Raccoon City High school
Capítulo 1
Nota de Autor: Mi primera historia "larga" espero vuestro apoyo.
Descargo de responsabilidad: Los personajes no me pertenecen, pertenecen a Capcom, solo soy dueña de la trama de la historia, ya que en mi instituto algunas cosas han pasado realmente.
Sin más esperas…. Empecemos por donde se empieza, el sonido chirriante del despertador… Espero vuestros comentarios, solo he escrito un One- Shot de Steve y Claire y tengo 13 años, es importante para mí. Gracias.
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El primer día de instituto:
El sonido de mi despertador me levantó, el cielo era azul y el sol lucía como nunca. Hoy, era ese día que yo, Claire he estado esperando desde que empezaron las vacaciones de verano, empezar el nuevo curso en Raccoon City High School.
Finalmente me levanté de mi cama y me fui a almorzar, mi madre estaba preparándome un vaso de leche desnatada .
-Buenos días hija- Dijo mamá.
-Buenos días mamá ¿y Chris?- Respondí alegremente y con una sonrisa cálida.
-Ya se ha ido. ¿Preparada para los exámenes?- Me preguntó.
- Nací preparada- Mi madre se echó a reír. Me comí el almuerzo y fui a mi habitación a vestirme, eran las siete de la mañana y las clases empezaban a las ocho, tenía mucho tiempo para arreglarme, el instituto estaba a una manzana del vecindario donde vivo.
Me vestí con una blusa de flores sin mangas y unos shorts de color blancos con unas sandalias plateadas a juego y mi mochila, me eche un poco de brillo en mis labios y rímel en mis pestañas. Salí a toda prisa, ese día sería especial.
-Adiós mamá- Mi madre me miró y sonrió con ternura.
– Estas muy bonita, que tengas un buen día.- Le besé en la mejilla y me fui con la mochila en la espalda, realmente pesaba.
En la esquina me estaba esperando mi mejor amiga Helena, como desde pequeñas hemos estado juntas siempre me estaba esperando allí cada mañana y tenía una suerte que vayamos al mismo instituto, no sé qué haría yo sin ella, era como la hermana que nunca he tenido. Tengo un hermano mayor, Christopher, pero todos le llaman Chris, es un poco tonto pero siempre puedo contar con él pase lo que pasé. Desde que nuestro padre falleció en un ataque terrorista en su trabajo, él me apoyo a mí y también a nuestra madre.
-¡Hola Claire!- Me saludó alegremente Helena.
–¡Hola amiga!- Le dije dándole un fuerte abrazo.
-¿Qué tal las vacaciones?
-¡Perfectamente! Chris y yo nos hemos pasado todo el verano en la playa. ¿Y tú?
-Yo he ido con mi padre y Deborah a New York.
Por el camino estuvimos las dos charlando, estábamos igual de nerviosas para empezar el curso. Helena estaba colada por Chris y yo ya le dije que él ya tenía a Jill, su novia, pero ella ni siquiera me escuchó.
Por fin llegamos al instituto de nuestra ciudad, Raccoon City. Nos encontramos a dos grupos, uno de chicos y otro de chicas. Nosotras por supuesto nos unimos al de las chicas, todas hablaban a la vez entre ellas y señalaban a los tíos guapos del grupo de chicos.
Sonó el timbre y todo el mundo se fue a su clase, a mí me tocó con Helena, cosa que agradecí porque no conocía a nadie. La primera clase nos tocaba con nuestro tutor, el señor Downing, era un viejo de 50 años y tenía el pelo blanco, llevaba gafas y una carpeta con papeles debajo de su brazo.
-Buenos días alumnos - Dijo el señor Downing – Me llamo Frederic Downing, para vosotros señor o profesor Downing, pueden tomar asiento donde quieran-
Los pupitres eran de dos en dos, Helena y yo nos sentamos en un pupitre juntas y empezamos a observar a los demás chicos y chicas.
