filas, cada una tenía su propia fila, como si fueran las reinas de aquel grupo de sillas.

La hippie tomo la primera fila, se sentó en la última silla, enseguida se echaron sobre ellas muchas personas. Empezaron a sacar dinero y se los daban sin ninguna razón. Fue cuando de pronto descubrí que no se lo daban por nomas, si no que ellas les daban una bolsita con una especie de hierba, color verde. Valla manera de conseguir dinero.

-cuando conseguirás mas Qaren- agudice el oído tratando de escuchar, -quiero de las pastillas que trajiste la última vez-

-no empieces- dijo ella, -yo les diré cuando, orita no me estés jodiendo la vida, así que ya llévate lo que te di y vete a fumar por ahí-

Ya nadie le hablo solo siguieron soltando dinero y bolsas con la cosa verde.

La segunda fila le pertenecía a la mujer del escote. Tomo asiento a mitad de la silla y los hombres que no estaban con la hippie, se fueron directo a ella. Todos a su alrededor. Algunos conversaban pero otros solo estaban ahí para ver con que se topaban sus ojos.

-que comes chiquita- le aulló un hombre, -que tienes ese cuerpo que me agita por dentro-

Ella rio y continuo coqueteando.

La del pelo ondulado se sentó en la fila junto a la mía, muy cerca de mí. Al verla más a detalle pude ver que sus facciones del rostro eran realmente hermosas, y mas con esa sonrisa que podría controlar a cualquier hombre; después de verla un momento, al parecer sintió mi mirada y por una fracción de segundo cruzamos mirada y por medio de una señal me dijo que volteara hacia atrás.

Y ahí se encontraba la cuarta y última muchacha, la de la minifalda. Su mirada estaba fija en mi, era penetrante y se alcanzaba a sentir el odio que podría tener en ese momento.

-disculpa- dijo en tono arrogante, -pero creo que estas sentada en mi lugar-

-¿me-e hablas a mi?- los nervios se apoderaron de mi

-obvio a quien más le podría estar hablando-

Cuando menos me lo pensé, las 4 chicas estaban alrededor mío, era como un llamado o algo parecido, la hippie y la del escote estaban a su lado y la pelo chino tras de mí.

-mira, te lo dejare claro, aquí en esta escuela las que mandamos somos nosotras, ¿verdad chicas?-

-claro- rio la hippie y las demás seguían mirando

-pe-pero yo no he hecho nada- mi voz se quebraba en cada palabra que decía.

-hahaha- la pelo ondulado subió a una silla y se acerco a mí, -veo que eres un poco tímida amiga mía- no podía faltar el sarcasmo

-con que una tímida- murmuro la del escote, -dicen por ahí que son las peores-

-¿peores para qué?- dijo Qaren si no mal recuerdo

-para lo que nosotras sabemos- dijo y le cerró el ojo al tiempo que rozaba su cadera.

-y luego yo soy la drogadicta- rio Qaren

-bueno volviendo al tema- hablo de mal gusto, -el caso es que estas sentada donde yo siempre me siento-

Mire todas las sillas disponibles y me pregunte qué era lo especial de esta silla, me encontraba en una silla de oro o que.

-pero...- respire, -hay mas sillas, porque no te sientas allá- apunte la silla enfrente de la pelo chino.

-si cierto- dijo la pelo chino- así podremos platicar más a gusto- rio.

-cállate Mirsha-

El grito provoco un silencio en el salón, Mirsha quedo callada y se fue a sentar a su lugar. Qaren y la del escote siguieron sus pasos y fueron a su lugar.

-no escuchaste- siguió con el mismo tono, tal vez esa sea su voz.

Tome mis cosas y me levante, camine hacia otro lugar, sentía como su mirada se encajaba en mi. Al estar enfrente decidí sentarme enfrente de Mirsha, al fin y al cabo ella me llamo "amiga".

La clase empezó y transcurrió normal como cualquier tipo de clase, el maestro hablando de los tipos de textos existentes en la lengua española.

-¿alguien me puede decir cuántos tipos de textos existen?-

Que pregunta más fácil, levante la mano con la esperanza que me eligiera.

