CH I: Una visita inesperada
Un ruido resonó en la habitación. La mano de una chica joven y cabellos negros elevó el reloj en el aire y de un golpe sordo lo hizo callar estrellándolo contra la mesa. Los nervios se podían intuir en su borroso rostro. La joven se levanta de una butaca típica de un despacho y comenzó a pasear por la habitación que tanto iba a echar de menos. Había muchos papeles desperdigados por la mesa y otros caídos en el suelo, incluso pudo vislumbrar unas prendas de ropa claramente femeninas. Varios relojes resonaban con su tic-tac en el silencio del habitáculo con unas extrañas manecillas impropias de un reloj corriente. La chica avanzó hasta encontrarse frente a un espejo enorme dónde podía observar un aspecto de una joven de no más de diecisiete años con una melena negra y lisa que le llega hasta la cintura y un rostro borroso en el que no se lograba advertir sus ojos.
De repente la puerta hace un ruido sordo y aparece otra figura de una mujer de unos treinta años con un objeto plateado en la mano.
-Todo por ESO?-dijo la joven señalando el objeto plateado mientras cerraba la otra mano apretándola con fuerza.
-Qué te esperabas? Normalmente los objetos más grandes no son los más impresionantes-contestó irónicamente la mujer.
-No me lo puedo creer... Y qué piensas que debemos hacer con eso ahora?
La mujer se acerca a la joven de no más de diecisiete años y le susurra unas palabras al oído. Cuando acaba, la chica da un salto hacia atrás y nerviosamente replica con voz chillona:
-Que? No... Estás loca? Ni se te ocurra-dijo amenazante.
-Sabes que no hay otra solución-comenta la mayor-es lo más improbable para pensar en ello.
-Pero...-balbucea-no se si...
-Es lo único que nos queda. Que...
En ese instante un rayo de luz roja atraviesa la ventana prendiendo fuego a las cortinas y reventando varios relojes. La mujer grita:
-Ya están aquí!! Agarra los polvos flu, rápido.
Las dos mujeres se apresuran hacia la chimenea y una agarra la maceta que pendía de la pared pero se da cuenta de que estaba vacía.
-No hay!!! Qué hacemos?!-chilla la muchacha.
-Corre y tráeme ese reloj de encima de aquel estante-dice la mujer señalando un reloj de color rojo dorado mientras con las manos protegía el pequeño objeto que tenía en las manos.
La chica joven se abalanza contra el reloj rojo mientras se escuchan explosiones y gritos a través de la puerta. Cuando se lo acerca a la mujer, ésta con un golpe de una varita que saca de su túnica realiza unos movimientos y agarrando el reloj (brillando intensamente ahora) desaparecen las dos justo cuando unas máscaras que ocultaban unos rostros mezquinos atravesaban el umbral de la puerta.
En esto que un joven de quince años despierta y agarrándose fuertemente a un lado de la cama vomita encima de las mantas.
A la mañana siguiente unos golpecitos en la ventana resuenan y Harry se acerca para agarrar el sobre que traía una lechuza gris. Cuando la lechuza vuelve a alzar el vuelo, Harry abre el sobre y lee un texto con la perfecta letra de su amiga Hermione diciéndole:
Querido Harry:
Te he enviado un artículo de El Profeta que me gustaría que leyeras. Me sorprendió muchísimo al ver el nombre de Sirius en ella. Espero que nos veamos pronto.
Un saludo.
PD: Ni se te ocurra hacer ninguna tontería.
Hermione
Harry cogió el artículo recortado del famoso periódico del mundo de los magos y lee detenidamente:
Asalto a una escuela de Magia
La escuela de Magia y Hechicería de Settlement ha sido asaltada ayer por un grupo de magos encapuchados conocidos por el nombre de Mortífagos. Por suerte sólo se encontraban unos pocos profesores que estaban preparando las vueltas a las clases en ésta escuela del Reino Unido. Resultaron sólo unos pocos heridos que están siendo atendidos en el Hospital San Mungo de enfermedades y heridas mágicas. Algunos que ya han sido despertados afirmaron que el asalto ha sido realizado por los Mortífagos y el Ministerio sospecha de que el conocido ex presidiario de Azkaban, Sirius Black lideraba el asalto.
