Febrero 10, 9:05pm
Bufete Wright & Co.
"Gracias por dejar que nos quedemos, Nick" Dijo Maya, metiéndose por el marco de la puerta a la oficina tomando el abrigo de Pearl.
"Difícilmente la primera vez," Comento Phoenix, entrando detrás de las dos chicas y prendiendo la luz. De hecho, últimamente Maya a acabado durmiendo en el apartamento de Phoenix más seguido, pero Maya aun veía que se ajustaba a agradecerle por ello, desde la primera fatídica noche que ella se metió en su vida, Phoenix se volteo a su perchero el cual vio que estaba cubierto por los abrigos de las chicas. Con un suspiro de buena naturaleza, el aventó su abrigo al sofá y cerró la puerta, empujando sus llaves a sus bolsillos. "De todas formas, estoy muy cansado para llevarte a la estación de tren," Él bromeo.
Maya le dio una expresión burlona. "Pfft, sabemos el camino de regreso, ¿No es así, Pearly?"
"¡Desde luego que si!" La médium respondió inmediatamente. Ella se volteo a Phoenix por su acusación. "Usted solo quiere quedarse con Maya la mística."
De cierta forma ella tenía razón, pero no de la forma en que ella pensaba. Maya apenas sobrevivió la confrontación contra la antigua 'amante' de Phoenix, Dahlia Hawthorne. Después de ser atrapada en su propio cuerpo por esa mujer muerta y de ser atrapada en una montaña congelante durante días mas aparte de perder a su madre, era una incógnita el porqué Maya seguía estable. Sin nada más, Phoenix la quería cerca para asegurarse que ella durara al menos un día mas.
"Simplemente no es seguro afuera las calles a estas horas de la noche," Él explico, bordeando el asunto. Aun así, algo en su interior decidió hacer rodar un poco mas a Pearl y él agrego, "En especial para unas señoritas tan jóvenes y adorables como ustedes."
Pearl se sonrojo profundamente y presiono sus mejillas con sus manos con su boca abierta. "¡Maya la mística, él cree que usted es adorable!"
Maya giro la mirada y le dio una palmada en la espalda a Pearl. "Vamos, Pearly, apresúrate y alístate para ir a dormir. Estaré allí en un momento."
"Pero no estoy…" La protesta de la pequeña fue interrumpida por un delicado bostezo, "… cansada."
"Ya sabes que si mientes Nick tendrá que interrogarte," Maya le advirtió.
Pearl se quedo sin aire. "¿De verdad, Sr. Nick?"
"Ese es mi trabajo, Pearls," Respondió el abogado con una sonrisa tímida.
Pearl miro a sus pies y los arrastro por un momento. "Entonces… entonces estoy un poquito cansada." Ella se movió a la puerta que contenía el apartamento debajo de la oficina. Al abrirla. Ella se volteo a la pareja que un estaba en la oficina con su disposición alegre de vuelta en su cara. "Los dejare solos por un poco de tiempo de calidad. ¡Buenas noches, Sr. Nick! ¡Buenas noches, Maya la mística! ¡Ups, digo Maestra Maya ahora!" Ella apresuradamente cerró la puerta y sus pasos podían escucharse aporrear las escaleras.
Maya miro a la puerta por un corto tiempo mientras las inocentes palabras de la pequeña empezaron a pesarle. El titulo de maestra fue todo lo que necesito para desanimarla. Ella podía sentir su respiración andrajosa mas y mas y ella lentamente bajo su cabeza a sus manos. Lagrimas que habían sido retenidas empezaron a fluir por las orillas de sus ojos.
"¿Maya?"
La voz de Phoenix atravesó sus pensamientos. Ella había olvidado por completo que él estaba allí parado y sus mejillas se calentaron por la vergüenza. "Lo siento, Nick," Ella se atraganto.