-si dime...- miro la lista, -¿Flor verdad?-

-sí- me levante, -existen 4 tipos de textos, el narrativo, descriptivo, argumentativo y el informativo, los cuales tienen sus divisiones también...-

-cofcofNERDcofcof-

Escuche risas detrás de mí y mire como todos se reían de mí, típico.

-guarden silencio- dijo el profesor, -por favor continua-

-eso es todo- dije apenada

-muy bien gracias-

Dentro de mí, la pequeña niña quería escapar, que la tierra la tragara. Por fuera ya estaba acostumbrada a este tipo de burla, pero dentro de mí aun dolía, era una herida que nunca podría cerrar.

-bueno la clase se termina aquí, de tarea tiene la página 14 de su libro-

Todos empezaron a salir del salón, yo empecé a guardar todos mis útiles escolares, cuaderno, lápiz, pluma, borrador.

-toma- alguien había metido algo en mi bolsillo, gire a ver quién era, y para mi sorpresa fue Mirsha quien lo había hecho. Ella simplemente rio y alcanzo a las demás chicas y se fue.

Metí mi mano al bolsillo y saque una hoja de papel que decía:

Hola, como ya sabrás me llamo Mirsha, quiero que sepas que me caíste muy bien, y me gustaría que fueras a la fiesta que estamos organizando hoy en la noche por el regreso a clases. Te espero en la entrada de la escuela a las 9 en punto. No faltes.

Me sorprendió por completo el contenido de esa carta, quiera pedir una explicación mejor, pero cuando empecé a buscar a Mirsha ya no estaba, era la única que quedaba en el salón. Mire de nuevo la cuarta "no faltes". Sonreí. Esta era mi oportunidad.

En día transcurrió muy lentamente, en todo lo que restaba de escuela no me volví a topar con ninguna de las 4, técnicamente sí, pero preferí no molestar a Mirsha, ya que estaba beso y beso con un muchacho atrás de los baño, pero como dije anteriormente, hice como que no los vi.

También vi a Qaren, intercambiando bolsitas a escondidas con un hombre desconocido. Según ella nadie la veía pero para mí se veían muy obvios.

Mi casa estaba sola, mi hermano tal vez ya se consiguió novia aquí y anda de mandilón, y mis padres de seguro trabajando. Esto me daría más privacidad a mí para poder escoger bien lo que me pondría en la noche. Tenía que ir lo mejor que podía, esta sería mi primera fiesta, que no fuera fiesta de escuela o celebrando mis calificaciones.

Ahora era momento de pesar, ¿Qué sería bueno ponerse?, no tenía experiencia en saber que llevaban las mujeres a fiestas de noche, vestidos, eso era lo más lógico. Pero... mire mi guardarropa y no había ninguno vestido. Piensa. Ropa de vestir, ¡claro!

-ropa de vestir, ropa de vestir, ropa de vestir- murmuraba para mí misma al tiempo que buscaba, -donde rayos estaba la ropa cuando la necesito-

Al final de mi ardua búsqueda, lo único que logre encontrar fue un viejo pantalón de vestir, se suponía que tendría que ser negro, pero con el paso del tiempo fue desapareciendo, también encontré una camisa blanca un poco percudida pero no se notaba tanto.

Siempre pensé que los espejos de mi casa estaban embrujados, con algún efecto, o simplemente no me querían. Al verme en ellos siempre era la misma imagen, una joven tratando de ser bonita, pero nunca lo lograba. El maquillaje era algo tonto para mí, así que no me preocupe por él.

8:35 pm

El tiempo pasa rápidamente, cuando ocupas más tiempo, y cuando no tienes nada que hacer el tiempo pasa lentamente. Ya casi era hora de irme, me mire de nuevo en el espejo de la sala, mi pelo estaba recogido con una simple banana color blanca, llevaba puesta la camisa blanca y un abrigo sobre ella, los pantalones y unos zapatos negros.