En nuestra izquierda había un chico y una chica rubios, parecían hermanos gemelos, en nuestra diagonal había dos chicos pero no nos fijamos mucho porque no queríamos parecer distraídas el primer día de clases. A nuestra derecha estaban Excella Gionne, una popular y a su lado su mejor amiga Ashley. Las dos igual de irritantes, iban maquilladas excesivamente, bueno todas las populares eran iguales, maquilladas, con ropa de marca, enseñando cuerpo y con tacones.
-El instituto es una de las etapas más importantes de nuestra vida, supone un gran cambio…-
Yo no escuchaba las palabras del señor Downing, los tutores siempre decían el mismo discurso pero no era por eso que no escuchaba. ¿La razón? Vi a un chico de pelo moreno tirando a pelirrojo como yo, alto, con una sudadera sin mangas y bermudas con deportivas sentado dos mesas lejos de mí. Él era realmente guapo.
Mi atención volvió al profesor cuando estaban pasando lista, cuando el profesor decía el nombre de un alumno, él se tenía que levantar y hacer una breve presentación.
-¿Excella Gionne?- Preguntó el señor Downing
– Aquí. Me llamo Excella, soy de Italia y de mayor quiero estudiar estética y montar un Spa.
Su presentación fue ridícula, los chicos le miraban el escote y las piernas largas. Estaba pensando en mi propia presentación cuando el señor Downing llamó a Helena y ella se levantó. Estaba nerviosa, yo era la siguiente en presentarme.
-¿Helena Harper?
- Presente. Soy Helena y me encanta el deporte y aún no se que quiero ser de mayor. Estoy soltera llamadme chicos – Helena terminó y se sentó. Su presentación me hizo soltar un bufido a modo de risa, siempre tan divertida.
-"Bien Claire, prepárate, ahora te toca a ti"- Pensé por dentro de mi cabeza.
-¿Claire Redfield?
- Si- respondí, me levanté y mire por unos segundos a toda la clase y mis compañeros, todos tenían las miradas en mí y yo estaba muy nerviosa, decidí ignorarlo y empezar mi presentación. –Mi nombre es Claire, quiero estudiar arte y ser pintora o fotógrafa.- Me senté y esperé. El señor Downing asintió con la cabeza y siguió pasando lista.
Los minutos iban pasando y cuando se terminó la lista de alumnos, el señor Downing nos contó todo el sistema del instituto, las asignaturas que teníamos y más.
¡DING DANG DONG!
-Bien alumnos, nos vemos en la clase de mañana en segunda hora, que les vaya bien el primer día- el señor Downing se despidió y nos indicó que nos fuéramos de clase, una vez en el pasillo nos dio un número de taquilla a cada uno y nosotros fuimos a la que le tocaba, a mí me tocó la número 0267.
Probé a abrir mí taquilla pero nada funcionó, estaba trabada. Estaba a punto de ir a quejarme al tutor pero alguien me detuvo.
-Se tiene que dar un golpe en la parte superior.- Me quedé alucinada, el chico guapo me estaba hablando a mí.
-Gracias.- Dije mientras intentaba quitar la sonrisa boba de mi cara.
-Soy Steve- Dijo el chico tranquilamente saludándome, en ese momento me di cuenta que me perdí su presentación en clase sumida en mis pensamientos.
-Yo me llamo Claire, somos vecinos de taquillas veo- dije sonriéndole. Él asintió y rió ligeramente.
Sonó el timbre, cerré mi taquilla y revise mis horarios, ahora tocaba historia de arte con Helena y el resto de la clase.
-Adiós.- Steve se fue con unos amigos hacia la clase de arte.
"¡Qué bien!" pensé. De repente una mano tocó mi hombro y me encontré con Helena saltando de alegría.
-Veo que alguien ya ha ligado- Dijo Helena refiriéndose a mí y a Steve.
