Disclaimer: Esta es la traducción del fic con el mismo nombre, cuya trama, ideas y desarrollo pertenece a Koa-chan, quien muy amablemente me ha permitido compartir. Los personajes mencionados pertenecen a Masashi Kishimoto, y en esta historia se presentan sin ningún fin de lucro. Cabe decir, que está prohibido re-suban esta traducción/trabajo de la autora ya mencionada. Yo, Aricat, no tomo el crédito de esta hermosa historia.
Publicación original: septiembre 28, 2015
Cradle, sustantivo: cuna
CRADLE
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00. Regreso
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Él llegó a casa en una noche sin incidentes.
Sakura estaba en la cocina terminando de preparar la cena y Sarada estaba acomodando la mesa. Mientras Sakura acababa de terminar su turno en el hospital y la misión genin de Sarada y su entrenamiento con el equipo Konohamaru había terminado, no les sorprendió a ellas cuando sonó el timbre temprano esa noche. No sucedía todos los días, pero era un hecho común que un mensajero llegara y Sakura tuviera que responder al pedido de su presencia en otro lado. Viene con su posición en el hospital y su reputación como una de las mejores ninjas médicas del pueblo. Ambas estaban acostumbradas a esto.
Esta vez, la mujer estaba ocupada cocinando, así que llamó a su hija. "Sarada, ¿podrías abrir la puerta, por favor?"
La niña acababa de terminar su tarea- dos juegos de platos y utensilios sobre la mesa. Ella dijo "Hai, mamá." y obedeció diligentemente.
Sakura escuchó atentamente, esperando que Sarada la llamara y dijera que la necesitaban en el hospital o algo parecido.
En cambio, escuchó el encantado grito de su hija "¡Papá!" y Sakura se congeló.
Soltó el cucharón con el que estaba revolviendo la sopa de miso y fue hasta donde su hija en la puerta principal. Ella se encontró con Sarada que se giró hacia ella con una gran sonrisa, los brazos de la chica colgando flojamente de la cintura de una figura familiar. Sasuke levantó su cabeza y le miró con una pequeña sonrisa en su rostro, su mano descansando sobre la cabeza de su hija cuando dijo, "Tadaima."
Sakura le devolvió la sonrisa, caminando hacia su esposo y su hija. Extendió una mano para apoyarla en la mejilla de Sasuke, y finalmente dijo: "Okaeri."
Sarada sonrió a sus padres, luego dio un paso atrás para dejar entrar a su padre. Antes de que Sasuke pudiera recoger el bolso de viaje que descansaba sobre sus pies, Sarada la había recogido mientras Sakura le hacía pasar.
"Entonces, ¿qué te trae a casa?" Sakura preguntó, cerrando la puerta detrás de ellos. Sarada se había adelantado y había llevado el bolso hacia la sala de estar, sosteniéndola como un rehén.
"Tengo noticias para el Hokage, un informe sobre mi misión." Dijo Sasuke, tono intencionalmente vago. "Pero quería pasar por aquí primero."
"¡El momento perfecto! Estoy preparando la cena. Ve a informar a Naruto después." ella dijo, voz firme, sin dejar lugar a discusiones.
"¡Voy a poner otro plato!" Sarada anunció alegremente mientras dejaba el bolso de Sasuke en el sofá antes de saltar hacia la cocina por delante de sus padres.
Sakura se apresuró hacia su cocina, agregando ingredientes ahora que tenían otra persona uniéndose a ellas. Sasuke se quitó la capa y la colocó en el sofá con su bolso, luego también tomó su espada y la dejó junto con el resto de sus cosas.
Mientras Sakura aceleraba su cocinar, miró a su marido y le preguntó: "Esta noticia tuya, ¿es buena o mala?"
Sasuke la miró brevemente, luego hacia a Sarada que también lo estaba viendo atentamente. "Buena." él dijo. "Son buenas noticias."
Su esposa y su hija le sonrieron entonces, y él no luchó contra la pequeña sonrisa que les devolvió.
Durante la cena, Sarada habló sobre su día de entrenamiento, Sakura compartió algunas historias sobre su día en el hospital y Sasuke les complació con respuestas cortas a las preguntas sobre su viaje a casa. La pregunta de '¿Cuánto tiempo te vas a quedar esta vez?' no surgió. Todos sabían que la respuesta depende de cómo resulte su reunión con el Hokage, y también porque ellas no querían pensar en que él se fuera por el momento.
Después de la cena, Sakura y Sarada lo despidieron con una sonrisa esperanzadora en sus caras. Le pidieron que le dijera 'hola' a Naruto mientras Sakura le entregaba la llave de la casa a su esposo, y Sasuke le respondía con su habitual, "Aa." Mientras aceptaba.
Él les dijo que no le esperaran despiertas.
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Las luces estaban apagadas cuando él regresó. La casa estaba en silencio mientras Sasuke se quitó la capa y se dirigió hacia la habitación.
Se detuvo momentáneamente cuando vio a Sakura y Sarada acurrucadas juntas en un lado de la cama, manteniendo suficiente espacio libre para él.
Sonriendo para sí mismo, se vistió con ropa más cómoda antes de reunirse con ellas bajo la comodidad de las mantas, acostado de lado para poder ver dormir a su esposa e hija. Levantó la mano y apartó los mechones de pelo negro de la cara de Sarada. La chica se movió un poco mientras los dedos de Sasuke se demoraron en sus pálidas mejillas, pero ella permaneció profundamente dormida. Cuando él levantó los ojos de la cara de su hija, fue solo para encontrarse con la mirada soñolienta de su esposa.
"Hey." Susurró Sakura, y sonrió vagamente cuando Sasuke se inclinó para presionar un beso en su frente. "¿Cómo te fue?"