-¿A dónde vas?- pregunto mi hermano apareciendo mágicamente detrás de mi

-voy a una fiesta- dije

-¡a una fiesta¡- sus ojos se abrieron de lo sorprendido, -y eso desde cuando tu sales a fiestas-

-¡cállate!- grite, -mama mi hermano está molestando-

No hubo respuesta.

-mira- continuo mi hermano, -para que veas que no soy mal hermano toma esto- de su mano saco un billete color verde, -lo necesitaras-

-pe-pero hermano, esto es mucho dinero, no puedo aceptarlo-

-mira siendo realista, esto es muy poco para las fiestas de hoy, y no te preocupes luego me lo pagaras- y se fue riendo.

Mi mente queda en blanco, no sabía que pensar, ¿tendría un mensaje subliminal lo que mi hermano dijo? O me estaré volviendo loca.

8:50 pm

Ya era tiempo de irme, el tiempo que faltaba lo aria caminando hacia la escuela.

-¡ya me fui!- grite y cerré la puerta.

La noche era fría y oscura, solo lograba escuchar el sonido del viento. Las calles estaban solas, ¿A dónde había ido la gente? ¿Acaso aquí no se sale de noche? Me dio un escalofrió al pensar que yo sería la única caminando por la calle. Mis pasos eran lentos e indecisos, ¿estaría haciendo lo correcto? ¿Por qué no seguir con mi vida? En mi mente se plasmaron las reacciones de todas las personas al entrar aquellas 4 chicas, no quería ser como ellas, pero sería genial lograr ser amiga de una de ellas, mi vida podría cambiar.

La escuela quedaba a una cuadra, mire mi reloj y aun faltaban 5 minutos. A distancia no lograba ver a nadie en la escuela, el pánico entro a mi cuerpo. Porque seré tan estúpida, era lógico, como es que las más populares de la escuela invitarían a una persona como yo a una fiesta.

-shht shht-

Me quede paralizada, mire hacia todos lados.

-shht Flor, por acá-

Mire mas afondo y logre verla, estaba detrás de un arbusto, me acerque y ahora si pude ver que era ella.

-hola Mirsha- quise acercarme aun mas pero algo abajo del arbusto se movió, -¿estás bien?- pregunte

-claro- rio, -ya casi terminamos-

-¿terminamos?- pero... yo no estaba haciendo nada, -no entiendo-

-ves te dije- le hablaba al arbusto, -es muy graciosa-

No lograba entender nada, porque todos aquí hablaban de una manera tan extraña. Acaso estamos en un mundo mágico para que los arbustos hablen.

-listo- dijo el arbusto

-definitivamente me estoy volviendo loca-

-¿Qué flor?- me miro Mirsha

-no na-nada estaba pensando en voz alta-

-mira- miro de nuevo al arbusto, -te presento a mi novio-

Del arbusto salió un hombre, era alto y de piel bronceada, tenía el cuerpo de un deportista, grandes brazos y duro pecho. De seguro tenia cuadros en su estomago, su cabello era corto, su color de ojos era un café oscuro. Se limpio los labios y extendió su mano.

-mucho gusto- sonreí

-igualmente, me llamo Mario-

-Flor-

-bueno veamos que tenemos aquí- salió acomodándose el vestido, lo cual fue muy extraño para mi, -¿no me digas que así planeabas ir a la fiesta?-

-hmm s-si ¿Por qué?-

-es que así como estas, no encajarías mucho-

-no seas mala- dijo Mario, -ayúdala y de recompensa te daré un premio que te gustara mucho- su mano fue tan rápida e impacto fuertemente un glúteo de Mirsha.

-hahaha claro todo sea por ella- ¿sería sarcasmo acaso? –Bueno primero que todo no puedes traer el pelo así- se puso detrás mío y jalo la banana dejando caer el pelo sobre mi espalda, -ahora tenemos que arreglar esa ropa-

-pero es la única que traigo- tembló mi voz

-no te preocupes por eso, siempre traigo repuesto, sígueme-

Empezó a caminar junto a Mario tomado de la mano, iban en dirección al estacionamiento de la escuela. Me sentía incomoda, las vergüenzas ya estaban regresando. Sabía que no tenía que venir.

