La crónica de cómo Rin (no) huyo de Sesshomaru

Los personajes y la serie de Inuyasha no me pertenecen (yo habría matado a Kykyo a palos de ser así), este escrito esta hecho solo para diversión, y conocen el resto.

NOTA IMPORTANTE: Este fanfic está escrito bajo la lógica de todos esas historias conde Rin es llevada a vivir al castillo de Sesshomaru y por alguna razón debe escapar. Y como es un homenaje general, disculpen si no escribo los detalles, solo disfruten la persecución.

Rin Huye

No lo soportaba mas, sus sueños, sus ilusiones, todo se había esfumado por… por eso.

Tenía que escapar, tenía que alejarse de lo que le causaba tanto dolor, no era un capricho o deseo vació típico de su edad, era una necesidad.

Corrió hasta que llego con Ah-Un, quienes la miraron con sorpresa, tal vez por su rostro pálido, o por su incapacidad de respirar tranquila después de esa carrera, o por que estaba toda empapada ya que obviamente estaba lloviendo copiosamente. Pero eso ultimo no importaba en realidad, pues debía ser rápida, o seria descubierta. Así que subió al lomo del dragón, sin preocuparse siquiera de la montura o riendas, lo único en que pensaba es que debía escapar.

Le imploro a ambas cabezas que la sacaran de allí, y el Yokai salio de su resguardo y emprendió el vuelo bajo la tormenta.

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La lluvia le impedía ver de manera clara, ademas de que el frió la mantenía entumida y temblando al mismo tiempo, empezaba a dolerle la espalda, y sintió que sus pies y manos dejarían de funcionar en algún momento.

Puede que no fuese lo más sensato huir únicamente con la poca ropa que llevaba puesta. "no, es mejor así" se dijo en su mente. Empacar o siquiera tomar algo para abrigarse, le habría quitado un tiempo que no tenia. Aunque siendo sinceros, en el momento no pensó en nada, solo corrió a su libertad, sin considerar las posibilidades y las consecuencias de su acto de rebeldía contra él.

Justo ahora se preguntaba el ¿cómo sobreviviría mientras escapaba?, ¿donde o como se ocultaría del Lord Sesshomaru?, ¿por cuánto tiempo tendría que huir, esconderse?, ¿qué pasaría si la atrapaba? Ni siquiera sabía hacia donde estaban volando.

"En algunas situaciones es mejor no tener un plan" le recordó su mente, las palabras de Shippo. "Si eres como Naraku, es fácil tener planes, muchos planes para cualquier cuestión, y todos son muy buenos" le comento el zorro mientras preparaba sus instrumentos para ir a dar un nuevo examen como Kitsune, "si por alguna razón algo falla, inmediatamente a sus mente llegan más planes… pero yo prefiero el método de Inuyasha, dejarme llevar por la corriente y tomar las oportunidades cuando se presentan…" en ese instante las palabras del joven zorro le perecieron muy fascinantes a Rin, sobre todo cuando remato con un comentario sarcástico sobre como esa manera de ser actuar tampoco era perfecta, sobre todo si uno era tan torpe que era el híbrido.

La joven dejo caer su frente sobre el cuello de Un, considerando si debia regresar a la aldea… "no sería muy obvio, o tal vez por eso no la busque en ese lugar, pero me seguirá por mi aroma… aunque estoy toda mojada"

Un bufido de Ah la saco de sus pensamientos, habían salido de la nube de tormenta. -llévame a la primera aldea que encontremos- le pidió al dragón… y este descendió un poco para poder buscar una población humana y un lugar donde bajar.

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No había sido fácil hacerse con otra ropa, no solo porque la ropa la había robado de una casa que encontró vacía, sino también por entre más tiempo pasara en ese lugar mas fácil seria para Sesshomaru-sama encontrarle. Termino de abarrar el obi con las manos aun temblando de frió. Ahora se veía como una campesina más, así que despidió al dragón y le pidió que fuera a la aldea donde vivía Ahome-san e Inuyasha, ante la duda de una de las cabezas les prometió que ella iría hacia allá a pie.

Una vez que la bestia se alejo en los aires, ella tomo rumbo hacia el lado opuesto, adentrándose en el bosque. Esto no era muy seguro, no solo por los onis que vivían en los alrededores de las aldeas, sino también por las personas y los bandidos que podrían intentar secuestrarla, o peor, al verla viajar sola. Pero no había salía, ni paso atrás; viajaría, se escondería, cambiaría su dirección y miraría sobre el hombro tanto como fuese necesario.

Continuara...