-No, que dices… -Helena me miró con una ceja alzada, claro que yo había ligado. -¿A que es guapo? Se llama Steve y somos vecinos de taquilla- dije con entusiasmo.
-Qué suerte, yo le he echado el ojo a ese chico de ahí, parece que son amigos- Ella me señaló a un chico alto con pelo castaño tirando a rubio y ojos marrones, estaba caminando con Steve hacía clase de arte.
-Tienes buen gusto Helena, cuando seamos novios podríamos hacer salidas en parejas - Las dos nos reímos. Nuestro humor hoy era inmejorable.
-Vosotras dos no os acercaréis a Steve y a León- Dijo una voz muy familiar detrás de mí. Esa voz… ¡Era de Excella!
-¿Quién nos lo impedirá?- Dijo Helena. En ese momento me giré y vi a Excella y a Ashley. Excella llevaba un vestido que parecía de marca…. Y caro. Ashley en cambio no llevaba tanto escote como su mejor amiga, pero para mí que su falda era demasiado corta.
-Esos chicos son nuestros- Dijo Ashley moviéndose frenéticamente como queriendo proteger algo con mucho valor.
-No veo que lleven vuestros nombres escritos- Le respondí descaradamente.
-Vámonos Ashley, no hemos de perder tiempo con estas dos pringadas, nosotras somos mejores que ellas, ni siquiera son competencia para nosotras.
-Tienes razón, Steve y León son y serán nuestros- Añadió Ashley. Las dos se fueron y yo estaba con los puños apretados y muy enfadada.
-Cálmate Claire- Me dijo Helena tratando de calmarme.
-Esas dos… son insoportables-Yo odiaba a las personas como esas dos ricachonas.
– Ya, no les hagas caso.
Tienes razón, gracias- Le sonreí, le pasé el brazo por encima de su hombro y nos fuimos a nuestra segunda clase.
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Las clases terminaron y Helena y yo salimos del instituto, me fijé y vi que Steve, León y tres chicos más caminaban en la misma dirección que nuestras casas.
-Helena ¡mira!- Le señale a los chicos, ella miró atentamente, teníamos mucha suerte de que se dirigían a nuestra misma calle.
- Vaya creo que deben vivir cerca nuestro- Dijo ella emocionada. Entonces dos chicos del grupo se fueron por una calle. Steve, León y el otro chico seguían caminando en la misma dirección que nosotras pero en diferente acera.
Nosotras llegamos en nuestra calle y vimos que los chicos vivían un par de calles más allá de la nuestra, Helena y yo nos despedimos y entré en mi casa y ella en la suya.
-Adiós, nos vemos mañana- Me dijo Helena dándome un fuerte abrazo.
-Adiós loca.- Le devolví el abrazo y nos fuimos a nuestras respectivas casas.
Eché la llave en la cerradura, finalmente después de un día agotador llego a casa. Al entrar me encontré con mi hermano Chris jugando a la playstation, supongo que otra de sus habituales partidas online con sus amigos.
-Hola Chris ¿dónde está mamá?- Supongo que mamá aún estaría trabajando en el hospital. Chris pausó el juego de la playstation.
– Hoy ha doblado turno de noche en el hospital, llegará a las once, la tía nos ha preparado la cena ¿una partida?- me dijo como si nada. Le dije que no con la cabeza y me senté a ver como jugaba.
-¿Qué tal te ha ido el primer día de instituto hermanita?- Me preguntó con curiosidad, yo sin quitar ojo de la pantalla de la televisión le conté los profesores que tenía.
– Bien, mi tutor se llama señor Downing, ¿lo conoces?
-Sí, él me hizo de profesor de historia en segundo- Yo solo asentí la cabeza mientras miraba como avanzaba al siguiente nivel del juego.
–Me voy a ducharme, después podríamos cenar, ¿Qué te parece?- Le propuse mientras me levanté del sofá y guardé mi mochila en el armario de la entrada.