Mario saco unas llaves de su bolsillo y oprimió un botón, las luces de un carro parpadearon. Al acércame pude ver que era.

-¿es tuyo?- pregunte

-si- dijo orgulloso, -es un Porsche 2010-

Yo también estaría presumiendo tal carro.

-ponte esto- interrumpió Mirsha

En la mano derecha traía un vestido color rojo vino y en la otra unas zapatillas rojas.

-con esto de seguro te ves mejor-

-y...- mire discretamente a Mario, -¿Dónde me cambio?-

Rieron los dos

-metete al carro- me dieron las llaves, -nosotros te esperamos aquí afuera-

Asentí con la cabeza

El carro era realmente espacioso, los asientos eran de piel y tenía un tablero asombroso, tenía una pequeña televisión enfrente y los velocímetros eran al estilo deportivos.

Empecé a quitarme la ropa lentamente, aun tenia vergüenza que me estuvieran viendo, pero cuando me asome por la ventana para ver si me espiaban, me di cuenta que ellos tenían con que distraerse. Ella estaba sentada en el cofre del carro de enseguida mientras él la abrazaba y la mataba a besos. Al parecer ellos nunca perdían el tiempo.

Fue difícil ponerme el vestido pero no algo imposible, al salir nos dimos cuenta que el vestido me quedaba un poco largo.

-y ahora- dije

-no te preocupes- se acerco Mirsha, -Mario dame tu navaja-

-¡que!-

-tranquilízate, solo es para cortar el vestido- tomo la tela y empezó a cortar a tal medida que se me viera mejor-

-¡no hagas eso!- quite su mano del vestido, -no quiero ser responsable de esto, luego me dirás que te lo page y no tengo el dinero para pagarlo-

-no seas ridícula, considéralo un regalo-

Después de unos cuantos navajazos

-listo, y ahora déjame verte- con sus dedos me indicaba que quiera que me diera una vuelta.

Muy apenada, gire y sentí como el aire entraba entre mis piernas.

-¿Qué te parece?- le decía a Mario

-pues a mi gusto, se ve bien, en comparación de la anterior-

-bueno ya estas mejor, ahora sí- me tomo la mano, -a la fiesta-

-¿tardaremos mucho en llegar?- pregunte

-no Flor-

-¿Dónde es la fiesta?-

-¿Dónde es? Si ya estás en ella- rio y miro hacia la escuela

-interesante verdad- dijo Mario

-creo que si-

Solamente rio.

-y... ¿Cómo vamos a entrar? Según yo la escuela cierra y también según yo hay un guardia-

-no te preocupes por eso, el guardia es nuestro amigo-

Cada vez me sorprendía más.

Llegamos a entrada de la escuela y como había dicho, el guardia estaba en la puerta.

-aquí tienes marcos- saco de su bolsillo una bolsita con un polvo blanco, -la mejor que tenia Benítez en este momento, disfrútala-

-pasen- dijo tomando la bolsa y fijándose si nadie miraba

-Esto tendría que ser así- dije dentro de mí

-hmm... Mirsha, esto es normal-

-hahaha- por alguna extraña razón siempre que hablaba se tenía que reír, -no te preocupes Flor, esta vida es para disfrutarse, no para preocuparse, así que ahora... a divertirse- se agacho y con toda su fuerza abrió la puerta de la escuela... QUE IBA AL SOTANO!

-tú no piensas que entre ahí ¿verdad?-

-claro que si- dijo Mario, - abajo esta la fiesta ¿Qué no escuchas?-

Silencio

-bueno- se rasco la cabeza, -tal vez cuando estemos adentro se escuchara diferente-

-vamos Flor, tu primeras-

-está bien- mire el fondo de las escaleras, estaba tan oscuro que solo se alcanzaban a ver 5 escalones, por un momento me arrepentí de haber dicho esas palabras.

El primer escalón fue fácil bajar, pero cuando más me cubría aquella densa y escalofriante oscuridad, mas dudaba en bajar al siguiente escalón. Seguí bajando hasta que no había más escalones, camine lentamente y me tope con una pared, busque alguna puerta, ventana o algún pasadizo que me hubiera pasado y nada. Estaba atrapada.