Lo único que queda son las cenizas y escombros de la escuela que pronto se reanudará su reconstrucción pero no finalizará hasta dentro de unos cinco años. Mientras tanto los alumnos de Settlement irán a cursar a la escuela Hogwarts en la que el director Albus Dumbledore ha accedido gratamente a acoger a los alumnos de la escuela destruida y...
Harry dejó el artículo porque ya no podía leer más. Juraría haber visto este suceso antes pero no se acordaba más que de un cabello negro y liso hasta la cintura. Desde el rellano de la puerta se oía la voz de su tía Petunia llamándolo para desayunar y se levanta de la cama pero se da cuenta de que algo viscoso estaba encima de su cama y no era nada menos que vómito. "Qué pasa aquí?" se pregunta "Qué es toda ésta repugnancia?". En ese instante la puerta se abre de golpe y aparece tía Petunia con una cara de pocos amigos diciéndole:
-Se puede saber qué haces? A desayunar niño!!!-y mirando hacia el vómito con una tez mas pálida pregunta asustada-Qué es eso?-señalando hacia esa masa marrón blanquecina-No será que has vuelto a hacer tus cosas raras?
-No!!-contesta Harry rápidamente-no se qué ha pasado... parece que haya vomitado.
-Eso ya se ve niño!!!-y dirigiéndose hacia las escaleras grita-VERNOOON!!! VEN AQUÍ QUE HARRY HA VUELTO A HACER COSAS RARAS!!!
-Que yo no he hecho nada!!-replica Harry hacia dónde desapareció su tía.
En ése momento aparece su tío que al mirar el vómito se pone todo rojo y agrega:
-Ya estás haciendo otro de tus truquitos?!!
-NO!!!-chilla Harry-no se qué ha pasado!! He vomitado mientras dormía!!
-A mi no me engañas muchacho!! Estás haciendo otra vez cosas raras!!! Deberías agradecer que tu tía y yo te mantenemos aquí, te damos ropa y la segunda habitación de tu primo Dudley cuándo deberías estar en ese orfanato para raros como tú!!!-gritaba su tío mientras la vena del cuello se le hinchaba como una manguera a punto de estallar.
-Hogwarts no es ningún orfanato!!!-contesta Harry enfadado.
-A mi no me levantes la voz chico!!! Te lo advierto!!!-amenazó Vernon mientras lo señalaba con un dedo tembloroso hacia Harry y con sus ojos puestos en su mano con temor de que sacara su varita.
Harry dándose cuenta de adónde se dirigía la vista de su tío sonríe pícaramente y le dice:
-Quieres que haga magia??
-No te dejan, a mi no me engañas-responde Vernon-se darán cuenta y te expulsarán.
Harry sabiendo qué su tío estaba en lo cierto sonríe aún más y le dice:
-Pero ya sé el modo de que no me descubran.
-Ni se te ocurra-susurra Vernon amenazante.
-Pues déjame en paz o sino...-añade Harry sacando la varita y elevándola al aire dice-Abracadabr...!!!
Harry se detiene porque ya no había nadie enfrente de él. Su tío aterrorizado corrió escaleras abajo con una agilidad sorprendente para alguien con su volumen. El chico sonríe y baja a desayunar.
Unos días después Harry estaba sentado en un columpio de un parque cerca de Privet Drive cuando su primo aparece con sus amigos montando en bici a lo lejos. A Harry ya no le importaba que se acercaran, desde que se metió en Hogwarts su primo obligó a sus amigos a que le dejaran en paz y éstos fueron a buscar nuevas víctimas con que malgastar sus estúpidas bromas. Harry los ve pasar por delante a toda velocidad haciendo alarde de sus veintisiete marchas y su suspensión de aire que tenía su bici nueva que le regalaron (entre otros diecinueve regalos más) por su cumpleaños. Los chicos desaparecen por una calle al fondo y Harry sonríe. "Ya queda poco para mi cumpleaños" piensa "y sólo un poco más para que vuelva a Hogwarts... Hogwarts... menudo año he pasado" recordando las tres pruebas del torneo de los tres magos (cuatro aquella vez) y el retorno de su peor enemigo hace tan sólo unos meses, Lord Voldemort. Una lágrima se le resbalaba por la mejilla mientras recordaba ese suceso junto con la muerte de Cedric y la visión que tuvo de sus padres. "Dónde estará ahora?" se preguntó "estará buscándome o recuperando fuerzas?".