"Está bien," Dijo él, acercándose a ella y poniendo una mano sobre su hombro. "Estuviste conteniendo esas durante todo el día, ¿No es así?"
Maya esnifo y asentó con la cabeza sin mirar hacia Phoenix.
Phoenix le ofreció una sonrisa quebrada que ella no pudo ver. "Si yo estuviera en tus zapatos no creo que hubiera podido llegar a la cena. Eres mucho más fuerte que yo."
Tragándose el bulto de su garganta, Maya intento recuperar su compostura. Ella finalmente le miro a la cara por medio de unos ojos borrosos. "Nick… ¿Qué paso mientras yo… estaba afuera?"
"¿Mia no te lo dijo?"
"Lo hiso pero, bueno, yo estaba…"
Phoenix asentó con la cabeza, silenciando su incomodo balbuceo. "Vamos a sentarnos," él sugirió.
La pareja se movió al sofá y se quedaron sentados silenciosamente por un momento. Maya nerviosamente tironeo del dobladillo de su ropa de acolita, intentando pero fallando para que cubriera sus rodillas. Por su parte, Phoenix simplemente miraba hacia ella con gran preocupación. Él rara vez la miraba tan callada, sin menciona tan deprimida, pero él sabía que no podría dormir apropiadamente si no lograba hacer que ella se sintiera mejor de alguna manera.
"Sabes, ni yo me sé la historia completa," Él admitió después de una pequeña pausa. "Una parte del caso me la pase en el hospital." Él se rasco la parte de atrás del cuello por la recolección.
"Eso es lo que Franziska dijo; Algo acerca de una sesión de natación por el Rio Águila. ¿Qué fue lo que paso?"
Phoenix se recargo contra el sofá y miro hacia el techo como si eso pudiera ayudarle a explicar sus estúpidas acciones. "Bueno, tu sabes yo y el puente nunca nos llevamos bien. No me soporto mientras estaba sobre el." Él hiso una mueca. (Muchas gracias, techo. Fuiste de gran ayuda.)
Maya inclino su cabeza y tallo su ojo húmedo. "¿Cuándo fue eso? Pensé que se había quemado. Es por eso que Pearly y yo estábamos atrapadas en el otro lado."
"Así es," Phoenix respondió pensativamente. "Solo que, cuando lo estaba cruzando… estaba más o menos… en llamas."
"¡Que!"
Phoenix no tuvo tiempo para una elaboración. Él sintió un repentino impacto en su pecho y miro abajo para ver la cara de Maya enterrándose en él. Ella se aferro a su saco con un apretón de muerte y el nudo encima de la cabeza de la joven mujer lo tomo a él de la barbilla. (Ella parece tan pequeña,) Él pensó arrepentido de sí mismo. (No puedo ni imaginar lo que los últimos días fueron para ella.)
"¡Grandísimo idiota! ¿Por qué harías eso?" Ella empezó a sollozar descaradamente.
El abogado estaba asombrado. Él puso una mano sobre la espalda de Maya en un inútil intento por calmarla y de tratar de pensar en una manera de explicarse así mismo. "Había un asesino suelto. Todos estaban en pánico. Yo… yo tenía que asegurarme que estuvieras bien."
Esto parecía tener el efecto contrario a lo que estaba buscando. El llanto de Maya solo se hiso más fuerte, sin duda empapando su saco. El cuerpo de Maya se estaba convulsionando. "Pero… ¿¡Qué pasa si hubieras muerto!?"
"Maya…"
"No quiero que haya más muertes por mi culpa," Ella ordeno completamente destrozada en su pechera. "No… yo no valgo la pena."