"Ha terminado." él respondió igual de silencioso. "Estaremos bien ahora."
"Esa es la mejor noticia que he escuchado en años." dijo la kunoichi pelirrosa mientras extendía la mano para acariciar el cabello de él y luego acercar a su hija. "Le diremos a Sarada mañana. Juntos."
"Aa. Juntos." Sasuke asintió, descansando su brazo sobre su esposa e hija, cerrando los ojos y permitiendo ser reclamado por un sueño.
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Por la mañana, Sarada se despertó sola en la cama de sus padres, debido al bullicio de la cocina. Bajó corriendo las escaleras, encontrando a su padre preparando la mesa y su madre sirviendo el desayuno.
Cuando ellos le contaron a Sarada las buenas noticias, que Sasuke no tendrá que irse pronto (al menos hasta que se le dé una nueva misión, y el propio Naruto dijo que se asegurará de que su mejor amigo obtenga el descanso que merece), la niña mostró la sonrisa más brillante que Sakura había visto en su hija.
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01. Renovar
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Durante el año pasado, Sasuke se había quedado en casa por cortos periodos de tiempo, sobre todo cuando regresaba con una actualización para el Hokage sobre su misión, para entregar un pergamino o noticias que no podía simplemente enviar por halcón. A menudo se quedaba con su familia por una semana o dos antes de irse de nuevo.
Durante su tiempo libre, su pequeña familia de tres intentó aprovechar su presencia al máximo. Sarada se apresuraría a regresar a casa después de entrenar con su equipo, Konohamaru sabía por qué su estudiante estaba tan ansiosa y algunas veces incluso él decidió terminar sus sesiones antes. Sakura tomaría turnos más tempranos en el hospital para estar en casa a última hora de la tarde o temprano en la noche, todos aquellos familiarizados con la naturaleza adicta al trabajo de la kunoichi entendían que debía haber una razón si ella estaba decidida a pasar más tiempo en casa. Sasuke, quien usualmente pasa su descanso entrenando, meditando, reuniéndose con Naruto o reponiendo sus suministros, siempre se aseguraba de estar en casa cuando Sakura y Sarada estaban allí.
En esos pocos días juntos, siempre hacían un esfuerzo para hacer cosas juntas: tareas domésticas, salir a cenar, ir de compras, ver la televisión ... Sakura y Sarada acomodaban fácilmente a Sasuke en su estilo de vida para hacer que su combo de madre e hija ahora fuera una unidad de tres. Sasuke casi nunca les negó nada durante este tiempo, deseoso de pasar todo el tiempo posible con su familia. Se mantuvieron en las pequeñas cosas, las cosas que no cambiarán demasiado cuando Sasuke se fuera de nuevo.
Esta fue la razón por la cual Sarada se sorprendió cuando una tarde, pocos días después de que la misión secreta de Sasuke terminara oficialmente, ella fue a su casa y encontró a su padre esparciendo periódico en el piso de la sala y su madre cargando un sofá sobre su cabeza (como si no pesara nada, típico) para moverlo a través de la habitación.
Ella había llegado a casa otras ocasiones encontrando a sus padres cocinando algún platillo nuevo, o revisando viejos álbumes de fotos, o reparando algunas cosas en la casa, pero nunca había ido a casa para encontrarles como si estuvieran a punto de renovar toda la habitación.
"Um, ¿qué está pasando?" ella preguntó.
"¡Sarada!" Sakura saludó, dejando el sofá en una esquina de la sala de estar, empujándolo contra otros muebles. "¡Estamos haciendo un cambio de imagen en nuestra sala de estar! Estamos repintando las paredes."
Sarada levantó una ceja. "¿Por qué?"
"Yo también le pregunté eso." Murmuró Sasuke, pero siguió tendiendo los periódicos en el piso. Sarada notó las latas de pintura en la esquina.
"Se ve muy sombrío." Sakura respondió, con las manos en las caderas. Sarada apostó que el montón de muebles apretujados y apilados el uno contra el otro en la esquina era cosa de su madre. "Quiero decir, es este color azul mate todo el tiempo y nunca lo noté. ¡Podemos hacerlo mucho mejor con un color más brillante! Como crema, o amarillo, o-"
"¿Rosa?" Sarada preguntó, entrecerrando los ojos. "Querías pintar mi habitación de rosa una vez." A ella le encantaba el cabello de su madre, pero prefería el color azul claro de la pared de su dormitorio.
"Ah, no no, no rosa. Papá dijo firmemente 'no' al rosa." Sakura hizo un puchero, mirando de reojo a su esposo.
"Nada en contra de tu cabello." Sasuke insistió, a su manera monótona. Luego, como un post-pensamiento, agregó, "Me gusta tu cabello." - sabiendo que eso apaciguaría mucho a su esposa.
Sakura sonrió dulcemente, un rubor en sus mejillas.
Sarada se giró hacia su madre. "Y... ¿de qué color, entonces?"
"¡Verde claro!" Sakura canturreó alegremente cuando Sasuke abrió una lata de pintura y el olor llenó la habitación. "Pensé que sería refrescante. Y es casi primavera, también. Es brillante pero no tan frío como este lúgubre color azul apagado, no contrastará demasiado con nuestros muebles, y no dañará los ojos de tu papá. "
Sasuke gruñó en la esquina, pero a pesar de sí mismo, ya había recogido el pincel y lo había mojado en la pintura. Miró a Sakura para que le confirmara, y ella le hizo un gesto para que continuara.
Sin decir palabra, Sasuke se volvió hacia la pared. Comenzó con un trazo vertical tentativo y miró el color críticamente. Se giró hacia su esposa e hija otra vez.