Harry sin aguantarlo más se levanta del columpio y se pone a caminar hacia casa de sus tíos pero por el camino, detrás de unos setos pareció ver como desaparecía el pelo de un gran perro negro.
-Sirius?-pregunta Harry.
Nada.
-Sirius eres tú?-vuelve a preguntar mientras con la varita en alto se acerca hacia el seto.
En esto que se oye como un "plín" y al apartar los setos Harry no ve nada salvo unas pocas huellas de perro en el suelo. "estaré soñando" se dijo "parece que ahora aparte de tener esos sueños extraños con Voldemort tengo alucinaciones". Tras guardar su varita retoma el camino otra vez hacia Privet Drive sin darse cuenta que un par de ojos amarillos lo seguían con la mirada muy de cerca.
A la mañana siguiente, Harry se levanta cogiendo las gafas y de pronto, al volverse el mundo más nítido, se dio cuenta de que había como una docena de paquetes envueltos con papel de regalo. "Qué extraño..."se dice. Y dándose cuenta de que era su cumpleaños salta de la cama y agarra el primero que encuentra: un jersey verde de la señora Weasley con un león rojo en la parte de delante, un chivatoscopio de bolsillo de Ron, un libro de hechizos de magia de duelo y protección avanzada de Sirius, un pastel de Hagrid que sorprendentemente estaba bien hecho (debió de ser que la directora de Beauxbatons le ayudó a hacerlo), una agenda organizadora que habla de responsabilidades cuando la abres de (evidentemente) Hermione, un set de artículos de broma de los hermanos gemelos de Ron, ingredientes para pociones en un maletín de Lupin, y para finalizar, lo que mas le llamó la atención. Era una botella envuelta en un paquetito muy protegido con una nota de Bill que decía:
Aquí te doy algo muy especial que seguro que necesites pero no la gastes inútilmente. Se trata de una poción muy difícil de preparar que se llama felix felicis y otorga al que la bebe una suerte inesperada. Úsala bien.
Recuerdos, Bill
Después de leer esta nota, Harry supo que la felix felicis era algo muy valioso y la guardó en el fondo de su baúl con sumo cuidado. Bien escondido el paquete se marcha de casa de sus tíos al parque en el que creía haber visto a Sirius pero no ve nada extraño aquella vez. Cuando aparta los setos no encuentra ninguna huella de perro en la tierra "lo he soñado" se dice. Tras volver a su cuarto coge su pluma y un pedazo de pergamino escribiendo una carta para Sirius contándole que juraría haberlo visto y que si no ha estado allí se lo dijera por si sufría alucinaciones. Guarda la carta en un sobre y espera la llegada de Hedwig que había salido para cazar (extrañamente sus tíos le habían permitido dejar que la lechuza estire sus alas cuando anochece para que no les dé la lata). Cuando la oscuridad absoluta se hizo dueña de la calle una lechuza blanca como la nieve aparece en la ventana del cuarto de Harry con una rata muerta en el pico.
-Hedwig!!-la llama Harry cuando la ve.
Un ululato recibe como respuesta.
-No te he dicho que no traigas animales muertos a la casa? Mis tíos se van a enfadar-la regaña.
Otro ululato como respuesta pero esta vez más fuerte sonando a un disgusto y dándose la vuelta, la lechuza se inicia para salir volando con su presa en el pico.
-Espera!!-le grita Harry-Necesito que me hagas un envío.
De pronto la lechuza suelta la rata dejándola caer en la habitación y vuela hasta el hombro de Harry batiendo fuertemente las alas emocionada.
-Ya hablaremos de la rata-le reprime Harry mirando el animal en el suelo pero como respuesta recibe varios picoteos de impaciencia en la oreja-vale, vale!! Toma-y dándole la carta le dice-es para Sirius, ya sabes dónde está, no??
La lechuza sin pensárselo dos veces agarra la carta con el pico y alza el vuelo internándose en la noche.
Pasan los días y Hedwig no daba aparecido. Harry comenzaba a preocuparse ya que podría haber sido interceptada o algo así. Una tarde lluviosa Harry estaba comiendo en el salón viendo la tele con sus tíos cuando la lechuza aterriza en el alfeizar de la ventana de la cocina y comienza a picotear el cristal.
-Qué es eso?-exclama Petunia.
-Será que empezó a granizar mamá-responde Dudley.