Phoenix había visto a Maya llorar antes. Lo hizo por la muerte de su hermana y a la perspectiva de ser asesinada durante el caso Engarde, pero siempre lo había superado rápidamente. Su espíritu parecía inquebrantable… hasta ahora. Ahora no solo había perdido a su madre sin siquiera saber quién era ella y tenía toda la responsabilidades de una mujer aventada hacia ella al mismo tiempo, pero todo eso era apilado en la montaña de problemas que los últimos años le habían construido para ella. Todo lo que él podía hacer para responderle era abrazarla con más fuerza. Por un hombre que tenía una carrera en la que tenía que decir la cosa justa al momento justo, el estaba completamente despreparado y sin palabras.
"Tú y Pearly son todo lo que me queda," Maya continuo murmurando. Ella esnifo. "No sé qué haría si perdiera a uno de ustedes también."
"Es por eso que hice lo que hice," Phoenix respondió suavemente. Él le dio lo que él esperaba fuera un apretón confortante. "Yo tampoco quería perderte. Mis pies solo empezaron a moverse y, bueno…" Sus pensamientos se detuvieron al darse cuenta de que podría estar empeorando las cosas. "Todos estamos aquí, Maya. No nos iremos a ninguna parte." Él paso su mano por la espalda de Maya, junto con su suave y sedoso cabello, intentando calamar su llanto.
"¿Lo prometes?"
Phoenix sonrió a la centella de esperanza que ella le ofreció. "Lo prometo."
Maya se alejo del abrazo y esnifo mas lagrimas de regreso, aun colgando encima del saco empapado de Phoenix. Ella aun no había reunido el coraje para verlo a los ojos. "Perdón por lo de tu traje."
"Está bien. Tengo otro."
"¿Igual que este?"
Phoenix asentó con la cabeza.
Maya finalmente alzo la mirada con los ojos enrojecidos. "De verdad eres aburrido, Nick."
El abogado sonrió. "Uno de los dos tiene que serlo."
Ella miro de regreso al saco de Phoenix que está en sus manos y completamente arrugado. "No me refería a que fueras aburrido en una mala manera. Digo como si nosotros fuéramos un dúo cómico, tu serias el serio de los dos." Ella dejo ir el indefenso saco y le dio una alisada a su desarreglada corbata. Fallando su objetivo, ella bajo su cabeza de regreso a su pecho, exhalando el resto sus penas tanto como pudo.
"¿Entonces eso te convertiría en qué?" Pregunto Phoenix.
Maya pensé por un poco. "Yo sería la princesa purpura, defensora de Neo Olde Bufete Wright & Co."
(No creo que eso sea parte de un dúo cómico,) Phoenix denoto para sí mismo. Él tallo la espalda de la mujer por un poco más. "¿Entonces te sientes mejor?"
Maya suspiro y se tallo los ojos con su manga mientras ella se paraba. "No sé si algún día me sentiré mejor," Ella admitió. "Mamá…" Ella sintió un agarre a su garganta y dejo de hablar para tomar un suspiro. "Las cosas van a cambiar, ¿No es así, Nick?"
Phoenix cubrió sus rodillas con sus manos. "¿Dices porque te vas a convertir en la Maestra Kurain?"
Maya asentó con la cabeza. "Ya me las arreglare para dividir el tiempo. No te vas a deshacer de mi tan fácilmente."
"Qué bueno."
Esas simples palabras trajeron una sonrisa genuina a la cara de la nueva maestra. Posiblemente la única sonrisa sincera que ha puesto desde antes del caso. Era infecciosa, pronto le hiso el camino a Phoenix para llevar una igual. Los dos se quedaron mirando el uno al otro con la mente en blanco por un corto tiempo, los dos reflexionando a donde se dirigían sus vidas después de todo lo que ha pasado.
Phoenix fue el primero en darse cuenta en donde esta puesta su mirada y se libero del trance. "¿Creo que deberíamos irnos a dormir?" Él pregunto.
Maya también desvió la mirada de la persona que tenía enfrente. Ella trajo sus manos juntas a su regazo para anclarlas. "¿Podría… quedarme aquí esta noche?"
"Pensé que ya habíamos decidido eso. Pearl probablemente se quedo dormida esperando por ti."