"Se ve bien." Sakura dijo, luego también miró a su hija.
"Me gusta." Sarada declaró, una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro mientras observaba el lugar en la pared que su padre había pintado.
"Aa." Sasuke asintió. Tomó sus palabras como su aprobación, y procedió a pintar con pinceladas más seguras esta vez.
"Yo también quiero pintar." Sarada dijo, quitándose los calentadores de brazo. "¿Tenemos otra brocha?"
"Hay dos más." Respondió Sasuke, ladeando la cabeza hacia los suministros de pintura en una esquina de la habitación.
Sakura le indicó a su hija que se lavara las manos y se pusiera una de sus camisas más viejas, y Sarada se apresuró a obedecer, emocionada de ayudar. La niña regresó enseguida, agarrando su propia brocha y parándose junto a su padre, uniéndose a él en la tarea. Detrás de ellos, Sakura estaba parada junto al resto de los muebles, contemplando cómo reorganizarlos en la sala de estar cuando la pintura se secara.
Cuando Sarada comenzó a pintar con largos movimientos verticales, se inclinó y se inclinó un poco hacia su padre. "Es casi del mismo color que los ojos de mamá." Ella susurró. "¿Es por eso que lo elegiste?"
Sasuke la miró con su habitual expresión en blanco, luego solo se encogió de hombros y siguió pintando.
"Hmph." la chica resopló. "Mientras que no digas 'no', lo tomaré como un 'sí'."
Esta vez, Sasuke sonrió.
Fue entonces cuando Sakura comenzó a hablar de nuevo. "Tal vez podamos poner el sofá y la TV ahí, acomodarlos más cerca para que podamos comprar otro estante para poner en la pared, por los pergaminos y libros de Sasuke-kun y otras cosas ... Cariño, ¿me dijiste que hay algunas cosas quieres traer a casa desde el antiguo complejo Uchiha?"
"Solo unas pocas cajas de la casa vieja de mis padres." Sasuke respondió. "Hay algunas cosas muy viejas en almacenamiento que podemos vender a un buen precio."
"Pero te quedarás con algunas de ellas, ¿verdad?"
"Depende. Realmente no recuerdo todo lo que queda ahí."
Él no tuvo que decir que no había regresado a esa parte desierta del pueblo desde antes de que él se fuera por primera vez después de la guerra. No sabía lo que iba a encontrar esta vez, pero esperaba al menos rescatar algunas cosas. Incluso puede haber algunas reliquias del clan. Era una especie de cierre, Sakura sabía. Entre su primer viaje lejos y su misión de varios años, él nunca tuvo tiempo de cerrar adecuadamente ese capítulo de su vida. Si bien estaba decidido a dejar atrás el pasado, todavía había partes del viejo y caído clan Uchiha que le gustaría llevar con él cuando comienza de nuevo con su familia.
"Recuerdo que hay algunos libros antiguos y pergaminos de entrenamiento para las técnicas del clan. Esos serían útiles." dijo distraídamente, luego se volvió hacia Sarada. "¿Te gustaría aprender la técnica de fuego del clan?"
Sarada miró a su padre y se quedó boquiabierta. "¿Me vas a enseñar?"
Sakura sonrió mientras miraba el intercambio. Sasuke asintió con la cabeza a su hija. "Es lógico. Y una vez que aprendas el primero, los demás serán más fáciles."
Tuvo que retroceder cuando las manos de su hija se elevaron en el aire mientras gritaba un feliz "¡SHANNARO!" y rápidamente olvidó que ella estaba sosteniendo un pincel recién bañado en pintura verde.
Sakura estalló en carcajadas mientras veía a Sarada disculparse repetidamente con su padre mientras Sasuke trataba torpemente de frotarse la pintura verde de la cara y el cabello.
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Al día siguiente, Sarada llegó a casa y encontró a sus padres apilando libros viejos, pergaminos y álbumes de fotos, y desempolvando varias estatuillas de aspecto antiguo en la nueva estantería, que ahora iba del suelo hasta el techo en la esquina de la repintada y reorganizada sala.
Por primera vez desde la llegada de Sasuke, finalmente se estableció en ella que su papá realmente había regresado. Esta vez, para siempre.
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02. Trabajo.
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La gente pensaría que debido a todos los viajes, cuando apenas si se quedaba en un solo lugar por más de unos pocos días, Sasuke apestaba a las tareas de la casa. A menudo se olvidan de que él vivió solo y tuvo que cuidar de sí mismo después de la masacre de Uchiha y hasta que dejó Konoha, e incluso después de eso porque las bases de Orochimaru no eran exactamente las más hogareñas.
La verdad es que él era bastante competente en eso. Aún le tomaba un poco acostumbrarse, pero Sakura regularmente dependía de él para ayudar. Sarada no cuestionó cada vez que su madre le pedía ayuda, o cada vez que su padre simplemente se unía silenciosamente en algún quehacer.
Fue solo una tarde, comiendo un abundante almuerzo en un restaurante con Boruto, Mitsuki y el trío Ino-Shika-Chou, cuando Sarada descubrió que su familia tenía un arreglo poco común.
Los niños estaban hablando de pasar el rato en algún lugar después de comer, y se volvieron hacia las chicas para preguntarles si querían unirse.
"Debo ir a casa pronto." Sarada respondió entonces, casi terminó de comer. Todavía era temprano en la tarde, y sus amigos la miraban con curiosidad. "Mamá sabe que tengo la tarde libre, así que me pidió que pasara por el supermercado antes de ir a casa porque papá iba a empezar a lavar la ropa después del almuerzo y podría quedarse sin detergente."
Ella parpadeó cuando todos la miraron en una mezcla de expresiones confusas y sorprendidas.