-Bien, nos vemos- Entré en mi habitación y me duché, después baje y estuve hablando con Chris sobre sus experiencias en el instituto. Eran las diez y media y yo me fui a dormir, Chris esperaría a mamá.
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La marcha militar de mi despertador me despertó, eran las siete de la mañana, rápidamente me vestí con unos tejanos, deportivas y mi camiseta de la marca BOY favorita. Bajé las escaleras y me encontré con Chris preparando el desayuno.
-Hola Chris ¿mamá aún está durmiendo?- Ayudé a Chris con el desayuno, era un poco patoso en la cocina. De hecho, a todos los Redfields se nos daba mal la cocina.
- Sí, ayer volvió a las 12, una hora más de lo previsto, me quedé dormido en el sofá y ella me despertó, aún está durmiendo. No hagamos mucho ruido mejor.- Me dijo bajando el tono de voz.
- A vale. Démonos prisa o llegaremos tarde, he quedado con Helena en la esquina en menos de 5 minutos- Me terminé el desayuno y guardé mis cereales en la despensa.
- Tranquila hermanita ¡Te ves estresada! ¿Estás nerviosa?- Dijo Chris burlándose.
– Sí- le contesté mientras cogía mi chaqueta y él recogía la mesa.
Los dos salimos por la puerta y nos despedimos, era tradición cada uno ir con su grupito de amigos por separado. Me encontré a Helena sentada en el banco de la esquina, ella estaba chateando con alguien por el móvil. Me fijé que sonreía de oreja a oreja, algo bueno le debe haber pasado…
-Ho…l- Dije con la intención de saludar pero ella se asustó, después se levantó del banco y me miro sonriendo aún más.
- ¡Tengo su número!- Me dijo gritando y saltando como una loca.
- Tranquila colega ¿El número de quien? Espera déjame adivinar… ¿El numero de León?- Mi intuición decía que no me equivocaba.
-Sí- Era predecible, lo que no sabía era como lo había conseguido.
- ¿Cómo lo conseguiste?
– Ayer a las nueve después de cenar, me fui a dar un paseo, me discutí con mi padre porque él quiere que sea médico y yo paso, gracias. Salí a la calle iba con auriculares despistada y me topé con León. – Contó muy emocionada y con ese brillo especial en los ojos que solo aparece cuando está feliz.
–¿Y que mas pasó?-
- Él se puso a pasear conmigo, hicimos buenas migas y nos dimos el número de teléfono ¡¿acaso no es fantástico?!- Me dijo muy contenta.
- Si.- Miré mi reloj, eran menos cinco.- ¿y sabes que más sería fantástico? Que no llegáramos tarde.-
- Faltan cuatro minutos para las ocho ¡corre!- Dijo nerviosamente Helena. Las dos nos pusimos a correr y llegamos a las ocho en punto al instituto, nuestro profesor de lengua extranjera aún no había llegado y los alumnos estaban o sentados en el banco o en sus taquillas sacando libros mientras esperaban.
-¡Uf hemos llegado bien! Me voy a mi taquilla ¿vienes?- Le pregunté a Helena.
-No, no quiero molestar- Me respondió guiñándome un ojo.
- ¿Molestar?- Me giré hacia a mi taquilla y vi a Steve allí con sus libros. -¡Oh! Para eso lo decías nos vemos en clase- le dije amistosamente mientras reía.
- ¡Y yo también voy a hablar con León, adiós!- Helena se despidió y se fue a su taquilla. Unos instantes más tarde me dirigí a la mía.
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En las taquillas:
-¡Hola Steve! - Le saludé.
-¡Hey vecina!- Steve bostezo, él me hizo bostezar a mi también.
- Me has hecho bostezar, dicen que a las personas que les pasa es que les une una fuerza "especial"- Dije la última palabra en énfasis y haciendo comillas con los dedos.