Un sonroje profundo, y auto consiente se formo en las mejillas de Maya, remplazando completamente la sonrisa que tenia. Su voz de repente se puso más callada. "Yo… yo digo aquí… en el sofá." Ella apenas chillo la ultima parte. "¿Contigo?"
"¿Conmigo?" Pregunto Phoenix, arrepintiéndose de hacerlo casi de inmediato. (Que buena forma de cuestionarla después de que derrama su corazón contigo.)
La mandíbula de Maya se tenso ligeramente al ser cuestionada. "Yo… simplemente no quiero moverme," Ella murmuro. "Me siento segura aquí."
Phoenix estaba genuinamente conmovido por el sentimiento. Por un momento el miro hacia la niña, sintiendo no precisamente un pequeña cantidad de orgullo de que él pudiera calmar sus nervios. Sin embargo, mientras el miraba, el cuarto parecía atenuarse y de las paredes una cadenas empezaron a salir, entrecruzándose alrededor del cuerpo de Maya. Una serie de Pcsicocandados aparecieron. Retraído, el rápidamente se dio cuenta que entre más se sentara en silencio a estudiar los místicos objetos y su inesperada aparición, mas los candados empezarían lentamente a fracturarse y romperse por sí mismos, dejando a la médium ellos estaban escudando y chillando incómodamente.
"Claro que podemos," Él finalmente respondió.
Una sonrisa de alivio empezó a aparecer en los labios de Maya mientras los candados empezaron a desvanecerse. No todos estaban rotos, pero entre todo lo que a Phoenix le concierne, eso era asunto de Maya. Ella confiaba en él lo suficiente para estar a su nivel; ella tenía derecho a tener unos secretos. Él dijo a Maya que esperara allí mientras él se levantaba para apagar las luces. Usando la luz del Hotel Gatewater para navegar, el alzo el brazo encima de la parte de atrás del sofá y tomo el afghan que Mia había dejado encima de este. Aventándolo encima de los dos, él le dio a Maya sus buenas noches y se recargo en el sofá en la posición más cómoda posible.
Maya se volteo de su lado para mirar a Phoenix y trajo sus piernas arriba del sofá donde ella las envolvió con sus brazos. Ella rio para sí misma al ver los cabellos picudos chocar contra el sofá. Mientras ella cerraba sus ojos, ella se atuvo a esa pequeña pieza de paz para que la llevara por el resto de la noche.
Febrero 11, 10:23 am
Bufete Wright & Co.
Una respiración aguda levanto a Phoenix de su sueño. Él se levanto de inmediato notando su cuello adolorido. Mientras empezaba a sobárselo, esa sensación poco confortante fue remplázasela con un inesperado y doloroso peso cayendo en su entrepierna. Aparentemente estuvo abrazando a Maya toda la noche y cuando él se movió, la cabeza de Maya cayó en su regazo. Esto prontamente la despertó y se levanto abruptamente, chocando su frente con la barbilla de Phoenix.
"Buenos días para ti también," Resoplo Phoenix, usando una mano para sujetar su entrepierna y la otra para masajear su mandíbula, agradecido de que no se mordiera la lengua.
"¡Ustedes dos se veían tan lindos durmiendo así!" Exclamo Pearl emocionada. "¡Desde el momento en que la Maestra Maya no vino a acostarse, supe que estaría aquí!"
"Pearly, por favor," Maya respondió, sobando su frente, "Solo Maya la mística estará bien. Después de todo mi madre también era Misty la mística."
"¡Okay!" Pearl fue fácilmente calmada, el cual era el caso cada que ella encontraba nueva evidencia de que Phoenix y Maya eran "amigos especiales."
"¿Tengo una herida?" Maya le pregunto a Phoenix, apartando su fleco para que él pudiera ver.
"Aun no," respondió él. "¿Aun tengo todos mis dientes?"
