Titulo: Cuando la molestia es más de una.
Aclaraciones: Esta historia compite en el concurso de "Reto tu ingenio" en el grupo de Facebook "Escritoras y Lectoras de fanfics". Tabla 1 - Emociones, Reto 1 - Angustia
Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto, sin embargo la trama es de mi dominio.
Fiction Ranking: T
Summary: ¿Dónde se había metido? Esa niña era tan molesta que le provocaba dejarla ahí abandonada a su suerte. Tan sólo habían bastado dos minutos de descuido para que la mocosa desapareciera.
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"Cuando la molestia es más de una"
¿Dónde se había metido? Esa niña era tan molesta que le provocaba dejarla ahí abandonada a su suerte. Tan sólo habían bastado dos minutos de descuido para que la mocosa desapareciera.
El joven de cabellos negros estaba parado en la orilla del río, tenía un aspecto malhumorado mientras giraba la mirada en varias direcciones. A pesar de que sus habilidades rastreadoras eran de élite, ahora que se encontraba en tal problema, parecían poco útiles. Tal parecía que a la pequeña se la había tragado la tierra.
—No debí traerla a mi entrenamiento—susurró.
Saltó a la copa del árbol más elevado para sentir mejor su chacra. Frunció el cejo cuando después de varios minutos no encontró nada, ni siquiera un rastro de que hubiese estado ahí. Entonces que un pensamiento oscuro cruzó por su cabeza. ¿Y si realmente le había sucedido algo? La chiquilla a pesar de que era lista, podía haber sido capturada por un ninja enemigo. ¿Pero quien querría llevarse a una fastidiosa niña de cinco años, con una actitud de los mil demonios y capaz de estresar hasta el ninja con más temple?
Maldijo por lo bajo. Siendo él, Sasuke Uchiha el padre de la chica, la lista de enemigos crecía notablemente. Toda una lista de frases como "No debí haberla perdido de vista" o "No debí traerla conmigo" pasaron por su mente. En un instante un sentimiento del que pocas veces era presa se hizo presente. La angustia de no saber dónde estaba la pequeña le removió el estomago.
—Excelente ninja soy al tener que preocuparme por esa enana—dijo para sus adentros.
Saltó de rama en rama, tenía que llegar al pueblo lo más rápido posible, necesitaba ayuda de más personas, así que su orgullo quedaba de lado.
¿Y si la estaban torturando? ¿O eran tan despiadados como para matarla? No, eso no podía suceder, antes él la encontraría. Aunque fuese un ninja redimido, no dudaría en matar a esos insolentes que se habían llevado a su hija.
Apenas hubo entrado en Konoha, frenó de golpe, provocando una fuerte caída. Había quedado a unos pasos de Ichiraku. Cuando miró hacía el puesto se quedó con la mandíbula desencajada. Una pequeña de pelo rosa estaba embutiéndose un gran tazón de ramen. A causa del ruido que el pelinegro provocó, ella había volteado a verlo.
— ¡Papi!—gritó feliz la niña.
Para Sasuke fue como quitarse todo el peso del mundo sobre su espalda. Aunque después del alivio vino el enojo.
— ¿Dónde te habías metido Mikoto?
La nena corrió hacía él y lo abrazó. Luego elevó su carita, mostrando aquellos ojos negros característicos de los Uchiha, aunque extrañamente dulces.
—Papi, ¡ya puedo hacer la técnica que tío Naruto me enseñó!—gritó feliz.
—Sólo que aún no sabe como regresar, sólo desaparecer—dijo alguien desde el puesto de comida.
Cuando Sasuke miró al rubio, supo de inmediato que ese día iba a morir alguien.
