La Chica de al Lado
Cap. 1| Lima
Mi nombre es Lucy Quinn Fabray, vivo en Los Ángeles la ciudad mas grande del estado de California, solo convivo con mi padre desde los 5 años, cuando mi madre decidió separarse de Russel y comenzar una nueva vida en Lima, una pequeña ciudad en el estado de Ohio en la otra punta del gran país. Mi vida no es la misma a la que era con mis padres antes, soy la chica-¿como diría mi padre?-la hija que nadie quiere tener, una rebelde sin causa con muchos defectos y demasiados problemas; mis amigos son como mis hermanos, ellos me tratan como su hermana más pequeña, y el colegio no es lo mas importante en mi vida rutinaria, no me gusta pero trato de disfrutarlo porque en ese lugar siempre están mis amigos para hacerme compañía. Mi relación con mi padre no es la mejor, ni siquiera lo veo desde que sale con la secretaria de su empresa, desaparece todos los fines de semanas con su nueva novia. Mis fines de semana son extremadamente de locura, salgo con mis amigos Kevin y Maddie dos personas que me han acompañado desde mi infancia hasta la adolescencia, siempre están para las fiestas. no somos un grupo que desborde popularidad pero los compañeros del instituto siempre llegan a enterarse de las fiestas de Quinn Fabray y es que la fiestas de nuestro grupo fueron y serán las mejores en todo el estado de California.
-Hola ¿señor Fabray?-se comunicaba un policía desde el otro lado de la línea telefónica-Habla el detective William Philips de la estación de policía de Los Ángeles
-¿Que paso?-se preocupo al escuchar aquel llamado importante
-Su hija se encuentra en el hospital del centro, tendrá que venir a buscarla y firmar unos papeles-le explico con tranquilidad
-¿Que le paso? ¿Está bien? ¿Que hizo?-cuestiono rápidamente imaginándose lo peor
-Su hjija se encuentra estable al igual que sus dos amigos...creo que debería pensar en la decisión que va a tomar con respecto a la conducta de su hija, la jueza no va a tolerar otro problema como el ocurrido
-Ok… Está bien ya me dirijo para allá-respondió para salir hacia el hospital del centro
La noche del sábado, ahí estaba yo con mi auto rojo descapotable que me compro mi padre, la noche era muy estrellada y la velocidad de mi auto era muy rápida, tomábamos alcohol y creo que perdí el control del auto cuando quise apagar mi cigarrillo, desperté en el hospital del centro con una venda en mi frente y miles de cables a mi alrededor, ya era de día, el reloj daba las 8.30, y ahí estaba mi padre, sentado en una silla de la habitación mirándome para darme un sermón una vez más. tal vez debía comprender que cuando el hablaba con tanta autoridad mi atención se derivaba a otro lugar o tiempo.
-Quinn-la nombro con una sonrisa de tranquilidad
-¿Que paso?-cuestiono confusa al verse en aquel lugar con su cuerpo dolorido
-¿No deberías saberlo?-se mostró molesto pero con calma
-¿Qué cosa?
-chocaste con tu auto, cuantas veces vas a tener que llamar mi atención así, Quinn-dijo enfurecido agarrándose la cabeza
-Yo no quiero llamar la atención de nadie papá-dijo recomponiéndose en la cama
-Quinn, mañana a la mañana te vas con tu madre a Lima
-¿! ¿Qué? ¡?-se altero de manera drástica
-Ya está decidido, tu mama te espera mañana en Lima, la jueza dice que un cambio de aire te va a venir bien-murmuro lo ultimo ya que aquello no eran las palabras exactas de la juez, pero debía ayudar a su hija y la única forma que encontraba era la de enviarla con su madre, Russel podría ser autoritario y un tanto terco pero siempre supo que su hija necesitaba a su madre, era una adolescente totalmente perdida en aquella ciudad inmensa no entendía mucho de la vida pero aquello que sabia lo aprendía de las peores maneras y la soledad en la que siempre se veía envuelta tampoco dejaba tranquilo la mente de su padre.
-Yo no me voy a ir de acá-respondió con tono molesto
-Era ir con tu madre, o hacer trabajo comunitario en la cárcel como maestra-le comento
-Prefiero eso, ¿cómo no consultas las cosas antes de tomar decisiones?-se mostró tan rebelde como siempre actuaba, Quinn era una pequeña aun pero tenia que entender quien mandaba.
