Ésta es una historia Kakasaku, si no te gusta ésta pareja, te recomiendo que no la leas, pero si sí te gusta o quieres darle una oportunidad, ¡¿Qué estás esperando?!
Disclaimer:
Naruto (serie y manga) no es de mi propiedad, es propiedad de Masashi Kishimoto.
¿Qué pasó anoche?
El sonido de las aves en su ventana la despertó.
Agh, ¿podrían ser acaso más ruidosas?
Una muy malhumorada Sakura gruñó. ¿Por qué había bebido tanto? Ah, cierto, la fiesta de cumpleaños de Ino, y vaya que celebraron, no todos los días se cumple veintidós años después de todo. Sakura sonrió…o lo intentó, pues la cabeza le dolía, ya podía sentir los efectos de la resaca.
Agradecida por las enseñanzas extra que su maestra Tsunade le había mostrado, Sakura se llevó una mano a la cabeza y dejó que el chakra fluyera y aliviara su jaqueca. Mejor. Una ventaja debía tener el haber lidiado con las constantes borracheras de su maestra.
Se acomodó más en su cálida almohada y ésta gruño. Pronto tendría que levantarse para comenzar su turno en el hospital. Si tan sólo la cerda hubiera hecho la fiesta en fin de semana… ¡Alto! ¿La almohada gruñó?
Un brazo se posó en su espalda y una mano en su cabeza. Un brazo y una mano de un hombre. ¡Un hombre!
El pánico no se hizo esperar, su corazón latía con fuerza y estaba preparada para golpear y mandar volando a un kilómetro de distancia a quien sea que estuviera en… ¿dónde rayos estaba?
Sakura abrió los ojos lentamente para encontrar con alivio los tonos pasteles de su habitación. ¡Por todos los cielos, llevó a un hombre a su apartamento! ¿en qué estaba pensando? Verificó que lo que creía era su almohada (y dónde cabe aclarar su cabeza aún descansaba) no eran sino los pectorales (muy bien definidos) de un hombre.
Un hombre. Desnudo.
No hay porqué alterarse. Para nada. Ella es una mujer independiente, hecha y derecha que puede llevar un hombre a su apartamento y actuar con total madurez y control.
¡A la mierda con eso! ¿A quién quería engañar?
Sakura estaba preparándose para gritar, golpear, correr, aún ni ella misma lo sabía bien, cuando el hombre junto a ella gruñó. Intentó ver su cara, pero él la tenía presionada contra su cuerpo con un poco más de fuerza de la normal para cualquier hombre, seguro es ninja. Intentó zafarse lo que hizo que él gruñera y se moviera.
Oh, no, no, ¡no! ¡Que no se despierte!
Perfecto. No podía moverse sin despertar al hombre desnudo en su cama cuya identidad desconocía.
Bebió demasiado, en serio demasiado, tanto así para no recordar quién es el hombre desnudo con el que estaba abrazada en su cama ni lo que habían hecho. Sakura rápidamente utilizó la mano que tenía libre para levantar la sábana que los cubría. Bueno, no estaba completamente desnudo, unos bóxers de lycra negros eran lo único que usaba, pero ella sí que estaba completamente desnuda.
Tragando duro y sintiendo como sus mejillas enrojecían furiosamente intentó recordar que había pasado anoche.
Miró su reflejo en el espejo. Le gustaba el resultado. No había tenido mucho tiempo para alistarse, su turno en el hospital se había extendido, algo normal. Pero no había tenido que pensar mucho en su atuendo. La cerda prácticamente le había ordenado qué ponerse para su fiesta.
— ¡Tienes que ponerte el vestido negro que compraste para tu cita con Sasuke! — Había prácticamente gritado la rubia —No lo compraste para tenerlo guardado, tienes que estrenarlo. Además, demostrará que ya no te importa y lo has superado.
En aquella ocasión la había corregido. Sasuke aún le importaba. Y estaba en proceso de superar su fallida relación. Aunque no le importaba en la misma forma en que solía hacerlo.
Sakura miró de nuevo el espejo. El vestido era negro, corto pero no demasiado, ceñido a su cuerpo y acentuando las curvas que tenía, incluso el escote favorecía su pecho, y mostraba su espalda. Lo había comprado para salir con Sasuke, pero esa cita no sucedió.
No reparó mucho en su peinado, sólo lo dejó suelto, y de maquillaje sólo aplicó máscara en sus pestañas. Justo estaba aplicando brillo en sus labios cuando tocaron a su puerta. Tomó sus cosas y abrió.
—Hola, fea.
Sakura miró a Sai y suspiró, no dejaría de llamarla así nunca.
—Ino me dijo que…
—Sí, sí, que te aseguraras de llevarme. Vamos.
Caminaron en un silencio cómodo que era interrumpido por los comentarios de Sai sobre algo que había leído en algún libro.
Cuando llegaron al bar ya todos estaban ahí. Ino, Naruto, Hinata, Shikamaru, Temari, Chouji, Lee, TenTen, Kiba e incluso Shino, entre otra gente, Sakura reconoció a algunos compañeros del hospital.
