Hola!
Después de tanto tiempo, os traigo un nuevo fic de algunos capítulos (no más de cuatro o cinco), esta vez un crossover de Narnia y Crepúsculo. Espero que os guste, es algo extraño.
AVISO: Incesto x2
Lucy tenía quince años y no era tonta.
Comprendía que lo que le ocurría no debía estar ocurriéndole, que era horrible y pecaminoso y además estúpido.
"¿Por qué debo estar enamorada de mi propio hermano?", se preguntó amargamente aquella tarde invernal, mientras miraba por la ventana de su castillo en Narnia.
Pero ninguno de los copos de nieve que caían fuera le dio la respuesta. Era lógico, ni siquiera ella misma la tenía.
Entonces sintió una mano en el hombro y dio un espingo:
-¡Ed!-exclamó al ver a su hermano mayor, de ya dieciocho años, parado tras ella. Estaba tan ensimismada que no le había oído llegar.
-¿Te he asustado?-inquirió él burlonamente.
-Tú que crees.-replicó ella, cruzándose de brazos y mirándole con enfado.
-Bueno, olvídalo.-gruñó su hermano, ocultando una sonrisa.- Te iba a preguntar si venías a dar un paseo por la nieve conmigo, pero ya veo que estás muy ocupada.
Edmund se dio la vuelta y fingió marcharse. Lucy se levantó de un salto y le alcanzó, tirándose encima de su hermano y obligándole a mirarla a los ojos:
-Claro que voy contigo.-exclamó muy molesta.- ¿No pensarías que te iba a dejar marchar solo.
El muchacho la miró con una sonrisa ante aquel arrebato de enfado fingido, y tuvo que usar todo su autocontrol para no besarla. "Es tu hermana pequeña", le recordó una vocecilla en su interior, "Está mal, muy mal". Así que tan sólo suspiró y la llevó hasta la puerta. Ella se resistió y miró críticamente su abrigo desgastado:
-¿Vas a salir así?-ante el asentimiento de su hermano, Lucy frunció el ceño.- No, ni hablar. Hace mucho frío fuera, te vas a resfriar. Déjame que coja unas cosas.
Lucy dio unos saltitos y le enganchó en el cuello una bufanda a Edmund, pasándole unos guantes mientras tanto. Luego le observó de nuevo.
-¿Satisfecha, Lu?-inquirió con desgana Edmund.
Ella rió, asintiendo, y al fin salieron fuera. Caminaron cautamente sobre la nieve, llegando hasta un bosque cercano donde Peter solía cazar. Jugaron y rieron, revolcándose por la nieve, un buen rato.
Fue entonces cuando Lucy lo vio. Un enorme león de brillante cabellera que la miraba sonriente. Se lanzó hacia delante y le abrazó:
-¡Aslan!-exclamó alegremente. Edmund la miró alzando las cejas. Aslan aún no se había mostrado a él.
-Hija de Eva.-la saludó el león, separándose cansinamente de ella.- Escúchame bien lo que voy a decirte, porque es muy importante.-Lucy asintió atentamente.- No creas que no sé quién es la persona que goza del privilegio de tu amor.-Ella enrojeció y miró a Aslan con miedo.- Oh, pero no te preocupes, no me parece que sea malo. Hay cosas que sencillamente tienen que suceder.-el león la miró con benevolencia.- En otro mundo, no tan lejano a este como crees, vive una joven Hija de Eva que te puede ayudar. Ella me conoce, y también conoce a la que me ha facilitado información sobre ella.-Lucy abrió mucho los ojos con sorpresa.- Pero es un viaje difícil, muy difícil. ¿Quieres arriesgarte? No habrá marcha atrás.
Edmund se había quedado quieto en su lugar. Sabía que a veces Aslan quería hablar a solas con su hermana, y lo respetaba.
-Lu.-musitó finalmente, sorprendido de que tardara tanto.
-Espera un poco, Ed.-pidió ella, sin perder de vista a Aslan. Cuando vio por el rabillo del ojo que su hermano asentía, le dijo a Aslan en voz muy baja.- Sí, quiero arriesgarme.
-Bien.-replicó el león.- Ahora abriré un portal al otro mundo. Debes tener cuidado con lo que haces, cualquier palabra equivocada puede precipitar tu muerte.-Lucy tragó saliva.- Debo darte un consejo: desconfía de los seres de extraña belleza, sobre todo si llevan lentillas, y sé precavida con los que tienen los ojos negros o marrones; pueden ser… vampiros.-ella se sobresaltó.- Sí, vampiros. Hay muchos que se alimentan sólo de sangre animal, pero algunos, y la joven a la que buscas vive entre ellos, se alimentan de sangre humana.-Lucy se estremeció.- No tengas miedo, sé que eres valiente. Yo te estaré protegiendo.-Aslan hizo aparecer un espejo en la mano de Lucy. La superficie era negra.- Cuando necesites mi ayuda o quieras que te traiga de vuelta, empaña el espejo con tu aliento.-Ella asintió lentamente.- La joven Hija de Eva a la que debes encontrar es la mujer más hermosa sobre la Tierra, aunque oculta su belleza tras capas negras; es menuda y rubia, tiene los ojos azules aunque no es lo correcto, finge ser quien no es para protegerse a sí misma, y su reflejo en un espejo anda junto a ella, cogidos de la mano.-Lucy no entendió del todo lo de los ojos y el reflejo, pero sabía que eran unas adivinanzas de Aslan y debería descubrirlo todo por sí misma.- Ah, otra cosa. Debes llevar a tu hermano, es imprescindible. No le cuentes los detalles de la misión que te he encomendado, tan sólo dile que tienes que encontrar a alguien y que es muy importante.
Lucy miró a Aslan mordiéndose los labios y volvió junto a Edmund. Mientras Aslan creaba el portal, ella le contó a su hermano lo más básico de la misión. Cuando terminó, una puerta de brumas lilas y moradas les esperaba.
Lucy miró a Edmund. Edmund miró a Lucy. Empezaron a cruzar el portal muy lentamente, cogidos de las manos para acabar en un solo lugar. Pero Lucy recordó algo muy importante:
-¡Aslan!-gritó con pánico.- ¿Cómo se llama ella?
La voz del imponente león les llegó distorsionada, pero pudieron entender aun así aquella única palabra que dijo:
-Jane.