La lechuza remonta el vuelo para buscar otra ventana abierta justo cuando Petunia curiosa, tras levantarse y abrir otra ventana, Hedwig entra tan rápido que la tía de Harry pega un alarido provocando un salto tan alto en el sofá que ni un wingardium leviosa perfecto lo haría mejor.
-SACA ESE BICHO DEL SALÓN!!!!!-chilla Petunia trastornada fijándose como la lechuza (con un sobre en el pico) se agita para secarse las plumas salpicando todo el salón.
Harry sin meditarlo dos veces agarra a Hedwig y la suben hacia su habitación seguidos de Petunia blandiendo una escoba.
-Te la has cargado-susurra Harry a su lechuza-ya se que había mucha lluvia pero no podías esperar en un lugar cubierto hasta que subiera a mi habitación?
La lechuza ululó mostrándole la carta a Harry que llevaba en el pico. Ya en la habitación, Harry coge la carta y esperando ver la letra de Sirius se impresiona al ver la clara caligrafía de Albus Dumbledore diciéndole:
Harry, dados los sucesos recientes de los que seguramente ya te has enterado por medio de la señorita Granger, pasaré a recogerte personalmente dentro de tres días a casa de tus tíos. Debería pedirte que no salieras de casa hasta la fecha por motivos de seguridad.
Albus Dumbledore
Harry no podía creer que Dumbledore lo iba a buscar en tres días. Si tan sólo quedaban tres semanas para el comienzo del curso. "Por qué ahora?..." se pregunta el chico "...si el asalto a la escuela de Settlement ha sido hace más de un mes. Pensando en todo esto Harry no se dio cuenta de que su lechuza estaba pellizcándole la oreja con el pico.
-Qué...-dice fijándose en el blanco animal-Ah!!-y dándose cuenta de qué era lo que quería va hacia un cajón dónde al abrirlo aparece una bolsa entregándosela a su lechuza.-Ahí tienes tu querida rata.
Hedwig salta con la bolsa en el pico y se mete en su jaula devorando el (ya seguramente descompuesto) animal.
-No sé como te puede gustar esos bichos y menos aún si ya cuando hace cinco días que lleva muerto.
Hedwig con todo sólo emite un ululato como respuesta haciendo sonreír a Harry.
A la mañana siguiente Harry se acerca a su tío Vernon y le pregunta:
-Tío Vernon?
-Hmph-recibe como contestación.
-Me avisaron de que me tengo que marchar antes de lo esperado a Hogw... a la escuela.
-Ah que bien-dice sin apartar la vista del periódico-y cuándo tendremos que llevarte?
-No tenéis que llevarme...-dice Harry inquieto.
-Y como pensarás ir?-pregunta Vernon sacando la vista del periódico y mira a Harry.
-Pues...-no sabía como explicarle que le iban a buscar otra vez al igual que el año pasado.
-No será que...-susurra Vernon dándose cuenta de la incómoda situación de su sobrino.
-Si-se adelanta Harry.
Su tío de pronto adopta un color morado con una mirada sombría y cayéndosele el periódico de las manos grita:
-NI HABLAR!!! AQUÍ NO VAN A VENIR NINGUNO DE TUS EXTRAÑOS AMIGOS!!! NADA DE ENTRAR POR CHIMENEAS NI HACER DE VUESTRAS COSAS RARAS!!!-la vena de Vernon comenzaba a engordar mientras su cara pasaba de morado a rojo y luego a verde.
-Qué son esos gritos Vernon?-pregunta Petunia entrando en el salón y viendo a su marido de pié rojo de ira.
-Van a venir a recogerme para llevarme a la escuela-se adelanta Harry a su tío.
Petunia encoge su largo cuello de jirafa al oír esas palabras y corre hacia el rellano de la puerta en la que apareció Dudley con una chocolatina en la mano abrazándolo como si quisiera protegerlo de algo.
Vernon más calmado le dice con unos ojos centelleantes:
-Y cuándo será esa visita??
-Pasado mañana-contesta Harry.
-Y por dónde te dijeron que vendrían?-agrega Petunia mirando hacia la chimenea (tapiada con ladrillo desde el verano pasado) de reojo.
-No lo sé, no me lo dijeron.
-CÓMO QUÉ NO TE LO DIJERON??!!-brama Vernon otra vez con una cara morada como si decir el modo de llegada fuese lo más natural del mundo.
-Pues porque no-responde Harry molesto.
-Pues ahora mismo les dices a esa gente rara que no se les ocurra venir aquí o...-amenaza su tío.