Trate de tranquilizarme y buscar una lógica a esto. Tal vez baje por algún otro lado. ¡Claro!. Di media vuelta y regrese por donde había bajado, uno, dos, tres escalones. Al cuarto escalón escuche un ruido, como si algo se estuviera arrastrando, me pegue asía la pared y no me movía ni respiraba.

-Flor...- se escucho a lo lejos, -¿estás bien? Soy yo Mirsha-

Mi cuerpo tomo un suspiro

-sí, aquí estoy- sentí su mano que tocaba mi brazo, -te me perdiste, tomaste la dirección contraria, mira ven-

Ahora tomo mi mano y jalo en una dirección.

-¿y Mario?-

-el ya llego a la fiesta-

Después de haber bajado en una dirección diferente a la que yo venía, logre empezar a escuchar música, al principio muy baja, casi nada.

-hemos llegado- dijo apuntando hacia una puerta al fondo del pasillo, -te concederé el honor-

Me preguntaba porque toda la gente se comportaba así conmigo, que tenía especial una extraña que no llevaba ni 3 días en la ciudad.

La perilla de la puerta estaba muy dura, tuve que usar las dos manos para poder abrirla, al momento de abrir la puerta, como si fuera una ráfaga de viento, el sonido de la música impacto mi rostro, las luces encandilaron mis ojos, veía de todos colores, rayos color verde, hasta unos tonos rojos muy fuertes. El sonido era el tripe del que yo me pude haber imaginado, cada onda de sonido retumbaba en mi oído y los tímpanos vibraban tanto que pensé que explotarían.

Si no fuera por todas las luces que había en el lugar, juraría que no había gente, de lo oscuro que estaba. Pero si la había. Calculaba alrededor de 100 – 200 personas, realmente había muchas, no logre comprender como hicieron para meterse tantos en un lugar tan pequeño y mucho menos debajo de la escuela.

-¡llegaron!- grito Mario, quien llego y abrazo a Mirsha. –mira encontré a tu hermano, llego primero que tu-

Voltee al lado y como había dicho, ahí estaba un hombre, con lo oscuro que estaba no lograba distinguir mucho, pero alcance a ver que era alto, traía una tira hueso color negro, la cual dejaba mirar su brazos que estaban bien marcados, en su brazo derecho traía un tatuaje, lo que logre ver fue una especie de calavera la cual le salían dos alas de murciélago, y en el otro brazo solo traía un bote de cerveza.

-Sharly ella es Flor- dijo Mirsha, -la chica de la que te hablamos.

Hablamos. Me sentí tan rara en ese momento, quien hablaría de mi.

-Flor él es mi hermano Sharly-

-mucho gusto- dije avergonzada

-toma- extendió su brazo ofreciéndome de su cerveza,

-no gracias, yo no...-

-no seas asqueroso- interrumpió su hermana, -ven Flor yo te conseguiré algo mejor-

Nos movimos del lugar, caminamos entre la gente hasta llegar al otro extremo del lugar. Fue un poco traumático ese recorrido ya que la gente estaba muy pegada, y jugaría que sentí muchos roses con otra gente.

-¿traes dinero?- pregunto Mirsha

-si- saque el billete, -¿Cuánto necesitamos?-

-con esto está bien- arrebato el billete de mi mano, -por orita-

-dámelo a mi- dijo Mario quien hablaba en secreto con Sharly, -nosotros iremos-

-muy bien, toma- dijo Mirsha

Solo tomaron el billete y se alejaron sin decir nada, hasta desaparecer en la multitud. Miraba a la gente y no miraba a nadie conocido, todos eran extraños para mí.

-que fregón el ambiente verdad- dijo Mirsha quien ya estaba empezando a bailar.

-supongo- conteste

Habían pasado tan solo 5 minutos y regreso Mario solo, sin Sharly. Traía en sus manos dos vasos con un líquido color ¿verde?

-¿Qué es esto?- pregunte y me sentí ignorante.