"Así que... tengo que ir a comprar detergente, ir a casa y ayudar a papá porque mamá todavía tiene trabajo hasta las 5." ella explicó, por si acaso no lo entendieron la primera vez.
Fue Boruto quien finalmente expresó su pregunta. "¿Sasuke-ji-chan lava la ropa?"
"Sí, eso es lo que dije." Sarada levantó una ceja. "¿Por qué me miran así?"
"Mi padre no lava la ropa." Chouchou comentó distraídamente.
"Mi papá igual." vino de Shikadai. Inojin también asintió. Mitsuki lo consideró antes y también hizo un ruido de acuerdo.
"Bueno, papá lo hace." Sarada se encogió de hombros. "¿Eso es raro?"
"Supongo que sí..." dijo Chouchou encogiéndose de hombros. "Quiero decir, él es tu padre."
Shikadai bostezó. "Mi papá es demasiado perezoso para hacer cualquier cosa, de verdad. Además, él está en la Torre del Hokage todo el día."
"Mi madre también está en el hospital todo el día." Sarada discutió. "Y todavía hace los quehaceres de la casa."
"Sí, porque ella es tu mamá." Shikadai dijo.
Esto no le sentó tan bien a Sarada. "Así que dices, incluso si tus dos padres trabajan todo el día, cuando vuelven a casa, ¿solo tu madre hace las tareas del hogar?"
Ante esto, Inojin asintió, seguido en breve por los demás.
"Tou-chan trabaja en el jardín con kaa-chan cuando no está ocupado." Boruto agregó. "Pero él no hace la limpieza ni el lavado ni los platos. Bueno... tal vez lava los platos, a veces."
Sarada solo negó con la cabeza. "Bueno... Papá acaba de regresar de su larga misión y se está tomando un descanso así que ¿por qué no trabajar en casa, cierto? Y mamá trabaja todo el día en el hospital, por lo que a veces está cansada, así que es mejor si la ayudamos. ¿No se harán las cosas más rápido con los tres de nosotros ayudando, y no que solo lo haga mamá?
Esta fue siempre la forma en que Sarada vio las cosas. No le pareció extraño que los tres siempre hicieran las tareas de la casa juntos. Parecía la manera más eficiente y lógica de hacer las cosas. Nunca se dio cuenta de que no era así como la mayoría de las familias hacían cosas.
Después de un rato, Shikadai se encogió de hombros. "Supongo que eso también funciona. Como sea."
"No me puedo imaginar a Sasuke-ji-chan lavando la ropa." Boruto murmuró.
Terminaron sus comidas y Sarada se despidió de sus amigos antes de dirigirse al mercado.
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Cuando llegó a casa, Sasuke estaba a medio proceso de ordenar la ropa, y cuando ella dijo que tenía detergente extra, asintió y dijo, "Gracias, Sarada."
Sarada se cambió en ropa más cómoda y comenzaron su tarea. Sasuke estaba callado, escuchando a Sarada mientras hablaba sobre su misión con Boruto y Mitsuki esta mañana, y luego el almuerzo con Inojin, Shikadai y Chouchou.
En el medio de su tarea, Sarada preguntó, "Papá, ¿por qué ayudas con las tareas del hogar?"
Él la miró con la misma mirada inquisitiva que ella debió haber enviado antes a sus amigos. Él parecía no entender por qué ella le preguntaba eso.
Lenta y tentativamente, como respondiendo a una pregunta capciosa, dijo, "¿Por qué no debería ayudar con las tareas domésticas?"
Sarada asintió, con una sonrisa satisfecha en su rostro. "Eso también fue lo que dije."
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Cuando Sakura llegó a casa, no pudo evitar reír ante la mirada orgullosa en los rostros de su hija y su esposo cuando le dijeron que habían terminado de lavar la ropa ellos solos.
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03. Dormir
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Sarada fue rápida en dominar la técnica de gran bola de fuego de los Uchiha, y tan pronto como Sasuke le prestó un viejo pergamino de otras técnicas de katon para que estudiara, ella aceptó felizmente y se fue directamente a su habitación para empezar a aprender del mismo.
Sasuke simplemente estuvo de pie junto a la escalera mientras veía desaparecer a su hija en su dormitorio. "Si tienes alguna pregunta-"
La voz distante de la chica rápidamente terminó la frase por él "¡Sí, te preguntaré!"
Él estaba sorprendido de lo emocionada que ella estaba, pero de todos modos podía entender su entusiasmo. Después de todo, además del Sharingan, las técnicas de katon también eran características del clan Uchiha. Sasuke estaba a punto de darse la vuelta y marcharse cuando escuchó de nuevo la voz de su hija, y el sonido de unos pies que se pasaban por el suelo: "¡Ah, espera! ¡Lo olvidé!"
Sasuke se detuvo al pie de la escalera durante cinco segundos, hasta que Sarada llegó corriendo, se encogió de hombros y le besó la mejilla. "¡Gracias, papá!" - y tan rápido como vino, ella había desaparecido otra vez.
Sasuke dejó que una sonrisa desconcertada cruzara sus facciones antes de sacudir su cabeza y regresar a la sala de estar. Era un fin de semana, y no tenía nada que hacer ya que Sarada estudiaba y Sakura estaba en el hospital, así que tomó uno de los pergaminos que obtuvieron de la antigua vivienda Uchiha, se sentó en el sofá y luego comenzó a leer.
Movió su vista cuando se abrió la puerta de la entrada y escuchó la voz familiar de su esposa. "Tadaima." – él frunció el ceño al escuchar que el saludo sonaba desanimado.
