CAPITULO I:

"En este mundo existen muchos tipos de personas que viven una vida normal, nacen, crecen, se casan o mueren, pero esta historia no tiene nada que ver con eso". Mucho de los humanos se asustan de saber que existen otras clases de personas ya que, no comprenden lo que sea diferente a ellos, existe una ley o más bien un contrato entre el cielo y el infierno:

"Cada vez que un humano nace, un demonio también, algunos de estos humanos y demonios que nacen al mismo tiempo están destinados a encontrarse y juntarse, esto se debe a que poseen un lazo de nacimiento, los humanos que no logran conectarse con su demonio viven una vida normal".

Este acuerdo ha existido desde siempre y es una forma de mantener un equilibrio, los humanos no saben nada de esto porque, simple y sencillamente podría alterarlos. Esta historia habla de una de esas uniones entre humano-demonio, de hecho la unión más fuerte que ha existido, esta unión incluye sufrimiento, pasión, deseo, ira, separación y reencuentro, así que pónganse cómodos y empecemos.

"aléjate del amor, ese niño es un demonio"

"no te acerques a él, ese niño esta maldito"

"no lo toques!, podría matarte"

"niño demonio!, niño demonio! Hahahaha"

Esas son varias de las cosas que la gente ha dicho de mí, de hecho desde que recuerdo, para la gente no he sido más que "el niño demonio". Mi nombre es Saga Masamune, vivo en el área de Tokio, tengo 14 años y soy estudiante de secundaria, sí, soy un demonio, mis padres me explicaron eso desde el principio, desde que tengo 6 años de hecho, me explicaron que mi vida sería muy difícil ya que, los demonios no son muy bien recibidos en este maldito planeta, pero que debía ser fuerte y aguantar, no puedo dejar de estudiar, aunque sea un demonio tengo que recibir educación, aunque la odie, en mi familia es raro que te declaren demonio, ya que, los humanos no deberían de saber que somos demonios, pero mi padre me explico que eso se debía a un problema que tuvo hace siglos y que por eso la gente sabe que mi familia es demonio, o por lo menos creen que estamos malditos. Mis padres son abogados, dentro de lo que se cabe decir como "trabajadores", la sociedad no los rechaza por ser demonios, no pueden, ser un demonio no tiene nada que ver con hacer bien tu trabajo y al parecer mis padres son buenos en eso, nadie puede echarlos por ser demonios, pero no dejan de juzgarlos por eso.

Me encuentro en cuarto año de secundaria, desde pequeño he recibido insultos, al principio hirientes, pero después con el paso del tiempo llegue a darme cuenta que no me importan, no tengo amigos, nunca los tuve, no conozco el amor, la felicidad, ni la amistad, los odio, de hecho los odio a todos, nunca podre simpatizar con nadie en este estúpido planeta y espero que todos se mueran y lleguen al infierno pronto.

Era un día común y corriente, mi primera clase era matemáticas y como siempre llegue puntual a no hacer nada, simplemente leer, porque era lo único que me apasionaba, convertirme en editor de grandes historias es mi sueño, deseo ser editor de manga cuando crezca. Mientras transcurría el tiempo mis estúpidos compañeros llegaban, y como era de esperarse, se sentaban lo más lejos posible de mí, cuando el profesor entro en el salón se dirigió primero a mí.

-sería posible que dejara de leer en mi clase alumno Masamune-

Era lo típico, también los profesores me odiaban por lo que era, había miles de personas hablando por celular o masajeándose, pero no importa, siempre seré el primero en ser odiado, ya estoy acostumbrado.

-señor, debería de quitarle el libro al niño demonio-

-de hecho es muy buena idea, Masamune, entrégame ese libro, así tal vez aprendas a dejar de leer en clase-

Estúpido, idiota, imbécil, malditos sean todos los humanos que nacieron para estorbar la vida de los demás

-apúrese Masamune, mi paciencia se acaba-

Me levante, obviamente no tenía otra opción, buscar problemas no es una buena idea, así que le entregue mi libro

-awww el niño demonio va a llorar, tal vez nos denuncie con sus padres-

-hahahahhahaha-

-ok, ya basta, la clase no se llama "busquemos insultos para Masamune" la clase es matemáticas así que concentrémonos en eso, Masamune siéntese que tengo que hacer un anuncio importante. En este nuevo curso se nos une un estudiante nuevo que fue transferido, por favor entra-

De repente la puerta del aula se abre y un chico entro en el salón

-por favor preséntate con el resto de la clase y escribe tu nombre en la pizarra-

Ese niño se volteo y empezó a escribir su nombre en la pizarra, no sé por qué, pero ese niño era distinto, no dejaba de ser humano pero, era diferente, no sé cómo explicarlo, solo sé que me sorprende su presencia y que me produce ….. Intriga?, interés?... no podía explicar ese sentimiento, ese niño tenía algo que me molestaba y me parecía bueno a la misma vez, pero que demonios estoy diciendo?, es un maldito humano, solo un humano más que molestara mi vida y se burlara de mí, mejor lo olvido no quiero involucrarme con nada de los humanos, ellos solo merecen mi odio. Ese niño dejo de escribir su nombre en la pizarra para poder presentarse.

-buenos días, mi nombre es Onodera Ritsu, tengo 14 años y es un gusto de conocerlos, gracias =)-

-wow, pero mira qué lindo que es, oigan el será mi próximo novio-

Ese comentario me enojo ligeramente, esas estúpidas no saben nada más que buscarse un novio o alguien que las acompañe todo el tiempo. De hecho no debería de molestarme por nada, si quieren quedarse con el que se lo queden, con tal de que dejen de hablar y reírse.

-muy bien alumno Ritsu siéntese donde le plazca-

Muchas de las personas levantaban la mano para decir "aquí, siéntate aquí", en especial las mujeres.

-ehmmm, jajaja, no sé en donde, ehmmm quiero sentarme junto a el- señalo

Era yo, la persona que señalo era yo.

-no se lo recomiendo alumno Ritsu-

-por qué?-

-ese alumno no es muy buena influencia que digamos-

-a mí no me importa, pero gracias por el consejo-

De repente se acercó a mí

-puedo sentarme?-