-es una bebida- me contesto Mirsha, -es solo para pasar el momento, tu solo tómatela-

No sé porque, pero todo las palabras que decía Mirsha yo tenía que obedecerlas, era algo así como si con su mente me controlaba; tome el vaso y me atreví a dar el primer sorbo a la bebida; estaba un poco espesa, al contacto con lengua, sentí una descarga de sabor, estaba realmente rica. Tenía sabor a limón, con un toque fuerte de alguna otra cosa que no lograba identificar.

-¿te gusto?- pregunto Mario

-si- murmure, -realmente rica-

-muy bien, con eso me siento bien- dijo y se acerco a Mirsha, -y ahora si no te molesta me robare un momento a tu amiga, bueno- tomo de la mano a Mirsha y se perdieron como la última vez.

Segundo trago

Y el sabor era el mismo, hacia que mis papilas gustativas se activaran de una manera que nunca había experimentado.

Tercer trago

Empecé a mirar a mi alrededor tratando de buscar ni siquiera a alguien con quien podría platicar, pero no había nadie.

Cuarto trago

Al bajar el vaso, mire a lo lejos y alcance a ver a un grupo de hombres platicando, alcance a distinguir el rostro de Mario, pero a los otros dos hombres no sabios quienes eran. Eran altos y al igual que todos los hombres de esta ciudad, tenían un buen físico, uno era más huero que el otro, el más moreno, tenía el pelo un poco largo y ondulado. Mientras el otro lo traía un poco más corto; estaban platicando y miraban hacia todos lados.

Mire de nuevo al moreno, y sentí como cruzamos por unos segundos la mirada; mire al suelo tratando de parecer lo menos obvia de que los miraba. Regrese y ya no estaban.

Mire el vaso y inconscientemente ya me había tomado más de la mitad.

Me estaba empezando a aburrir de estar parada, la música empezaba a hacer efecto sobre mi cuerpo. Ya sentía la música en mi. tome el vaso fuertemente y tome todo el contenido. Sentí como lo helado de la bebida congelaba toda mi garganta, no molestaba, al contrario sentí una especie de placer al tomar el resto del liquido.

Tire el vaso sin miedo a que se quebrara o le callera a alguien. No quiera traer nada en mis manos.

Me acerque al lugar donde se escuchaba más fuerte la música, simplemente quiera alejarme de todo. Y en ese momento la música era la solución. Empecé a revolverme entre la multitud de gente que bailaba, tomaba, fumaba y alguna que otra de cachoras como Mirsha y Mario que se encontraban al fondo.

La música chocaba fuertemente con mis oídos, pero esta vez no me molestaba. Hacía que me sintiera mejor. Mi cuerpo se movía al ritmo de la música, movía la cabeza en todos sentidos lo que hacía ver las luces como estrellas fugases en todas direcciones. Los brazos los empecé a levantar y a mover. Nunca había bailado de esta manera, me hacía sentir bien.

-oye- escuche una voz desconocida, tal vez no se dirigía a mí, -que bien bailas- cerré los ojos y continúe ignorando.

-oye tu- sentí que me tomo del brazo, -¿Cómo te llamas?-

-si me dices a mí- no tenía ganas de platicar, -me llamo Flor, y no molestes, estoy bailando-

-mucho gusto- dijo y lo sentí más cerca a mí, -yo me llamo José Luis... ¿no nos hemos visto antes?-

-la verdad creo que no- aun bailaba

-o bueno-

Abrí los ojos y mire con quien estaba hablando. Era el amigo de Mario, el que anterior mente había visto, el moreno. Ahora lo tenía más de cerca; como había dicho anteriormente, tenía un gran cuerpo, traía una camisa a cuadros rojos con negro, pero deducía que debajo tenía unos musculosos brazos, sus ojos eran color café claro. Era muy alto, creo que el más alto hasta ahorita. Y tenía una mirada la cual llamaba mucho mi atención.