Mientras ella caminaba hasta la sala de estar, él bajo su pergamino y dijo, "Okaeri. ¿Estás bien?"
"Solo un poco cansada." Sakura sonrió, viéndole fruncir las cejas mientras ella pasaba una mano por su cabello y se sentaba al otro lado del sofá. Ella fue llamada para que se presentara en el hospital alrededor de las 5 de la mañana por algo urgente, un ninja de Konoha que necesitaba una cirugía de emergencia después de una misión que salió mal.
Sin que se lo pidiera, Sasuke se puso de pie y dijo, "Haré té."
"Gracias, Sasuke-kun." ella dijo cuando él se dirigió a la cocina para preparar el té. Mientras se preparaba, ella volvió a hablar. "¿Dónde está Sarada?"
"Arriba, estudiando. Le di el pergamino sobre las técnicas de katon."
"¿Ya?"
"Ha terminado de dominar el primero."
Sakura se rió entre dientes. "Mm. Bueno, esa es nuestra chica."
Después de un rato, Sasuke regresó con una taza de té caliente. Sakura lo aceptó con gratitud. Ella se había arrastrado más cerca de donde él había estado sentado, mirando con curiosidad el pergamino que dejó abierto en su lado del sofá.
"¿Práctica de control de Chakra para el Sharingan?" Sakura preguntó después de un sorbo de su té. Sasuke levantó el pergamino, se sentó en el sofá junto a ella y lo dejó en su regazo.
"Sarada tiene tu habilidad. Ella encontrará esto útil." Dijo Sasuke, mirando pensativamente el pergamino.
Sakura solo asintió antes de sentarse más cerca de su esposo y leer del pergamino junto con él. Sasuke se movió, apoyándose cómodamente contra el reposabrazos del sofá para que Sakura pudiera relajarse a su lado.
"Hay notas en él." ella comentó, extendiendo una mano para señalar los pequeños y desordenados giros en el costado de la escritura original.
"Aa." Dijo Sasuke. "Es de Itachi."
Sakura sonrió suavemente, tomando otro sorbo de su té. Después de eso, dejó la taza sobre la mesa de café, se acurrucó a su lado y apoyó la cabeza en su hombro. Dio un suspiro grande y relajado y Sasuke parpadeó hacia ella. "No tome importancia, sigue leyendo." ella bostezó. "Tomaré una siesta."
En cambio, Sasuke dejó su lectura a un lado. Envolvió su brazo alrededor de la mujer mientras les brindaba a los dos en una posición más cómoda en el sofá. Ahora él estaba medio tumbado en el sofá con los pies en alto, la cabeza de Sakura apoyada contra su pecho mientras el resto de ella se recostaba entre sus piernas, abrazándolo ligeramente.
Ella se durmió ante delicados dedos que le acariciaban la mejilla. Varios momentos después, él notó sus parpados pesados y comenzó a inclinarse y también a dejarse ir por el sueño.
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Sasuke no sabía cuántos minutos u horas pasaron desde que él y Sakura se durmieron en el sofá. Todo lo que él sabía era que se había despertado aturdidamente por el sonido de los pasos rápidos contra el suelo otra vez, y luego Sarada caminando hacia ellos, con la cara enterrada en el pergamino.
"Papá, no puedo entender esta parte, y hay una nota en este lado que-"
La chica dejó de hablar cuando alzó la vista y vio a sus padres acurrucados en el sofá, con Sasuke con cara desorientada mientras se llevaba el dedo índice a los labios y luego señalaba a Sakura, que estaba profundamente dormida sobre él.
Sarada parpadeó y luego preguntó en voz más baja. "¿Está bien mamá?"
"Ella está bien, solo está descansando." Sasuke respondió suavemente. "¿Qué sucede?"
"Esto, uh..." Sarada miró el pergamino abierto en sus manos, luego a sus padres descansando cómodamente en el sofá, y ella negó con la cabeza. "En realidad, intentaré leerlo nuevamente. Quizás pueda resolverlo."
Sasuke parpadeó. "¿Estás segura?"
"Sí." Sarada dijo, sonriendo esta vez. Desde que Sasuke comenzó a pasar tiempo en casa con ellas, Sarada nunca había dudado del afecto de sus padres, pero cosas como estas no ocurrían con demasiada frecuencia. Fue realmente agradable verlos siendo tan abiertos. "Vuelve a dormir, papá. Te despertaré cuando tengamos que preparar la cena."
Sasuke miró a su hija por un momento antes de relajarse nuevamente y asintió.
La chica dio un paso atrás y se giró para regresar a su habitación, con una sonrisa satisfecha en su rostro.
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04. Curar
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Después de un tiempo, Sasuke comenzó a aceptar misiones cortas y simples nuevamente. En su mayoría tareas pequeñas: una instalación con pocos trabajadores en el pueblo que necesitaba una guardia extra, acompañando a algunos chuunin en una misión que necesitaba al menos la supervisión de nivel, o completando el lugar vacío necesario para un equipo de cuatro hombres. Él se ausentaba por uno o dos días como máximo. Fue agradable tener algo que hacer además del entrenamiento, las tareas domésticas y la lectura.
Ese día él llegó a una casa tranquila después de una simple misión de escolta y guardia con un grupo de chuunin que tomó dos días en el camino. Él ya había ido con ellos para informarle a Naruto, y luego pasó por el hospital para ver a Sakura, que estaba ocupada y le dijo que se quedaría hasta la noche y que él y Sarada no deberían esperarla.
"Veré si podemos traerte la cena." fue todo lo que dijo, y Sakura le dio las gracias antes de apresurarse con los demás para reanudar su trabajo.
Cuando él llegó a casa, vio los zapatos de Sarada junto a la puerta. Mientras se quitaba las sandalias, escuchó un ruido estrepitoso en el baño.