"Por ahora, anciano."
Phoenix frunció el ceño y se levanto del sofá, sujetando su espalda y dándose cuenta de lo viejo que se debe ver. Sin embargo su cuello no era lo único adolorido por dormir en una posición tan incómoda. "Entonces los voy a cepilla mientras aun los tengo y darme una ducha. Juro que puedo saborear mi aliento."
"¡Eso no es para nada romántico, Sr. Nick!" Pearl le hiso muecas a sus espaldas mientras él se dirigía a las escaleras.
"¡Luego sigo yo!" Maya le dijo. La puerta se cerró y ella se cayó en el sofá, cubriéndose con el afghan. Sus ojos se cerraron pero ella aun podía sentir el dolor en la frente por haber chocado contra la barbilla de Phoenix. Ella los abrió de nuevo para ver atraves de la tela del afghan a Pearl viendo hacia ella muy de cerca.
"¿Maya la mística?" Pearl espero a que la cabeza de su prima apareciera detrás de la sabana antes de continuar. Ella mordió su pulgar. "¿Ha estado llorando?"
Maya asumió que ella aun tenía indicadores de su colapso de anoche. "Solo estaba triste por perder a mi madre, eso es todo."
"Oh…" Pearl escrudiño la cara de Maya por más evidencia de lo paso en este sofá pero su expresión estaba conscientemente acerada para que la pequeña no se preocupara. "¿El Sr. Nick le hiso sentir mejor?"
Maya suspiro una risa airosa. "Si lo hiso, pero no de la manera que estas imaginado, Pearly. De todas formas eres muy joven para imaginar esas cosas."
Pearl se quedo sin aire por la insinuación.
"Solo hablamos," Maya concluyo. "Entonces nos dormimos, eso es todo." Ella dirigió la mirada al techo mientras el sonido de agua corriendo apareció. Ella se volteo a su prima. "¿Cómo estuvo tu noche?"
"¡Súper confortante con esa enorme cama para mi sola!" Pearl puso sus manos a sus mejillas como habitualmente lo hace cuando esta insinuando la supuesta relación de Phoenix y Maya. "Pero apuesto a que no estuvo tan buena como la de usted."
Maya se volteo nuevamente hacia el techo. (Si solo lo supieras, Pearly… pero bueno, dormí bastante bien considerando…) Sonidos de golpes de la puerta de enfrente, cortaron sus pensamientos.
"Agh, no otro cliente tan pronto," Ella gimió. "Pearly, ve y diles que se vayan." Ella se cubrió con el afghan para esconderse de sea quien sea que estuviera tocando la puerta.
"¿Pero… Él Sr. Nick no se molestara?"
"Él no se puede molestar conmigo, ¿Verdad?" Maya no disfrutaba tener que seguirle la corriente a las alucinaciones románticas de Pearl, pero ser vista por un extraño y tener que hablar con él en su estado actual era mucho menos atrayente.
Pearl se mordió el pulgar y otro golpe en la puerta sonó. Ella cedió a los deseos de su prima y abrió la puerta para encontrar un par de pantalones atrás de ella. Mirando hacia arriba, sus ojos siguieron una gabardina verde hacia una cara conocida.
"¿Ah… hola?" Él detective Gumshoe pregunto, mirando por todos lados en la oficina completamente desconcertado.
"¡Hola, detective cutre!" Pearl exclamo emocionada por debajo de él.
Gumshoe miro hacia abajo para ver la cara sonriente de la pequeña. Él le sonrió y le alboroto el cabello a la niña con una mano del tamaño de su cabeza. "¡Ah, hola, amiga! ¿Está el Sr. Wright en casa?"
"Se está bañando," Pearl reporto.
Gumshoe asentó severamente, diciéndose así mismo que él pudo deducirlo por sí mismo. Había agua corriendo y todo. Él se salió de su monologo interno con una nueva determinación. "¿No importa si paso y le espero, amiga?"