-¿Será que el universo nos ha conectado?- Me dijo divertidamente.
¡DING DANG DOOOOUUUNG!
Sonó el timbre de clase que parecía estropeado. Causa de alguna gamberrada de los cursos superiores seguramente.
-¿Qué le ha pasado al timbre? Suena estropeado- Le pregunté. Seguramente él sabría porque.
-¿No lo has oído?- Negué con la cabeza y él siguió explicando – El hermano mayor de Excella y el hermano de Ashley se colaron y hicieron "eso" al timbre, son la pandilla de gamberros que siempre se meten en líos, sus hermanas pijas y ellos idiotas, no se parecen en nada…
Él terminó su explicación. Nos dimos cuenta que en el pasillo no había nadie, todos estaban en clase. Entonces nos miramos nerviosamente, un profesor venía pero no nos había visto. Steve me cogió del brazo y me encerró en su taquilla con él, quería hablar pero me tapó la boca. Cuando pasó el profesor, me dejó hablar.
- ¿Qué haces, te has vuelto loco?- Le dije enfadada, por supuesto no había notado antes la presencia del profesor que se acercaba y por eso no comprendía porque nos encerramos en su taquilla.
- Shht, no grites que volverá el profesor y nos caerá una buena.
- ¿Qué profesor?- Le pregunté extrañada.
- En el pasillo estaba viniendo un profesor y creo que no nos ha vis… - Fue interrumpido por que la puerta de la taquilla se abrió de golpe y había un profesor con gafas de sol, rubio y muy enfadado.
-¡Oh! Ese profesor- Los dos nos pusimos a reír ignorando el profesor.
- ¡Vosotros a la sala de castigados hasta que terminen las clases AHORA! ¿¡ENTENDIDO?!- Nos dijo gritando muy enfadado. Nos paramos de reír y él nos llevó a la sala de castigados.
Toda la sala estaba vacía excepto por una chica gótica sentada en el final de la clase detrás, yo y Steve nos sentamos en dos mesas que estaban juntas y nos dejaron a los tres allí encerrados. La chica vestida de negro estaba escuchando música y ni se había enterado de nada, supongo que yo y Steve podríamos hablar sin interrupciones.
-¡Caray! No hacía falta gritar de esa manera, nos tenía a 30 centímetros, creo que me pita un oído- Me dijo bromeando.
-Bueno, si nos hubiésemos quedado dentro de la taquilla estaríamos encerrados y no quiero ni pensar que nos pudiera haber pasado- Dijo él riendo.
-Seguramente tú acabarías sudando y yo estaría hecha un bocata humano.
- Esa ha sido buena, hace mucho calor, ¿no?- Me preguntó él.
- Si, un poco ¿Cuánto tiempo tendremos que estar en esta "sauna de castigados"?- Él miró a su reloj y me respondió.
- Unos 20 minutos, no mucho- Dijo Steve.
-¡UFF! hemos salido de la barbacoa para caer en las brasas.
- Ni que lo digas, y dime vivimos cerca ¿no? Ayer te vi caminando con tu amiga, como se llama ¿Helen?- me preguntó interesado.
-Helena en realidad. Yo también te vi con León, vivís un par de calles más que nosotras ¿no?
- Solo una calle, podemos ir juntos a casa. Creo que León ya se ha conocido con Helena, pero tengo dos amigos a los que te quiero presentar, Jake y Carlos- me dijo.
-Ya me los presentarás ¿De qué los conoces?
- Jugábamos juntos al equipo de futbol- Me dijo tristemente.
- ¿Jugabais? Creí que aún jugabas, el otro día llevabas la chaqueta del equipo.
- Esa chaqueta es mi favorita, me rompí la rodilla y los médicos me dijeron que debía dejar el futbol. Aunque en algunos partidos voy a jugar solo la primera parte.– Me contestó con cierta melancolía en los ojos. Me sentí muy mal por él, no poder hacer una cosa que te gusta porque tu cuerpo no te lo permite debe ser fatal.