-bailas muy bien- dijo de nuevo,

-gracias, no me creerías si te digo que soy nueva en esto-

-así empezamos todos, ¿te molestaría si bailo aquí contigo?- dijo al tiempo que empezaba a bailar

-claro que no, solo bailemos-

Todo en mi cabeza daba vueltas, todo los pensamientos desaparecieron y solo tenía en la mente las ganas de divertirme, y al abrir los ojos y ver que podría hacer para divertirme, lo primero que pensé, es que las casualidades no existe, por algún motivo yo estaba bailando aquí, con José Luis.

Del escenario donde se encontraba el DJ empezó a salir un humo blanco, se empezó a combinar con el humo del cigarro y con otro humo que olía muy diferente al tabaco. La vista empezó a ponerse borrosa, el humo impedía la visión a larga distancia. Solo alcanzaba a ver a José Luis quien aun bailaba enfrente de mí.

Que estas esperando

Tome el valor y me acerque a José Luis, estaba tan cerca que lograba oler un suave y rico olor a vainilla proveniente de su perfume supongo, combinado con el olor de cerveza, tabaco, el olor no identificado y el humo del DJ. Rodee con mis brazos su cuerpo y sentí como nuestros cuerpos estaban juntos. El bajo sus brazos y las coloco cera de mi cadera. Dejamos que la música nos dominara y nos dejara llevar. Mi cuerpo empezó a desear algo que nunca vi necesario en mi vida. Quiera algo más de él, no un simple abrazo, ni un roce con su cuerpo. Era algo distinto.

Subí mis brazos a su espalda, y pude sentir lo duro de su espalda, apreté mis manos contra él y supo lo que yo quería, agacho su rostro y ahí fue cuando supe que no había sido un error haber llegado hasta aquí. Valió la pena.

Sus labios eran suaves y cálidos, con cada movimiento que daba sobre los míos era una nueva y extraña sensación para mí. Era algo mejor que la bebida, era algo mejor que la música, no tenia palabras para explicar lo que sentía. Necesitaba más. Pase mis manos sobre su cabello y lo atraía más hacia mí, el solamente reía a las acciones que hacía. Sus besos fueron aumentando de intensidad, cada vez sentía más de sí. Incluso pude sentir una pequeña bola en su lengua, Nunca en mi vida había intercambiado, por así decirlo, saliva con otra persona. Si hubiera pensado eso hace días, me hubiera dado asco, pero ahora no, era lo mejor que me hubiera pasado.

De repente sentí como él se alejo de mí, muy rápidamente. Mire fijamente y estaba su amigo aun lado con una botella en el aire. Era el otro amigo.

-vamos José Luis un Shot- y fue cuando empino la botella sobre él, un liquido transparente empezó a caer a chorro sobre la boca de José Luis, fue tanto el liquido que empezó a escurrir por la boca, después de tomarse todo el liquido su amigo tomo su cabeza y empezó a agitarla.

-eso es todo amigo- dijo el de la botella

-dale uno a ella Eric-

Empezó a acercarse a mí, no quería quedar mal con José Luis así que no dije nada, solo hice lo que él había hecho.

El liquido empezó a caer sobre mi boca, no sabía a nada, era como tomar agua, pero al momento de pasar sentía como quemaba mi garganta, y el ardor al caer a mi estomago. Después al igual que a José Luis, tomo mi cabeza y empezó a agitar fuertemente. Todo se me hizo borroso, no lograba ver nada. Mi mente se puso en blanco y fue ahí cuando mi mundo se apago. Mi mente ya no recibió ninguna imagen, ni sonido. Fue como si todo se hubiera acabado.

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Me encontraba en la escuela, iba caminando por los pasillos y me sentía importante, todos me observaban. Mire a mi alrededor y ellas venían conmigo, Mirsha, Qaren, y las otras dos, venían atrás de mi, ya era parte de aquel grupo.

Sentirme popular y saber que al fin había salido de aquel agujero en el que siempre estuve, me hiso sentir muy bien. Por mi cuerpo experimente algo que nunca había hecho. Mi vida tenía sentido al fin.