Maya solo dijo que alejara a los clientes. Gumshoe claramente no era un cliente. "¡Desde luego!" Dijo Pearl. Ella estaba llena de emoción de acomodarlo y moverse del marco de la puerta.
"Gracias, hace mucho frio afuera," Él detective menciono mientras se metía y tomaba un asiento en el sofá. Las protestas amortiguadas de Maya empezaron a sonar debajo del hombre que se levanto y se volteo hacia el sofá. El afghan se fue removido para revelar a Maya; con la mirada molesta y agotada de aire.
"¡Acaso quieres matarme!"
Gumshoe hiso una mueca y se rasco la nuca. "Lo siento, amiga, no te vi allí. Supongo que debí darme cuenta cuando vi que el sofá estaba algo abultado."
"¡Yo no estoy abultada!" Maya respondió indignada. Ella se pauso por un momento. "¿Oh si lo estoy?"
"¡Maya la mística no está abultada!" Pearl agrego como defensa para su prima.
"Oh sí, lo siento," Gumshoe expreso con vergüenza mientras tomaba asiento en una parte del sofá que no estuviera cubierta por una médium.
Maya se levanto para sentarse pero ella dejo que el afghan la cubriera. Ella siempre estaba fría en las mañanas. "¿Entonces que te trae aquí, amigo? Digo además de tratar de aplanarme."
Gumshoe miro a Maya de arriba abajo, preguntándose si debería escarmentarla por robarse su rasgo característico sí o no. Él decidió seguir adelante. "Un par de cosas, de hecho. Primero, él Sr. Edgeworth me pidió que trajera al Sr. Wright para que le hiciera un favor. Segundo…" Él detective se encorvo hacia adelante. "Yo necesito unos consejos de relaciones."
La cara de Maya se contorsiono mientras detenía una carcajada. "¿Y viene a ver a Nick para eso?"
"¡Maya la mística!" Le escarmentó Pearl.
Gumshoe colgó su cabeza para abajo. "Yo sé que ustedes no son pareja, o dicen que no lo son, o lo que sea, pero no tengo muchas personas con las que hablar, amiga. Solo Pops y Edgeworth. Y creo que ustedes son mi mejor opción."
"Bromeas verdad," Maya respondió. "¡Yo creí que un afable, cortes caballero como el Sr. Edgeworth tenía que sobornar al alguacil para tener a las ladies lejos de él!"
"¿Ladies?" Gumshoe espero a que Maya se explicara pero ella no lo hiso. Él se pregunto si ella sabía si quiera de lo que estaba ablando. "Como sea, yo nunca he visto una mujer salir con él, a menos que cuenten a la señorita Von Karma." Gumshoe dejo salir una risa. "¿Pueden imaginarse a esos dos juntos?"
Los ojos de Maya se agrandaron mientras la imagen mental se ponía en su mente. La escena llego a un clímax evidente mientras ella caía hacia el brazo del sofá con un carcajada. En alguna parte del embrollado desastre de su mente, ahora ella cargaba la idea de Franziska Von Karma montando a Miles Edgeworth como un poni, con asiento de montar y todo, azotándolo con su látigo para trotar. Pearl solo mordió su labio inferior, preguntándose acerca de la desordenada sanidad mental de su prima.
"Solo prométeme que no le dirás a ninguno de los dos lo que dije, amiga," Pidió Gumshoe.
Maya asentó y agito la mano como afirmación mientras se calmaba de su ataque de emoción. Ella se limpio un ojo. "¿Pero quién es Pops?"
"Ah, oh, otro detective. Él fue como un mentor para mí. Aunque. No lo he visto por un tiempo, por algo de un caso que no sé nada al respecto."
"Eso no lo restringe."
Gumshoe parecía decaído. "Eso fue cruel, amiga."