Le puse una mano al hombro y le dije – Lo siento, si lo hubiese sabido no habr…- Me interrumpió.
-No hace falta que te disculpes, ya lo tengo superado.- Me dijo con una sonrisa y una chispa especial en esos bonitos ojos.
¡DING DANG DOOOOOOOOUUUUNG!
Nos reímos ruidosamente, el timbre cada vez que sonaba era más divertido.
- Hemos de ir a la puerta del instituto a ver si nos encontramos con Helena y León para ir juntos a casa.- Le dije. Él asintió con la cabeza y me cogió de la mano.
-Bien, vamos- Me levanté con cierto rubor en las mejillas debido que me tenia cogida de la mano. Nos fuimos por los pasillos, cogimos las mochilas de nuestras taquillas y fuimos a la puerta, allí me encontré a Helena.
-¡Chica! ¿Dónde estabas? ¡Estaba muy preocupada!- Me dijo alterada.
- Nos pillaron a mí y a Steve en el pasillo fuera de horario de clases, nos despistamos hablando- Le conté.
- Nos encerramos en mi taquilla pero nos pillaron- Continuó contando Steve.
-¡Vaya! Steve, León ha ido a buscarte, vamos a alcanzarle.- Dijo Helena.
-¡Claro!- dijo él. Nos fuimos a buscar a León. Nos lo encontremos fuera del instituto mirando arriba y abajo buscando a Steve.
-¡Tronco! ¿Dónde estabas? Mira te presento a Helena, me ha ayudado a buscarte a ti y también a su amiga, tú debes ser Claire ¿no?- Preguntó León.
- Ya las conozco, ella es Claire, Claire este es León.-Steve nos presentó.
- Steve me ha hablado mucho de ti.-Le respondí.
-Espero que te haya contado cosas buenas. A mí también me ha hablado de ti- me dijo con picardía y riendo, Steve se quedo como diciendo con la cara: ¿tío que estás haciendo? y yo me quede sorprendida.
-¿Ah, sí?- Preguntamos yo y Steve a la vez y no pusimos a reír.
-Sí, Steve me dijo que erais algo como… vecinos de taquillas o algo así…- Dijo haciéndose el despistado.
-Sí, tenemos las taquillas de lado a lado- Dijo Steve intentado desviar el tema.
Desde los 10 años siempre llevaba reloj y tenía la costumbre de mirar la hora, entonces miré y era muy tarde. ¡Oh dios mío! Estaba llegando muy tarde para comer.
-Chicos, hace media hora que han acabado las clases- Dije fingiendo tranquilidad y con risa nerviosa.
- ¡¿Qué?!- Dijo Helena gritando y con expresión como si le fuera a dar un ataque cardíaco. No la culpo, ella se lleva mal con su padre y a la mínima la castigan, pero ella tampoco es la hija perfecta… Pero es mi mejor amiga desde pequeña y la quiero tal y como es. Su hermana Deborah también se mete siempre en líos… ¡En eso se parecen mucho!
-¡Demonios, démonos prisa, mis padres me matarán!- Dijo León.
Los cuatro corrimos hacía nuestras casas que estaban relativamente cerca, por la calle no había ningún chico ni chica del instituto. Todos debían haber llegado a casa, incluso Chris.
¡RING RING!
-¡Móvil!- Gritó Helena mientras corríamos. Miré a mi mochila mientras corría y era Chris que me llamaba, debía estar preocupado, me quedaban 2 manzanas hasta llegar a casa aún. Cogí el móvil y respondí.
-¡Claire! ¿Donde estas? ¡Estoy preocupado!- Me gritó Chris desde el auricular del teléfono.