— ¡Hasta que llegas, frente de marquesina!—Gritó Ino, y Sakura pudo notar que ya había bebido.
Sakura fue y abrazó a su amiga, mientras le entregaba su obsequio.
—¡Sakura-chan!—Naruto la llamó para que se sentara con él y Hinata. —Te ves muy bonita, Sakura-chan. ¡El teme…ya verás que entra en razón!—dijo efusivamente.
— ¿Cuánto ha bebido?—le preguntó a Hinata mientras controlaba sus risitas. Naruto se estaba dirigiendo al karaoke.
—S-solo dos tragos.
—Será mejor que lo cuides, Hinata.
—Sí. —La chica se levantó de su asiento, pero antes de irse, volteó a verla—Sakura, lamento lo de Sasuke. Realmente creí que…yo creí-
—Está bien Hinata. Aunque muchos no lo crean, lo decidimos los dos. Estoy bien.
Hinata asintió y le dedicó una pequeña sonrisa.
¿Así iba a ser toda la noche? ¿Todos le iban a preguntar de su rompimiento con Sasuke? El cual cabe destacar fue hace cinco meses, sólo que habían sido discretos. Claro, la verdad es que parecía que no había diferencia alguna, nadie podría notar si estaban juntos o no.
Sakura se sentó en la barra junto a Lee que se desvivía haciéndole cumplidos sobre su apariencia ésta noche, luego Shikamaru y Temari se les unieron y conversaron un poco. Y agradeció que la pareja no hiciera ningún comentario sobre Sasuke. No es que la pusiera triste o por el estilo, pero la molestaba. Es como si todos la ligaran a Sasuke, como si sólo fuera la chica que estuvo siempre enamorada de él, como si todo su mundo e identidad dependieran de él. Pues no. Ella era Sakura Haruno, aprendiz de la Quinta, y una gran médico ninja. Y aunque había tenido sentimientos por Sasuke en el pasado, esos sentimientos fueron descuidados y cambiando con el tiempo y la distancia. Él no podía quedarse en la aldea, ahora lo entendía, y también entendía que aunque lo intentaran y se quisieran, simplemente no funcionaba. Estaban mejor como amigos.
Conforme avanzaba la noche Sakura se relajó y bebió algunos tragos.
Un chiflido se escuchó a su espalda.
—Te ves muy bien, Sakura. Realmente muy bien. —Genma dijo con un guiño. —Sabes, siempre estoy dispuesto ayudar.
— ¿A qué te refieres?—lo miró confusa.
—Bueno, que mejor remedio para una mujer despechada que yo—se señaló. —Ya sabes, un clavo saca a otro clavo.
Sakura rió.
—No estoy despechada. Pero tal vez te deje ayudarme si me invitas unos tragos. —respondió con una sonrisa juguetona.
Genma abrió los ojos con sorpresa. Sin duda no era la respuesta que esperaba. Le invitó a Sakura al menos todo una ronda.
Naruto y Hinata se les unieron después de que Naruto se cansara del karaoke. Cuando fuera Hokage sin duda todos le recordarían la noche en la que lloró cantando.
Sakura aprovechó a que Genma estaba distraído para escabullirse.
—Sakura-chan, dejando a alguien con la cuenta, me decepcionas.
— ¡Kakashi-sensei! ¡Pero si tú siempre nos dejas atorados con la cuenta!—le dijo señalándolo con el dedo.
—No sé de qué hablas. —dijo mientras tomaba un trago de la barra que originalmente pertenecía a Gai-sensei.
Sakura no los había notado antes en el bar.
— Pff, sí, claro.
— ¡Te reto!—empezaba a gritar Gai-sensei cuando Kakashi desapareció en una nube de humo. Típico.
— ¡Te reto!—escuchó nuevamente pero esta vez era Ino quien lo decía.
Minutos después estaban las dos frente a la barra, cada una en un extremo.
Con cuarenta y cuatro pequeños tragos alineados delante de ellas. Veintidós para cada una.
La cumpleañera decidió que sería divertido hacer un reto para ver quien bebía más y más rápido. Sakura rió, ¿Qué más da? Es una chica joven, y últimamente ha estado tan ocupada con el hospital y el proyecto de la clínica para niños que no ha tenido tiempo de divertirse. Así que aceptó.
El reto era simple, beber los tragos lo más rápido posible. Uno por cada año cumplido.
El bartender encendió los tragos con fuego.
Wow. Sakura estaba impresionada. Aunque probablemente el hecho de que ya había bebido tenía algo que ver con su fascinación por los bonitos colores de los tragos y el fuego.
El fuego se apagó. Y después de la señal que les indicaría cuando iniciar, Sakura empezó a beber.
Para el trago número ocho su garganta ardía por el licor, ¿qué era esto? ¿Sake u otra cosa? Daba igual. Le gustaba la sensación.
—Voy a ganarte, cerda—alcanzó a decir entre tragos.
—Ni lo sueñes, fren-te de mar-que-si-na—Ino apenas podía decir.
La gente alrededor gritaba, reía y las animaba. Al parecer una apuesta había sido hecha.
20, 21, ¡22! Lo logró.