Sasuke corrió hasta la fuente del ruido solo para encontrar a Sarada rebuscando el botiquín en el piso del baño. La niña levantó la vista bruscamente cuando su padre abrió la puerta, y parpadeó hacia él. "¡P-Papá!"
"¿Qué pasa?" le preguntó, la voz urgente, evaluando la escena. Sarada estaba sentada en el suelo, con las manos en un botiquín médico abierto. Luego, vio los vendajes parcialmente envueltos en su brazo derecho, y las manchas rojas en ellos.
"A-Ah, estaba tratando de conseguir algunas vendas para reemplazar estas ya que ahora están sucias, pero mi mano se resbaló y dejé caer el kit-"
Él estaba a su lado en un instante, arrodillándose junto ella en el piso del baño y desenvolviendo cuidadosamente las vendas usadas. Ella tenía una herida en el brazo, todavía sangrando levemente, y varios cortes más pequeños lo rodeaban. "¿Qué pasó?"
"Es de la misión. Está bien, ya no duele." ella le restó importancia fácilmente, luego se rió un poco. "¡Deberías ver a Boruto, sin embargo! Ese idiota-"
"¿Lo has limpiado correctamente?"
Sarada entonces vio la expresión de preocupación en el rostro de su padre. "Sí. Mitsuki ayudó y lo envolvió muy bien. Es solo que... las vendas están ahora sudorosas y pegajosas por el viaje a casa, así que..." se interrumpió, sonriéndole tranquilizadoramente. "Realmente está bien ahora, puedo envolverlo yo misma."
Él negó con la cabeza, tomando la parte ilesa de su brazo y tirando de ella un poco. "Quítate esos vendajes y siéntate ahí." dijo, gesticulando hacia el baño.
Sarada guardó silencio y obedeció, sentándose cautelosamente en el asiento del inodoro y mirando cómo su padre se quitaba la capa y se quitaba el guante. Rápidamente se lavó la mano en el fregadero cercano y luego se acercó a ella otra vez.
Los ojos de Sarada se abrieron de par en par cuando la mano de su padre se cernió sobre su herida y brilló con un familiar color verde claro. El ojo visible de Sasuke se redujo en evidente concentración.
Unos momentos más tarde, cuando la herida comenzó a cerrarse, Sarada preguntó, "Papá, ¿tú también sabes de jutsu medico?
"Sólo este." él respondió. "Le pedí a tu madre que me enseñara mientras viajábamos juntos. Ambos pensamos que sería útil."
"Ella dice que esto es difícil de aprender." Sarada dijo, recordando lo que su madre le contó sobre ese jutsu. "Requiere un buen control para no desperdiciar chakra mientras se está curando."
"Lo hace." Dijo Sasuke, y esta vez Sarada vio una pequeña sonrisa nostálgica cruzar sus rasgos. "Tu madre me dejó hacer trampa, utilizar el Sharingan para estudiarlo."
"Oh." la niña asintió. "Pero mamá no siempre me cura así, solo lo usa para las heridas graves."
Él la miró con cuestión y ella continuó, "Dijo que no debería aprender a ser demasiado dependiente del jutsu médico, y como shinobi, debería aprender a ser capaz de soportar las pequeñas heridas como esta."
Sasuke lo consideró y supo que su esposa tenía un buen punto. "Es verdad."
"También me dijo que no siempre es bueno apresurar las cosas. Las heridas tardan un tiempo en sanar y, a veces, es mejor dejar que las cosas sigan su curso natural." la niña recitó, con el aire de alguien que obviamente no pensó demasiado en la lección dada, pero reteniéndole por si acaso. "Eso es bastante profundo."
Sasuke asintió ante eso.
"¿También crees eso, papá?"
La herida se ha curado por completo ahora, entonces Sasuke retiró su mano y miró a su hija. "Tal vez. Tu madre es una mujer sabia, sus palabras no siempre tienen un significado fijo."
"Hm" Sarada reflexionó, mirando su brazo sanado con una sonrisa. "Y, ¿por qué me sanaste usando jutsu médico, entonces?"
Él se levantó, recogiendo su abrigo y su guante desechados. "Tal vez estaba tratando de ver si aún sé cómo hacerlo."
Sarada resopló ante la débil excusa, mirándolo salir del baño. Apresuradamente, ella recogió el botiquín y lo guardó de nuevo en su gabinete. Luego corrió detrás de su padre. "Sabes, ella podría regañarte porque no hiciste lo que ella dijo, sobre el curso natural de las heridas."
Sasuke le dio una sonrisa segura. "¿Le contarás?"
La chica sonrió, levantando una ceja. "Papá, estás siendo astuto..."
Él se encogió de hombros, solo diciéndole a su hija que se aseara para poder empezar a preparar la cena, y que tal vez pudieran llevar juntos la comida a su madre en el hospital.
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05. Mezclar
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Era una perezosa tarde de verano y se suponía que el Equipo Konohamaru debía entrenar. Konohamaru dejó a los niños diciendo que había una reunión de Jōnin a la que se suponía asistiría. Pero después de intentar practicar arrojando kunai y shuriken durante media hora (esa era su única opción, en realidad, el combate no era posible bajo el calor abrasador), los niños decidieron darse por vencidos. Estaba demasiado caluroso afuera y solo querían ir a casa y refrescarse.
Los tres niños estaban caminando por las calles de Konoha cuando Mitsuki habló, "Sarada, esos son tus padres, ¿verdad?"
