Resumen, Después de estar a punto de perder a Leonardo por segunda vez, su familia no está dispuesta ponerlo en peligro de nuevo, aunque para eso tenga que usar medidas drásticas…
Todo había sucedido tan rápido, el Kraang había invadido Nueva York y Splinter no tuvo otra opción que separase de sus queridos hijos para que estos pudieran escapar a salvo, cuando al fin pudo seguir su rastro se encontró con pistas alarmantes, en el camino a la ciudad había varios Robots Kraang destruidos, pero, con una marca en común, todos había sido destruidos por las ninjatō de su hijo Leonardo, lo cual le preocupo aún más , su hijo se encontraba solo.
Con rapidez, salió a la superficie siguiendo el menor rastro que pudiera encontrar sobre su primogénito, robots Kraang que después fueron remplazados por Foot Bots, logrando perturbarlo aún más, cuando llego al fin del camino, solo encontró una de las ninjatō de su hijo clavada en uno de los robots, se acercó lentamente y la tomo -¿Qué había sucedió?- se preguntó preocupado, sin embargo sus dudas fueron respondidas casi de inmediato, ya que entre las sombras salió Oruko Saki.
Con seriedad ocultando su furia pregunto – ¿Dónde está mi hijo?- siendo respondido por una risa sínica –Lo tome al igual que tu hija hace tantos años- Splinter no supo muy bien que paso después, una furia indescriptible nublo su juicio, lo único que quería ahora era descargar toda esa furia en el hombre frente a él.
Sin embargo, no supo bien que paso, cuando su conciencia volvió, se encontraba herido y el resto de sus hijos alrededor hablándole – ¡Sensei!- no dejaban de repetir preocupados.
-Debemos irnos ya, ayúdame a cargarlo- dijo Donatello y con ayuda de Raphael levantaron a su maestro llevándolo lentamente a la salida de aquel oscuro lugar, donde habían presenciado su pelea con Shredder. Una vez fuera subieron a la Vagoneta del padre de Abril y Casey arrancó el auto, encaminándose a un destino incierto.
-¿Dónde?... ¿Dónde está Leonardo?- hablo lentamente Su maestro, los chicos lo miraron preocupado y lo ayudaron a levantarse para que así, pudiera ver a su hermano. El quelonio en cuestión estaba gravemente herido, cubierto con vendajes improvisados en su pecho y abdomen, Splinter sintió como su corazón se rompió al ver tan escena.
Ignorando completamente los comentarios de su hijo Donatello sobre no mover al chico de azul, Splinter lo tomo en sus brazos con cuidado para poder abrigarlo en ellos y comenzó a arrullarlo como si de un niño pequeño se tratase – Mi…Mi pequeño- susurraba con dolor el mutante, mientras se maldecía asi mismo por no haber llegado a tiempo.
El camino fue Largo y silencioso, sin otro lugar a donde dirigirse, Abril les sugirió ir a su antiguo hogar, una casa de campo fuera y alejada de la ciudad, siendo la única y mejor idea decidieron dirigirse ahí y con rapidez, ya que aquellos vendajes no ayudarían en nada a su hermano mayor, lo único que solucionaron y con escases fue que no terminara desangrado.
En un punto del camino Casey de detuvo en una gasolinera y le indico a los mutantes que no asomaran sus rostros por las ventanas, en caso de que alguien pasara cerca del auto y junto abril bajo al pequeño minisúper de 24 horas para comprar fármacos, vendas y lo que fueran a necesitar para los mutantes. Para su suerte ya estaban lo suficientemente lejos de la ciudad como para que los presentes en la tienda no supieran lo sucedido en Nueva York. Con rapidez tomaron lo esencial, pagaron y siguieron su camino, no pasadas 2 horas, al fin llegaron a su destino.