"Oh vamos, solo bromeaba. Se lo compensare ayudándole con todo lo que necesite saber. ¿Ah, Qué era lo que necesitaba?"
"Bueno… San Valentín es en tres días y aun no tengo nada para Maggey. Solo necesitaba algunos consejos."
"¡Opordios!" Maya se quedo sin aire. "¡No tengo nada para Nick tampoco!" Ella había olvidado por completo que día era. Para ser justo ser poseída y encerrada en una montaña era una excusa muy razonable, pero estaba en pánico de todas maneras.
"¡Maya la mística, como pudo hacer eso!" Pearl grito. "¡Él es su persona especial! ¡Apuesto a que el tiene un regalo grandioso y romántico para usted!"
"¡Pearly, por favor!" Le pidió Maya en tono callado. Ella se encorvo en una posición similar a la de Gumshoe mientras tenia las palmas de sus manos en la frente para pensar. Ella, Phoenix y Pearl intercambiaban regalos. Desde luego era una tradición amistosa, a pesar de los esfuerzos de Pearl, pero ahora tenía que pensar en algo rápido.
"¿creo que los dos estamos en problemas, hah?" Murmuro Gumshoe.
"Acabo de salvarla, más vale que no esté en problemas de nuevo," Phoenix anuncio desde la puerta. Su cabello estaba húmedo pero todo lo demás estaba como siempre en sus picos. Él también estaba vestido en otro traje fresco y azul, aun haciéndose la corbata, como si ese fuera el único atuendo que tuviera.
"No, no, nada de eso," Maya rápidamente pío. "Él detective Gumshoe aquí tiene algo que decirte." Ella se volteo hacia el detective con una expresión urgente insistiéndole que hable.
"¿Qué?" Gumshoe metió la pata. "Ah, oh, él Sr. Edgeworth dijo que te dirigieras a supervisar un fiscal nuevo que está investigando un caso. Él dijo que le debías una, amigo."
"¿Qué?" Phoenix pregunto con amabilidad. "¿Por qué yo? Usualmente tengo que escabullirme de usted si tan siquiera quiero echarle una ojeada a una escena del crimen. ¿Por qué no lo hace él?"
"Él dijo que se dirigía a Inglaterra, amigo. Ya lo conoces, nunca se queda en un lugar por mucho tiempo."
Phoenix gruño. Edgeworth lo tenía sobre un barril. Si el fiscal estaba dispuesto a correr a su auxilio y actuar como abogado defensor ilegalmente en un juego puesto, lo menos que podía hacer era supervisar a algún fiscal novato por un día. "Muy bien," Phoenix accedió, "¿Cuál es la historia?"
"Es algo repugnante, amigo," Admitió Gumshoe. "Ah habido una serie de, uh…" Él detective miro hacia Pearl por la orilla de su ojo y rápidamente cambio su declaración. "Una serie de secuestros allí afuera. Por ahora no hay ningún sospechoso en custodia. Yo no estoy en el caso, pero la policía debe de seguir checando el cuerpo que fue descubierto en 'Cabañas Conforte'."
(Obviamente no es solo un secuestro,) Phoenix pensó para sí mismo. (Gumshoe de verdad tiene cuidado con Pearls, no es como si pudiera culparle.) "Él tiene razón. Le debo una." Él se volteo hacia Maya. "¿Te apuntas a mas aventuras en el cuerpo policiaco?"
"Solo si me meto a bañar primero," La médium pidió.
No estando apunto de desalentar sus pocos episodios de sensibilidad, Phoenix acepto rápidamente. Quizá le dé tiempo a su cabello a secarse antes de salir afuera con el mordaz, aire de febrero. Maya seria otro asunto, pero ella se entreno bajo cascadas heladas, ¿no? El inmediatamente frunció el ceño por el pensamiento y se dirigió al closet para buscarle un gorro para ella. (Puede que se haya recuperado de anoche, pero eso no significa que debo dejar de cuidarla.)