Sarada levantó la vista para ver las espaldas de dos figuras familiares que caminaban juntas a varios metros de ellos. Uno era rojo y rosa, otro negro y azul oscuro, ambos con la cresta del clan. Sí, esos eran sus padres. A pesar del calor, la niña corrió rápidamente hacia ellos y cuando estuvo a solo unos metros de distancia, exclamó, "¡Mamá, papá!"
Boruto y Mitsuki observaron mientras los dos adultos daban vuelta, solo para que Sarada les estrechara a ambos en un abrazo.
"Eso fue muy cariñoso." Mitsuki comentó. Él solo había visto niños pequeños haciendo es a sus padres. Sin embargo, a los Uchihas no pareció importarles.
"Sí." Dijo Boruto, notando la forma en que Sakura colocó un brazo sobre los hombros de su hija y Sasuke les sonrió a los dos. Si la única mano disponible de Sasuke no llevaba una gran bolsa de papel, tal vez él hubiera acariciado la cabeza de Sarada o le había revuelto el pelo. Sakura y Sarada estaban hablando mientras Sarada echaba un vistazo a las compras de sus padres, y no parecía que ella fuera a volver con sus compañeros de equipo. Boruto miró a su compañero. "Supongo que esta es su parada. ¿Quieres tomar un helado o algo así antes de ir a casa?"
"Sarada nos está llamando." Dijo Mitsuki.
Boruto se giró para ver a Sarada llamándoles, haciendo un gesto para que fueran. Cuando él se señaló a sí mismo y a Mitsuki en cuestión, la chica puso los ojos en blanco y gritó, "¡SÍ, ¿QUIÉN MÁS, IDIOTA?!"
Él se estremeció ante su voz alta y aguda, pero él y Mitsuki trotaron hasta la familia de cualquier manera.
"Mamá quiere que vengan a nuestra casa." Sarada dijo tan pronto como los dos niños se detuvieron frente a ella, jadeando.
Los dos muchachos se movieron torpemente, repentinamente conscientes de su apariencia. Debido al calor, Boruto se había amarrado la chaqueta en la cintura y en su lugar solo llevaba puesta su camisa blanca con las mangas arremangadas, mientras que Mitsuki se había quitado las largas mangas de kimono y se las había atado a la cintura, la camisa sin mangas negra que llevaba puesta era lo más resaltante. Ellos deben verse tan desaliñados.
"Sarada dice que ustedes niños están libres por el resto del día." Sakura continuó por su hija, su sonrisa amistosa y maternal mientras levantaba las grandes bolsas de plástico que llevaba, dos deliciosas sandías que destacaban entre sus compras de varias frutas. "Hoy encontramos muchas frutas en el mercado, y conseguimos un poco de helado. ¡Vamos a tener anmitsu! ¿Les gustaría unirse?"
La promesa de dulces fríos les hizo agua la boca a los dos niños instantáneamente e intercambiaron una sola mirada antes de que ambos se inclinaran amablemente y dijeran, "¡Muchas gracias por recibirnos, Uchiha-san!"
Sakura estaba contenta cuando ambos muchachos se ofrecieron llevar sus bolsas por ella. Sarada sonrió con satisfacción cuando se sorprendieron del peso excesivamente pesado de las bolsas, Boruto incluso murmuró a regañadientes algo como, "Debería haber sabido..."
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Ellos movieron la mesa del comedor hacia afuera, a la sombra de un árbol alto en el patio trasero. Los niños se sentaron en un banco de madera mientras los adultos se pararon en el lado opuesto de la mesa. Boruto y Mitsuki observaron con curiosidad mientras Sakura y Sarada sacaban varias frutas y bocadillos dulces de las bolsas de plástico. Sasuke se acercó a ellas con un recipiente fresco de gelatina que Sakura hizo esa mañana antes de que salieran. Después de eso, regresó adentro y luego volvió con un tazón de dangos shiratama fríos.
"¡Muy bien, vamos a empezar! Somos muchos, así que lo terminaremos en muy poco tiempo." Sakura dijo, manos en sus caderas. Luego procedió a entregar los diversos artículos sobre la mesa a sus acompañantes. "Sarada, tú y papá van a cortar la sandía. Boruto-kun, corta esta gelatina en cubos. Mitsuki-kun, ayúdame a pelar y cortar las otras frutas, ¿quieres? Comencemos con los plátanos."
"¡H-Hai!" respondieron los chicos, un poco nerviosos por la repentina tarea dadas por la mujer, pero moviéndose rápidamente para obedecer. Estaban familiarizados con el anmitsu, pero siempre como un aperitivo que pedían en puestos de comida o restaurantes. Nunca antes habían hecho uno.
Sarada miró divertida mientras Boruto se concentraba en rebanar la gelatina de la forma más perfecta y precisa posible, mientras Mitsuki pelaba torpemente fruta tras fruta antes de entregárselos a Sakura. A ella realmente le gustaban así, todos tímidos y educados y temerosos de meter la pata delante de la mujer que ellos conocían como una de las kunoichi más fuertes de las cinco grandes naciones.
Entonces Sarada escuchó la voz de su padre decir su nombre en voz baja y regresó a su propia tarea. Ella sostuvo la sandía en su lugar mientras Sasuke cortaba la fruta. Después de cortar la sandía en trozos manejables, ella tomó su propio cuchillo y junto a su padre comenzó a cortar la fruta en rodajas más pequeñas para incluirla en el anmitsu.
Como había predicho Sakura, habían terminado de preparar los ingredientes con bastante rapidez.
Sasuke fue a la casa y regresó con una pila de tazones y algunos utensilios antes de desaparecer nuevamente. Sakura y Sarada comenzaron a colocar gelatina, rodajas de fruta y dango en los tazones. Sasuke regresó con el anko, kuromitsu y un tarro de helado de vainilla y Sakura fácilmente agregó de eso en los tazones para terminar las golosinas mientras Sarada ponía todas las sobras de gelatina, frutas y dango en un tazón más grande para todos.