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Un fuerte dolor empezó en mi cabeza, eran como punzadas que entraban y salía de mi cabeza. Abrí mis ojos y pude ver el techo, era color amarillo pálido, trate de levantarme pero mi cuerpo estaba muy agotado para tal esfuerzo. Gire mi rostro hacia la derecha y pude ver a Mirsha a un lado mío, ella también estaba dormida, su ropa estaba toda sucia y con un especie de vomito sobre ella, seguí mirando y vi que no estaba sola, estaba junto a Mario, abrazados, y al igual que ella, el también estaba en las mismas condiciones.

Al otro lado se encontraba José Luis, muy cerca de mí, a mi mente llegaron muchas imágenes tratando de explicar que hacia el tan cerca de mí. No puede ser! Grite dentro de mí. No... Claro que no. Respira, respira.

De lo preocupada logre levantarme y sentarme, mire nuevamente a José Luis y mire que el también estaba sucio y con la misma especie de vomito. Mire mi ropa, bueno el vestido de Mirsha, y me estrese al ver que yo estaba igual. ¿Qué había pasado aquí?

Mire a fondo y logre ver el lugar vacio, hace horas estaba llenísimo, que ni caminar se podía. Pero ahora, ni un alma se encontraba, solo alguno que otro tirado por ahí. Logre mirar a varios ya conocidos, mire a Qaren al fondo junto con el que anteriormente intercambiaba cosas. Mire también al amigo de Mario y José Luis, Eric. Mire al hermano de Mirsha y también a las otras dos que no sabía sus nombres. Había 3 o 4 personas mas pero era la primera vez que los veía así que no me preocupe por ellos.

¿Qué horas serán?

Me llene de pánico al ver por una ventanita en una pared, estaba totalmente iluminada, eso quería decir que ya era de día. Me levante asustada y me empecé a marear. Todo empezó a moverse nuevamente, y así de la nada, desapareció.

Corrí hacia la salida y en el camino pude ver botellas, botes, cigarros, bolsitas, entre muchas más, y me pregunte ¿Qué es lo que había pasado aquí? no recordaba nada.

Subí las escaleras y al abrir la puerta descubrí que la escuela ya había abierto sus puertas, había mucha gente, alumnos, maestros, conserjes, etc.

Cerré la puerta y volví hacia abajo. No podía salir así como estaba.

Al bajar, me encontré a Mirsha y me acerque a ella.

-hola- dije

-hola flor, veo que me ganaste al despertar, ¿cómo te la pasaste?-

-la verdad no recuerdo-

-hahaha- rio, -pues como te abras puesto-

-¿tú recuerdas que paso?-

-no de mucho, pero recuerdo haberte visto muy a gusto con José Luis-

Mire hacia donde se encontraba, y me puse muy nerviosa, no quiera saber más. No quería que siguiera hablando.

-pero realmente eres muy divertida, también bailaste muy bien-

Me sonroje.

-buenos días- dijo una chica que no conocía,

-buenos días- dijimos al mismo tiempo Mirsha y yo.

-que bárbaro, una de mis mejores fiestas-

-la mía también Ana- dijo Mirsha, -o por cierto, Ana ella es Flor, es la de la escuela, la que tuvo problemas con Keren-

-si te recuerdo, de hecho tú fuiste hacia mí, y me pediste un cigarro-

-¡que!- no lo podía creer, porque yo no recordaba nada de eso, -lo siento-

-no te preocupes, la estancia que estuvimos ahí me agradaste-

-chamacas!- grito Qaren, -alguien de ustedes se robo mi última pastilla verdad-

-ya va a empezar- dijo Ana, -así siempre se comporta cuando esta cruda, piensa que todo mundo le robo-

-tu tienes cara que fuiste- me apunto

-creo que te equivocas- me interrumpió antes de hablar, una voz a lo lejos, -yo la tengo- dijo un hombre

-Benítez devuélvemelo!- grito y lo empezó a seguir

-y bueno, que te parece- dijo Mirsha mirándome, -podrás soportarlo-

-claro que puede- dijo Ana

-supongo- murmure

-entonces, bienvenida al grupo, ya eres una de nosotros-

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Bueno gente, este fue el primer capítulo dedicado a la flor hahaha en la pijamada veremos a quien le toca el siguiente capítulo. Okzz..

Ahí dejen sus comentarios.

Nos vemoos :D