-Estoy llegando a casa, me he entretenido hablando con mis nuevos amigos y Helena, llego de aquí en…bufff… cinco minutos… Adiós… buff- Estaba realmente cansada, correr y hablar al mismo tiempo era muy agotador.
-¡Vale Claire, nos vemos!- Chris colgó el teléfono y yo lo guardé de nuevo en mí mochila. Quedaba el paseo central para atravesar para llegar a nuestras casas. Atravesamos a toda prisa y por fin llegamos a nuestra calle.
- Bueno chicos, Claire y yo siempre quedamos 10 minutos antes en esta esquina ¿Quedamos todos aquí mañana?- Preguntó Helena.
- ¡Claro!- Steve y León respondieron a la vez
- ¡Adiós!- Gritaron desde lejos, aún tenían que llegar a sus casas.
- ¿Cuando terminé de comer te envió un mensaje, vale? Te contare todo lo del castigo con Steve- le dije a Helena.
- Claro, me muero de ganas de saberlo, me voy que sino mi padre me castiga sin móvil. ¡Adiós!- Nos dimos un abrazo y yo entré en casa.
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En casa:
Chris estaba dando tumbos alrededor de la mesa y mamá se había ido a trabajar. Desde luego nuestra madre era una trabajadora nata. Entré en casa y vi a Chris.
-Claire, menos mal que estas bien, suerte que mamá ha tenido que ir a trabajar, no le diré nada de tu retraso, te lo debo dos veces más después de que unas noches me fui de casa y tú me cubriste.- Ese era el espíritu de hermano que me gustaba, a veces era demasiado sobre protector.
- Gracias Chris, últimamente mamá no para de trabajar- Dije mientras nos sentamos a mesa y comíamos.
- Ten en cuenta que el hospital que trabaja mamá es el más grande que hay en toda el área y además ella es la jefa de la planta de traumatología.
- Si, tienes razón- Terminamos la comida y me fui a mi habitación.
Las horas iban pasando, yo estaba escuchando música y hablando con Helena por el móvil como le había prometido le conté lo que nos paso a Steve y a mí y ahora ella me contaba su "emocionante" charla con León durante clase de dibujo. Chris se había ido hace tres cuartos de hora a jugar un partido de baloncesto con su grupo y mamá llegaría dentro de dos horas.
¡DING DONG!
Alguien llamaba al timbre, no debería ser Chris ni mamá porque tienen llaves, Helena tampoco porque estoy chateando con ella y me ha contado que su padre la había castigado sin quedar por la tarde. Me levanté de mi escritorio, bajé las escaleras y abrí la puerta. Me sorprendí alegremente, en la puerta estaba Steve.
-Hola vecina- Dijo Steve muy divertido. Me estaba imaginando mi cara boba de sorprendida, así que cambie de expresión y sonreí. Me encanta cuando me dice vecina.
-Steve - Dije fingiendo que no existía un rubor en mis mejillas que iba aumentando en mis mofletes. – ¿Qué haces aquí a las siete media de la noche?- Le pregunté disimulando que cada vez que lo veía se me aceleraba el corazón.
-¿Hace falta una razón para venir a visitar a mi vecina?- Otra vez, esa sonrisa pícara dibujada en su cara y yo con una sonrisa boba que no me la quitan ni con pinzas. Mañana tendría agujetas si no dejaba de sonreír de esa manera.
-Claro que no ¿quieres pasar?- Le dije tratando de ser educada y no dejarlo toda la noche afuera esperando.
- Pensaba que nunca lo dirías- Y por tercera vez la sonrisa pícara ladeada.
- ¿Y porque no?- Él entró y nos sentamos los dos en el sofá, menos mal que Chris recogió la casa antes de marcharse, si no la casa parecería un basurero con trastos y bolsas de patatas por toda la vivienda. Cuando mama no estaba Chris se sentaba al sofá y cogía una bolsa de patatas, como no yo a veces lo acompañaba. Mamá últimamente con el trabajo no tenía tiempo para recoger.