-Quinn soy tu padre y tú eres menor de edad, la decisión ya la tome, tu mama está muy ansiosa de verte además...
-Yo no quiero verla-lo interrumpio con su voz algo triste-ella nunca quiso verme-de repente esas palabras flotaron en la habitación respondiendo la pregunta de Russel, Quinn necesitaba a su madre
-Quinn, es por tu bien, un cambio de aire te va a ser bien, te lo aseguro-decía con una sonrisa mientras acariciaba el cabello rubio de su hija
-Está bien, solo me voy a quedar una tiempo allí y luego vuelvo-susurro con mas tranquilidad
-Bien, me parece perfecto, confía en mí-aclaro mientras le daba su dedo meñique en forma de promesa -Te prometo que allá te va a ir muy bien
-Vale, eso espero-Junto su dedo pequeño con en el de mi su padre
Era las 6.30 de la mañana y ya había llegado al aeropuerto de L.A el vuelo salía a las 7.15 y solo estaba esperando esos minutos para despedirme de mi antigua Quinn Fabray y ver a mi madre en Ohio. El vuelo fue tranquilo y rápido a las 9.00 ya estaba en el aeropuerto de Ohio mi nueva ciudad (y sufrimiento) y ahí estaba mi madre con una sonrisa de oreja a oreja, hermosa como la recordaba, habían pasado más de 10 años ya tenía 16 años y a mi madre solo la veía cuando me llevaba a su nueva casa en los fines de semanas y la llamaba para Navidad y su cumpleaños, ella también me llamaba para mi cumpleaños y a veces mandaba cartas, contándome de que se había vuelto a enamorar y vivía con su pareja que se llamaba John, a veces me preguntaba cómo iba mi vida, pero jamás había estado ella para mí cuando la necesitaba en esas horas de oscuridad y soledad en mi antigua casa cuando mi padre se iba con su pareja a la cabaña de fin de semana, pero ella siempre había sido una gran madre y ahora la tenia de regreso o ella a mí.
-Quinnie-decía mientras saltaba a abrazarme con fuerza
-Mama, no me llames así-se quejo-me llamabas así a los 5 años-le respondió fríamente
-Está bien Quinn Fabray, te comportas igual a tu padre cuando te pones seria-sonrió acariciando su mejilla
-Está bien, lo siento, no me gusta ese Sobrenombre
-esta bien Q-respondió viendo como John se acercaba a ambas-el es mi marido John Barone-lo presento con dulzura
-Hola Quinn-saludo respetuosamente estrechando su mano con la rubia
-Hola-saludo rápidamente para mirar a su madre-bien ¿ahora podemos ir a casa? Estoy cansada
-Bien, vamos a casa-dijo Judy y nos dirigimos al auto de John
Llegamos a un barrio chico, lindo, muy familiar, me recordaba a mi infancia cuando venía a visitar a mi madre, solo que ahora todo era diferente, mi mama estaba enamorada y casada con otro hombre. La casa era igual a las otras era blanca por fuera con dos ventanas grandes que daban a la calle y una puerta de color roja, tenia primer piso y también una cochera, el patio de atrás era algo chico pero muy lindo lleno de plantas de distintos colores, a mi mama le encantaban las plantas se le daba muy bien la jardinería o al menos eso recordaba.
Mi habitación quedaba arriba en el primer piso en la segunda puerta de la izquierda, era muy acogedor y muy distinto al antiguo cuarto de L.A pero era estaba muy bien decorado, la cama estaba contra la pared en una esquina y tenía una mesa de luz, un escritorio y el closet también había un baño propio y la ventana daba a otra casa, por la ventana se podía ver una habitación de la otra casa que quedaba al lado.
-Bien, ¿te gusta tu cuarto?-entro Judy viendo como su hija se acomodaba en su cama
-Sí, no es como mi otro cuarto, pero está bien-contesto con una media sonrisa empezando a desempacar
-Bueno en media hora o una hora ya va a estar el almuerzo te llamo-le comento su madre
-Bueno-murmuro viendo como su madre se retiraba de la habitación
Bienvenida a Lima Quinn Fabray, Bienvenida a tu nueva vida junto a tu madre y su novio John, y tu habitación acogedora.
Ni Glee Ni Los Personajes Me pertenecen