— ¡Y la ganadora es Sakura!
— ¡Shannaro!—Gritó Sakura mientras Genma le levantaba el brazo como si hubiera ganado un gran combate.
— ¡No es justo! Seguro Tsunade-sama le enseñó a beber—decía Ino mientras arrastraba las palabras.
—Oh, vamos, sé una buena perdedora, cerda. Y tal vez te de algo.
— ¿A qué te refier-?
Genma recogió el dinero de las apuestas, y le entregó una parte a Sakura.
— ¿Apostaste por ti?—preguntó Temari.
—Sí—sonrió Sakura mientras enrollaba los billetes y los guardaba en su sostén, pues no traía bolso.
—Eso es lo más sexy que he visto—dijo Genma mientras señalaba el escote de Sakura.
—Sin duda—rugió Kiba quien tomó a Sakura de la cintura y la arrastró a la pista de baile.
Sin duda era muy divertido. El efecto de los tragos empezaba a mostrarse. Las luces, la gente, las risas, todo se veía de una forma diferente para Sakura, y no le importaba, realmente se estaba divirtiendo. Hasta sentía que flotaba.
Kiba era un buen bailarín. Y con ese aspecto salvaje suyo, debía admitir que le parecía un poco atractivo.
Bailó bastante. Y se divirtió. Después de eso recuerda que bebió más. Y tal vez cantó en el karaoke.
¡Kiba! ¡Oh Dios mío! ¡Se acostó con Kiba!
Bueno, lo hecho está hecho, ¿no? Suspiró. Pudo haber sido peor, al menos Kiba no es un completo desconocido. Y aunque no recuerde nada, seguro la pasaron bien, si considera los rumores en torno al chico y su energía y fiereza.
Sakura reprimió una risilla.
Apenas Kiba despertara, lo amenazaría para que guardara el secreto o de lo contrario terminaría con algunos huesos rotos.
Kiba se estiró, y Sakura creyó podría zafarse de su abrazo, pero solo lo reforzó incluso más.
Su despertador sonaría en cualquier instante. Y prefería ir al baño y darle la oportunidad de escaparse por su ventana a tener que enfrentarlo y tener una incómoda conversación, pero así debía ser, tenían que dejar las cosas claras y resueltas.
Sakura levantó una vez más la sábana y miró hacia abajo. Sinceramente, creía que Kiba tenía más vello, y qué era un poco más ancho.
Entonces reparó en el chaleco Jōnin que estaba sobre su silla.
Mierda.
No era Kiba.
¿Tal vez Genma?
Genial. Era la primera noche que salía después de mucho tiempo y terminaba acostándose con el mujeriego más popular de la aldea.
Pero…no. No recordaba mucho de lo que pasó después de bailar con Kiba, pero sí recordaba a Genma yéndose con una pelinegra.
¡Oh por Dios! ¿Con quién me he acostado? ¿Quién es este hombre casi desnudo?
Por más que intentaba recordar no podía.
Y su despertador comenzó a sonar.
Lo bueno es que el sonido era ascendente. Aún se escuchaba muy bajo.
Ya que importa.
Sakura sacó la mano que descansaba debajo de la espalda del sujeto en su cama. Y se giró importándole poco si se despertaba, tenía que apagar el despertador antes de que él despertara. Necesitaba primero asimilarlo y pensar en algo. Al girar lentamente al principio, y luego bruscamente, el sujeto bajó su mano de su cabeza a su espalda. Ella intento atribuir la sensación de electricidad por su toque al nerviosismo que sentía. Cuando hubo girado terminó en una posición en la que estaba prácticamente encima de él, con sus senos desnudos sobre sus pectorales (que ahora podía apreciar mejor), luego su cuello…
Su despertador empezó a sonar más fuerte, Sakura localizó el aparato y levantó el brazo para apagarlo, pero apenas y lo estaba alcanzado una mano se posó sobre la suya y se le adelantó.
Sakura volteó su mirada para encontrarse con una mandíbula definida pero afilada, unos labios delgados pero atractivos, con un lunar a un lado, una nariz recta, una cicatriz que jamás había visto completa, un cabello gris más rebelde y despeinado de lo que jamás lo había visto, y unos parpados con pestañas grises que se estaban abriendo con pereza.
Oh Dios. Es apuesto. Muy apuesto.
Y cuando una de las comisuras de sus labios se elevó en tal vez la sonrisa más sexy que había visto en su vida, y sus ojos se abrieron por completo, Sakura olvidó como respirar.
—Buenos días, Sakura-chan. —Kakashi pasó su mano del despertador a detrás de su cabeza mientras se estiraba un poco.
Con ella encima.
—B-buenos días.
Notas de la Autora:
¡Hola! Eh, bueno, no sé cómo empezar. Amo el Kakasaku, y llevo un buen tiempo leyendo historias de ellos. Siempre había querido escribir sobre esta pareja (porque me encanta), pero no me había animado…hasta ahora. Subiré la continuación pronto. Es mi primera vez escribiendo, así que disculpen si he cometido algún error.
Espero les haya gustado, me harían muy feliz dejándome un comentario con sus opiniones o sugerencias.