-Te me quedaste mirando mucho rato ¿tengo algo raro en la cara?- ¿Estaba jugando conmigo acaso? No, imposible… Pero la sonrisa pícara me lo confirmaba, debía mantenerme firme.
-Te he mirado el mismo tiempo que tú te me quedaste mirando, vecino- Si él quería jugar, entonces juguemos. – Pero este no es el tema- Continué intentando disuadir nuestro pequeño jueguecito de coqueteo.- ¿Como sabías donde vivo?
- Cuando nos hemos ido, he mirado atrás y te he visto entrar en esta casa- ¿Mirado atrás? Si no recuerdo mal, Chris me contó que cuando alguien se giraba y miraba atrás era que estaba enamorado de ti. Era una de mis razones por las que yo NUNCA miro hacia atrás porque si Steve sabe el significado del gesto y descubre que yo estoy enamorada de él, sería terrible. Pero creo que los dos sabemos que sentimos algo el uno por el otro.
-Oh- Fue todo lo que salió de mis labios ¿realmente sentía lo mismo por mi? Entonces fue cuando me di cuenta que nos estábamos mirando fijamente en los ojos.
- ¿Ahora yo tengo algo en la cara?- Le pregunté divertida, ya volvía nuestro jueguecito, me encanta decir lo que las personas me dicen a mí y intercambiar nuestras antiguas situaciones.
- No, tu cara está perfecta, como siempre- ¿Perfecta? Ahora sí que no pude ocultar mi rubor en las mejillas, seguro que estaba roja como un tomate.
-¿Entonces qué mirabas?- Dije.
Lentamente él se acercó a mí… Estábamos tan cerca, nos estamos a punto de besar , cerré los ojos y justo cuando nuestros labios tuvieron un ligero roce, escuché la puerta que se abría y cerraba. Abrí los ojos y miré hacía la entrada. Steve se me quedó mirando y le dije con señas que se escondiera detrás del sofá, así lo hizo.
- ¿Claire?- Esa voz era de Chris, era verdad, se había ido hacía rato.
- Hola Chris ¿ya has vuelto de tu partidito de básquet?
-Sí, y me voy corriendo a darme una ducha antes de que llegué mamá del trabajo. Pon la mesa mientras.- Chris me dijo mientras colgó su chaqueta y vino a la sala de estar.
- Vale, date prisa. – Chris subió las escaleras y oí como el grifo de la ducha se abrió dejando el agua caer. Entonces fue cuando Steve salió de su escondite debajo de la mesa.
-Uff… Por los pelos- Steve antes estaba en el sofá ¿Cómo había llegado a la mesa?
- ¿Cómo has llegado a la mesa?- Dije para normalizar la situación haciendo que el momento después del intento del beso no fuera tan tenso e incomodo.
- Si me hubiera quedado detrás del sofá, tu hermano me hubiera visto, así que cuando colgaba la chaqueta, me he escondí debajo la mesa. Sera mejor que me vaya antes que tu hermano acabe su ducha- Me beso en la punta de la nariz, abrió la puerta y antes de salir dijo – Adiós vecina- Que mono. No puedo esperar a contarle a Helena.
- Adiós- dudo que él me pudiera oír pero lo necesitaba decir. Me quedé en el salón sola, muy confundida por los hechos de Steve.
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Hasta aquí el primer capítulo de Raccoon City High School, bastante largo, pero solo era para ayudar a entender a los lectores el ambiente y los personajes. La historia no termina aquí con el romance de Steve y Claire y Helena con León, no amigos, no, la historia se liará mucho….
Por favor, no quiero ser pesada pero es muy importante para mí que opinéis, al menos para saber si debo continuar con la historia. Actualizaré pronto aunque esté en época de exámenes, siempre me las apaño.
Espero vuestras opiniones ¡Besos!
Nos leemos.
Frozenheart7