La casa de los O´Neil no era muy lujosa e incluso estaba en mal estado, pero era mejor que nada, Al llegar y detener el auto, los primeros en bajar fueron los adolescentes, Abril corrió a abrir la puerta de entrada y encender las luces, Al final salió Splinter cargando a su hijo aun inconsciente.
-Por aquí Sensei- lo lamo la pelirroja, para mostrarle el camino a las habitaciones, mostrándole la más cercana y abriendo la puerta, La rata acostó al quelonio con cuidado – ahora le traigo lo que compramos para Leo- dijo la chica, refiriéndose al material de curación, dejando a los mutantes solos en un silencio incómodo.
-Aquí esta- anuncio la chica entrando a la habitación con una bolsa llena de vendas, antibióticos y demás, en silencio Splinter agradeció y las tomo para posteriormente tratar las heridas más graves de su hijo. La más profunda era en su abdomen y la otra se enconaba en su pecho, cerca de la garganta, con delicadeza comenzó la curación, limpiando y desinfectando las heridas, aun estando el quelonio inconsciente, el chico temblaba al tacto, por lo que Splinter se apresuró para no causar más dolor a su hijo.
Una vez terminado su trabajo se levantó y acobijo a la tortuga – ¿Estará bien Sensei?- pregunto preocupado MiguelAngello, Splinter asintió – Lo estará ahora, debemos dejarlo descansar.- anuncio, para después indicarle a sus hijos que salieron de la habitación y fueran a descansar, pero estos se negaron ya que el también tenía heridas que tratarse- yo puedo esperar a mañana, ahora descansen- les ordeno y los chicos, sin otra opción salieron de la habitación, dejándolo dentro con Leonardo.
-Mi pobre niño – susurro la rata rosando el rostro del chico, nunca se perdonaría el no haber estado ahí cuando más lo necesitaba, pero de ahora en mas no sería así, no volvería a dejar que su hijo sufriera de esa manera, ni él ni ninguno de sus otros pequeños.
Esa noche, Splinter no durmió, velando en sueño de su hijo, hasta el amanecer, dando el inicio de una nuevo día.
Una semana había pasado desde el ataque combinado del Clan del Pie y el Kraang y los chicos poco a poco trataban de acostumbrase a la vida en el campo, MiguelAngello trataba de distraerse con cualquier cosa, pero al minuto se volvía a aburrir, Raphael pasaba el día entrenado en el jardín trasero del lugar, desde aquel día no había conversado ni peleado con nadie, Donatello se había encerrado en el granero para comenzar a construir un pequeño laboratorio con los pocos recursos que tenían, Abril y Casey se encargaban de traer suministros y trataban de hacer la casa un poco más habitable Y Splinter, él no se había separado de su hijo en ningún momento, en ese preciso instante se encontraba meditando, tratando de entrar en la mente de su hijo mayor, tratando de comunicarse con el aun que sea en el plano espiritual, pero no importaba que tanto lo intentaba, no lograba una conexión y peor aún, era como si la mente de su hijo no existiera por completo, estaba perdido, y eso lo preocupaba y entristecía mucho, pero no perdía la esperanza en que algún día despertaría de nuevo…
Los Días, se convirtieron en Meses, el invierno paso, dando paso a una lluviosa primavera, Todos menos Splinter se encontraban viendo aquel TV-SHOW que había descubierto Mikey "Crognard el Bárbaro" Los chicos no lo entendían, y hasta cierto punto se les hacía absurdo, pero para MiguelAngello era lo máximo, una vez que escuchaba que comienzo del show, no había manera de alejarlo de Tv.
Mientras los jóvenes veían aquel show, Splinter se encontraba como todas las noches, en la habitación de Leonardo velando por su despertar, aunque lo quisiera negar, cada día que pasaba su esperanza se apagaba cada vez más – Leonardo hijo – lo llamaba con voz suave – tienes que despertar…vamos- decía mientras tocaba su rostro, en espera de alguna respuesta o algún gesto, aun sabiendo que no tenía sentido , sin embargo esa noche, la vida…El destino quiso darle un regalo, y fue un pequeño gesto que hizo el quelonio al sentir el rose de la mano de su padre.