-... O qué?-lo desafía Harry.
-O... o...-Vernon sin palabras cierra la boca y se da media vuelta hacia la cocina.
-A dónde vas?-pregunta Petunia.
-AL BAÑO!!!-le grita su marido mientras abre la nevera y saca un paquete con veinte chocolatinas.
-Eh!! Que son mías!!-protesta Dudley.
-Pues ahora son mías!!!-grita Vernon.
Diciendo esto y con las chocolatinas se encierra en el baño dando un portazo que hace sobresaltar a su familia.
Ya llega el día en el que iban a venir a recoger a Harry y todos incómodos se sientan en el salón mirando hacia la chimenea. De pronto suena el timbre y Vernon dice:
-Quién será a estas horas??
Tras levantarse y dirigirse al recibidor abre la puerta encontrándose a un hombre de unos extraños atuendos ya anciano con unas gafas de media luna y una barba plateada que le llega a la cintura.
-Qué desea?-pregunta Vernon molesto.
-Es usted el señor Vernon Dursley?-inquiere el hombre de barba plateada.
-Si...-responde el tío de Harry abriendo mucho los ojos y dándose cuenta de algo.
-Pues entonces ya sabrá usted a lo que vengo...-dice el anciano sonriente.
Vernon comenzaba a ponerse rojo y le grita:
-Ya sé quién es usted!!!
-Ah sí?-pregunta el anciano sonriendo aún más-entonces si es tan amable me dejará pasar-añade.
-Quien se a creído?-brama Vernon-No quiero que me venda ninguna tartera especial, ni relojes ni que me apunte a ninguna organización!!!
Diciendo esto, el tío de Harry da un portazo cerrándola en las mismas narices del anciano que no dejaba de sonreír.
-Quien era Vernon?-pregunta Petunia asomada al rellano.
-Nadie-contesta-sólo un vendedor ambulante con unas pintas de carnaval.
Harry escuchando la conversación se pone blanco como la cera y le pregunta a su tío:
-No será un anciano con unas gafas de media luna y una barba plateada?
-Le conoces?-dice Vernon mirando a Harry extrañado.
-Si, es el director de Hogw... de mi escuela.-rectifica Harry.
Vernon de pronto se torna más blanco que Harry y antes de que vaya a abrirle la puerta, su sobrino se le adelanta y observa como un anciano (aún sonriente) le observa tras unos cristales de media luna.
-Hola Harry-le dice Dumbledore.
-Hola profesor-responde Harry sonriendo.
La familia de Harry que se había quedado en la entrada del recibidor paralizados por el miedo estaban observando nervioso al anciano mientras Petunia escondía a su hijo Dudley detrás como si temiera a que Dumbledore se enfadara con ellos y les hiciera crecer la lengua hasta alcanzar dos metros. Vernon es el primero que reacciona y consigue articular unos balbuceos hacia Dumbledore. Éste fijándose en Vernon, le dice sonriente:
-Ah! Señor Dursley. Espero que ahora no le importa si me tomo la molestia de pasar-haciendo a un lado a Harry.
Vernon seguía balbuceando pero al final logra darle una respuesta afirmativa como mostrándole a Dumbledore su permiso para entrar.
-Gracias-dice el anciano y dirigiéndose hacia Harry le pregunta-Ya tienes tus cosas preparadas?
-Si profesor, están en mi cuarto.
-Excelente-sonríe juntando las yemas de ambas manos-pues ve a por ellas mientras yo hablo con tus tíos, Harry.
Al oír esto Vernon comienza a temblar cuando Harry desaparece por las escaleras pero Dumbledore ignora su estremecimiento y le dice:
-Espero que no les moleste que me lleve a Harry antes de lo debido-y sin esperar a que Vernon le conteste, agrega-ya se que le van a echar de menos pero hay sucesos que requieren su presencia en la escuela unas semanas antes.
-D... de menos?-consigue preguntar Vernon.
-En efecto!-Exclama Dumbledore divertido.
-Por mí como si se lo llevan para siempre!!-dice el tío de Harry.
-Ya veo... pero por ahora creo que necesita estar con ustedes un par de años más por su propio bien.
-Hmph-consigue decir con un resoplido Vernon.
En ese instante aparece Harry cargando el baúl, su escoba Saeta de Fuego y la jaula con Hedwig en su interior.
