Los personajes manipulados son propiedad absoluta de James Dashner.
*Este oneshot participa del fandom de Maze Runner en el Reto de Apertura: "One True Pairing" del foro La Revolución de los Fandoms.
N/a: Lo escribí no en base, sino escuchando Fair game, de Sia. Capaz la canción no tiene nada que ver, pero igual... Escúchenla y sufran conmigo.
Lo supimos desde la primera que nos vimos. Lo supimos incluso antes de nuestro primer beso.
El mundo no nos quiere, ni tampoco lo hizo entonces.
¿Te acordás lo sudoroso que desperté esa noche? Viniste asustado a ver qué me pasaba, e inmediatamente me tranquilicé.
Tus ojos expresivos. El cómo apenas plegabas tus labios al hablar. Las sonrisas que me lanzabas para que supiera que estaba a salvo, que todo pasaría.
Recuerdo que me abrazaste con el fin de reconfortarme. Y lo lograste.
—Fue solo un sueño, Tommy —susurraste en mi cuello. —No exageres —Y entonces me besaste. Dormí en tus brazos aquella noche tan tranquila.
Pero como dije antes: nosotros lo sabíamos, lo supimos desde el principio. Yo todavía lo sé y tengo en cuenta. A veces me pregunto si vos también…
Mis pesadillas no eran más que certeras predicciones, pero no hacías más que negarlo, y yo no hacía más que callarlo.
El guardarme tantas cosas carcomía con saña mis neuronas, al igual que el virus lo hacía con las tuyas.
Lo supimos el día en que nos dieron la noticia. Yo te miré sin saber qué decirte, pero me dijiste algo como "no te preocupes" y no volvimos a hablar de ello.
Me prohibiste lamentarme, me insististe que sea fuerte y un buen líder. Ambos sabíamos que no era más que un niño asustado en busca de respuestas.
Eran 04:13 cuando sentí la cama hundirse a mi lado. Me removí, algo incómodo. Volteé hacia la depresión, encontrándome con tu rostro constipado y decorado de una desesperación casi tangible. La incertidumbre te podía tanto como a mí y, en parte, me alegró. Por un momento pensé que estaba perdiéndote.
Nunca te había visto así, por lo que me corrí y te hice un espacio. Inmediatamente, tembloroso, llevaste tus manos al rostro. En ese entonces no, pero ahora sé por qué lo hiciste. No querías que te viera, no querías que me quedara esa visión de tu persona. Vos querías que te recordara feliz, animado como siempre. Y así lo hago, querido.
—Tommy… —Hablaste tan bajo, que mi nombre fue pura deducción en tus labios. —No-no puedo… —Negaste efusivamente, a punto de explotar. Quise llorar, pero me hice el fuerte. Hiciste una especie de ruidos inconscientes, como tics, que me asustaron. Intenté ignorarlos; había cosas más importantes que el miedo en esos momentos. —Ya no puedo controlarme… —Soltaste, por fin mirándome a los ojos.
Sé que pensaste que eras un monstro, y que lo único que hacías era causar caos y destrucción. Por eso te abracé tan fuerte como pude, casi fundiendo tu cuerpo con el mío. Quería que te quedaras, pero ambos sabíamos que no podía ser posible. Nuestros estruendosos sollozos rompieron con el sepulcral silencio en el Berg. Por un momento pensé que nos escucharían, pero no me importó. Ahora creo que simplemente querían dejarnos tener nuestro momento, nuestro último momento.
Muy lentamente, tus lágrimas cesaron. Nos recostamos luego de horas abrazados. Uno frente al otro. Y entonces posaste un casto beso sobre mis secos labios y dijiste que me amabas. Yo sonreí y no pude evitar soltar una lágrima silenciosa.
—También te amo, Newt.
Esa vez fuiste vos quien se durmió en mis brazos.