Splinter se sorprendió ante esto y volvió a llamarlo, esta vez en poco más fuerte e incluso con un poco de desesperación y emoción contenida, con la esperanza de que si aumentaba el estímulo, su hijo al fin despertaría, y así fue. Leonardo, lenta y pausadamente comenzó a mover su cabeza haciendo que estaba rosara con la mano de su padre de nuevo y después lentamente abrió sus ojos azules.
-Se... Sensei- trato de hablar el quelonio, pero Splinter lo detuvo y en un arranque lo envolvió en un fuerte y cálido abrazo, que torpemente Leonardo trato de corresponder – E-esto… ¿Es un sueño?- pregunto el quelonio, con un poco de temor una vez terminado el abrazo, pero su padre negó frenéticamente con la cabeza.- No mi niño, No es un sueño…- le rectifico calmando al muchacho…
Después de unos minutos, Leonardo pregunto a su padre acerca de sus hermanos y los demás, quería verlos, y aun que Splinter no lo quisiera, tuvo que salir de la habitación para poder cumplir la petición de su primogénito, Bajo lentamente las escaleras, para dirigirse a la sala, una vez que entro, vio a los jóvenes frente al televisor totalmente ajenos a la situación que se había vivido en el segundo piso.
Al sentir otra presencia en el lugar, los chicos voltearon y vieron a Splinter sorprendidos, ya que, desde que habían llegado, no bajaba de la habitación de Leo a menos de que fuera muy necesario, por lo que se cuestionaban que era lo que había pasado.
-Leonardo ha despertado, y quiere verlos- anuncio y volvió a subir las escaleras, los chicos no reaccionaron de inmediato ¿Qué ha dicho?, pensaron confundidos ¿acaso habían oído bien? ¿Su hermano al fin estaba de regreso? Sin más tiempo que perder corrieron despavoridos al segundo piso, para después entrar a la habitación de la tortuga en cuestión y verlo recostado en su cama con los ojos débilmente abiertos pero con una sonrisa sincera en su rostro.
-H-Hola chicos- los saludo con voz débil, pero en cuanto pronuncio dichas palabras se vio rodeado por toda su familia y siendo cuestionado por preguntas que con trabajos podía comprender ¿estás bien? ¿te duele algo? Y cosas por el estilo.
Al ver el escándalo que se estaba formando alrededor de su hijo aun débil, Splinter impuso orden tranquilizándolos y pidiéndoles que guardaran silencio.
-Lo sentimos Sensei- se disculparon los chicos- tratando de tranquilizar su emoción, para después con más tranquilidad hablar con su hermano.
El destino había sido muy generoso al regresarle a su hijo pero… la vida, como todo, cobra los favores, sin embargo, Splinter no estaba dispuesto a pagar dicha deuda…no dejaría que la vida volviera a lastimar a su hijo y mucho menos alejarlo de su lado, ya no más….
Fin del Prólogo.
Espero que les haya gustado, esto es solo el inicio, no planeo que el Fic sea muy largo pero, conforme vayan pasando los capítulos veré que tan larga será.
No olviden dejarme sus comentarios¡ que de verdad me inspiran mucho y me impulsan a seguir escribiendo J
Notas¡
Decidí que en esta versión Splinter no desapareciera después de la invasión, ya que será parte muy importante del Fic,
Este es un Fic muy Dramático y con angustia, lo siento si en alguno de los capitulos llego a ser muy extrema con esos temas, pero…así deberá de ser.
Acerca de mis demás Fics, los continuare al igual que este, así que no se preocupen, solo que se me ocurrió esta idea y no pude resistirme a escribirla.
¿Qué otra cosa? Creo que nada mas, si tiene alguna duda o algo asi, no duden en preguntarme.
Y finalmente GRACIAS POR LEER.