-Ah! Harry ya estás aquí-dice Dumbledore-entonces no molestemos más a tus tíos y marchémonos. Pero despídete antes.
-Adiós-dice Harry secamente.
Vernon asiente con la cabeza serio mientras Petunia seguía asustada escondiendo a Dudley detrás suya, algo verdaderamente difícil dada su envergadura que hacía imposible distinguir quien tapaba a quien. Harry y Dumbledore se giran y salen al exterior dónde un sol hacía brillar bajo el rocío. Harry sintiéndose feliz por primera vez en todo el verano se dirige a Dumbledore y le pregunta:
-Profesor?-Dumbledore no se gira y se queda mirando un árbol que estaba en frente.-Señor... me preguntaba como vamos a ir a Hogwarts.
-Buena pregunta Harry!-exclama el director contento-pues la verdad es que estoy esperando la señal.-dice sin apartar la vista del árbol.
-Qué señal?-pregunta el chico siguiendo la vista de Dumbledore.
De repente, el tronco del árbol se abrió dejando un hueco enorme por el que cabían una persona del tamaño de Hagrid.
-Vamos Harry, tu primero.-le dijo al chico extrañado.
-Pero... yo... profesor, yo... no se qué hacer-decía Harry mientras Dumbledore le empujaba hacia el tronco.
El anciano se para y como si acabara de recordar algo exclama:
-Ah! Claro!!-y metiendo la mano en el bolsillo le da a Harry unos polvos verdes-se me había olvidado dártelos.
Harry aún más extrañado no sabía que decir.
-No sabes utilizar los polvos flu, Harry?-pregunta el director.
-Pe... Pero no hay ninguna chimenea, señor.
-No importa Harry-sonríe Dumbledore-éste tronco funciona como una-y como Harry no se inmutaba añadió-está hechizada.
-Ah. Claro-dice Harry mirando el tronco como si fuera la primera vez-y a dónde nos dirigimos?.
-Tú simplemente di: "al despacho del profesor Dumbledore, Hogwarts" y aparecerás allí.
-Está bien.-y agarrando los polvos flu que le tendió el director junto con su escoba, el baúl y la jaula de Hedwig; dice mientras lanza los polvos verdes a la base negra del tronco-al despacho del profesor Dumbledore, Hogwarts!
Nada ocurre y entonces Harry que se había girado extrañado para ver su director, observa que tenía una mano en la frente.
-Lo siento Harry, la vejez me hace olvidarme de muchas cosas. Échate a un lado por favor-le indica sonriendo.
Harry se aparta y Dumbledore saca su varita que la agita haciendo aparecer unas llamas en la base del tronco. Con la otra mano, le da más polvos flu y le comenta:
-Ahora sí, Harry.
El chico se acerca a las llamas y echa los polvos verdes de nuevo a la base del árbol cambiando el color de las rojas llamas a unas verdosas. Harry se mete en el tronco y vuelve a decir:
-Al despacho del profesor Dumbledore, Hogwarts!!
Una sacudida violenta arrastra a Harry tirándole del estómago por unos conductos extraños y de repente cae estrepitosamente en una habitación llena de cuadros de gente que está durmiendo y con muchos cacharros. Harry se recoloca las gafas y mira a su alrededor revelando la presencia del hermoso fénix del director.
-Hola Fawkes!-saluda Harry.
El fénix emite una magnífica melodía que llena el corazón de Harry de júbilo. Mientras tanto aparece Dumbledore por la chimenea que una vez quitado el hollín con un golpe de varita sobre su túnica azul turquesa, sonríe a Harry y le dice:
-Bienvenido a Hogwarts, Harry. Puedes darte una vuelta por la escuela que de momento tengo cosas que hacer. Si encuentras a Sirius dile que venga a mi despacho que lo necesito para aclarar un par de cosas. Tu baúl con tus pertenencias serán enviadas a tu dormitorio, no te preocupes. Ten un buen día y ya te llamaré más tarde para que charlemos un rato.
-Bien profesor-contesta Harry impaciente sabedor de la noticia de que su padrino se halla en la escuela.
-Puedes retirarte entonces-le dice Dumbledore juntando las yemas de sus manos y sentándose en la butaca del escritorio.
Harry da media vuelta y sale del despacho del director dirigiéndose hacia la Sala Común pero recuerda que no sabe la contraseña y corre hacia el gran comedor contento de estar de nuevo en Hogwarts.