Los chicos observaron fascinados mientras ellos lo hacían. Los tres se movieron como una unidad - sorprendentemente en sincronía incluso cuando Sakura estaba tarareando para sí misma, Sarada estaba hablando de lo que su equipo hizo esa mañana y Sasuke no hablaba en absoluto. Tal vez eso es lo que sucede cuando ellos hacen casi todo juntos, incluso las tareas domésticas.
Boruto también pensó que era extraño ver a su antiguo mentor haciendo una tarea tan trivial como preparar un postre, pero Sasuke parecía bastante contento con lo que estaba haciendo. De hecho, Boruto pensó que el hombre podría estar expresando su propia versión de ser alegre. Recordó a su padre diciendo que Sasuke-ji-chan no era bueno para mostrar emociones.
Cuando el refrigerio estuvo listo, todos aplaudieron en señal de victoria (con Sasuke asintiendo con aprobación, mirando impresionado con su postre casero) y todos dijeron "¡Itadakimasu!" cuando todos tomaron sus tazones y luego comenzaron a comer.
No hace falta decir que las golosinas frías fueron divinas en el sofocante calor del verano.
"¡Mm! ¡Es genial, mamá!" Sarada exclamó, encantada. Se giró hacia sus amigos y casi se atragantó cuando vio a Boruto con los ojos llorosos.
"No puedo creer que haya ayudado a hacer esto..." el rubio sollozó un poco. "Sabe tan bien..." Sakura se rió - el chico se parecía demasiado a su padre en ciertas ocasiones.
"Es muy delicioso." Mitsuki continuó, siempre educado y pensativo. "Tal vez sea cierto lo que dicen, que la comida casera realmente sabe mejor."
"¡Claro que sí!" Sakura sonrió a los niños. "Y es más divertido cuando lo haces acompañando. ¿Ne, Sasuke-kun?"
Todos se volvieron hacia Sasuke, quien estaba a punto de llevarse una rebanada de kiwi a la boca. El hombre miró a los niños por un segundo y luego asintió. "Aa."
"¿Hacen esto a menudo?" Mitsuki le preguntó a Sarada en voz baja mientras Sakura hablaba con Sasuke sobre comprar frutas otra vez mientras aún estaban disponibles en el mercado. "¿Hacer bocadillos juntos en su patio trasero?"
"Realmente no." Sarada respondió entre bocados de su comida. "Pero siempre cocinamos juntos. En la cocina. Dentro de la casa. ¿Eso es extraño también?"
Mitsuki negó con la cabeza. "No, creo que es agradable. Si Konohamaru-sensei estuviera aquí, elogiará tu trabajo en equipo."
Sarada se rió. "Sí, hacemos un buen trabajo en equipo, supongo."
Esta vez fue Boruto quien preguntó: "¿Por qué están haciendo eso?"
Sarada y Mitsuki levantaron la vista para ver qué preguntaba Boruto. La niña se rió entre dientes cuando vio a su madre tomar fresas del tazon de su padre y dejándolas en su propio tazón. Él estaba haciendo lo mismo, pero con las rodajas de kiwi. Parecían niños jugando con su comida...
Sarada explicó en un susurro: "A papá no le gustan mucho los dulces."
"¿Pero aceptó hacer anmitsu?" Boruto levantó una ceja.
"Bueno, mamá puede hacer que él acepte ante todo tipo de cosas." Sarada se encogió de hombros, viendo como Sasuke le ganaba a Sakura la última rebanada de fresa en su tazón y antes de que ella pudiera hablar, él le metió la fruta en la boca. Sakura se rió y, a su vez, trató de darle algo de kiwi. "Ella dice que yo lo hago mejor que ella, sin embargo, no lo entiendo-"
"Yo sí." Dijo Mitsuki con una misteriosa sonrisa de complicidad. Sus compañeros de equipo lo miraron. Él simplemente les sonrió y dijo, "La gelatina es realmente sabrosa. ¿De qué está hecha la gelatina?"
Sarada le lanzó una mirada extraña antes de responder: "Está hecho de algas marinas."
Sakura y Sasuke observaron y escucharon mientras Sarada, entre bocado y bocado, le explicaba a Boruto y a Mitsuki cómo se hacía la gelatina.
Muy pronto los niños ya estaban tomando segundas porciones, siendo más quisquilloso con lo tomaban esta vez - Sarada tomando principalmente plátano y fresa, Boruto acaparando las rodajas de sandía, Mitsuki tomando mucha gelatina y kiwi. Sakura estaba contenta de que estuvieran disfrutando el postre, mientras llenaban sus tazones con anko, kuromitsu y helado nuevamente.
"Tal vez podamos hacer nieve raspada mañana." Sakura reflexionó, llamando la atención de todos. Ella sonrió culpablemente cuando Sasuke suspiró, pero luego él se encogió de hombros, y ella supo que él estaba de acuerdo. Entonces ella se giró hacia los tres niños y casi se atragantó porque la miraban como si fuera una especie de diosa. "Deberías venir otra vez, Boruto-kun, Mitsuki-kun. Trae a Konohamaru. ¡Ah, y tu hermana! Recuerdo que Hinata mencionó que a Himawari-chan que le gustan los dulces fríos..."
Los muchachos sonrieron y asintieron obedientemente: "¡Sí, señora!"
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Esta historia es sin duda una de mis favoritas, la adoro porque es demasiado linda. A su saber, es un one-shot muy largo, pero la autora me permitió dividirlo, la siguiente parte la posteare luego, pero quiero ver el interés.
saludos~
